Otro golpe al Gobierno de Pedro Sánchez en Estados Unidos , esta vez en el Capitolio. La mayoría republicana en el Senado acusa a España de haberse salido del marco atlántico en tres frentes simultáneos: el estrechamiento de lazos económicos con Pekín, la negativa a elevar el gasto en defensa en plena guerra en Ucrania y decisiones que, según Washington, «fortalecen» a Hamás en la crisis de Gaza. Para los republicanos que controlan hoy la agenda exterior del Senado, el Gobierno de Sánchez ha dejado de actuar como aliado estratégico para pasar a operar como actor autónomo frente a Estados Unidos y la OTAN.Esto confirma que la insatisfacción en Washington no se limita a Trump, sino que alcanza al conjunto del poder, tanto ejecutivo como legislativo. Las declaraciones se produjeron en una audiencia de confirmación del candidato de Trump a embajador en España y Andorra, Benjamin Leon, y surgieron de manera espontánea, sin ser preguntados por ello. El mensaje fue deliberado.La advertencia más explícita la formuló el senador Jim Risch, presidente del Comité de Relaciones Exteriores y figura clave de la mayoría conservadora en política exterior. Risch acusó a España de haberse «desalineado» de los intereses de seguridad occidentales y de premiar a Hamás con sus decisiones diplomáticas y militares. En su intervención afirmó: «España fue uno de los primeros países en reconocer al Estado palestino y en imponer un embargo de armas a Israel , una decisión que solo recompensa a los terroristas en Oriente Próximo. Ese tipo de acciones anima y fortalece a Hamás, en lugar de contenerla. España es el único aliado de la OTAN que se ha negado a comprometerse con el objetivo del 5% de gasto en defensa. En un momento en el que Rusia incrementa sus provocaciones contra nuestros aliados comunes, España está fallando en afrontar estos riesgos de seguridad. Además, sigue estrechando lazos económicos con Pekín, que son muy peligrosos. Confío en que se pueda trabajar con las autoridades españolas para corregir estos errores».Noticia Relacionada estandar No El secretario general de la OTAN desautoriza a Sánchez sobre el gasto militar: «Se equivoca» David AlandeteLa ofensiva política se suma al episodio del mes pasado, cuando la Administración estadounidense acusó formalmente a España de «fortalecer a terroristas» al cerrar sus puertos y su espacio aéreo a cargamentos militares con destino a Israel. Washington considera que ese bloqueo operativo obstaculiza misiones aliadas y rompe la coordinación dentro de la OTAN. El conflicto tiene además una vertiente regulatoria: la Comisión Federal Marítima mantiene abierta una investigación por trato discriminatorio en puertos españoles, que ya ha provocado desvíos de rutas hacia Tánger-Med y podría derivar en sanciones económicas.«Si España quiere seguir siendo parte de la OTAN debe aportar lo mismo que los demás»El senador Risch, el presidente de la Comisión, lanzó una advertencia directa: «Si España quiere seguir siendo parte de la OTAN debe aportar lo mismo que los demás». Benjamin Leon, designado por Trump para Madrid, se alineó con esa posición y afirmó que «es un grave error la decisión del presidente Sánchez de no llegar al 5%, y trabajaré para que se revierta». Risch remató el mensaje subrayando que el problema «no es solo para el presidente, es para el Capitolio y para toda la OTAN», dejando claro que la crisis ya no se interpreta como una discrepancia bilateral sino como un cuestionamiento de la fiabilidad de España dentro de la propia Alianza.Risch se vio el miércoles con el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, antes de la visita de este a la Casa Blanca para verse con Trump, cuando dijo que no creía adecuada la negativa de España a invertir el 5% del PIB en defensaEl gasto militar es el otro punto de fricción. Con la nueva meta del 5% del PIB impulsada por la OTAN y respaldada por la Administración Trump, España es el único aliado que ha solicitado y obtenido una excepción, limitándose a prometer una subida hasta el 2,1%. Moncloa lo justificó por «racionalidad presupuestaria», pero en Washington se interpreta como falta de compromiso en plena guerra europea. La tensión aumentó el 8 de septiembre, cuando Sánchez decretó un embargo total de armas a Israel y prohibió el tránsito militar por territorio español el mismo día en que un atentado en Jerusalén dejó seis muertos. Israel acusó a España de hostilidad y de legitimar a Hamás; España llamó a consultas a su embajador. Desde entonces, en Washington el diagnóstico se ha asentado: España ha dejado de ser un socio fiable. Otro golpe al Gobierno de Pedro Sánchez en Estados Unidos , esta vez en el Capitolio. La mayoría republicana en el