En libertad. Así se encuentra Juan, el hombre de 29 años arrestado el pasado fin de semana en Madrid cuando agredía sexualmente a un niño de 11 años del que dijo que estaba «enamorado». Pese a ser cazado ‘in fraganti’, primero por una mujer que paseaba por el parque con su familia (y que retrató con su móvil la escena) y luego por la propia Policía Municipal de Madrid, el juzgado encargado del caso ha decidido dejarlo en la calle. Acusado de agresión sexual a menor de 16 años, según ha podido saber ABC.Apenas le ha impuesto una orden de alejamiento de 500 metros sobre el crío, cuya ‘relación’ ambos reconocieron, también el detenido. Se da la circunstancia de que los dos viven en el mismo barrio, en Carabanchel. La instrucción del caso sigue adelante y los agentes tutores del distrito también tienen abierto un expediente acerca del menor.El suceso ocurrió sobre las seis de la tarde del domingo, cuando una mujer que pasaba el día con su familia en los jardines del palacio de la quinta de Vista Alegre llamó a los municipales: acababa de ver a un hombre besar en la boca a un niño que no parecía su hijo ni nada por el estilo, a la vez que le agarraba del trasero. Tomó imágenes con su teléfono, que mostró a los agentes nada más llegar. Dijo que los había visto «demasiado acaramelados» y que se habían esoncido en una zona menos a la vista.Noticia Relacionada Pese a haber sido detenido dos veces estandar No Óliver, el pederasta en serie de su hija y las amigas que nunca entra en prisión Carlos Hidalgo Un hombre de San Lorenzo de El Escorial, arrestado por grabar con cámaras en los dormitorios de sus niñas, en el baño de casa y en los vestuarios de la piscina municipal, se libra de entrar en la cárcel a pesar de su presunta reincidenciaLos policías municipales llamaron a la Unidad de Atención a la Familia y Mujer (UFAM) de la Jefatura Superior de Madrid. Los efectivos del Cuerpo local preguntaron al sospechoso y al menor qué hacían allí tan ocultos y de qué se conocían, momento en el que el niño, de manera rápida y apresurada, como si trajera la respuesta aprendida, dijo: «Es mi tío». Lo manifestó mientras miraba al supuesto agresor sexual como pidiendo su confirmación.Pero este agachó la cabeza y pidió a los agentes «hablar a solas». «No es mi sobrino -reconoció-, es un amigo. Nos conocimos hace un año por TikTok y, desde hace dos meses, estamos quedando. Nos comunicamos por WhatsApp. Al principio, no le dije mi edad ni que era tan mayor, pero al cabo de unos meses sí le conté la verdad». También afirmó que «solo» habían «quedado en algunas ocasiones desde primeros de octubre». Dos en Vista Alegre; otras dos en el parque del Retiro; y, esa tarde, también en los jardines de la quinta de Carabanchel.El relato de Juan, nacido en Colombia, guardaba aún más sorpresas, inciden fuentes de la investigación. «Sé que está mal, pero es que lo amo. No entiendo por qué hacéis esto -reprochó a los agentes-; en mi país, es normal tener relaciones con personas tan jóvenes». Lo llevaron a un punto alejado del niño, con el que también se entrevistaron. El niño insistió en que Juan, el adulto, era su tío, y se puso a llorar al ver que le habían puesto las esposas. «Es amor, es mi amor. No lo entiendo, el amor es amor. Nos conocemos desde hace un año. Esta relación solo la sabe un amigo mío, porque me da miedo de que se entere mi madre».«No digáis nada a mi madre»En ese momento, se presentó un vigilante de la finca de Vista Alegre y afirmó que había visto llegar a ambos esa tarde, pero no que se percató de nada raro; aunque guardaba las imágenes de seguridad, tanto las de esa tarde como las del fin de semana de primeros de octubre, cuando el propio arrestado había dicho que también estuvieron allí. Paralelamente, le pidieron al niño el móvil de la madre, para avisarla. «Por favor, no le digáis nada, se va a disgustar», pedía el pequeño.Es fácil imaginarse cómo se tomó la madre lo ocurrido. Llegó muy nerviosa y rompió a llorar, desconsolada. «Pensé que mi hijo estaba con un amigo montando en bicicleta», declaró. Mientras, el menor comenzó a llorar de nuevo.Ya en la sala de espera de la Ufam, le dijo a su progenitora: «Toda la familia de Juan conoce la relación», algo que transmitió ella a los investigadores. La Policía Científica tomó muestras de ADN del cuello del menor y el sujeto quedó acusado de agresión sexual a menor de 16 años. Al día siguiente, ya estaba en la calle. Libre. En