La Comunidad de Madrid dará un préstamo a la Universidad Complutense de Madrid (UCM) de 34,5 millones de euros . Este centro mantendrá hasta 2028 una retención de crédito del 35% para sanear su déficit después de que en el 2024 presentase un resultado negativo de 33,19 millones. Mientras que el Gobierno regional ha enviado una carta al rector, Joaquín Goyache, en la que solicita «medidas reales y efectivas de contención del gasto», la UCM aseguró en un comunicado que la situación financiera que atraviesan las universidades públicas es el resultado de una «infrafinanciación» que les afecta desde la crisis económica de 2008. Así las cosas, jóvenes docentes e investigadores de esta universidad se han puesto en contacto con ABC para criticar algunas de las «incoherencias» con las que tienen que c onvivir internamente en un contexto económico delicado: «La mayor responsabilidad de nuestra ruina, económica y moral, es una gestión impropia de una universidad pública. El rectorado y los que lo mantienen son quienes nos arruinan como institución pública», asegura a este diario una docente que prefiere no exponerse y preservar su anonimato.En concreto, estas fuentes se refieren a dos de las modalidades que tiene la Complutense para conceder permisos sabáticos mientras siguen cobrando su sueldo ordinario y que no exigen presentar un proyecto de investigación previo. La primera premia con esta licencia a aquellos profesores que hayan impartido una docencia de 25 años en la universidad madrileña. Es decir, que gocen de antigüedad. La segunda de las modalidades, y que también indigna a los investigadores jóvenes, es aquella que permite a los cargos directivos de la universidad pedir un año sabático pagado cada 6 años. Se consideran directivos o altos cargos a los rectores, vicerrectores, delegados del rector, decanos, secretarios, vicedecanos y directores de departamento o sección departamental. En total, casi 400 cargos. Según ha podido consultar este diario en su reglamento, la Universidad Complutense exige a los demás docentes –que no sean altos cargos ni tampoco gocen de 25 años de antigüedad– presentar un proyecto de investigación para optar a un permiso sabático, algo que no es obligatorio para las otras dos modalidades. «Ya no hay presupuesto para proyectos educativos o de investigación o infraestructuras, solo para los beneficios personales antes de jubilarse de quienes controlan la UCM », aseguran a ABC. Además, algunos de los investigadores más jóvenes que han informado a este diario coinciden en una lectura: que la Complutense permita que se cojan estos años sabáticos demuestra una sobredimensión de la plantilla, pues si la universidad se puede permitir prescindir anualmente de en torno a 170 profesores de alto rango o de gran antigüedad implica que, en la práctica, estos cargos sobran. Este periódico ha preguntado a la Universidad Complutense cuántos profesores tienen concedida actualmente una licencia de sabático. La respuesta oficial ha sido vaga: «Muy pocos». El vicerrectorado de Ordenación Académica y Profesorado es el departamento que conoce el número exacto de cargos, pero no concreta cuántos son. Julio Banacloche, vicerrector de Ordenación Académica, afirma a este periódico que el permiso sabático por antigüedad sólo se autoriza «si no tiene implicaciones docentes». Respecto al sabático por cargo, Banacloche señala que «muchos profesores no lo solicitan porque asumen otros cargos o prefieren impartir clases, otros lo disfrutan por semestres y la mayoría de quienes se toman el curso entero, no incurren en coste académico, porque no se concede un profesor sustituto si el departamento tiene capacidad para asumir el encargo del profesor sabático». Sin embargo, más allá de que se contrate a un profesor sustituto, se entiende que si la universidad paga al docente su sueldo ordinario ya estaría suponiendo un gasto para la misma mientras se ausenta de la docencia . Por último, hay que señalar que estas dos figuras de permisos sabáticos sólo existen en la Complutense y no se permiten en otras universidades públicas. La Comunidad de Madrid dará un préstamo a la Universidad Complutense de Madrid (UCM) de 34,5 millones de euros . Este centro mantendrá hasta 2028 una retención de crédito del 35% para sanear su