Donald Trump propuso este jueves expulsar a España de la Alianza Atlántica por lo que considera un bajo gasto en defensa y por no comprometerse a aumentarlo al 5%, el nuevo objetivo acordado por todos los demás aliados. El Tratado del Atlántico Norte, de 1949, no contempla ningún mecanismo formal para expulsar a un Estado miembro de la OTAN.Durante la visita del presidente finlandés, Alexander Stubb, a la Casa Blanca, el mandatario estadounidense volvió a señalar públicamente al Gobierno de Pedro Sánchez y lanzó su advertencia más dura hasta ahora: «Pido que paguen el 5% ahora; el 2% se aprobó prácticamente por unanimidad. Hay un rezagado: España. ¿Por qué van rezagados? A ellos también les va bien, están bien, por todo lo que les hemos dado, no hay excusa. Quizá deberían expulsarlos de la OTAN, francamente.»La reunión bilateral con Stubb, celebrada en el Despacho Oval, se centró oficialmente en temas de cooperación ártica, defensa y comercio, pero Trump aprovechó para insistir en su exigencia de que los miembros de la Alianza aumenten su inversión militar. «Todos los países están cumpliendo, menos uno», dijo. «Es España. España. Tienen que averiguar de qué se trata. Finlandia acaba de unirse y ya está haciendo su parte.»Los comentarios del presidente fueron espontáneos, sin haber sido preguntado por ello, lo que indica que mantiene una queja personal y sostenida por la falta de compromiso del Gobierno español con el aumento del gasto en defensa al nivel exigido por Washington.España se unió a la OTAN en 1982, tras un referendo convocado por Felipe González en el que ganó el «sí» por un 56%. El Ejecutivo de Pedro Sánchez se desmarcó en junio del compromiso adoptado en la cumbre de La Haya. Allí, los aliados acordaron elevar el gasto militar al 5% del PIB antes de 2035 —3,5% destinado al presupuesto central de la OTAN y 1,5% adicional para infraestructura, ciberdefensa y logística—, una iniciativa impulsada directamente por Trump. España fue el único país que se negó a firmar la declaración conjunta en los términos originales, tras semanas de negociación. El objetivo para 2025 era del 2%, que España ya no ha cumplidoEn la actualidad, España destina apenas el 1,2% del PIB a defensa y solo se ha comprometido a alcanzar el 2,1% en los próximos años, una cifra que en Bruselas y Washington se considera a todas luces insuficiente.El tono de la reunión fue cordial, aunque Trump no disimuló su irritación. A su lado, Stubb, acompañado del primer ministro Petteri Orpo, escuchaba mientras el presidente estadounidense elogiaba la adhesión de Finlandia a la OTAN, formalizada en abril de 2023, y su incremento de gasto militar hasta el 2,8% del PIB, con el objetivo de llegar al 5% en la próxima década. «Ustedes están haciendo un trabajo fantástico. Nos ayudan a proteger el norte, y eso nos hace más fuertes a todos», afirmó Trump, contento con el nivel de compromiso de los finlandeses.Durante la visita, ambos mandatarios firmaron un memorando de entendimiento sobre la construcción de rompehielos y la cooperación en el Ártico, que servirá de base para contratos comerciales entre la Guardia Costera estadounidense y astilleros finlandeses. «El Ártico es estratégico para la seguridad y la prosperidad de ambos países», declaró Stubb. «Estamos construyendo una asociación a largo plazo basada en la confianza y en el compromiso común con la defensa.»Las declaraciones de Trump llegan tras meses de presión sobre los aliados europeos. En junio, ya había señalado a España por su bajo gasto militar. En 2024 destinó apenas el 1,24% del PIB a defensa —unos 17.200 millones de euros—, uno de los porcentajes más bajos de toda la Alianza, según datos de la OTAN.Mark Rutte, envió una carta a SánchezEl secretario general de la OTAN, Mark Rutte, envió una carta a Sánchez garantizando «flexibilidad para determinar su propio camino soberano» en el cumplimiento de los objetivos de defensa. Sin embargo, en las capitales aliadas persiste el escepticismo. En Washington, fuentes diplomáticas creen que España no puede alcanzar los niveles adecuados de integración en la alianza con un gasto que se considera extremadamente bajo. Trump clausuró el encuentro elogiando a la OTAN y a su secretario general: «La OTAN ha sido fantástica, y su líder, Mark, es un gran tipo», dijo. «Estamos vendiendo armas, fabricamos las mejores del mundo. Ustedes compran nuestros aviones y tienen ahora una gran fuerza.»Ya en su primera noche en el Despacho Oval, Trump había señalado a España por su bajo gasto en defensa, insinuando que se comportaba más como una nación próxima al bloque de los BRICS —formado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica— que como un aliado atlántico.Ahora, tras meses de tensiones y gestos de desconfianza, el presidente estadounidense ha vuelto a incluir a España entre los «rezagados». En Washington también pesan otras fricciones: la investigación abierta por la Comisión Federal Marítima por la negativa española a permitir la entrada en sus puertos de barcos con destino a Israel, y otra de los servicios de inteligencia de EE.UU. que indaga en el uso por parte del Gobierno español de servidores de la empresa china Huawei para alojar información judicial y administrativa sensible.Trump considera esos episodios como ejemplos de una deriva que, en su opinión, aleja a España de los compromisos cruciales de la Alianza. De momento, el equipo de Trump, repuntado por ABC, dijo no tener constancia de petición formal alguna de la Casa Blanca sobre la membresía de España en la Alianza. Donald