Varias docenas de vacas y bueyes de las razas angus, bazadaise y alguna charolesa retozan por una finca a la salida del municipio de San Mamés, a unos 90 kilómetros de Madrid . «Este es un buey, y se llama Javi, y aquel Alejandro. Y la otra es Olivia». Los ejemplares llevan al cuello un cencerro y algunos, otro curioso ‘collar’ de plástico de color verde pistacho. Es el que los conecta a un sistema que permite localizarlos en todo momento y que utiliza tecnología blockchain. Vicente del Amo muestra ufano su móvil: en la pantalla se observa un mapa sobre el que se dibujan varios puntos del mismo tono verde que los collares que porta el ganado. «Mira, mira, ¿ves? Ahora mismo, están todas en el abrevadero, en el pilón. Menos dos que están en el corral«. Lo dice desde la plaza del pueblo, donde con sólo un vistazo a su celular sabe, en cuestión de segundos, el punto exacto en que se encuentran su vacada. La última tecnología aplicada al control de la ganadería extensiva.El collar no sólo tiene localizadas en todo momento a las 40 vacas y bueyes, sino que también es capaz de identificar a cada una: Olivia, por ejemplo, es la FB 366, y con este número aparece en la pantalla del móvil, para que sus dueños sepan en todo momento por dónde anda. En la finca los animales pastan por 26 hectáreas de terreno, pero donde la aplicación se muestra especialmente útil es cuando las suben al monte: «Aquello son pastos comunales y serán miles de hectáreas» calcula Enrique del Amo, el otro hermano que gestiona también la ganadería San Mamés. Noticia Relacionada estandar Si La oveja autóctona de Madrid que casi extingue el fuego en Tres Cantos Sara Medialdea El ganadero Daniel Santos tenía el lunes 315 ovejas de raza colmenareña, una especie autóctona de la que quedan apenas 5.000 ejemplares en España; pero el incendio que asoló 1.700 hectáreas se llevó por delante a la mitadLocalizar la vacada en una extensión tan grande resulta difícil en ocasiones; el método tradicional es guiarse por el sonido del cencerro, pero dar con todas puede llevar horas y ya se sabe que el tiempo es oro. Ahora, con una simple mirada al móvil es posible dar con la ubicación de todas ellas. Y también hacer un seguimiento de su estado, e incluso de su salud: los dispositivos cuentan con un medidor de temperatura corporal que se sitúa en la parte interior, la que está en contacto con la piel del ejemplar, y señala si se da alguna irregularidad. E igualmente dan alerta si se produce una bajada anormal de la actividad del ejemplar. «Lo normal es que estén todas juntas; si una vaca está despegada de las demás, o está mala o está pariendo. O está muerta», describe el ganadero.Ayudas regionalesDigitanimal es la empresa de tecnología española que ha desarrollado el sistema que permite localizar al ganado mediante un sensor colocado en este caso en el cuello del animal. Para ello, se ha beneficiado de las ayudas que la Consejería de Digitalización otorga a pymes y startups que utilizan tecnología blockchain , algo que permite no sólo la localización sino sobre todo el seguimiento y la trazabilidad de todo lo relacionado con ese ganado, mediante un sistema seguro e inalterable: nadie puede alterar los datos ni acceder a ellos, y cualquier cambio que se introduzca queda registrado.Digitanimal recibió casi 100.000 euros para crear esta tecnología única, que permite monitorizar a los animales en tiempo real mediante dispositivos conectados a internet que recogen su ubicación, su actividad –en función de sus movimientos– y su salud, datos que luego se analizan utilizando determinados algoritmos. De este modo, son capaces de detectar traslados de animales entre parcelas, problemas sanitarios del ganado o hábitos de pastoreo. La empresa tiene collares con esta tecnología en 80 países, con más de 15.000 clientes. Hasta en Noruega, y todo tiene su razón de ser: «es que en las zonas montañosas es donde más se utiliza».Pasaporte electrónicoDigitanimal chequea con blockchain el registro de nuevos animales y los movimientos que éstos realizan entre recintos, y están ahora desarrollando una herramienta que permitirá a ganaderos y la administración regional acceder a esta información para poder utilizarla como certificado digital o ‘pasaporte electrónico’ vinculado a los productos cárnicos. Traducido en términos prácticos, esto supone menos burocracia