En los últimos años, el colágeno se ha convertido en el nuevo objeto de deseo del mundo del bienestar. Cremas, cápsulas, caldos e incluso infusiones prometen rejuvenecer la piel o fortalecer las articulaciones gracias a este componente que, según muchos, es sinónimo de juventud eterna . Pero entre tanta promesa comercial y mensajes en redes, pocos saben realmente qué es el colágeno, cómo se produce y, sobre todo, si tiene sentido consumirlo. Para aclararlo, la malagueña Marta León, ingeniera química, experta en nutrición y en salud hormonal, ofreció en el programa MÁS Málaga , de la cadena COPE, una explicación detallada sobre cómo funciona esta proteína en el organismo y qué papel juega la alimentación en su producción . Al inicio de su intervención, la especialista quiso desmontar una de las creencias más repetidas : que el colágeno que ingerimos no sirve de nada porque el estómago lo destruye . «Pues mira, esto es algo que efectivamente seguro que alguien de la audiencia lo ha escuchado… sí y no. Cuando tomamos colágeno, el colágeno realmente es una proteína compuesta con distintos aminoácidos, es decir, con distintos ladrillitos. Cuando llegan esos ladrillitos… claro que el estómago hace parte de esa ruptura, pero los estudios lo que nos muestran es que cuando tomamos colágeno, y sobre todo los colágenos que están estudiados, o por lo menos los que aparecen en los estudios, colágeno hidrolizado, sí llegan intactos al torrente sanguíneo. Hay algunos marcadores que ya nos van diciendo que efectivamente sí».A partir de ahí, la nutricionista malagueña defendió que una alimentación rica en colágeno , ya sea mediante caldos tradicionales o suplementos bien formulados, sí puede tener efectos visibles . «Se ha visto que se acumula en piel, se acumula en articulaciones… hay una absorción selectiva», explicó, aunque añadió una advertencia: «Eso sí, no vale cualquier colágeno».Cómo cambia la producción de colágeno según la edadPara la especialista, entender el papel del colágeno a lo largo de la vida es esencial . No se trata de tomarlo por moda, sino de acompañar al cuerpo en las diferentes etapas en las que su capacidad de regeneración cambia.«Antes de los 30, se dice que empezamos a perder un poquito de colágeno cada año. Lo que pasa es que a los 20 o a los 30 y pocos tenemos producción máxima. Entonces, sobre todo, tenemos que enfocarnos en protegerlo. Hacer una alimentación de colores, con vitamina C, tomar alimentos proteicos para poder aprovecharnos de esta capacidad que tenemos de producirlos nosotros», manifiesta.Noticia Relacionada estandar No Tres tratamientos antienvejecimiento ideales para aumentar el colágeno natural y rejuvenecer el rostro Luce una piel más joven y radiante con estos tratamientos tan demandados para la pielA partir de los 30 o 35 años , según explica, llega el momento de prevenir : «Es interesante que comencemos la prevención, que aumentemos la cantidad de proteínas, que si ya nos gusta un caldito de huesos o un pucherito… vayamos metiéndolo de manera más regular. Si a los 20 esto no nos preocupaba, pues a los 30 enfocar la alimentación desde ahí es importante».Pero las necesidades cambian de forma notable al alcanzar los 40 o 50 años , especialmente en mujeres . «Cuando ya estamos entrando primero en perimenopausia y luego en menopausia, con nuestra última menstruación, sí que es importante reforzar esta parte, porque con las fluctuaciones hormonales y sobre todo con el descenso de progesterona y de estradiol vamos perdiendo esa capacidad de regeneración. Se nota en los tejidos, pero también a nivel articular, puede haber molestias en espalda, en rodilla…».La especialista en salud hormonal apunta que, en ese punto, la suplementación puede ser de ayuda , sobre todo en personas con antecedentes de artrosis o lesiones : «De hecho, si además venimos de cirugías de alguna articulación o con familiares con artritis reumatoide o artrosis… quizás sea interesante darle, a partir de los 40 sobre todo, un empujoncito al cuerpo e incluir colágeno en nuestra vida».El caldo ‘de toda la vida’ y los suplementos que sí funcionanSobre los alimentos que ayudan a estimular