Un contrato que lo vincula al Barcelona hasta 2029. Una cláusula que pasa de 400 a 500 millones de euros. Cuando finalice su etapa, Frenkie de Jong -futbolista que llegó en 2019 procedente del Ajax a cambio de 75 millones de euros fijos y otros 11 en variables- habrá cumplido una década en el Barcelona.
El neerlandés estampó la firma sobre su nuevo contrato con el que espera cumplir 10 años en el Barça
Un contrato que lo vincula al Barcelona hasta 2029. Una cláusula que pasa de 400 a 500 millones de euros. Cuando finalice su etapa, Frenkie de Jong —futbolista que llegó en 2019 procedente del Ajax a cambio de 75 millones de euros fijos y otros 11 en variables— habrá cumplido una década en el Barcelona.
“Me siento muy bien en este club. Siempre he querido estar en el Barça; ahora que estoy, quiero seguir el máximo tiempo posible. Me encuentro muy bien en el club, en la ciudad, con los compañeros y con la junta directiva”, subrayó el neerlandés, que estuvo acompañado de su mujer, Mikky Kiemeney; sus dos hijos; su hermano; y sus nuevos agentes, los abogados Sebastian Ledure y Woutser Janssens, además de la agente neerlandesa Wendy Rommedahl, a quienes contrató después de desvincularse de su exrepresentante, Ali Dursun.
De Jong, que está viviendo su séptima temporada en el Barça, ha sido dirigido por Ernesto Valverde, Quique Setién, Ronald Koeman, Xavi Hernández y ahora Hansi Flick. Todos los técnicos lo han considerado un pilar en sus proyectos, como demuestran los 267 partidos disputados. Sin embargo, ha vivido una auténtica montaña rusa. Llegó bajo la presidencia de Josep Maria Bartomeu, y el actual presidente, Joan Laporta, se declara hoy un fan incondicional de su fútbol. Pero la historia no siempre fue tan armoniosa: ha habido desencuentros y tensiones.
“Yo siempre me he sentido bien valorado por los compañeros y por los entrenadores. Pero, al final, todo el mundo puede tener su opinión, y eso es lo bonito del fútbol: cada uno lo ve de forma diferente”, apuntó De Jong.
Yo siempre me he sentido bien valorado por los compañeros y por los entrenadores”
Muestra de ello es que, hace tres veranos, se convirtió en un “futbolista palanca”, es decir, un recurso que el club quería vender a toda costa para liberar masa salarial, mientras llegaban los cantos de sirena desde Mánchester. El asunto se volvió tan turbio que, incluso, los asesores legales del club llegaron a estudiar si el acuerdo al que el neerlandés había llegado con el expresidente Bartomeu —cuando amplió su contrato durante la pandemia hasta 2026, difiriendo su salario— podría ser constitutivo de delito. Aun así, De Jong insistió en quedarse.
Pero su popularidad descendió y su relación con el entorno barcelonista se resintió, como quedó evidenciado cuando se enfrentó a los periodistas en la rueda de prensa previa a los octavos de final de la Champions en Nápoles, con Xavi aún en el banquillo. Fue en febrero de 2024 cuando se quejó abiertamente con un discurso muy contundente:
“Se habla mucho de mi contrato, de mi salario… Es todo mentira y humo. No diré lo que cobro, pero está muy lejos de lo que se está publicando. Se inventan una historia que no es verdad. Yo estoy muy feliz en el Barça, es el club de mis sueños. Espero poder estar muchos años más”, afirmó entonces, visiblemente enfadado.
Esta vez, el discurso es más moderado, aunque el neerlandés sigue culpando a la prensa de la imagen que se ha proyectado de él. “Nunca han salido las cifras reales. Se dijo que era el jugador que más cobraba de Europa. Creo que eso también ha influido en cómo la gente me ve, porque si leen en los periódicos que Frenkie cobra eso… pues no ayuda. Ha afectado a la percepción que la gente tiene de mí”, apuntó.
Nunca han salido las cifras reales. Se dijo que era el jugador que más cobraba de Europa”
Con esta renovación, según apuntan desde los despachos del club, el futbolista, ahora con 28 años, se situará en un escalón similar al de Pedri o Raphinha. Es decir, en una franja salarial que oscila entre los 18 y los 20 millones de euros brutos por temporada, dentro de un ranking que lidera Lamine Yamal con 40 millones de euros brutos anuales.
Además, según fuentes del club, en este nuevo contrato no se incluye ningún pago diferido, ya que el neerlandés está percibiendo, en estas dos últimas temporadas, la parte de su salario que dejó de cobrar cuando renovó en octubre de 2020.
Tras calmarse las aguas en los despachos —en parte por la defensa que Xavi Hernández hizo de su figura—, comenzó otro calvario: el de las lesiones. En las dos últimas temporadas estuvo 261 días de baja y se perdió 46 partidos por un problema en el tobillo derecho. Hubo abucheos en el primer Gamper de la era Flick y su nivel de popularidad volvió a descender.
“Yo siempre me enfoco en mí mismo, en mi situación. Como he dicho antes, cada uno puede tener su opinión, pero yo siempre tengo claro lo que debo hacer. Sé si juego bien o no, y tengo a mi alrededor gente que me apoya, como mi familia. El resto del mundo… no quiero decir que me da igual, pero no me afecta”, incidió.
Yo siempre me enfoco en mí mismo, en mi situación, cada uno puede tener su opinión”
Flick se empeñó en recuperarlo y, a mediados del curso pasado, lo reinstaló como titular indiscutible junto a Pedri. “Me siento muy cómodo jugando a su lado. Es un jugador de máximo nivel, con mucha calidad, que te hace la vida más fácil. No sé si es la mejor pareja que he tenido en el Barça, porque también he jugado con Busquets, pero estoy muy cómodo”, insistió el futbolista.
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Con Flick ha sido titular en 54 partidos y ha marcado 2 de los 19 goles que acumula. Aunque el neerlandés asegura haber mantenido una buena relación con todos sus entrenadores, se acordó de Koeman —su actual seleccionador— y destacó también su buena sintonía con Flick.
“Creo que mi relación con Flick ha sido buena desde el primer momento. Aunque estaba lesionado, siempre me decía que tenía mucha confianza en mí, y lo ha demostrado. Luego, al final, uno tiene que demostrarlo en el campo y, como he dicho, me encuentro bien; quiero seguir así, incluso mejorando”, recalcó el jugador, que mantiene su idea de que ir a Miami no es positivo para los futbolistas. Considera que se juegan demasiados partidos y prefiere dejar para las valoraciones externas si ahora ha alcanzado su mejor nivel.
Eso sí, antes de marcharse con su familia —dejando una entrañable imagen junto a su hijo pequeño, Mason, nacido a finales de agosto—, dejó claro que sueña con poder ganar la Champions con el Barça. Le ilusiona el proyecto de Flick, repleto de talento joven como el de Lamine Yamal.
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