para el ganadero, y más control, transparencia y verificabilidad para las administraciones, mientras que los consumidores tendrán mayor claridad sobre el origen de los productos cárnicos que consumen: podrán saber, por ejemplo, cuánto tiempo ha estado el animal en libertad y cuánto tiempo ha engordado en cebadero.Los hermanos Del Amo crían las vacas, mientras los bueyes se venden como carne. Utilizan desde hace cuatro años los collares tecnificados, aunque estos son una versión más moderna «que funciona con placas solares; los anteriores iban a pilas, y había que estar cambiándola». Conocieron la tecnología de Digitanimal en una feria y enseguida entendieron su potencial. «Al principio éramos los únicos que lo hacíamos», explica Rubén Blanco, director comercial de Digitanimal. La misma tecnología la aplican también a caballos y ovejas o cabras. «Y planteamos soluciones según cada ganadero, adaptándonos a sus necesidades», matiza.Es una tecnología que también se aplica para intentar evitar ataques de lobo, «que los hay», recuerda Vicente del Amo. En este caso, el collar emite luces cada 15 minutos, por la noche. Fuerte inversiónCada aparato puede costar unos 200 euros sin impuestos; «si hay 100 vacas, es una inversión fuerte»; Por eso los ganaderos rentabilizan al máximo estos dispositivos: «Como suelen estar en manada, no todos los animales lo tienen puesto. Normalmente, se los ponemos a las capitanas, o a las que van a parir».Rubén Blanco explica que ahora Digitanimal trabaja en otro dispositivo, «un recinto virtual, una valla no física, donde tú marcas una zona determinada y de esa no se va a salir el animal». Si lo intenta, el collar primero pita y luego, si continúa intentándolo, le da unas descargas. Los hermanos Vicente y Enrique del Amo, con sus vacas; el sensor de temperatura, que se pone en contacto con la piel de la vaca y aporta datos de su salud; y la ubicación de los animales, a vista de móvil Guillermo NavarroEllos son una de las 20 pymes que han recibido estas ayudas de la Comunidad para desarrollar soluciones innovadoras. Son subvenciones por un total de 2 millones de euros procedentes al 75 por ciento de la Unión Europea y al 25 por ciento de recursos de la Comunidad de Madrid. «Tuvimos una demanda brutal: para las 20 ayudas se postularon unas 100 empresas. En dos semanas, tanto estas como las dedicadas a Inteligencia Artificial, que fueron 30 ayudas y 300 solicitudes, estaban cubiertas», explica el director general de Estrategia Digital, Ignacio Azorín. Ahora, añade, llega el momento de «medir los resultados, y ver si están ayudando a hacer las empresas más competitivas, y que la tecnología ‘made in Madrid’ esté en el mundo y sea ‘sexy».La novedad de aplicar el sistema de blockchain, una tecnología habitualmente relacionada con el mundo de la criptomoneda, a una actividad tan ajena a ello como la ganadería extensiva es una manera, explica Azorín, de «ver cómo también aporta valor a la sociedad». El blockchain se puede aplicar, indica, «a la gestión de la identidad digital, la trazabilidad…». Es, concluye, «la verdad digital, la transparencia digital, porque todo lo que entra en blockchain es inmutable y trazable». Varias docenas de vacas y bueyes de las razas angus, bazadaise y alguna charolesa retozan por una finca a la salida del municipio de San Mamés, a unos 90 kilómetros de Madrid . «Este es un buey, y se llama Javi, y aquel Alejandro. Y la otra es Olivia». Los ejemplares llevan al cuello un cencerro y algunos, otro curioso ‘collar’ de plástico de color verde pistacho. Es el que los conecta a un sistema que permite localizarlos en todo momento y que utiliza tecnología blockchain. Vicente del Amo muestra ufano su móvil: en la pantalla se observa un mapa sobre el que se dibujan varios puntos del mismo tono verde que los collares que porta el ganado. «Mira, mira, ¿ves? Ahora mismo, están todas en el abrevadero, en el pilón. Menos dos que están en el corral«. Lo dice desde la plaza del pueblo, donde con sólo un vistazo a su celular sabe, en cuestión de segundos, el punto exacto en que se encuentran su vacada. La última tecnología aplicada al control de la ganadería extensiva.El collar no sólo tiene localizadas en todo momento a las 40 vacas y bueyes, sino que también es capaz de identificar a cada una: Olivia, por ejemplo, es la FB 366, y con este número