El Rey Felipe ha tenido unas palabras este jueves sobre el acuerdo entre Israel y Hamás, anunciado anoche por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. «Quisiera expresar de una forma esperanzada aunque cautelosa que lo que se avecina, lo que se anuncia, sea una ventana a la esperanza», ha dicho al terminar su discurso en el acto de clausura de la IX Cumbre Global de la Alianza para el Gobierno Abierto que se ha celebrado durante esta semana en Vitoria. Don Felipe ha incidido en la necesidad de mantener la «confianza» en las instituciones, como un «activo democrático fundamental», a través de la coherencia entre las «palabras y los hechos» y el «ejemplo». «Al mismo tiempo, asistimos a nivel global a un proceso de desafección ciudadana hacia algunos aspectos de nuestros sistemas democráticos. Aunque la mayoría de los ciudadanos manifiestan su preferencia por la democracia como sistema de gobierno, aumenta la insatisfacción respecto a su funcionamiento», había advertido. De acuerdo con el Rey, que ha hecho una intervención de defensa de principios como «la transparencia, la participación, la colaboración, la rendición de cuentas y la integridad», esa brecha manifestada por los ciudadanos «abre la puerta al auge de los populismos, a una polarización más intensa y a un progresivo distanciamiento entre la ciudadanía y las instituciones». Sin embargo, ha sido al término de su intervención en el Palacio de Congresos Europa de la capital alavesa cuando ha hecho referencia al asunto del momento. Esperanzado, pero cauteloso, Felipe VI se ha mostrado pendiente de si «las primeras consecuencias» del acuerdo alcanzado entre Israel y Hamás van a suponer «la liberación de los rehenes israelíes y la entrada garantizada de ayuda humanitaria a Gaza». Una primera fase en el plan presentado por Donald Trump que el Rey ha calificado como un «momento de esperanza para Palestina e Israel». Fue en enero de 2024, durante la clausura de la VIII Conferencia de Embajadores españoles, cuando Don Felipe defendió por primera vez en un acto público «el establecimiento de un Estado palestino junto a Israel» como «solución política» para Oriente Próximo. Y recordó entonces que ésta fue «la promesa de la Conferencia de Paz de Madrid de 1991». El Rey alertó de que «sin una solución política, que pasa por el establecimiento del Estado palestino junto a Israel, no será posible parar este ciclo de violencia» en la Franja de Gaza «o impedir que se vuelva a repetir» y llamó a la comunidad internacional a movilizarse «para ayudar a las partes a materializarla». Desde entonces, el Rey no solo ha defendido esta posición, también ha realizado diferentes viajes a países que han mediado en el conflicto. Como hace unas semanas, cuando se trasladó junto a la Reina a Egipto, el único país fronterizo con Palestina por el paso de Rafah. El año pasado, en plena ofensiva de Irán a Israel, el viaje de los Reyes a Jordania se redujo de cuatro días a uno y medio. La situación de tensión en la región minimizó el viaje y finalmente solo fue Don Felipe, quien se reunió con Abdalá II de Jordania y visitó los campos de refugiados palestinos en el país, que ejerce como estabilizador entre los países de Golfo. El Rey Felipe ha tenido unas palabras este jueves sobre el acuerdo entre Israel y Hamás, anunciado anoche por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. «Quisiera expresar de una forma esperanzada aunque cautelosa que lo que se avecina, lo que se anuncia, sea una ventana a la esperanza», ha dicho al terminar su discurso en el acto de clausura de la IX Cumbre Global de la Alianza para el Gobierno Abierto que se ha celebrado durante esta semana en Vitoria. Don Felipe ha incidido en la necesidad de mantener la «confianza» en las instituciones, como un «activo democrático fundamental», a través de la coherencia entre las «palabras y los hechos» y el «ejemplo». «Al mismo tiempo, asistimos a nivel global a un proceso de desafección ciudadana hacia algunos aspectos de nuestros sistemas democráticos. Aunque la mayoría de los ciudadanos manifiestan su preferencia por la democracia como sistema de gobierno, aumenta la insatisfacción respecto a su funcionamiento», había advertido. De acuerdo con el Rey, que ha hecho una intervención de defensa de principios como «la transparencia, la participación, la colaboración, la rendición de cuentas y la integridad», esa brecha manifestada por los ciudadanos «abre la puerta al auge de los populismos, a una polarización más intensa y a un progresivo distanciamiento entre la ciudadanía y las instituciones». Sin embargo, ha sido al término de su intervención en el Palacio de Congresos Europa de la capital alavesa cuando ha hecho referencia al asunto del momento. Esperanzado, pero cauteloso, Felipe VI se ha mostrado pendiente de si «las primeras consecuencias» del acuerdo alcanzado entre Israel y Hamás van a suponer «la liberación de los rehenes israelíes y la entrada garantizada de ayuda humanitaria a Gaza». Una primera fase en el plan presentado por Donald Trump que el Rey ha calificado como un «momento de esperanza para Palestina e Israel». Fue en enero de 2024, durante la clausura de la VIII Conferencia de Embajadores españoles, cuando Don Felipe defendió por primera vez en un acto público «el establecimiento de un Estado palestino junto a Israel» como «solución política» para Oriente Próximo. Y recordó entonces que ésta fue «la promesa de la Conferencia de Paz de Madrid de 1991». El Rey alertó de que «sin una solución política, que pasa por el establecimiento del Estado palestino junto a Israel, no será posible parar este ciclo de violencia» en la Franja de Gaza «o impedir que se vuelva a repetir» y llamó a la comunidad internacional a movilizarse «para ayudar a las partes a materializarla». Desde entonces, el Rey no solo ha defendido esta posición, también ha realizado diferentes viajes a países que han mediado en el conflicto. Como hace unas semanas, cuando se trasladó junto a la Reina a Egipto, el único país fronterizo con Palestina por el paso de Rafah. El año pasado, en plena ofensiva de Irán a Israel, el viaje de los Reyes a Jordania se redujo de cuatro días a uno y medio. La situación de tensión en la región minimizó el viaje y finalmente solo fue Don Felipe, quien se reunió con Abdalá II de Jordania y visitó los campos de refugiados palestinos en el país, que ejerce como estabilizador entre los países de Golfo.
Felipe VI se muestra esperanzado, pero cauteloso sobre el pacto durante su intervención en la clausura de la cumbre de Gobierno Abierto en Vitoria
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