la producción de colágeno , la experta volvió a los orígenes: «Hemos mencionado así como muy rápidamente, por ejemplo, el caldo de huesos. Esto se está poniendo super de moda, pero realmente es el caldo de toda la vida donde le echábamos la carnecita, pero el huesito».Caldos de pollo con carcasa, huesos de rodilla de ternera o el clásico pucherito malagueño son, según explica, verdaderas fuentes de «oro líquido». «Nos aportan glicina, prolina, hidroxiprolina… todos los ladrillitos que necesitamos para construir ese colágeno». También recomienda pescados cartilaginosos como el rape o la anguila , o incluso usar gelatina sin sabor , que puede añadirse fácilmente a un yogur o una crema de verduras .Pero además de incorporar alimentos ricos en colágeno, la nutricionista recuerda que es esencial consumir vitamina C , ya que esta vitamina actúa como catalizador para que el cuerpo fabrique su propio colágeno .Por último, cuando se trata de suplementos , la especialista es clara. Lo primero, que ponga bien grande colágeno hidrolizado . Si además pone péptidos de bajo peso molecular , mejor todavía, porque eso quiere decir que se absorbe mejor . Y la tercera, que lleve algo más: vitamina C, ácido hialurónico o zinc . Si un producto cumple esas tres condiciones, asegura, «ya es una apuesta ganadora». En los últimos años, el colágeno se ha convertido en el nuevo objeto de deseo del mundo del bienestar. Cremas, cápsulas, caldos e incluso infusiones prometen rejuvenecer la piel o fortalecer las articulaciones gracias a este componente que, según muchos, es sinónimo de juventud eterna . Pero entre tanta promesa comercial y mensajes en redes, pocos saben realmente qué es el colágeno, cómo se produce y, sobre todo, si tiene sentido consumirlo. Para aclararlo, la malagueña Marta León, ingeniera química, experta en nutrición y en salud hormonal, ofreció en el programa MÁS Málaga , de la cadena COPE, una explicación detallada sobre cómo funciona esta proteína en el organismo y qué papel juega la alimentación en su producción . Al inicio de su intervención, la especialista quiso desmontar una de las creencias más repetidas : que el colágeno que ingerimos no sirve de nada porque el estómago lo destruye . «Pues mira, esto es algo que efectivamente seguro que alguien de la audiencia lo ha escuchado… sí y no. Cuando tomamos colágeno, el colágeno realmente es una proteína compuesta con distintos aminoácidos, es decir, con distintos ladrillitos. Cuando llegan esos ladrillitos… claro que el estómago hace parte de esa ruptura, pero los estudios lo que nos muestran es que cuando tomamos colágeno, y sobre todo los colágenos que están estudiados, o por lo menos los que aparecen en los estudios, colágeno hidrolizado, sí llegan intactos al torrente sanguíneo. Hay algunos marcadores que ya nos van diciendo que efectivamente sí».A partir de ahí, la nutricionista malagueña defendió que una alimentación rica en colágeno , ya sea mediante caldos tradicionales o suplementos bien formulados, sí puede tener efectos visibles . «Se ha visto que se acumula en piel, se acumula en articulaciones… hay una absorción selectiva», explicó, aunque añadió una advertencia: «Eso sí, no vale cualquier colágeno».Cómo cambia la producción de colágeno según la edadPara la especialista, entender el papel del colágeno a lo largo de la vida es esencial . No se trata de tomarlo por moda, sino de acompañar al cuerpo en las diferentes etapas en las que su capacidad de regeneración cambia.«Antes de los 30, se dice que empezamos a perder un poquito de colágeno cada año. Lo que pasa es que a los 20 o a los 30 y pocos tenemos producción máxima. Entonces, sobre todo, tenemos que enfocarnos en protegerlo. Hacer una alimentación de colores, con vitamina C, tomar alimentos proteicos para poder aprovecharnos de esta capacidad que tenemos de producirlos nosotros», manifiesta.Noticia Relacionada estandar No Tres tratamientos antienvejecimiento ideales para aumentar el colágeno natural y rejuvenecer el rostro Luce una piel más joven y radiante con estos tratamientos tan demandados para la pielA partir de los 30 o 35 años , según explica, llega el momento