Tan solo cinco días después de la llamada entre Donald Trump y Vladimir Putin tras la que el presidente de Estados Unidos anunció que se iba a reunir con su homólogo ruso en Budapest (Hungría), se ha anulado el encuentro, al menos por ahora. Según han confirmado funcionarios de la Casa Blanca a CBS, Reuters y Associated Press, “no hay planes para que el presidente Trump se reúna con el presidente Putin en el futuro inmediato”.
Los dos presidentes tenían previsto encontrarse en Budapest (Hungría) para tratar de sellar la paz en Ucrania
Tan solo cinco días después de la llamada entre Donald Trump y Vladimir Putin tras la que el presidente de Estados Unidos anunció que se iba a reunir con su homólogo ruso en Budapest (Hungría), se ha anulado el encuentro, al menos por ahora. Según han confirmado funcionarios de la Casa Blanca a CBS, Reuters y Associated Press, “no hay planes para que el presidente Trump se reúna con el presidente Putin en el futuro inmediato”.
El argumento es que la llamada que mantuvieron ayer el secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, y el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, fue “productiva”, por lo que se considera suficiente y ya “no es necesaria” la reunión presencial ni entre ellos, ni entre los presidentes. Trump y Putin iban a hablar para tratar de sellar la paz en Ucrania, más de tres años después de la invasión rusa.
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El republicano recibió el viernes al líder ucraniano, Volodímir Zelenski, en la Casa Blanca, donde durante una comida de trabajo se mostró reticente a entregar a Ucrania misiles crucero Tomahawk, de largo alcance, lo que Kyiv ve como la mejor manera de forzar a Rusia a la mesa de negociación.
Trump prometió durante la campaña electoral que lograría la paz en Ucrania en el primer día de su mandato, pero nueve meses después reconoce que, de todos los conflictos que asegura haber resuelto en el mundo, esta guerra es “la más difícil”, porque Putin y Zelenski “se llevan muy mal”.
El cambio de agenda sobre la reunión con Putin, que no tenía una fecha establecida pero iba a darse aproximadamente “en dos semanas”, puede deberse a la poca predisposición que ha mostrado el Kremlin hasta el momento para sentarse a negociar con Ucrania. Lavrov ha asegurado hoy que no tiene ningún interés en firmar una tregua: “Un alto el fuego inmediato significaría abandonar las causas profundas del conflicto”, ha asegurado, añadiendo que “es exactamente lo contrario” de lo que acordaron Trump y Putin en su reunión en Anchorage (Alaska) este verano.
La Casa Blanca justifica el cambio de planes porque llamada entre Rubio y Lavrov fue “productiva” y ya “no es necesaria” la reunión
Putin, así como Trump, exige que Zelenski acepte ceder parte del territorio invadido, principalmente la región del Donbás, como condición para el diálogo de paz. Pero el líder ucraniano ve inaceptable deshacerse de una región que ha sido invadida por la fuerza, en contra del derecho internacional.
Durante su reunión a puerta cerrada en la Casa Blanca, según informó este sábado el Financial Times citando a funcionarios presentes, Trump elevó el tono contra el líder ucraniano, en lo que desencadenó una “discusión a gritos” en la que le instó a ceder el Donbás y le advirtió que “si Putin quiere, te destruirá”. Durante el fin de semana, Trump ha insistido en este discurso. “Déjenlo como está dividido”, dijo el domingo a los periodistas a bordo de su Air Force One. “Podrán negociar algo más adelante”, señaló, pero de momento ambas partes del conflicto deberían “detenerse en la línea del frente: irse a casa, dejar de luchar, dejar de matar gente”.
Por su parte, Zelenski, asumiendo que EE.UU. no le venderá los misiles Tomahawk –Trump lo consideró una “escalada”, a pesar de que fue él mismo quien había sugerido su entrega días antes– pidió el lunes a Washington que envíe 25 baterías adicionales de misiles antiaéreos Patriot para poder defenderse de la escalada de ataques rusos contra sus ciudades e infraestructura energética. También afirmó que estaría dispuesto a unirse a sus homólogos ruso y estadounidense en Hungría, a pesar de que es el país europeo más cercano a Rusia. Pero el presidente de EE.UU. no parece dispuesto a aceptar su petición y, de momento, el encuentro en Budapest queda en suspenso.
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