La fea derrota contra el Mallorca deja en Nervión un poso reflexivo ineludible para el equipo de Almeyda . Una enseñanza que el grupo debe tomar con el máximo pudor posible y aprovecharla para atenuar los puntos débiles que todos sabían de antemano que estaban ahí, que pueden asomar en cualquier situación de partido, dentro de un proyecto que en su percepción global hace crecer al Sevilla después de los intentos fallidos del club en las últimas temporadas de indolencia futbolística. No en vano, el fútbol y las sensaciones generales indican que el conjunto nervionense fue mejor que su rival en el duelo del pasado sábado y que la súbita descomposición del equipo se originó claramente en una cadena de errores propios difíciles de justificar y que propiciaron que el Mallorca, que aparecía por el Sánchez-Pizjuán como colista de LaLiga, le diera la vuelta al partido con tres goles en diez minutos (1-3). Ni siquiera se trata de señalar los fallos individuales, puntuales, de Suazo, Januzaj o Marcao (algunos, reincidentes), ya que tampoco el resto estuvo ducho en las ayudas y las coberturas contra esas pifias defensivas.El Sevilla de Almeyda asimila desde ya su responsabilidad en el trastazo contra el Mallorca y encaja el aviso a navegantes, no como frustración, sino como resorte para tomar impulso y fortalecer un trabajo que se está haciendo bien desde club y cuerpo técnico, con las herramientas justas y limitados recursos que obligan las (propias) nefastas gestiones de cursos anteriores. Pese a las advertencias y el cierto resquemor que pululaba en la preparación del choque ante los baleares, desde el embriagador abuso de confianza que podía generar la impactante goleada sobre el FC Barcelona (4-1), nadie pudo evitar que el sábado apareciera lo que Caparrós bautizó en su día como el exceso de azúcar. El carrusel de elogios y piropos durante el largo parón de selecciones penetró más de lo deseado en la piel de los sevillistas. Almeyda conocía el riesgo perfectamente, por más que despejara balones sobre el asunto en rueda de prensa. De puertas para adentro, trabajó mucho con sus jugadores esta situación, incidió en todo momento en repeler un escenario que era irreal. Llegó el partido con el Mallorca y el equipo dominó, se adelantó en el marcador, pero no sentenció a su rival en las ocasiones posteriores, pecando de un cierto halo de suficiencia que este Sevilla no se puede permitir. Ahí fue cuando se dio de bruces con la realidad y el Mallorca lo castigó duramente al bajar la guardia, destapando un déficit de actitud en los de casa que resultó letal. Y muy decepcionante para una grada que andaba deseosa de refrendar a los suyos y a su entrenador.Lo positivo es que los protagonistas, desde el primer momento, saben en qué fallaron. Nada más terminar el encuentro, Matías Almeyda señaló esa falta de concentración en los momentos clave . Fue tajante: «Los futbolistas deberían jugar siempre al 100%. Si no nos partimos el alma, no alcanza. No tenemos jugadores que te definan un partido en una acción; debemos hacerlo como equipo», lamentó sin tapujos el entrenador nacido en Azul hace 51 años. En esa línea, dejó claro que su Sevilla no puede permitirse el lujo de desperdiciar ocasiones cuando toca cerrar el partido. Esas opciones no vuelven. No hay remanente como para someter al rival los noventa minutos y pensar que las oportunidades seguirán apareciendo, como en algún momento creyeron los futbolistas del Sevilla. Azúcar y excesos. «Equipos como nosotros no pueden perdonar. Las acciones que tienes, las tienes que concretar», sentenció Almeyda.«Los futbolistas deberían jugar siempre al 100%. Si no nos partimos el alma, no alcanza» Matías Almeyda Entrenador del Sevilla FCUn mensaje, el del técnico, que coincide casi de pleno con el lanzado por el capitán del Sevilla Marcao Teixeira. El brasileño apunta igualmente a la actitud. «Bajamos la concentración. Estábamos lejos de las marcas y perdimos el encuentro. No hay mucho más que señalar. Tenemos que hablar esta semana, mirar los vídeos y seguir para ganar los próximos partidos. Cometimos muchos errores», indicó el zaguero, nada afortunado en el tercer gol mallorquinista.La enseñanza del curso pasadoCubierto prácticamente el primer cuarto del campeonato liguero, el Sevilla FC alcanza los 13 puntos en la tabla clasificatoria. Si los de Almeyda mantienen esta proyección, finalizarían LaLiga con 54 puntos, una cifra que da pasar un campeonato tranquilo e incluso para merodear la zona europea. El Rayo se metió en Conference la campaña pasada como séptimo clasificado con 52 puntos. Es aconsejable y necesario que el Sevilla identifique su realidad