de prevenir : «Es interesante que comencemos la prevención, que aumentemos la cantidad de proteínas, que si ya nos gusta un caldito de huesos o un pucherito… vayamos metiéndolo de manera más regular. Si a los 20 esto no nos preocupaba, pues a los 30 enfocar la alimentación desde ahí es importante».Pero las necesidades cambian de forma notable al alcanzar los 40 o 50 años , especialmente en mujeres . «Cuando ya estamos entrando primero en perimenopausia y luego en menopausia, con nuestra última menstruación, sí que es importante reforzar esta parte, porque con las fluctuaciones hormonales y sobre todo con el descenso de progesterona y de estradiol vamos perdiendo esa capacidad de regeneración. Se nota en los tejidos, pero también a nivel articular, puede haber molestias en espalda, en rodilla…».La especialista en salud hormonal apunta que, en ese punto, la suplementación puede ser de ayuda , sobre todo en personas con antecedentes de artrosis o lesiones : «De hecho, si además venimos de cirugías de alguna articulación o con familiares con artritis reumatoide o artrosis… quizás sea interesante darle, a partir de los 40 sobre todo, un empujoncito al cuerpo e incluir colágeno en nuestra vida».El caldo ‘de toda la vida’ y los suplementos que sí funcionanSobre los alimentos que ayudan a estimular la producción de colágeno , la experta volvió a los orígenes: «Hemos mencionado así como muy rápidamente, por ejemplo, el caldo de huesos. Esto se está poniendo super de moda, pero realmente es el caldo de toda la vida donde le echábamos la carnecita, pero el huesito».Caldos de pollo con carcasa, huesos de rodilla de ternera o el clásico pucherito malagueño son, según explica, verdaderas fuentes de «oro líquido». «Nos aportan glicina, prolina, hidroxiprolina… todos los ladrillitos que necesitamos para construir ese colágeno». También recomienda pescados cartilaginosos como el rape o la anguila , o incluso usar gelatina sin sabor , que puede añadirse fácilmente a un yogur o una crema de verduras .Pero además de incorporar alimentos ricos en colágeno, la nutricionista recuerda que es esencial consumir vitamina C , ya que esta vitamina actúa como catalizador para que el cuerpo fabrique su propio colágeno .Por último, cuando se trata de suplementos , la especialista es clara. Lo primero, que ponga bien grande colágeno hidrolizado . Si además pone péptidos de bajo peso molecular , mejor todavía, porque eso quiere decir que se absorbe mejor . Y la tercera, que lleve algo más: vitamina C, ácido hialurónico o zinc . Si un producto cumple esas tres condiciones, asegura, «ya es una apuesta ganadora».
En los últimos años, el colágeno se ha convertido en el nuevo objeto de deseo del mundo del bienestar. Cremas, cápsulas, caldos e incluso infusiones prometen rejuvenecer la piel o fortalecer las articulaciones gracias a este componente que, según muchos, es sinónimo de … juventud eterna. Pero entre tanta promesa comercial y mensajes en redes, pocos saben realmente qué es el colágeno, cómo se produce y, sobre todo, si tiene sentido consumirlo. Para aclararlo, la malagueña Marta León, ingeniera química, experta en nutrición y en salud hormonal, ofreció en el programa MÁS Málaga, de la cadena COPE, una explicación detallada sobre cómo funciona esta proteína en el organismo y qué papel juega la alimentación en su producción.
Al inicio de su intervención, la especialista quiso desmontar una de las creencias más repetidas: que el colágeno que ingerimos no sirve de nada porque el estómago lo destruye. «Pues mira, esto es algo que efectivamente seguro que alguien de la audiencia lo ha escuchado… sí y no. Cuando tomamos colágeno, el colágeno realmente es una proteína compuesta con distintos aminoácidos, es decir, con distintos ladrillitos. Cuando llegan esos ladrillitos… claro que el estómago hace parte de esa ruptura, pero los estudios lo que nos muestran es que cuando tomamos colágeno, y sobre todo los colágenos que están estudiados, o por lo menos los que aparecen en los estudios, colágeno hidrolizado, sí llegan intactos al torrente sanguíneo. Hay algunos marcadores que ya nos van diciendo que efectivamente sí».
