A menos de un mes del congreso nacional del PP el melón interno se ha abierto. «Era muy difícil que no ocurriera» -coinciden dirigentes veteranos- a pesar de los esfuerzos de Génova estas semanas por evitar debates que siempre causan fricciones dentro del partido. El cónclave de julio está pensado en clave electoral , para mentalizar a todos los cuadros de que después del verano empieza una recta final, muy larga quizá, pero que debe ser la definitiva para llegar a la Moncloa. Pero también se plantea como un acto de unidad absoluta, sin fisuras, en torno a Alberto Núñez Feijóo . Sobre eso no hay dudas. Sin embargo, las ponencias -ideológica y estatutaria- enfrentan a las distintas sensibilidades que conviven en las siglas del PP.Las primarias son una patata caliente en todas las organizaciones y en los últimos años se han convertido en una cuestión muy sensible para los populares. El PP de Madrid, como ha hecho históricamente, quiere tener garantías de que la militancia no perderá peso en el sistema de elección. La entrevista de Isabel Díaz Ayuso en ABC fue recibida por muchos dirigentes como un aviso a navegantes. La lideresa madrileña insiste en que quiere defender la máxima de ‘un militante, un voto’ , y que peleará en el congreso para que los afiliados tengan voz directa a la hora de elegir a su presidente, tanto a nivel nacional como autonómico. Sus palabras retumbaron en distintos territorios porque hasta ahora había mantenido un perfil muy bajo. Y porque chocan con el modelo que venía defendiendo Feijóo -también otros barones- para devolver la carga de la elección a los compromisarios.Sistema de elecciónEn Génova insisten en que el sistema actual (con dos vueltas, primero de la militancia y, después, de los compromisarios sobre los candidatos con más apoyos) «ha de cambiarse». Recuerdan que en este momento los delegados del partido tienen la capacidad de corregir el voto de la militancia «y que eso no puede ser». Fue lo que ocurrió en 2018 cuando Pablo Casado terminó siendo el presidente del partido después de que Soraya Sáenz de Santamaría ganara entre la militancia. «Ese margen de mejora» es en lo que están trabajando ahora los ponentes . Y los mensajes que la dirección nacional ha enviado a la Puerta del Sol en las últimas horas, según ha sabido ABC, son «tranquilizadores».En el entorno de Feijóo dan por hecho que habrá una propuesta que «contente a todos» y con la que Ayuso también se sentirá cómoda. Eso implicaría entonces, según todas las fuentes consultadas, que la militancia participará directamente. Es la garantía que precisamente piden en el PP de Madrid para no ir al choque. Si los afiliados pierden peso y capacidad en la elección, el partido madrileño irá a la fase de enmiendas con su propia propuesta. Ya en el congreso de 2017 la dirección nacional, entonces encabezada por Mariano Rajoy , tuvo que pactar con el PP madrileño de Cristina Cifuentes para que los afiliados tuvieran voz. El resultado fue el sistema actual que Feijóo aboga por modificar. La orden de Rajoy fue clara: debían acordar el modelo con el PP de Madrid o habría riesgo de perder la votación.Mientras que en la dirección nacional evitan expresar incomodidad con Ayuso tras sus contundentes declaraciones en ABC, otros dirigentes autonómicos no esconden su malestar al ver que una vez más la madrileña ha marcado la agenda del debate interno. Hace solo unos días se produjo una situación similar en Barcelona durante la Conferencia de Presidentes al ser Ayuso la única presidenta que se ausentó de la reunión cuando el español dejó de sonar. El resto de barones se quejaron de los pinganillos en la misma línea, pero solo la presidenta madrileña se marchó.Ahora, según explican algunos dirigentes, la sensación es parecida. Consideran que ese aviso de Ayuso apunta a que es ella la que dirige los debates internos. Y consideran que la entrevista, publicada el día de la gran manifestación contra Pedro Sánchez en Madrid, «empañó» y «tapó» a Feijóo en un día muy relevante.Ese malestar aflora ahora, como lo ha hecho tantas veces en el pasado. En el entorno de Ayuso insisten en que la presidenta «está siendo ella misma como siempre lo ha hecho» , sin esconder que tiene un perfil propio y unas convicciones que seguirá defendiendo aunque la enfrente en algunos momentos a otros dirigentes de su partido. A