para no despistar el objetivo y crecer a partir de aspiraciones razonables, garantizando sus mínimos. Si más adelante se pone a tiro un premio mayor, será producto de ello.La última liga 2024-25, en este sentido, dejó una buena enseñanza a los sevillistas. Con García Pimienta , el equipo sumaba a estas alturas del torneo doméstico, en la misma jornada 9ª, 12 puntos, sólo uno menos que los que acumula ahora el Sevilla de Almeyda. No hace falta recordar cómo acabó el curso pasado, con el entrenador destituido y el equipo sufriendo, mirando hacia abajo durante todo el tramo final. Es decir, el Sevilla no puede relajarse por su aseado arranque de temporada. Tiene el aprendizaje de lo ocurrido el año pasado. Con un sensible matiz a favor. Si bien la dinámica de puntos es similar a la de Pimienta en el arranque liguero, las sensaciones que transmite el equipo con Almeyda son mucho más sólidas, con una identidad definida que invita, por ahora, a confiar en cierta progresión durante la temporada.Comparativa entre la 2024-25 y la 2025-26 Puntos con García Pimienta en la jornada 9: 12 Puntos con Almeyda en la jornada 9: 13La caída del Sevilla en la 2024-25 llegó concretamente en los albores de la primavera, cuando entrado el mes de marzo el equipo, que coqueteaba incluso con los puestos europeos, se diluyó peligrosamente en un cierre de curso horroroso. Tal fue la descomposición que sólo pudo sumar 5 puntos en las últimas 11 jornadas. Acabó la liga con un único punto de margen sobre el precipicio del descenso. La fea derrota contra el Mallorca deja en Nervión un poso reflexivo ineludible para el equipo de Almeyda . Una enseñanza que el grupo debe tomar con el máximo pudor posible y aprovecharla para atenuar los puntos débiles que todos sabían de antemano que estaban ahí, que pueden asomar en cualquier situación de partido, dentro de un proyecto que en su percepción global hace crecer al Sevilla después de los intentos fallidos del club en las últimas temporadas de indolencia futbolística. No en vano, el fútbol y las sensaciones generales indican que el conjunto nervionense fue mejor que su rival en el duelo del pasado sábado y que la súbita descomposición del equipo se originó claramente en una cadena de errores propios difíciles de justificar y que propiciaron que el Mallorca, que aparecía por el Sánchez-Pizjuán como colista de LaLiga, le diera la vuelta al partido con tres goles en diez minutos (1-3). Ni siquiera se trata de señalar los fallos individuales, puntuales, de Suazo, Januzaj o Marcao (algunos, reincidentes), ya que tampoco el resto estuvo ducho en las ayudas y las coberturas contra esas pifias defensivas.El Sevilla de Almeyda asimila desde ya su responsabilidad en el trastazo contra el Mallorca y encaja el aviso a navegantes, no como frustración, sino como resorte para tomar impulso y fortalecer un trabajo que se está haciendo bien desde club y cuerpo técnico, con las herramientas justas y limitados recursos que obligan las (propias) nefastas gestiones de cursos anteriores. Pese a las advertencias y el cierto resquemor que pululaba en la preparación del choque ante los baleares, desde el embriagador abuso de confianza que podía generar la impactante goleada sobre el FC Barcelona (4-1), nadie pudo evitar que el sábado apareciera lo que Caparrós bautizó en su día como el exceso de azúcar. El carrusel de elogios y piropos durante el largo parón de selecciones penetró más de lo deseado en la piel de los sevillistas. Almeyda conocía el riesgo perfectamente, por más que despejara balones sobre el asunto en rueda de prensa. De puertas para adentro, trabajó mucho con sus jugadores esta situación, incidió en todo momento en repeler un escenario que era irreal. Llegó el partido con el Mallorca y el equipo dominó, se adelantó en el marcador, pero no sentenció a su rival en las ocasiones posteriores, pecando de un cierto halo de suficiencia que este Sevilla no se puede permitir. Ahí fue cuando se dio de bruces con la realidad y el Mallorca lo castigó duramente al bajar la guardia, destapando un déficit de actitud en los de casa que resultó letal. Y muy decepcionante para una grada que andaba deseosa de refrendar a los suyos y a su entrenador.Lo positivo es que los protagonistas, desde el primer momento, saben en qué fallaron. Nada más terminar el encuentro, Matías Almeyda señaló esa falta de concentración en los momentos clave . Fue tajante: «Los futbolistas deberían jugar siempre al 100%. Si no nos partimos el alma, no alcanza. No tenemos jugadores que te definan un partido en una acción; debemos hacerlo como equipo», lamentó sin tapujos el entrenador nacido en Azul hace 51 años. En esa línea, dejó claro que su Sevilla no puede permitirse el lujo de desperdiciar ocasiones cuando toca cerrar el partido. Esas opciones no vuelven. No hay remanente como para someter al rival los noventa minutos y pensar que las oportunidades seguirán apareciendo, como en algún momento creyeron los futbolistas del Sevilla. Azúcar y excesos. «Equipos como nosotros no pueden perdonar. Las acciones que tienes, las tienes que concretar», sentenció Almeyda.