Los triunfos ante el Real Madrid y el Barça permitieron alcanzar su cima al fútbol leridano en la temporada 1993-94, la segunda y última en Primera del ya extinto UE Lleida. Desde entonces, todo han sido problemas en la Terra Ferma hasta desembocar en una pugna entre el Lleida CF, surgido en el 2011 de las cenizas del histórico club fundado en 1939, y el recién llegado Atlètic Lleida, que devolverá hoy la solera de Primera al Segrià, con el duelo de Copa ante el Espanyol (21h), pero con un contexto agrio.
El Espanyol se mide hoy (21h) con el Atlètic Lleida, joven club que ha chocado con el tradicional Lleida CF
Los triunfos ante el Real Madrid y el Barça permitieron alcanzar su cima al fútbol leridano en la temporada 1993-94, la segunda y última en Primera del ya extinto UE Lleida. Desde entonces, todo han sido problemas en la Terra Ferma hasta desembocar en una pugna entre el Lleida CF, surgido en el 2011 de las cenizas del histórico club fundado en 1939, y el recién llegado Atlètic Lleida, que devolverá hoy la solera de Primera al Segrià, con el duelo de Copa ante el Espanyol (21h), pero con un contexto agrio.
No hay enfrentamiento con nadie, el partido será una fiesta del fútbol leridano”
Xavi BartoloDirector deportivo del Atlètic Lleida
El rival perico es un club creado en el 2019 que tiene la animadversión del aficionado tradicional. Los intereses de ambas entidades se han mezclado varias veces, con disputas incluso judiciales, y el último cruce fue en julio, cuando el Lleida CF, cerca de la desaparición con una deuda de 5,3 millones e impagos a los jugadores, sufrió un descenso administrativo de Segunda a Tercera Federación. La plaza fue ocupada por el joven equipo ilerdense tras el pago de 288.920 euros. “No hay ningún enfrentamiento con nadie. Habrá un buen ambiente ante el Espanyol, una fiesta del fútbol leridano”, dice a La Vanguardia el director deportivo del Atlètic Lleida, Xavi Bartolo, también exjugador de la UE Lleida en su época gloriosa. “En la calle la sensación es de guerra. Entre directivas es cordial, somos enemigos íntimos”, indica a este diario, por su parte, Marc Torres, adjunto a la presidencia del Lleida CF, que es “optimista” con la supervivencia del club por la futura entrada de inversores y un plan de viabilidad para reestructurar la deuda en 10 años.
En la calle la sensación es de guerra. Son el club de los empresarios, quieren nuestro lugar”
Marc TorresAdjunto a la presidencia del Lleida CF
La unidad futbolística reinó durante décadas con la UE Lleida, que empezó su declive en 1996, rescatado por una deuda de 400 millones de pesetas. Aquel salvavidas, lanzado por Jaume Llauradó solo fue un parche en una mala gestión endémica que siguió, con Tatxo Benet como máximo accionista, hasta la desaparición del club en el 2011 con una deuda de 28 millones. Apareció entonces el proyecto encabezado por el empresario Sisco Pujol, ahora directivo del Barça tras avalar a la junta, que aportó el dinero y luego se apartó para dar inicio a la polémica época de los hermanos Albert y Jordi Esteve.
“Hacen unos primeros años buenos, pero después se vuelve a gastar más y miran por sus intereses”, lamenta Torres. El club se había subastado por 68.000 euros y los hermanos cogieron una entidad saneada y rebautizada como Lleida Esportiu. Además, mantuvo de forma excepcional la categoría, en la entonces 2ªB. “Se quedaron la historia, la camiseta, el escudo, el himno, el campo… Tenían mucho trabajo hecho. Cogen el club sin deuda y lo llevaron al desahucio”, recuerda Bartolo.
Venden una imagen mala. El reto es devolver el fútbol profesional a Lleida con cantera”
Xavi BartoloDirector deportivo del Atlètic Lleida
Cerrada con estrépito la etapa de los Esteve, con agresiones, un registro de la Guardia Civil y la denuncia a Albert Esteve por desvío de fondos, en el 2022 surgió como salvador Luis Pereira, que puso 400.000 euros. Pero esas buenas intenciones chocaron de nuevo con los números rojos. “Pereira y Marc Torres venden que son los continuadores de la UE Lleida, que pueden solucionar la situación dramática de los Esteve, y eso es inviable”, critica Bartolo. Para Torres, en cambio, la dificultad de reflotar las arcas también se explica por la coexistencia con un Atlètic Lleida, presidido ahora por Josep Maria Oromí, que acapara “inversores y patrocinadores”.