aparece en la pantalla del móvil, para que sus dueños sepan en todo momento por dónde anda. En la finca los animales pastan por 26 hectáreas de terreno, pero donde la aplicación se muestra especialmente útil es cuando las suben al monte: «Aquello son pastos comunales y serán miles de hectáreas» calcula Enrique del Amo, el otro hermano que gestiona también la ganadería San Mamés. Noticia Relacionada estandar Si La oveja autóctona de Madrid que casi extingue el fuego en Tres Cantos Sara Medialdea El ganadero Daniel Santos tenía el lunes 315 ovejas de raza colmenareña, una especie autóctona de la que quedan apenas 5.000 ejemplares en España; pero el incendio que asoló 1.700 hectáreas se llevó por delante a la mitadLocalizar la vacada en una extensión tan grande resulta difícil en ocasiones; el método tradicional es guiarse por el sonido del cencerro, pero dar con todas puede llevar horas y ya se sabe que el tiempo es oro. Ahora, con una simple mirada al móvil es posible dar con la ubicación de todas ellas. Y también hacer un seguimiento de su estado, e incluso de su salud: los dispositivos cuentan con un medidor de temperatura corporal que se sitúa en la parte interior, la que está en contacto con la piel del ejemplar, y señala si se da alguna irregularidad. E igualmente dan alerta si se produce una bajada anormal de la actividad del ejemplar. «Lo normal es que estén todas juntas; si una vaca está despegada de las demás, o está mala o está pariendo. O está muerta», describe el ganadero.Ayudas regionalesDigitanimal es la empresa de tecnología española que ha desarrollado el sistema que permite localizar al ganado mediante un sensor colocado en este caso en el cuello del animal. Para ello, se ha beneficiado de las ayudas que la Consejería de Digitalización otorga a pymes y startups que utilizan tecnología blockchain , algo que permite no sólo la localización sino sobre todo el seguimiento y la trazabilidad de todo lo relacionado con ese ganado, mediante un sistema seguro e inalterable: nadie puede alterar los datos ni acceder a ellos, y cualquier cambio que se introduzca queda registrado.Digitanimal recibió casi 100.000 euros para crear esta tecnología única, que permite monitorizar a los animales en tiempo real mediante dispositivos conectados a internet que recogen su ubicación, su actividad –en función de sus movimientos– y su salud, datos que luego se analizan utilizando determinados algoritmos. De este modo, son capaces de detectar traslados de animales entre parcelas, problemas sanitarios del ganado o hábitos de pastoreo. La empresa tiene collares con esta tecnología en 80 países, con más de 15.000 clientes. Hasta en Noruega, y todo tiene su razón de ser: «es que en las zonas montañosas es donde más se utiliza».Pasaporte electrónicoDigitanimal chequea con blockchain el registro de nuevos animales y los movimientos que éstos realizan entre recintos, y están ahora desarrollando una herramienta que permitirá a ganaderos y la administración regional acceder a esta información para poder utilizarla como certificado digital o ‘pasaporte electrónico’ vinculado a los productos cárnicos. Traducido en términos prácticos, esto supone menos burocracia para el ganadero, y más control, transparencia y verificabilidad para las administraciones, mientras que los consumidores tendrán mayor claridad sobre el origen de los productos cárnicos que consumen: podrán saber, por ejemplo, cuánto tiempo ha estado el animal en libertad y cuánto tiempo ha engordado en cebadero.Los hermanos Del Amo crían las vacas, mientras los bueyes se venden como carne. Utilizan desde hace cuatro años los collares tecnificados, aunque estos son una versión más moderna «que funciona con placas solares; los anteriores iban a pilas, y había que estar cambiándola». Conocieron la tecnología de Digitanimal en una feria y enseguida entendieron su potencial. «Al principio éramos los únicos que lo hacíamos», explica Rubén Blanco, director comercial de Digitanimal. La misma tecnología la aplican también a caballos y ovejas o cabras. «Y planteamos soluciones según cada ganadero, adaptándonos a sus necesidades», matiza.Es una tecnología que también se aplica para intentar evitar ataques de lobo, «que los hay», recuerda Vicente del Amo. En este caso, el collar emite luces cada 15 minutos, por la noche. Fuerte inversiónCada aparato puede