«Los futbolistas deberían jugar siempre al 100%. Si no nos partimos el alma, no alcanza» Matías Almeyda Entrenador del Sevilla FCUn mensaje, el del técnico, que coincide casi de pleno con el lanzado por el capitán del Sevilla Marcao Teixeira. El brasileño apunta igualmente a la actitud. «Bajamos la concentración. Estábamos lejos de las marcas y perdimos el encuentro. No hay mucho más que señalar. Tenemos que hablar esta semana, mirar los vídeos y seguir para ganar los próximos partidos. Cometimos muchos errores», indicó el zaguero, nada afortunado en el tercer gol mallorquinista.La enseñanza del curso pasadoCubierto prácticamente el primer cuarto del campeonato liguero, el Sevilla FC alcanza los 13 puntos en la tabla clasificatoria. Si los de Almeyda mantienen esta proyección, finalizarían LaLiga con 54 puntos, una cifra que da pasar un campeonato tranquilo e incluso para merodear la zona europea. El Rayo se metió en Conference la campaña pasada como séptimo clasificado con 52 puntos. Es aconsejable y necesario que el Sevilla identifique su realidad para no despistar el objetivo y crecer a partir de aspiraciones razonables, garantizando sus mínimos. Si más adelante se pone a tiro un premio mayor, será producto de ello.La última liga 2024-25, en este sentido, dejó una buena enseñanza a los sevillistas. Con García Pimienta , el equipo sumaba a estas alturas del torneo doméstico, en la misma jornada 9ª, 12 puntos, sólo uno menos que los que acumula ahora el Sevilla de Almeyda. No hace falta recordar cómo acabó el curso pasado, con el entrenador destituido y el equipo sufriendo, mirando hacia abajo durante todo el tramo final. Es decir, el Sevilla no puede relajarse por su aseado arranque de temporada. Tiene el aprendizaje de lo ocurrido el año pasado. Con un sensible matiz a favor. Si bien la dinámica de puntos es similar a la de Pimienta en el arranque liguero, las sensaciones que transmite el equipo con Almeyda son mucho más sólidas, con una identidad definida que invita, por ahora, a confiar en cierta progresión durante la temporada.Comparativa entre la 2024-25 y la 2025-26 Puntos con García Pimienta en la jornada 9: 12 Puntos con Almeyda en la jornada 9: 13La caída del Sevilla en la 2024-25 llegó concretamente en los albores de la primavera, cuando entrado el mes de marzo el equipo, que coqueteaba incluso con los puestos europeos, se diluyó peligrosamente en un cierre de curso horroroso. Tal fue la descomposición que sólo pudo sumar 5 puntos en las últimas 11 jornadas. Acabó la liga con un único punto de margen sobre el precipicio del descenso. La fea derrota contra el Mallorca deja en Nervión un poso reflexivo ineludible para el equipo de Almeyda . Una enseñanza que el grupo debe tomar con el máximo pudor posible y aprovecharla para atenuar los puntos débiles que todos sabían de antemano que estaban ahí, que pueden asomar en cualquier situación de partido, dentro de un proyecto que en su percepción global hace crecer al Sevilla después de los intentos fallidos del club en las últimas temporadas de indolencia futbolística. No en vano, el fútbol y las sensaciones generales indican que el conjunto nervionense fue mejor que su rival en el duelo del pasado sábado y que la súbita descomposición del equipo se originó claramente en una cadena de errores propios difíciles de justificar y que propiciaron que el Mallorca, que aparecía por el Sánchez-Pizjuán como colista de LaLiga, le diera la vuelta al partido con tres goles en diez minutos (1-3). Ni siquiera se trata de señalar los fallos individuales, puntuales, de Suazo, Januzaj o Marcao (algunos, reincidentes), ya que tampoco el resto estuvo ducho en las ayudas y las coberturas contra esas pifias defensivas.El Sevilla de Almeyda asimila desde ya su responsabilidad en el trastazo contra el Mallorca y encaja el aviso a navegantes, no como frustración, sino como resorte para tomar impulso y fortalecer un trabajo que se está haciendo bien desde club y cuerpo técnico, con las herramientas justas y limitados recursos que obligan las (propias) nefastas gestiones de cursos anteriores. Pese a las advertencias y el cierto resquemor que pululaba en la preparación del choque ante los