A partir de ahí, la nutricionista malagueña defendió que una alimentación rica en colágeno, ya sea mediante caldos tradicionales o suplementos bien formulados, sí puede tener efectos visibles. «Se ha visto que se acumula en piel, se acumula en articulaciones… hay una absorción selectiva», explicó, aunque añadió una advertencia: «Eso sí, no vale cualquier colágeno».
Cómo cambia la producción de colágeno según la edad
Para la especialista, entender el papel del colágeno a lo largo de la vida es esencial. No se trata de tomarlo por moda, sino de acompañar al cuerpo en las diferentes etapas en las que su capacidad de regeneración cambia.
«Antes de los 30, se dice que empezamos a perder un poquito de colágeno cada año. Lo que pasa es que a los 20 o a los 30 y pocos tenemos producción máxima. Entonces, sobre todo, tenemos que enfocarnos en protegerlo. Hacer una alimentación de colores, con vitamina C, tomar alimentos proteicos para poder aprovecharnos de esta capacidad que tenemos de producirlos nosotros», manifiesta.
A partir de los 30 o 35 años, según explica, llega el momento de prevenir: «Es interesante que comencemos la prevención, que aumentemos la cantidad de proteínas, que si ya nos gusta un caldito de huesos o un pucherito… vayamos metiéndolo de manera más regular. Si a los 20 esto no nos preocupaba, pues a los 30 enfocar la alimentación desde ahí es importante».
Pero las necesidades cambian de forma notable al alcanzar los 40 o 50 años, especialmente en mujeres. «Cuando ya estamos entrando primero en perimenopausia y luego en menopausia, con nuestra última menstruación, sí que es importante reforzar esta parte, porque con las fluctuaciones hormonales y sobre todo con el descenso de progesterona y de estradiol vamos perdiendo esa capacidad de regeneración. Se nota en los tejidos, pero también a nivel articular, puede haber molestias en espalda, en rodilla…».
La especialista en salud hormonal apunta que, en ese punto, la suplementación puede ser de ayuda, sobre todo en personas con antecedentes de artrosis o lesiones: «De hecho, si además venimos de cirugías de alguna articulación o con familiares con artritis reumatoide o artrosis… quizás sea interesante darle, a partir de los 40 sobre todo, un empujoncito al cuerpo e incluir colágeno en nuestra vida».
El caldo ‘de toda la vida’ y los suplementos que sí funcionan
Sobre los alimentos que ayudan a estimular la producción de colágeno, la experta volvió a los orígenes: «Hemos mencionado así como muy rápidamente, por ejemplo, el caldo de huesos. Esto se está poniendo super de moda, pero realmente es el caldo de toda la vida donde le echábamos la carnecita, pero el huesito».
Caldos de pollo con carcasa, huesos de rodilla de ternera o el clásico pucherito malagueño son, según explica, verdaderas fuentes de «oro líquido». «Nos aportan glicina, prolina, hidroxiprolina… todos los ladrillitos que necesitamos para construir ese colágeno». También recomienda pescados cartilaginosos como el rape o la anguila, o incluso usar gelatina sin sabor, que puede añadirse fácilmente a un yogur o una crema de verduras.
Pero además de incorporar alimentos ricos en colágeno, la nutricionista recuerda que es esencial consumir vitamina C, ya que esta vitamina actúa como catalizador para que el cuerpo fabrique su propio colágeno.
Por último, cuando se trata de suplementos, la especialista es clara. Lo primero, que ponga bien grande colágeno hidrolizado. Si además pone péptidos de bajo peso molecular, mejor todavía, porque eso quiere decir que se absorbe mejor. Y la tercera, que lleve algo más: vitamina C, ácido hialurónico o zinc. Si un producto cumple esas tres condiciones, asegura, «ya es una apuesta ganadora».
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