JJ Vaquero fue durante 13 años uno de los guionistas de El Hormiguero. Un buen día lo dejó, pero dejó también «lo que me sobraba». Dejó «la mala vida», los excesos, la fiesta. Ya lo había contado alguna vez, pero nunca tan emocionado como lo relató anoche Leer JJ Vaquero fue durante 13 años uno de los guionistas de El Hormiguero. Un buen día lo dejó, pero dejó también «lo que me sobraba». Dejó «la mala vida», los excesos, la fiesta. Ya lo había contado alguna vez, pero nunca tan emocionado como lo relató anoche Leer
Si sientas en una misma mesa a Goyo Jiménez, a JJ Vaquero, a Trancas y Barrancas y a Pablo Motos, lo asegurado es que te vas reír sin lugar a dudas. Lo que es inesperado es que, teniendo a estos dos cómicos juntos, uno de ellos acabe rompiéndose. Pues lo inesperado ocurrió anoche en El Hormiguero, pues entre risas, chistas, cachondeo y humor, hay una historia de la que alguna vez JJ Vaquero ha dado alguna que otra pincelada, pero nunca con tanta sinceridad como la que dio anoche ante Pablo Motos, el cual, obviamente, conoce perfectamente por lo que ha pasado el cómico.
Resulta que JJ Vaquero fue durante 13 años guionista de El Hormiguero. Era uno de los mejores guionistas, tan, tan, tan bueno que llegó a tener de vez en cuando su propia sección en el programa de Antena 3. Un buen día JJ Vaquero se fue. Buscó nuevos proyectos, nuevos trabajos, nuevas aventuras televisivas y no televisivas y, también, un ana nueva vida. De hecho, esa nueva vida es la que le llevó anoche a ser invitado de El Hormiguero junto a Goyo Jiménez, pues ambos acudieron al programa de Pablo Motos para presentar su película: Sújetame el cubata. Una película casi autobiográfica en la que JJ Vaquero relata una historia «casi» real: la historia de cuando el humorista intentó salvar su bar, El Erizo, y tiró de sus amigos (todos ellos grandes humoristas) para intentar salir adelante.
La entrevista de anoche en El Hormiguero comenzó como se esperaba: dos frases, un chiste; otra frase, otro chiste; tres, y tres más. Hasta que en un momento de la noche, cuando Goyo Jiménez y JJ Vaquero ya habían hecho suficiente promoción de la cinta, Pablo Motos puso sobre la mesa ese tema que para muchos otros sería tabú, pero que para JJ Vaquero fue cerrar el círculo.
«Una de las cosas que te hacía escribir así de bien es que ibas, voy a decirlo elegantemente, por el camino salvaje de la vida», le señaló Pablo Motos, recordando los tiempos de JJ Vaquero como guionista de El Hormiguero. «Ahora has dejado todas las cosas malas y estás enganchado a todas las cosas buenas; ahora el pollo sólo a la plancha… ¿Cómo pasa esto, de la vida de la noche, de la fiesta, a decir hasta aquí?», le preguntó el presentador.
«Quieres que te diga la verdad», le espetó JJ Vaquero. Las sonrisas en ese instante quedaron petrificadas. «Me vi borracho en el entierro de mi suegra», confesó el cómico. Y aquí, muchos podrían pensar que era un chiste más, pero no. JJ Vaquero pronunció esta frase y se rompió. Conteniendo las lágrimas y con la voz entrecortada, el humorista dejó de hacer humor.
«Pedí ayuda, fui a un profesional, y lo digo porque si vamos a hablar del deporte no me gusta lanzar el mensaje de que con el deporte puedes dejar lo que creas que puedes dejar. Por favor, si alguien cree que tiene un problema que busque un profesional», sentención el ex guionista de El Hormiguero. Pocas veces se le ha visto tan serio en televisión. No era la cosa para bromas, pero JJ Vaquero demostró anoche una gran valentía.
Para ningún rostro conocido hablar sobre sus adicciones, sobre su «mala vida», sobre el punto de inflexión que le llevó a cambiar es fácil. JJ Vaquero lo hizo con toda la calma y naturalidad del mundo. ¿Impacta? Sí, pero no por lo que relató sino porque no estamos acostumbrados a ver a quién ríe y hace reír siempre, rompiéndo y con lágrimas en los ojos.
«Sí que es verdad que el deporte ayuda, ayuda a vivir mejor y porque yo quiero hacer deporte y tengo que cuidarme. Me pongo retos, soy muy competitivo conmigo mismo. Es una ayuda increíble para cualquier persona que se le esté yendo de la mano con la noche y quiera salir ya, que se haya hartado o que pensaba que controlaba y se dé cuenta de que ya no controla», explicó el cómico.
No iba a terminar ahí. Si Pablo Motos había abierto el melón no era cuestión de volver a cerrarlo. JJ Vaquero no sólo reveló sus adicciones, su proceso sino también a dónde le llevó esto. Escucharle pone la piel de gallina: «Yo me vi mintiéndome a mí mismo. Yo mentía a la gente, pero de repente me mentía a mí mismo. Decía ‘ahora vas a bajar la panadería a comprar el pan’, pero no bajaba a la panadería. Esa mentira se la había dicho a la gente, pero a mí, no. Y empecé a decírmela a mí. Y un día me pillé mintiéndome y dije ‘ya está, esto no puede ser’. Y fue cuando busqué ayuda de un profesional para cambiar de vida y dejar todo lo que me sobrabra. Y me volví al gimnasio».
Muy serio, Pablo Motos le pidió entonces que soltase lo que le diría a la gente «que se está pasando y que piensa ‘es que yo no tengo fuerza de voluntad». Sigue leyendo. «Lo primero que yo tampoco decía todo el rato que no iba a salir más. Se lo dije una vez a mi mujer: «Quiero dejar de salir». Y mi mujer y mi familia se pusieron manos a la obra. Cuando piense alguien que sale mucho de fiesta que quiere salir de fiesta, pero vea que sigue saliendo de fiesta, que él solo no lo puede frenar, que lo diga en alto, al de al lado. Y a partir de ahí todo es más fácil. Pero tú tienes que mirar lo que te está quitando, y te está quitando muchas cosas. Luego cuando te vas, los amigos que creías que eran amigos, desaparecen. Y, de repente, tienes tiempo para los amigos de toda la vida».
«Creo que lo digas tú y con esta sinceridad, creo que ayuda mucho más que alguien le dé un consejo a alguien. Tú lo has hecho y me gusta saber cómo lo piensas y cómo lo has superado», sentenció Pablo Motos arrancando el aplauso del público.
Fuel final de la entrevista donde quedó demostrado que lo que JJ Vaquero había relatado durante el programa no era una broma, donde quedó demostrado que los amigos de siempre a los que en algún momento abandonó, siempre vuelven. Fue en el abrazo que le dio Pablo Motos a él, y el abrazo que él le dio a Pablo Motos. A veces, sobran las palabras. En ese final, sobraron.
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