baleares, desde el embriagador abuso de confianza que podía generar la impactante goleada sobre el FC Barcelona (4-1), nadie pudo evitar que el sábado apareciera lo que Caparrós bautizó en su día como el exceso de azúcar. El carrusel de elogios y piropos durante el largo parón de selecciones penetró más de lo deseado en la piel de los sevillistas. Almeyda conocía el riesgo perfectamente, por más que despejara balones sobre el asunto en rueda de prensa. De puertas para adentro, trabajó mucho con sus jugadores esta situación, incidió en todo momento en repeler un escenario que era irreal. Llegó el partido con el Mallorca y el equipo dominó, se adelantó en el marcador, pero no sentenció a su rival en las ocasiones posteriores, pecando de un cierto halo de suficiencia que este Sevilla no se puede permitir. Ahí fue cuando se dio de bruces con la realidad y el Mallorca lo castigó duramente al bajar la guardia, destapando un déficit de actitud en los de casa que resultó letal. Y muy decepcionante para una grada que andaba deseosa de refrendar a los suyos y a su entrenador.Lo positivo es que los protagonistas, desde el primer momento, saben en qué fallaron. Nada más terminar el encuentro, Matías Almeyda señaló esa falta de concentración en los momentos clave . Fue tajante: «Los futbolistas deberían jugar siempre al 100%. Si no nos partimos el alma, no alcanza. No tenemos jugadores que te definan un partido en una acción; debemos hacerlo como equipo», lamentó sin tapujos el entrenador nacido en Azul hace 51 años. En esa línea, dejó claro que su Sevilla no puede permitirse el lujo de desperdiciar ocasiones cuando toca cerrar el partido. Esas opciones no vuelven. No hay remanente como para someter al rival los noventa minutos y pensar que las oportunidades seguirán apareciendo, como en algún momento creyeron los futbolistas del Sevilla. Azúcar y excesos. «Equipos como nosotros no pueden perdonar. Las acciones que tienes, las tienes que concretar», sentenció Almeyda.«Los futbolistas deberían jugar siempre al 100%. Si no nos partimos el alma, no alcanza» Matías Almeyda Entrenador del Sevilla FCUn mensaje, el del técnico, que coincide casi de pleno con el lanzado por el capitán del Sevilla Marcao Teixeira. El brasileño apunta igualmente a la actitud. «Bajamos la concentración. Estábamos lejos de las marcas y perdimos el encuentro. No hay mucho más que señalar. Tenemos que hablar esta semana, mirar los vídeos y seguir para ganar los próximos partidos. Cometimos muchos errores», indicó el zaguero, nada afortunado en el tercer gol mallorquinista.La enseñanza del curso pasadoCubierto prácticamente el primer cuarto del campeonato liguero, el Sevilla FC alcanza los 13 puntos en la tabla clasificatoria. Si los de Almeyda mantienen esta proyección, finalizarían LaLiga con 54 puntos, una cifra que da pasar un campeonato tranquilo e incluso para merodear la zona europea. El Rayo se metió en Conference la campaña pasada como séptimo clasificado con 52 puntos. Es aconsejable y necesario que el Sevilla identifique su realidad para no despistar el objetivo y crecer a partir de aspiraciones razonables, garantizando sus mínimos. Si más adelante se pone a tiro un premio mayor, será producto de ello.La última liga 2024-25, en este sentido, dejó una buena enseñanza a los sevillistas. Con García Pimienta , el equipo sumaba a estas alturas del torneo doméstico, en la misma jornada 9ª, 12 puntos, sólo uno menos que los que acumula ahora el Sevilla de Almeyda. No hace falta recordar cómo acabó el curso pasado, con el entrenador destituido y el equipo sufriendo, mirando hacia abajo durante todo el tramo final. Es decir, el Sevilla no puede relajarse por su aseado arranque de temporada. Tiene el aprendizaje de lo ocurrido el año pasado. Con un sensible matiz a favor. Si bien la dinámica de puntos es similar a la de Pimienta en el arranque liguero, las sensaciones que transmite el equipo con Almeyda son mucho más sólidas, con una identidad definida que invita, por ahora, a confiar en cierta progresión durante la temporada.Comparativa entre la 2024-25 y la 2025-26 Puntos con García Pimienta en la jornada 9: 12 Puntos con Almeyda en la jornada 9: 13La caída del Sevilla en la 2024-25 llegó concretamente en los albores de la primavera, cuando entrado el mes de marzo el equipo, que coqueteaba incluso con los puestos europeos, se diluyó peligrosamente en un cierre de curso horroroso. Tal fue la descomposición que sólo pudo sumar 5 puntos en las últimas 11 jornadas. Acabó la liga con un único punto de margen sobre el precipicio del descenso. RSS de noticias de deportes
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