libertad. Así se encuentra Juan, el hombre de 29 años arrestado el pasado fin de semana en Madrid cuando agredía sexualmente a un niño de 11 años del que dijo que estaba «enamorado». Pese a ser cazado ‘in fraganti’, primero por una mujer que paseaba por el parque con su familia (y que retrató con su móvil la escena) y luego por la propia Policía Municipal de Madrid, el juzgado encargado del caso ha decidido dejarlo en la calle. Acusado de agresión sexual a menor de 16 años, según ha podido saber ABC.Apenas le ha impuesto una orden de alejamiento de 500 metros sobre el crío, cuya ‘relación’ ambos reconocieron, también el detenido. Se da la circunstancia de que los dos viven en el mismo barrio, en Carabanchel. La instrucción del caso sigue adelante y los agentes tutores del distrito también tienen abierto un expediente acerca del menor.El suceso ocurrió sobre las seis de la tarde del domingo, cuando una mujer que pasaba el día con su familia en los jardines del palacio de la quinta de Vista Alegre llamó a los municipales: acababa de ver a un hombre besar en la boca a un niño que no parecía su hijo ni nada por el estilo, a la vez que le agarraba del trasero. Tomó imágenes con su teléfono, que mostró a los agentes nada más llegar. Dijo que los había visto «demasiado acaramelados» y que se habían esoncido en una zona menos a la vista.Noticia Relacionada Pese a haber sido detenido dos veces estandar No Óliver, el pederasta en serie de su hija y las amigas que nunca entra en prisión Carlos Hidalgo Un hombre de San Lorenzo de El Escorial, arrestado por grabar con cámaras en los dormitorios de sus niñas, en el baño de casa y en los vestuarios de la piscina municipal, se libra de entrar en la cárcel a pesar de su presunta reincidenciaLos policías municipales llamaron a la Unidad de Atención a la Familia y Mujer (UFAM) de la Jefatura Superior de Madrid. Los efectivos del Cuerpo local preguntaron al sospechoso y al menor qué hacían allí tan ocultos y de qué se conocían, momento en el que el niño, de manera rápida y apresurada, como si trajera la respuesta aprendida, dijo: «Es mi tío». Lo manifestó mientras miraba al supuesto agresor sexual como pidiendo su confirmación.Pero este agachó la cabeza y pidió a los agentes «hablar a solas». «No es mi sobrino -reconoció-, es un amigo. Nos conocimos hace un año por TikTok y, desde hace dos meses, estamos quedando. Nos comunicamos por WhatsApp. Al principio, no le dije mi edad ni que era tan mayor, pero al cabo de unos meses sí le conté la verdad». También afirmó que «solo» habían «quedado en algunas ocasiones desde primeros de octubre». Dos en Vista Alegre; otras dos en el parque del Retiro; y, esa tarde, también en los jardines de la quinta de Carabanchel.El relato de Juan, nacido en Colombia, guardaba aún más sorpresas, inciden fuentes de la investigación. «Sé que está mal, pero es que lo amo. No entiendo por qué hacéis esto -reprochó a los agentes-; en mi país, es normal tener relaciones con personas tan jóvenes». Lo llevaron a un punto alejado del niño, con el que también se entrevistaron. El niño insistió en que Juan, el adulto, era su tío, y se puso a llorar al ver que le habían puesto las esposas. «Es amor, es mi amor. No lo entiendo, el amor es amor. Nos conocemos desde hace un año. Esta relación solo la sabe un amigo mío, porque me da miedo de que se entere mi madre».«No digáis nada a mi madre»En ese momento, se presentó un vigilante de la finca de Vista Alegre y afirmó que había visto llegar a ambos esa tarde, pero no que se percató de nada raro; aunque guardaba las imágenes de seguridad, tanto las de esa tarde como las del fin de semana de primeros de octubre, cuando el propio arrestado había dicho que también estuvieron allí. Paralelamente, le pidieron al niño el móvil de la madre, para avisarla. «Por favor, no le digáis nada, se va a disgustar», pedía el pequeño.Es fácil imaginarse cómo se tomó la madre lo ocurrido. Llegó muy nerviosa y rompió a llorar, desconsolada. «Pensé que mi hijo estaba con un amigo montando en bicicleta», declaró. Mientras, el menor comenzó a llorar de nuevo.Ya en la sala de espera de la Ufam, le dijo a su progenitora: «Toda la familia de Juan conoce la relación», algo que transmitió ella a los investigadores. La Policía Científica tomó muestras de ADN del cuello del menor y el sujeto quedó acusado de agresión sexual a menor de 16 años. Al día siguiente, ya estaba en la calle. Libre.