Trump propuso este jueves expulsar a España de la Alianza Atlántica por lo que considera un bajo gasto en defensa y por no comprometerse a aumentarlo al 5%, el nuevo objetivo acordado por todos los demás aliados. El Tratado del Atlántico Norte, de 1949, no contempla ningún mecanismo formal para expulsar a un Estado miembro de la OTAN.Durante la visita del presidente finlandés, Alexander Stubb, a la Casa Blanca, el mandatario estadounidense volvió a señalar públicamente al Gobierno de Pedro Sánchez y lanzó su advertencia más dura hasta ahora: «Pido que paguen el 5% ahora; el 2% se aprobó prácticamente por unanimidad. Hay un rezagado: España. ¿Por qué van rezagados? A ellos también les va bien, están bien, por todo lo que les hemos dado, no hay excusa. Quizá deberían expulsarlos de la OTAN, francamente.»La reunión bilateral con Stubb, celebrada en el Despacho Oval, se centró oficialmente en temas de cooperación ártica, defensa y comercio, pero Trump aprovechó para insistir en su exigencia de que los miembros de la Alianza aumenten su inversión militar. «Todos los países están cumpliendo, menos uno», dijo. «Es España. España. Tienen que averiguar de qué se trata. Finlandia acaba de unirse y ya está haciendo su parte.»Los comentarios del presidente fueron espontáneos, sin haber sido preguntado por ello, lo que indica que mantiene una queja personal y sostenida por la falta de compromiso del Gobierno español con el aumento del gasto en defensa al nivel exigido por Washington.España se unió a la OTAN en 1982, tras un referendo convocado por Felipe González en el que ganó el «sí» por un 56%. El Ejecutivo de Pedro Sánchez se desmarcó en junio del compromiso adoptado en la cumbre de La Haya. Allí, los aliados acordaron elevar el gasto militar al 5% del PIB antes de 2035 —3,5% destinado al presupuesto central de la OTAN y 1,5% adicional para infraestructura, ciberdefensa y logística—, una iniciativa impulsada directamente por Trump. España fue el único país que se negó a firmar la declaración conjunta en los términos originales, tras semanas de negociación. El objetivo para 2025 era del 2%, que España ya no ha cumplidoEn la actualidad, España destina apenas el 1,2% del PIB a defensa y solo se ha comprometido a alcanzar el 2,1% en los próximos años, una cifra que en Bruselas y Washington se considera a todas luces insuficiente.El tono de la reunión fue cordial, aunque Trump no disimuló su irritación. A su lado, Stubb, acompañado del primer ministro Petteri Orpo, escuchaba mientras el presidente estadounidense elogiaba la adhesión de Finlandia a la OTAN, formalizada en abril de 2023, y su incremento de gasto militar hasta el 2,8% del PIB, con el objetivo de llegar al 5% en la próxima década. «Ustedes están haciendo un trabajo fantástico. Nos ayudan a proteger el norte, y eso nos hace más fuertes a todos», afirmó Trump, contento con el nivel de compromiso de los finlandeses.Durante la visita, ambos mandatarios firmaron un memorando de entendimiento sobre la construcción de rompehielos y la cooperación en el Ártico, que servirá de base para contratos comerciales entre la Guardia Costera estadounidense y astilleros finlandeses. «El Ártico es estratégico para la seguridad y la prosperidad de ambos países», declaró Stubb. «Estamos construyendo una asociación a largo plazo basada en la confianza y en el compromiso común con la defensa.»Las declaraciones de Trump llegan tras meses de presión sobre los aliados europeos. En junio, ya había señalado a España por su bajo gasto militar. En 2024 destinó apenas el 1,24% del PIB a defensa —unos 17.200 millones de euros—, uno de los porcentajes más bajos de toda la Alianza, según datos de la OTAN.Mark Rutte, envió una carta a SánchezEl secretario general de la OTAN, Mark Rutte, envió una carta a Sánchez garantizando «flexibilidad para determinar su propio camino soberano» en el cumplimiento de los objetivos de defensa. Sin embargo, en las capitales aliadas persiste el escepticismo. En Washington, fuentes diplomáticas creen que España no puede alcanzar los niveles adecuados de integración en la alianza con un gasto que se considera extremadamente bajo. Trump clausuró el encuentro elogiando a la OTAN y a su secretario general: «La OTAN ha sido fantástica, y su líder, Mark, es un gran tipo», dijo. «Estamos vendiendo armas, fabricamos las mejores del mundo. Ustedes compran nuestros aviones y tienen ahora una gran fuerza.»Ya en su primera noche en el Despacho Oval, Trump había señalado a España por su bajo gasto en defensa, insinuando que se comportaba más como una nación próxima al bloque de los BRICS —formado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica— que como un aliado atlántico.Ahora, tras meses de tensiones y gestos de desconfianza, el presidente estadounidense ha vuelto a incluir a España entre los «rezagados». En Washington también pesan otras fricciones: la investigación abierta por la Comisión Federal Marítima por la negativa española a permitir la entrada en sus puertos de barcos con destino a Israel, y otra de los servicios de inteligencia de EE.UU. que indaga en el uso por parte del Gobierno español de servidores de la empresa china Huawei para alojar información judicial y administrativa sensible.Trump considera esos episodios como ejemplos de una deriva que, en su opinión, aleja a España de los compromisos cruciales de la Alianza. De momento, el equipo de Trump, repuntado por ABC, dijo no tener constancia de petición formal alguna de la Casa Blanca sobre la membresía de España en la Alianza.