“Nacieron para ocupar nuestro lugar. Tenía sentido en el 2019 porque nuestra situación era crítica. Pero deja de tenerlo cuando llega Pereira”, añade la máxima voz institucional del Lleida CF después del paso al lado este año de Pereira, que pese a ser presidente se ha apartado del proyecto, en su casa en Ginebra, tras denunciar que fue estafado por unos inversores de Dubái. Al empresario gallego, residente en Suiza, se le deben 2,5 millones. “La idea inicial fue hacerse con el Lleida Esportiu pero fue imposible con los Esteve”, matiza Bartolo.
“No valoran el sentimiento por el Lleida, ellos son una entidad artificial”
Marc TorresAdjunto a la presidencia del Lleida CF
Días después de la llegada de Pereira al club, la Paeria rompió el convenio con el Camp d’Esports por impagos a Hacienda y la Seguridad Social. El Lleida CF recurrió la decisión y el Ayuntamiento propuso después un nuevo convenio de cuatro años haciéndose cargo del mantenimiento, pero con una condición inaceptable para el club: compartir el estadio. “Nos plantean que ha de jugar el Atlètic Lleida sí o sí. Poner otro equipo por obligación no es de recibo. De ahí la ayuda política”, denuncia Torres los presuntos lazos de su rival con el consistorio, sobre todo por Xavi Batalla, que pasó de presidente del joven club a jefe de gabinete de la Paeria.
“Es una falacia. Insto a quien quiera a demostrar un trato de favor. No recibimos subvenciones del Ayuntamiento. Venden una mala imagen”, defiende Bartolo. “No tienen ayudas públicas por vergüenza. Todos ven que es el club de los empresarios”, replica Torres. La problemática del campo, que aún se rige por el convenio antiguo a falta de fallo judicial, se solucionó en verano con el pago de un alquiler de 6.000 euros mensuales en forma de patrocinio al Lleida CF por parte del Atlètic Lleida, que ha pasado del Ramon Farrús, de 1.200 localidades, a un estadio con 13.500 asientos.

Atlètic Lleida
Además de por el campo, las hostilidades crecieron cuando la misma persona que registró la marca Atlètic Lleida compró la nomenclatura de Lleida Esportiu aprovechando que ésta había caducado. De ahí nació el actual nombre de Lleida CF en el 2024. “Hacen la trampa de agrupar nombres, entre ellos Esportiu, que impide coger el nombre. Xavi Batalla se comprometió a retirarlo, pero no lo hizo”, señala Torres. También bloquearon el nombre de UE Lleida, pero Bartolo asegura que “no está encima de la mesa llevar las siglas” del histórico club.
“Es un proyecto basado en el fútbol base, con jugadores de la provincia y un gran sentido social, implicado con las escuelas. Queremos devolver el fútbol profesional a Lleida”, proclama el responsable deportivo de un Atlètic Lleida sin masa social, que inició su camino en Primera Catalana tras fusionarse con el Almacelles y en seis años ha ascendido tres categorías, dos en los despachos. “La gente ve la voluntad de ocupar un lugar de forma antinatural, con superioridad y soberbia. No son conscientes de lo que es el Lleida para la ciudad. No valoran el sentimiento. Es un club artificial, se vio cuando quisieron traer el Badalona Futur”, sentencia Torres.
El escenario, salvando las distancias ideológicas, recuerda al de 1941, cuando se creó el CD Leridano, de índole falangista, con el apoyo del régimen. Sin el plácet popular, el neonato club se fusionó por decreto con el Lérida Balompié, fundado en 1939, para ocultar su fracaso y pasó a llamarse UE Lleida. Ahora, ante la posible desaparición del Lleida CF, los aficionados más tradicionales estudian la opción de crear un club en Cuarta Catalana que podría bautizarse como Lleida 1939.
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