El líder del partido liberal progresista Rob Jetten, de 38 años, apareció muy sonriente en la sede de su formación en Leiden para celebrar sus magníficos resultados en las elecciones de este miércoles en Países Bajos. Aunque al final solo ha ganado por 2.000 votos, menos de los que anticipaba el sondeo a pie de urna, ha logrado empatar a 26 escaños con el Partido por la Libertad (PVV) del ultraderechista Geert Wilders, que pierde once representantes en el Parlamento y ya asume que regresará a la oposición.
Los resultados finales otorgan un empate técnico entre Rob Jetten y el ultraderechista, que pierde once escaños
El líder del partido liberal progresista Rob Jetten, de 38 años, apareció muy sonriente en la sede de su formación en Leiden para celebrar sus magníficos resultados en las elecciones de este miércoles en Países Bajos. Aunque al final solo ha ganado por 2.000 votos, menos de los que anticipaba el sondeo a pie de urna, ha logrado empatar a 26 escaños con el Partido por la Libertad (PVV) del ultraderechista Geert Wilders, que pierde once sitios en el Parlamento y ya asume que regresará a la oposición.
“Una cosa es cierta, millones de holandeses han pasado página hoy. Han dicho adiós al negativismo y al odio. Toda esa gente nos está mirando a nosotros, a cómo vamos a formar un gabinete estable y ambicioso para todos los que nos piden ayuda para pasar página de Wilders y trabajar con fuerza positiva por nuestro hermoso país. Es lo que vamos a hacer”, prometió anoche Jetten, que tiene muchos números de convertirse en el primer ministro de Países Bajos.
Timmermans renuncia como líder de los socialdemócratas para dar paso a la “nueva generación”
Su sorprendente empate –todos los sondeos pronosticaban una holgada victoria de Wilders– responde a una buena campaña, después de haber despuntado el último mes gracias, sobre todo, a una buena presencia mediática. Entre sus propuestas para resolver la crisis de la vivienda se encuentra construir diez ciudades de cero. También apuesta por más inversión en educación, por integrar a los refugiados, por el crecimiento económico verde por el europeísmo, porque “sin cooperación europea no vamos a ninguna parte”. Es un líder precoz, que se puso al frente de su partido con apenas 31 años y que ya ha sido ministro, bajo uno de los gobiernos de coalición de Rutte. Le gusta mucho España, donde se casará el verano que viene con un jugador de hockey hierba argentino.
El D66 solo logró nueve escaños hace dos años, y, hasta prácticamente el último día, Jetten iba cuarto en las encuestas. Se situaba por detrás de los socialdemócratas de Frans Timmermans, que ha terminado cuarto y perdiendo cinco sitios, por lo que el veterano excomisario europeo, uno de los grandes protagonistas del pacto verde en Bruselas, ha anunciado su dimisión como líder de GroenLinks-PvdA para transferir el liderazgo “a la nueva generación”.
Por delante de ellos se situaron los liberales del VVD, el partido de Mark Rutte, que al final fue penalizado menos de lo esperado por gobernar con Wilders. Solo han perdido dos escaños respecto al 2023. El democristiano Henri Botenbal, que aspiraba a ser también segundo, ha quedado quinto con 19 escaños, aunque ha mejorado considerablemente los resultados de su formación, la CDA, que en el 2025 se frenó en cinco.
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Sin embargo, el gran perdedor, pese a quedar cara a cara con Jetten, ha sido Wilders, con once escaños menos que han ido directamente a otras dos formaciones más pequeñas de ultraderecha.
Wilders, que ha forjado durante décadas una campaña política basada en el rechazo al Islam y a los migrantes, obtuvo un histórico triunfo en el 2023, cuando logró la victoria por primera vez y consiguió el récord de 37 escaños. Después de meses de negociaciones, logró formar con el VVD y otras dos formaciones menores el gobierno más derechista de la historia en Países Bajos, pero que cayó apenas un año después por la dura agenda migratoria del PVV.
“Es una derrota bastante grande, pero todavía somos un partido grande”, reconoció Wilders anoche ante la prensa, que prometió que si vuelve a la oposición será muy duro y atribuyó parte de este resultado al hecho de que el resto de principales formaciones políticas han excluido durante la campaña negociar con el PVV.

LAURENS VAN PUTTEN / EFE
Ahora se abre un periodo de largas negociaciones, como es tradición en este fragmentado sistema político, para formar gobierno. Está por ver si la iniciativa de iniciar las negociaciones recae en Jetten directamente, quien intentará formar un gabinete centrista con el VVD, los socialdemócratas o la CDA. Con el 98% escrutado, su ventaja es mínima, de 2.000 votos.
La gran pregunta es si del resultado de estas elecciones los neerlandeses van a poder obtener un gobierno estable durante los próximos cuatro años. El hartazgo por tener que volver a votar la composición de su Parlamento por tercera vez en cinco años es notorio en la calle. Los dos gabinetes previos al de Schoof, ambos dirigidos por el liberal Mark Rutte –ahora secretario general de la OTAN– también terminaron antes de tiempo.
El primero en el 2021 se agotó tras un escándalo de la Agencia Tributaria. El segundo, el que dio la victoria arrolladora de Wilders en el 2023, por divisiones internas sobre el sistema de acogida. “Es un alivio que Wilders no vaya a gobernar. Este último año ha sido un fracaso tras otro”, opinaba uno de los pocos votantes socialdemócratas en un barrio mayoritariamente conservador de La Haya.
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