En libertad. Así se encuentra Juan, el hombre de 29 años arrestado el pasado fin de semana en Madrid cuando agredía sexualmente a un niño de 11 años del que dijo que estaba «enamorado». Pese a ser cazado ‘in fraganti’, primero por una mujer … que paseaba por el parque con su familia (y que retrató con su móvil la escena) y luego por la propia Policía Municipal de Madrid, el juzgado encargado del caso ha decidido dejarlo en la calle. Acusado de agresión sexual a menor de 16 años, según ha podido saber ABC.
Apenas le ha impuesto una orden de alejamiento de 500 metros sobre el crío, cuya ‘relación’ ambos reconocieron, también el detenido. Se da la circunstancia de que los dos viven en el mismo barrio, en Carabanchel. La instrucción del caso sigue adelante y los agentes tutores del distrito también tienen abierto un expediente acerca del menor.
El suceso ocurrió sobre las seis de la tarde del domingo, cuando una mujer que pasaba el día con su familia en los jardines del palacio de la quinta de Vista Alegre llamó a los municipales: acababa de ver a un hombre besar en la boca a un niño que no parecía su hijo ni nada por el estilo, a la vez que le agarraba del trasero. Tomó imágenes con su teléfono, que mostró a los agentes nada más llegar. Dijo que los había visto «demasiado acaramelados» y que se habían esoncido en una zona menos a la vista.
Los policías municipales llamaron a la Unidad de Atención a la Familia y Mujer (UFAM) de la Jefatura Superior de Madrid. Los efectivos del Cuerpo local preguntaron al sospechoso y al menor qué hacían allí tan ocultos y de qué se conocían, momento en el que el niño, de manera rápida y apresurada, como si trajera la respuesta aprendida, dijo: «Es mi tío». Lo manifestó mientras miraba al supuesto agresor sexual como pidiendo su confirmación.
Pero este agachó la cabeza y pidió a los agentes «hablar a solas». «No es mi sobrino -reconoció-, es un amigo. Nos conocimos hace un año por TikTok y, desde hace dos meses, estamos quedando. Nos comunicamos por WhatsApp. Al principio, no le dije mi edad ni que era tan mayor, pero al cabo de unos meses sí le conté la verdad». También afirmó que «solo» habían «quedado en algunas ocasiones desde primeros de octubre». Dos en Vista Alegre; otras dos en el parque del Retiro; y, esa tarde, también en los jardines de la quinta de Carabanchel.
El relato de Juan, nacido en Colombia, guardaba aún más sorpresas, inciden fuentes de la investigación. «Sé que está mal, pero es que lo amo. No entiendo por qué hacéis esto -reprochó a los agentes-; en mi país, es normal tener relaciones con personas tan jóvenes». Lo llevaron a un punto alejado del niño, con el que también se entrevistaron. El niño insistió en que Juan, el adulto, era su tío, y se puso a llorar al ver que le habían puesto las esposas. «Es amor, es mi amor. No lo entiendo, el amor es amor. Nos conocemos desde hace un año. Esta relación solo la sabe un amigo mío, porque me da miedo de que se entere mi madre».
«No digáis nada a mi madre»
En ese momento, se presentó un vigilante de la finca de Vista Alegre y afirmó que había visto llegar a ambos esa tarde, pero no que se percató de nada raro; aunque guardaba las imágenes de seguridad, tanto las de esa tarde como las del fin de semana de primeros de octubre, cuando el propio arrestado había dicho que también estuvieron allí. Paralelamente, le pidieron al niño el móvil de la madre, para avisarla. «Por favor, no le digáis nada, se va a disgustar», pedía el pequeño.
Es fácil imaginarse cómo se tomó la madre lo ocurrido. Llegó muy nerviosa y rompió a llorar, desconsolada. «Pensé que mi hijo estaba con un amigo montando en bicicleta», declaró. Mientras, el menor comenzó a llorar de nuevo.
Ya en la sala de espera de la Ufam, le dijo a su progenitora: «Toda la familia de Juan conoce la relación», algo que transmitió ella a los investigadores. La Policía Científica tomó muestras de ADN del cuello del menor y el sujeto quedó acusado de agresión sexual a menor de 16 años. Al día siguiente, ya estaba en la calle. Libre.
Artículo solo para suscriptores
RSS de noticias de espana