costar unos 200 euros sin impuestos; «si hay 100 vacas, es una inversión fuerte»; Por eso los ganaderos rentabilizan al máximo estos dispositivos: «Como suelen estar en manada, no todos los animales lo tienen puesto. Normalmente, se los ponemos a las capitanas, o a las que van a parir».Rubén Blanco explica que ahora Digitanimal trabaja en otro dispositivo, «un recinto virtual, una valla no física, donde tú marcas una zona determinada y de esa no se va a salir el animal». Si lo intenta, el collar primero pita y luego, si continúa intentándolo, le da unas descargas. Los hermanos Vicente y Enrique del Amo, con sus vacas; el sensor de temperatura, que se pone en contacto con la piel de la vaca y aporta datos de su salud; y la ubicación de los animales, a vista de móvil Guillermo NavarroEllos son una de las 20 pymes que han recibido estas ayudas de la Comunidad para desarrollar soluciones innovadoras. Son subvenciones por un total de 2 millones de euros procedentes al 75 por ciento de la Unión Europea y al 25 por ciento de recursos de la Comunidad de Madrid. «Tuvimos una demanda brutal: para las 20 ayudas se postularon unas 100 empresas. En dos semanas, tanto estas como las dedicadas a Inteligencia Artificial, que fueron 30 ayudas y 300 solicitudes, estaban cubiertas», explica el director general de Estrategia Digital, Ignacio Azorín. Ahora, añade, llega el momento de «medir los resultados, y ver si están ayudando a hacer las empresas más competitivas, y que la tecnología ‘made in Madrid’ esté en el mundo y sea ‘sexy».La novedad de aplicar el sistema de blockchain, una tecnología habitualmente relacionada con el mundo de la criptomoneda, a una actividad tan ajena a ello como la ganadería extensiva es una manera, explica Azorín, de «ver cómo también aporta valor a la sociedad». El blockchain se puede aplicar, indica, «a la gestión de la identidad digital, la trazabilidad…». Es, concluye, «la verdad digital, la transparencia digital, porque todo lo que entra en blockchain es inmutable y trazable».
Varias docenas de vacas y bueyes de las razas angus, bazadaise y alguna charolesa retozan por una finca a la salida del municipio de San Mamés, a unos 90 kilómetros de Madrid. «Este es un buey, y se llama Javi, y aquel Alejandro. Y … la otra es Olivia». Los ejemplares llevan al cuello un cencerro y algunos, otro curioso ‘collar’ de plástico de color verde pistacho. Es el que los conecta a un sistema que permite localizarlos en todo momento y que utiliza tecnología blockchain.
Vicente del Amo muestra ufano su móvil: en la pantalla se observa un mapa sobre el que se dibujan varios puntos del mismo tono verde que los collares que porta el ganado. «Mira, mira, ¿ves? Ahora mismo, están todas en el abrevadero, en el pilón. Menos dos que están en el corral«. Lo dice desde la plaza del pueblo, donde con sólo un vistazo a su celular sabe, en cuestión de segundos, el punto exacto en que se encuentran su vacada. La última tecnología aplicada al control de la ganadería extensiva.
El collar no sólo tiene localizadas en todo momento a las 40 vacas y bueyes, sino que también es capaz de identificar a cada una: Olivia, por ejemplo, es la FB 366, y con este número aparece en la pantalla del móvil, para que sus dueños sepan en todo momento por dónde anda. En la finca los animales pastan por 26 hectáreas de terreno, pero donde la aplicación se muestra especialmente útil es cuando las suben al monte: «Aquello son pastos comunales y serán miles de hectáreas» calcula Enrique del Amo, el otro hermano que gestiona también la ganadería San Mamés.
Localizar la vacada en una extensión tan grande resulta difícil en ocasiones; el método tradicional es guiarse por el sonido del cencerro, pero dar con todas puede llevar horas y ya se sabe que el tiempo es oro. Ahora, con una simple mirada al móvil es posible dar con la ubicación de todas ellas. Y también hacer un seguimiento de su estado, e incluso de su salud: los dispositivos cuentan con un medidor de temperatura corporal que se sitúa en la parte interior, la que está en contacto con la piel del ejemplar, y señala si se da alguna irregularidad. E igualmente dan alerta si se produce una bajada anormal de la actividad del ejemplar. «Lo normal es que estén todas juntas; si una vaca está despegada de las demás, o está mala o está pariendo. O está muerta», describe el ganadero.