menos de un mes del congreso nacional del PP el melón interno se ha abierto. «Era muy difícil que no ocurriera» -coinciden dirigentes veteranos- a pesar de los esfuerzos de Génova estas semanas por evitar debates que siempre causan fricciones dentro del partido. El cónclave de julio está pensado en clave electoral , para mentalizar a todos los cuadros de que después del verano empieza una recta final, muy larga quizá, pero que debe ser la definitiva para llegar a la Moncloa. Pero también se plantea como un acto de unidad absoluta, sin fisuras, en torno a Alberto Núñez Feijóo . Sobre eso no hay dudas. Sin embargo, las ponencias -ideológica y estatutaria- enfrentan a las distintas sensibilidades que conviven en las siglas del PP.Las primarias son una patata caliente en todas las organizaciones y en los últimos años se han convertido en una cuestión muy sensible para los populares. El PP de Madrid, como ha hecho históricamente, quiere tener garantías de que la militancia no perderá peso en el sistema de elección. La entrevista de Isabel Díaz Ayuso en ABC fue recibida por muchos dirigentes como un aviso a navegantes. La lideresa madrileña insiste en que quiere defender la máxima de ‘un militante, un voto’ , y que peleará en el congreso para que los afiliados tengan voz directa a la hora de elegir a su presidente, tanto a nivel nacional como autonómico. Sus palabras retumbaron en distintos territorios porque hasta ahora había mantenido un perfil muy bajo. Y porque chocan con el modelo que venía defendiendo Feijóo -también otros barones- para devolver la carga de la elección a los compromisarios.Sistema de elecciónEn Génova insisten en que el sistema actual (con dos vueltas, primero de la militancia y, después, de los compromisarios sobre los candidatos con más apoyos) «ha de cambiarse». Recuerdan que en este momento los delegados del partido tienen la capacidad de corregir el voto de la militancia «y que eso no puede ser». Fue lo que ocurrió en 2018 cuando Pablo Casado terminó siendo el presidente del partido después de que Soraya Sáenz de Santamaría ganara entre la militancia. «Ese margen de mejora» es en lo que están trabajando ahora los ponentes . Y los mensajes que la dirección nacional ha enviado a la Puerta del Sol en las últimas horas, según ha sabido ABC, son «tranquilizadores».En el entorno de Feijóo dan por hecho que habrá una propuesta que «contente a todos» y con la que Ayuso también se sentirá cómoda. Eso implicaría entonces, según todas las fuentes consultadas, que la militancia participará directamente. Es la garantía que precisamente piden en el PP de Madrid para no ir al choque. Si los afiliados pierden peso y capacidad en la elección, el partido madrileño irá a la fase de enmiendas con su propia propuesta. Ya en el congreso de 2017 la dirección nacional, entonces encabezada por Mariano Rajoy , tuvo que pactar con el PP madrileño de Cristina Cifuentes para que los afiliados tuvieran voz. El resultado fue el sistema actual que Feijóo aboga por modificar. La orden de Rajoy fue clara: debían acordar el modelo con el PP de Madrid o habría riesgo de perder la votación.Mientras que en la dirección nacional evitan expresar incomodidad con Ayuso tras sus contundentes declaraciones en ABC, otros dirigentes autonómicos no esconden su malestar al ver que una vez más la madrileña ha marcado la agenda del debate interno. Hace solo unos días se produjo una situación similar en Barcelona durante la Conferencia de Presidentes al ser Ayuso la única presidenta que se ausentó de la reunión cuando el español dejó de sonar. El resto de barones se quejaron de los pinganillos en la misma línea, pero solo la presidenta madrileña se marchó.Ahora, según explican algunos dirigentes, la sensación es parecida. Consideran que ese aviso de Ayuso apunta a que es ella la que dirige los debates internos. Y consideran que la entrevista, publicada el día de la gran manifestación contra Pedro Sánchez en Madrid, «empañó» y «tapó» a Feijóo en un día muy relevante.Ese malestar aflora ahora, como lo ha hecho tantas veces en el pasado. En el entorno de Ayuso insisten en que la presidenta «está siendo ella misma como siempre lo ha hecho» , sin esconder que tiene un perfil propio y unas convicciones que seguirá defendiendo aunque la enfrente en algunos momentos a otros dirigentes de su partido.
