La cuestionada Fundación Humanitaria de Gaza (GHF, por sus siglas en inglés), ha empezado a cerrar sus centros de reparto de comida en la franja, coincidiendo con el acuerdo de alto el fuego y el consiguiente inicio del ingreso de ayuda humanitaria en el enclave palestino. Al menos tres de los centros de esta oscura organización estadounidense ya habían sido abandonados el domingo, según informa AP citando a testigos presenciales. La misma agencia de noticias asegura que dos altos funcionarios de países de la región le han confirmado que esta fundación está poniendo fin a sus operaciones en Gaza.
La ONU sustituye al grupo estadounidense en la distribución de ayuda
La cuestionada Fundación Humanitaria de Gaza (GHF, por sus siglas en inglés), ha empezado a cerrar sus centros de reparto de comida en la franja, coincidiendo con el acuerdo de alto el fuego y el consiguiente inicio del ingreso de ayuda humanitaria en el enclave palestino. Al menos tres de los centros de esta oscura organización estadounidense ya habían sido abandonados el domingo, según informa AP citando a testigos presenciales. La misma agencia de noticias asegura que dos altos funcionarios de países de la región le han confirmado que esta fundación está poniendo fin a sus operaciones en Gaza.
Impulsada por un exagente de la CIA y formada por mercenarios estadounidenses, GHF ha sido objeto de duras críticas por parte de las oenegés que trabajan en la franja y por la ONU desde que en mayo pasado iniciase un limitado reparto de alimentos en Gaza, después de un acuerdo entre el presidente estadounidense, Donald Trump, y el primer ministro israelí, Beniamin Netanyahu.
La ONU denunció en agosto que 1.300 palestinos murieron a tiros al aproximarse a los puntos de GHF
Según denunció la ONU en agosto, al menos 1.300 palestinos habían muerto hasta esa fecha por disparos de los mercenarios de GHF o de soldados israelíes cuando se acercaban a buscar comida en los centros de esta fundación, rodeados de altas vallas que parecían jaulas, donde también se producían aplastamientos.
La organización estadounidense niega estas muertes, aunque el ejército israelí aseguró haber abierto investigaciones sobre algunos incidentes con víctimas hambrientas que recibieron disparos cuando buscaban comida. En los cinco meses de operaciones en Gaza, GHF insiste en que ha distribuido 185 millones de raciones de alimentos en la franja.
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Ahora, una vez que las tropas israelíes se han retirado de la mayor parte del territorio palestino ocupado –hasta la línea pactada en el acuerdo–, los puntos de reparto de GHF estarían siendo desmontados por los propios gazatíes que, según puede verse en un vídeo que circula por internet, están aprovechando los hierros y las maderas de los puntos de distribución abandonados como material para reconstruir sus viviendas arrasadas.
Desde el domingo, la ONU centraliza la entrada de ayuda humanitaria, en coordinación con COGAT, la entidad israelí que administra los territorios palestinos y que, con el apoyo del ejército, registra exhaustivamente los 600 camiones que deben entrar diariamente en el enclave, según el pacto ratificado ayer en Sharm el Sheij.
La ONU asegura que ya tiene listas 170.000 toneladas de ayuda preparadas para ingresar en Gaza, incluyendo combustible para vehículos o gas para cocinar.
El secretario general adjunto para Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas, Thomas Fletcher, manifestó que la organización ha elaborado un plan para retirar escombros y restablecer los servicios básicos en la franja, incluida la atención médica y el suministro eléctrico y de agua potable. “Buena parte de Gaza es un páramo”, dijo Fletcher. “Pero estoy absolutamente decidido a no fracasar; haremos todo lo posible para cumplir con la gente de Gaza”, añadió.
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