Ayudas regionales
Digitanimal es la empresa de tecnología española que ha desarrollado el sistema que permite localizar al ganado mediante un sensor colocado en este caso en el cuello del animal. Para ello, se ha beneficiado de las ayudas que la Consejería de Digitalización otorga a pymes y startups que utilizan tecnología blockchain, algo que permite no sólo la localización sino sobre todo el seguimiento y la trazabilidad de todo lo relacionado con ese ganado, mediante un sistema seguro e inalterable: nadie puede alterar los datos ni acceder a ellos, y cualquier cambio que se introduzca queda registrado.
Digitanimal recibió casi 100.000 euros para crear esta tecnología única, que permite monitorizar a los animales en tiempo real mediante dispositivos conectados a internet que recogen su ubicación, su actividad –en función de sus movimientos– y su salud, datos que luego se analizan utilizando determinados algoritmos. De este modo, son capaces de detectar traslados de animales entre parcelas, problemas sanitarios del ganado o hábitos de pastoreo. La empresa tiene collares con esta tecnología en 80 países, con más de 15.000 clientes. Hasta en Noruega, y todo tiene su razón de ser: «es que en las zonas montañosas es donde más se utiliza».
Pasaporte electrónico
Digitanimal chequea con blockchain el registro de nuevos animales y los movimientos que éstos realizan entre recintos, y están ahora desarrollando una herramienta que permitirá a ganaderos y la administración regional acceder a esta información para poder utilizarla como certificado digital o ‘pasaporte electrónico’ vinculado a los productos cárnicos. Traducido en términos prácticos, esto supone menos burocracia para el ganadero, y más control, transparencia y verificabilidad para las administraciones, mientras que los consumidores tendrán mayor claridad sobre el origen de los productos cárnicos que consumen: podrán saber, por ejemplo, cuánto tiempo ha estado el animal en libertad y cuánto tiempo ha engordado en cebadero.
Los hermanos Del Amo crían las vacas, mientras los bueyes se venden como carne. Utilizan desde hace cuatro años los collares tecnificados, aunque estos son una versión más moderna «que funciona con placas solares; los anteriores iban a pilas, y había que estar cambiándola». Conocieron la tecnología de Digitanimal en una feria y enseguida entendieron su potencial. «Al principio éramos los únicos que lo hacíamos», explica Rubén Blanco, director comercial de Digitanimal. La misma tecnología la aplican también a caballos y ovejas o cabras. «Y planteamos soluciones según cada ganadero, adaptándonos a sus necesidades», matiza.
Es una tecnología que también se aplica para intentar evitar ataques de lobo, «que los hay», recuerda Vicente del Amo. En este caso, el collar emite luces cada 15 minutos, por la noche.
Fuerte inversión
Cada aparato puede costar unos 200 euros sin impuestos; «si hay 100 vacas, es una inversión fuerte»; Por eso los ganaderos rentabilizan al máximo estos dispositivos: «Como suelen estar en manada, no todos los animales lo tienen puesto. Normalmente, se los ponemos a las capitanas, o a las que van a parir».
Rubén Blanco explica que ahora Digitanimal trabaja en otro dispositivo, «un recinto virtual, una valla no física, donde tú marcas una zona determinada y de esa no se va a salir el animal». Si lo intenta, el collar primero pita y luego, si continúa intentándolo, le da unas descargas.
Guillermo Navarro
Ellos son una de las 20 pymes que han recibido estas ayudas de la Comunidad para desarrollar soluciones innovadoras. Son subvenciones por un total de 2 millones de euros procedentes al 75 por ciento de la Unión Europea y al 25 por ciento de recursos de la Comunidad de Madrid. «Tuvimos una demanda brutal: para las 20 ayudas se postularon unas 100 empresas. En dos semanas, tanto estas como las dedicadas a Inteligencia Artificial, que fueron 30 ayudas y 300 solicitudes, estaban cubiertas», explica el director general de Estrategia Digital, Ignacio Azorín. Ahora, añade, llega el momento de «medir los resultados, y ver si están ayudando a hacer las empresas más competitivas, y que la tecnología ‘made in Madrid’ esté en el mundo y sea ‘sexy».
La novedad de aplicar el sistema de blockchain, una tecnología habitualmente relacionada con el mundo de la criptomoneda, a una actividad tan ajena a ello como la ganadería extensiva es una manera, explica Azorín, de «ver cómo también aporta valor a la sociedad». El blockchain se puede aplicar, indica, «a la gestión de la identidad digital, la trazabilidad…». Es, concluye, «la verdad digital, la transparencia digital, porque todo lo que entra en blockchain es inmutable y trazable».
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