Malestar entre comunidades y otros dirigentes por el foco acaparado por la presidenta madrileña
A menos de un mes del congreso nacional del PP el melón interno se ha abierto. «Era muy difícil que no ocurriera» -coinciden dirigentes veteranos- a pesar de los esfuerzos de Génova estas semanas por evitar debates que siempre causan fricciones dentro del partido. El … cónclave de julio está pensado en clave electoral, para mentalizar a todos los cuadros de que después del verano empieza una recta final, muy larga quizá, pero que debe ser la definitiva para llegar a la Moncloa. Pero también se plantea como un acto de unidad absoluta, sin fisuras, en torno a Alberto Núñez Feijóo. Sobre eso no hay dudas. Sin embargo, las ponencias -ideológica y estatutaria- enfrentan a las distintas sensibilidades que conviven en las siglas del PP.
Las primarias son una patata caliente en todas las organizaciones y en los últimos años se han convertido en una cuestión muy sensible para los populares. El PP de Madrid, como ha hecho históricamente, quiere tener garantías de que la militancia no perderá peso en el sistema de elección. La entrevista de Isabel Díaz Ayuso en ABC fue recibida por muchos dirigentes como un aviso a navegantes. La lideresa madrileña insiste en que quiere defender la máxima de ‘un militante, un voto’, y que peleará en el congreso para que los afiliados tengan voz directa a la hora de elegir a su presidente, tanto a nivel nacional como autonómico. Sus palabras retumbaron en distintos territorios porque hasta ahora había mantenido un perfil muy bajo. Y porque chocan con el modelo que venía defendiendo Feijóo -también otros barones- para devolver la carga de la elección a los compromisarios.
Sistema de elección
En Génova insisten en que el sistema actual (con dos vueltas, primero de la militancia y, después, de los compromisarios sobre los candidatos con más apoyos) «ha de cambiarse». Recuerdan que en este momento los delegados del partido tienen la capacidad de corregir el voto de la militancia «y que eso no puede ser». Fue lo que ocurrió en 2018 cuando Pablo Casado terminó siendo el presidente del partido después de que Soraya Sáenz de Santamaría ganara entre la militancia. «Ese margen de mejora» es en lo que están trabajando ahora los ponentes. Y los mensajes que la dirección nacional ha enviado a la Puerta del Sol en las últimas horas, según ha sabido ABC, son «tranquilizadores».
En el entorno de Feijóo dan por hecho que habrá una propuesta que «contente a todos» y con la que Ayuso también se sentirá cómoda. Eso implicaría entonces, según todas las fuentes consultadas, que la militancia participará directamente. Es la garantía que precisamente piden en el PP de Madrid para no ir al choque.
Si los afiliados pierden peso y capacidad en la elección, el partido madrileño irá a la fase de enmiendas con su propia propuesta. Ya en el congreso de 2017 la dirección nacional, entonces encabezada por Mariano Rajoy, tuvo que pactar con el PP madrileño de Cristina Cifuentes para que los afiliados tuvieran voz. El resultado fue el sistema actual que Feijóo aboga por modificar. La orden de Rajoy fue clara: debían acordar el modelo con el PP de Madrid o habría riesgo de perder la votación.
Mientras que en la dirección nacional evitan expresar incomodidad con Ayuso tras sus contundentes declaraciones en ABC, otros dirigentes autonómicos no esconden su malestar al ver que una vez más la madrileña ha marcado la agenda del debate interno. Hace solo unos días se produjo una situación similar en Barcelona durante la Conferencia de Presidentes al ser Ayuso la única presidenta que se ausentó de la reunión cuando el español dejó de sonar. El resto de barones se quejaron de los pinganillos en la misma línea, pero solo la presidenta madrileña se marchó.
Ahora, según explican algunos dirigentes, la sensación es parecida. Consideran que ese aviso de Ayuso apunta a que es ella la que dirige los debates internos. Y consideran que la entrevista, publicada el día de la gran manifestación contra Pedro Sánchez en Madrid, «empañó» y «tapó» a Feijóo en un día muy relevante.
Ese malestar aflora ahora, como lo ha hecho tantas veces en el pasado. En el entorno de Ayuso insisten en que la presidenta «está siendo ella misma como siempre lo ha hecho», sin esconder que tiene un perfil propio y unas convicciones que seguirá defendiendo aunque la enfrente en algunos momentos a otros dirigentes de su partido.
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