Senado acusa a España de haberse salido del marco atlántico en tres frentes simultáneos: el estrechamiento de lazos económicos con Pekín, la negativa a elevar el gasto en defensa en plena guerra en Ucrania y decisiones que, según Washington, «fortalecen» a Hamás en la crisis de Gaza. Para los republicanos que controlan hoy la agenda exterior del Senado, el Gobierno de Sánchez ha dejado de actuar como aliado estratégico para pasar a operar como actor autónomo frente a Estados Unidos y la OTAN.Esto confirma que la insatisfacción en Washington no se limita a Trump, sino que alcanza al conjunto del poder, tanto ejecutivo como legislativo. Las declaraciones se produjeron en una audiencia de confirmación del candidato de Trump a embajador en España y Andorra, Benjamin Leon, y surgieron de manera espontánea, sin ser preguntados por ello. El mensaje fue deliberado.La advertencia más explícita la formuló el senador Jim Risch, presidente del Comité de Relaciones Exteriores y figura clave de la mayoría conservadora en política exterior. Risch acusó a España de haberse «desalineado» de los intereses de seguridad occidentales y de premiar a Hamás con sus decisiones diplomáticas y militares. En su intervención afirmó: «España fue uno de los primeros países en reconocer al Estado palestino y en imponer un embargo de armas a Israel , una decisión que solo recompensa a los terroristas en Oriente Próximo. Ese tipo de acciones anima y fortalece a Hamás, en lugar de contenerla. España es el único aliado de la OTAN que se ha negado a comprometerse con el objetivo del 5% de gasto en defensa. En un momento en el que Rusia incrementa sus provocaciones contra nuestros aliados comunes, España está fallando en afrontar estos riesgos de seguridad. Además, sigue estrechando lazos económicos con Pekín, que son muy peligrosos. Confío en que se pueda trabajar con las autoridades españolas para corregir estos errores».Noticia Relacionada estandar No El secretario general de la OTAN desautoriza a Sánchez sobre el gasto militar: «Se equivoca» David AlandeteLa ofensiva política se suma al episodio del mes pasado, cuando la Administración estadounidense acusó formalmente a España de «fortalecer a terroristas» al cerrar sus puertos y su espacio aéreo a cargamentos militares con destino a Israel. Washington considera que ese bloqueo operativo obstaculiza misiones aliadas y rompe la coordinación dentro de la OTAN. El conflicto tiene además una vertiente regulatoria: la Comisión Federal Marítima mantiene abierta una investigación por trato discriminatorio en puertos españoles, que ya ha provocado desvíos de rutas hacia Tánger-Med y podría derivar en sanciones económicas.«Si España quiere seguir siendo parte de la OTAN debe aportar lo mismo que los demás»El senador Risch, el presidente de la Comisión, lanzó una advertencia directa: «Si España quiere seguir siendo parte de la OTAN debe aportar lo mismo que los demás». Benjamin Leon, designado por Trump para Madrid, se alineó con esa posición y afirmó que «es un grave error la decisión del presidente Sánchez de no llegar al 5%, y trabajaré para que se revierta». Risch remató el mensaje subrayando que el problema «no es solo para el presidente, es para el Capitolio y para toda la OTAN», dejando claro que la crisis ya no se interpreta como una discrepancia bilateral sino como un cuestionamiento de la fiabilidad de España dentro de la propia Alianza.Risch se vio el miércoles con el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, antes de la visita de este a la Casa Blanca para verse con Trump, cuando dijo que no creía adecuada la negativa de España a invertir el 5% del PIB en defensaEl gasto militar es el otro punto de fricción. Con la nueva meta del 5% del PIB impulsada por la OTAN y respaldada por la Administración Trump, España es el único aliado que ha solicitado y obtenido una excepción, limitándose a prometer una subida hasta el 2,1%. Moncloa lo justificó por «racionalidad presupuestaria», pero en Washington se interpreta como falta de compromiso en plena guerra europea. La tensión aumentó el 8 de septiembre, cuando Sánchez decretó un embargo total de armas a Israel y prohibió el tránsito militar por territorio español el mismo día en que un atentado en Jerusalén dejó seis muertos. Israel acusó a España de hostilidad y de legitimar a Hamás; España llamó a consultas a su embajador. Desde entonces, en Washington el diagnóstico se ha asentado: España ha dejado de ser un socio fiable.
El Senado republicano reprocha a España su acercamiento a China, el rechazo al 5% en defensa y el embargo de armas a Israel, en plena confirmación del nuevo embajador en Madrid
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