déficit después de que en el 2024 presentase un resultado negativo de 33,19 millones. Mientras que el Gobierno regional ha enviado una carta al rector, Joaquín Goyache, en la que solicita «medidas reales y efectivas de contención del gasto», la UCM aseguró en un comunicado que la situación financiera que atraviesan las universidades públicas es el resultado de una «infrafinanciación» que les afecta desde la crisis económica de 2008. Así las cosas, jóvenes docentes e investigadores de esta universidad se han puesto en contacto con ABC para criticar algunas de las «incoherencias» con las que tienen que c onvivir internamente en un contexto económico delicado: «La mayor responsabilidad de nuestra ruina, económica y moral, es una gestión impropia de una universidad pública. El rectorado y los que lo mantienen son quienes nos arruinan como institución pública», asegura a este diario una docente que prefiere no exponerse y preservar su anonimato.En concreto, estas fuentes se refieren a dos de las modalidades que tiene la Complutense para conceder permisos sabáticos mientras siguen cobrando su sueldo ordinario y que no exigen presentar un proyecto de investigación previo. La primera premia con esta licencia a aquellos profesores que hayan impartido una docencia de 25 años en la universidad madrileña. Es decir, que gocen de antigüedad. La segunda de las modalidades, y que también indigna a los investigadores jóvenes, es aquella que permite a los cargos directivos de la universidad pedir un año sabático pagado cada 6 años. Se consideran directivos o altos cargos a los rectores, vicerrectores, delegados del rector, decanos, secretarios, vicedecanos y directores de departamento o sección departamental. En total, casi 400 cargos. Según ha podido consultar este diario en su reglamento, la Universidad Complutense exige a los demás docentes –que no sean altos cargos ni tampoco gocen de 25 años de antigüedad– presentar un proyecto de investigación para optar a un permiso sabático, algo que no es obligatorio para las otras dos modalidades. «Ya no hay presupuesto para proyectos educativos o de investigación o infraestructuras, solo para los beneficios personales antes de jubilarse de quienes controlan la UCM », aseguran a ABC. Además, algunos de los investigadores más jóvenes que han informado a este diario coinciden en una lectura: que la Complutense permita que se cojan estos años sabáticos demuestra una sobredimensión de la plantilla, pues si la universidad se puede permitir prescindir anualmente de en torno a 170 profesores de alto rango o de gran antigüedad implica que, en la práctica, estos cargos sobran. Este periódico ha preguntado a la Universidad Complutense cuántos profesores tienen concedida actualmente una licencia de sabático. La respuesta oficial ha sido vaga: «Muy pocos». El vicerrectorado de Ordenación Académica y Profesorado es el departamento que conoce el número exacto de cargos, pero no concreta cuántos son. Julio Banacloche, vicerrector de Ordenación Académica, afirma a este periódico que el permiso sabático por antigüedad sólo se autoriza «si no tiene implicaciones docentes». Respecto al sabático por cargo, Banacloche señala que «muchos profesores no lo solicitan porque asumen otros cargos o prefieren impartir clases, otros lo disfrutan por semestres y la mayoría de quienes se toman el curso entero, no incurren en coste académico, porque no se concede un profesor sustituto si el departamento tiene capacidad para asumir el encargo del profesor sabático». Sin embargo, más allá de que se contrate a un profesor sustituto, se entiende que si la universidad paga al docente su sueldo ordinario ya estaría suponiendo un gasto para la misma mientras se ausenta de la docencia . Por último, hay que señalar que estas dos figuras de permisos sabáticos sólo existen en la Complutense y no se permiten en otras universidades públicas.
La universidad madrileña ofrece este derecho a sus autoridades académicas y a profesores con 25 años de antigüedad sin la obligación de presentar un proyecto de investigación
Jóvenes docentes de la UCM, que tiene una deuda de 34,5 millones, aseguran a ABC que «sólo hay presupuesto para los beneficios personales de quienes controlan la UCM»
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