Donald Trump ha afirmado este jueves que España debería ser expulsada de la OTAN por negarse a sumarse al nuevo objetivo de gasto militar del 5% del PIB, en un comentario pronunciado durante la visita oficial del presidente finlandés, Alexander Stubb, a la Casa … Blanca.
La propuesta ha llegado en un momento tenso de la reunión bilateral: Trump había dedicado gran parte de su intervención a presionar a los aliados para que eleven su inversión en defensa y señaló a España como «la única» excepción. «Tal vez deberían expulsarlos», ha dicho el presidente al líder finlandés, que estaba de visita, según asistentes a la sesión.
La polémica remite a la reciente cumbre aliada en La Haya, donde los socios acordaron elevar la ambición de gasto en defensa: 3,5% del PIB para gasto militar directo y un 1,5% adicional orientado a capacidades conexas (infraestructura, ciberdefensa, logística), lo que suma el 5% propuesto por Washington.
España se desmarcó del texto en los términos originales y defendió públicamente una hoja de ruta alternativa, que, según el Gobierno español, permitiría cumplir requisitos de capacidad con un gasto inferior —alrededor del 2,1% del PIB— para no recortar partidas sociales.
Según datos de la OTAN, España destinó en 2024 aproximadamente el 1,24% de su PIB a defensa, una cifra muy inferior a la meta impulsada por Trump. En Washington se ve con escepticismo la idea de que objetivos de interoperabilidad y nuevas capacidades puedan lograrse sin un incremento sustancial del gasto.
La sugerencia de expulsar a un socio —una medida extraordinaria y sin precedentes prácticos en el actual marco de la Alianza— es una advertencia más de la Casa Blanca para presionar a los aliados. Fuentes diplomáticas han recordado que la letra final del compromiso admitía flexibilidad para los países sobre la forma de cumplir las metas acordadas y que el secretario general de la OTAN y varios líderes han buscado acomodar sensibilidades nacionales.
En España, el Gobierno de Pedro Sánchez ha defendido su postura ante la cumbre: prioriza mantener el gasto social y afirma que el país alcanzará las capacidades exigidas sin pasar por recortes drásticos. Fuentes del Ejecutivo han subrayado en ocasiones previas que la mejora de capacidades puede combinar inversiones directas, aportes en infraestructuras y colaboraciones multinacionales sin que el porcentaje sea la única variable.
La visita de Stubb se ha centrado oficialmente en cooperación ártica, comercio y defensa. Finlandia, que ingresó en la OTAN en abril de 2023 y comparte una frontera de 1.340 kilómetros con Rusia, ha aumentado su presupuesto de defensa y se ha convertido en un socio estratégico para Estados Unidos en el norte europeo. Trump ha elogiado el compromiso del país durante el encuentro y ha subrayado la importancia de la cooperación industrial entre ambos países.
La expulsión de un aliado no está prevista
La expulsión formal de un aliado no está prevista de forma explícita en los tratados fundacionales de la OTAN y sería extraordinaria en la práctica: además de las implicaciones políticas y diplomáticas, plantearía complejos debates sobre compromisos colectivos de defensa, custodia de bases y arsenales, y relaciones bilaterales.
Por ahora, la amenaza de Trump se interpreta más como un gesto de presión pública que como una política con un camino claro hacia su ejecución.
La crisis de confianza entre aliados sobre el reparto de costes y responsabilidades en materia de defensa sigue siendo una de las cuestiones diplomáticas centrales en la Alianza. Ya en enero, en su primera jornada en el Despacho Oval, Trump denunció que España no invertía lo suficiente en defensa.
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