Estados Unidos expresó este viernes su apoyo al nuevo presidente interino de Perú, José Enrique Jerí, tras la destitución de Dina Boluarte por decisión del Congreso, y subrayó su voluntad de colaborar con el país andino de cara a la celebración de las elecciones generales previstas para 2026.
Washington reafirma su compromiso con la estabilidad institucional tras la destitución de Dina Boluarte, mientras José Jerí asume la Presidencia y prioriza la lucha contra la criminalidad
Estados Unidos expresó este viernes su apoyo al nuevo presidente interino de Perú, José Enrique Jerí, tras la destitución de Dina Boluarte por decisión del Congreso, y subrayó su voluntad de colaborar con el país andino de cara a la celebración de las elecciones generales previstas para 2026.
La Oficina estadounidense para el Hemisferio Occidental destacó en un comunicado su disposición a trabajar “de forma productiva” con el Gobierno de Jerí para abordar las “prioridades urgentes del país”, entre ellas la seguridad y el calendario electoral. Washington también resaltó la histórica relación de casi dos siglos con Lima, y reafirmó su respaldo a la estabilidad, la seguridad y el fortalecimiento de las instituciones democráticas peruanas.
José Jerí, de 38 años, asumió la Presidencia durante la madrugada del viernes después de que Boluarte fuera destituida por “incapacidad moral permanente” con 122 votos a favor, 16 en contra y 4 abstenciones. La decisión del Parlamento puso fin de forma abrupta al mandato de la primera mujer en dirigir el país, que había perdido el apoyo de los partidos de derecha tras meses de crisis política y protestas sociales.
Acuerdos contra crimen
Como sus primeras medidas al frente del Ejecutivo, Jerí convocó a los mandos de las Fuerzas Armadas, la Policía Nacional y a los titulares del Poder Judicial y la Fiscalía con el objetivo de reafirmar los acuerdos en materia de seguridad y fortalecer las unidades de flagrancia. “El principal enemigo está en las calles, las bandas criminales, y debemos declararles la guerra”, afirmó el mandatario tras jurar el cargo, comprometiéndose a restaurar la confianza ciudadana.
Mientras tanto, la Confederación Nacional de Instituciones Empresariales Privadas (Confiep) instó a las fuerzas políticas a dejar de lado los intereses personales y garantizar una transición ordenada. En un comunicado, el mayor gremio empresarial del país apeló a la “serenidad y responsabilidad” para asegurar la estabilidad democrática y cumplir con los plazos constitucionales hasta los comicios de abril de 2026.
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En las calles, sin embargo, el relevo presidencial no disipó las tensiones. Familiares de las 49 víctimas mortales de las protestas ocurridas entre 2022 y 2023 reclamaron la detención de Boluarte y el cierre del Congreso, al que acusan de haber protegido durante años a la exmandataria. “No estamos de acuerdo con el nuevo presidente ni con un Congreso cómplice”, denunció Raúl Samillán, portavoz de la organización de familiares, durante una concentración en Lima.

Paolo Aguilar / EFE
Jerí, abogado y antiguo presidente del Congreso, se convierte así en el séptimo mandatario peruano desde 2016 y deberá liderar un gobierno de transición en un clima de fuerte desconfianza ciudadana y fragmentación política, con la mirada de la comunidad internacional centrada en la estabilidad democrática del país.
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