El anunciado pero eterno desmantelamiento de Las Sabinas, el poblado chabolista levantado a orillas del río Guadarrama hace más de medio siglo, ha comenzado a cobrarse las primeras infraviviendas en la parte baja del asentamiento. Así lo ha avanzado este martes el ayuntamiento de Arroyomolinos, cuyos terrenos se extienden hacia el sur desde el puente del Aguijón, por donde pasa la carretera A-5. El flanco norte, en cambio, pertenece al término municipal de Móstoles. Ambas localidades firmaron sendos convenios con la Comunidad de Madrid para el realojo de sus habitantes, un proceso que a día de hoy continúa llevándose a cabo.Mientras tanto, el Gobierno de Arroyomolinos derribará esta semana un total de 31 chabolas ya deshabitadas, dentro de un plan integral para devolver la riqueza natural a este enclave del parque regional del curso medio del río Guadarrama. Desde el consistorio explican a ABC que esta actuación, realizada mediante un contrato menor, supone la primera fase del citado plan. «En el futuro sacaremos una licitación que nos permita completar las demoliciones y al mismo tiempo adecuar paisajísticamente la zona», aclaran.Respecto a los derribos, los responsables municipales diferencian dos tipos de construcciones: las que atesoran materiales convencionales, carentes de riesgo; y aquellas que contienen amianto, para las cuales se han establecido medidas de seguridad específicas. Y en relación al futuro entorno, el objetivo del ayuntamiento es realizar un plan urbanístico que impida el levantamiento de cualquier infravivienda en todo el área, de tal forma que sea declarada inhabitable.Noticia Relacionada estandar Si Las Sabinas, un poblado con el agua al cuello por las lluvias Amina Ould Móstoles evacuó a más de 200 personas del segundo asentamiento ilegal más grande de la región por las lluvias del pasado fin de semana. Los vecinos piden que se aceleren los realojos porque temen por sus hijosRecuerdan, además, la dificultad de acceso de los servicios de emergencia por el camino de la Ribera de San Pedro, impracticable cada vez que llueve. Por ejemplo, en julio del año pasado una torre de luz en mal estado provocó un incendio y los camiones de Bomberos no tuvieron la capacidad de entrar en condiciones normales. También este último mes de marzo, las fuertes tormentas acaecidas en la región madrileña provocaron la crecida del Guadarrama y el consecuente desalojo de casi medio centenar de personas en dos días alternos.El punto de partida para poner fin a Las Sabinas arrancó hace ya doce años, cuando la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de Móstoles firmaron un primer convenio para proceder al realojo de los moradores empadronados en este municipio antes de 2008, por el que 54 familias salieron tras una inversión inicial de 12 millones de euros. El resto de inquilinos, sin embargo, no tuvieron posibilidad de reubicación.Una década después, en marzo de 2023, la Agencia de Vivienda Social (AVS) del Gobierno regional y los dos ayuntamientos afectados firmaron nuevos convenios para proceder al realojo de otras 68 familias asentadas en Móstoles y 90 en Arroyomolinos. Estos acuerdos afectan a los habitantes empadronados con anterioridad al 31 de diciembre de 2018. Tras ello, comenzaron los estudios sociales familiares y las labores de trabajo social con los habitantes del poblado, a fin de dotarles de la formación precisa para facilitar su adaptación a la vida en el nuevo tipo de viviendas.Los suelos que ocupan estas familias forman parte del parque regional del curso medio del río Guadarrama y ocupan también el Dominio Público Hidráulico del río, lo que incrementa sobremanera el riesgo de inundación. Por último, atraviesa la zona el Cordel Real del Guadarrama y el Abrevadero del Barranco de la Vega, dos vías pecuarias. Todas esas figuras de protección hacen que el suelo esté clasificado como no urbanizable de especial protección. Una prohibición, a la postre, incumplida durante décadas. El anunciado pero eterno desmantelamiento de Las Sabinas, el poblado chabolista levantado a orillas del río Guadarrama hace más de medio siglo, ha comenzado a cobrarse las primeras infraviviendas en la parte baja del asentamiento. Así lo ha avanzado este martes el ayuntamiento de Arroyomolinos, cuyos terrenos se extienden hacia el sur desde el puente del Aguijón, por donde pasa la carretera A-5. El flanco norte, en cambio, pertenece al término municipal de Móstoles. Ambas localidades firmaron sendos convenios con la Comunidad de Madrid para el realojo de sus habitantes, un proceso que a día de hoy continúa llevándose a cabo.Mientras tanto, el Gobierno de Arroyomolinos derribará esta semana un total de 31 chabolas ya deshabitadas, dentro de un plan integral para devolver la riqueza natural a este enclave del parque regional del curso medio del río Guadarrama. Desde el consistorio explican a ABC que esta actuación, realizada mediante un contrato menor, supone la primera fase del citado plan. «En el futuro sacaremos una licitación que nos permita completar las demoliciones y al mismo tiempo adecuar paisajísticamente la zona», aclaran.Respecto a los derribos, los responsables municipales diferencian dos tipos de construcciones: las que atesoran materiales convencionales, carentes de riesgo; y aquellas que contienen amianto, para las cuales se han establecido medidas de seguridad específicas. Y en relación al futuro entorno, el objetivo del ayuntamiento es realizar un plan urbanístico que impida el levantamiento de cualquier infravivienda en todo el área, de tal forma que sea declarada inhabitable.Noticia Relacionada estandar Si Las Sabinas, un poblado con el agua al cuello por las lluvias Amina Ould Móstoles evacuó a más de 200 personas del segundo asentamiento ilegal más grande de la región por las lluvias del pasado fin de semana. Los vecinos piden que se aceleren los realojos porque temen por sus hijosRecuerdan, además, la dificultad de acceso de los servicios de emergencia por el camino de la Ribera de San Pedro, impracticable cada vez que llueve. Por ejemplo, en julio del año pasado una torre de luz en mal estado provocó un incendio y los camiones de Bomberos no tuvieron la capacidad de entrar en condiciones normales. También este último mes de marzo, las fuertes tormentas acaecidas en la región madrileña provocaron la crecida del Guadarrama y el consecuente desalojo de casi medio centenar de personas en dos días alternos.El punto de partida para poner fin a Las Sabinas arrancó hace ya doce años, cuando la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de Móstoles firmaron un primer convenio para proceder al realojo de los moradores empadronados en este municipio antes de 2008, por el que 54 familias salieron tras una inversión inicial de 12 millones de euros. El resto de inquilinos, sin embargo, no tuvieron posibilidad de reubicación.Una década después, en marzo de 2023, la Agencia de Vivienda Social (AVS) del Gobierno regional y los dos ayuntamientos afectados firmaron nuevos convenios para proceder al realojo de otras 68 familias asentadas en Móstoles y 90 en Arroyomolinos. Estos acuerdos afectan a los habitantes empadronados con anterioridad al 31 de diciembre de 2018. Tras ello, comenzaron los estudios sociales familiares y las labores de trabajo social con los habitantes del poblado, a fin de dotarles de la formación precisa para facilitar su adaptación a la vida en el nuevo tipo de viviendas.Los suelos que ocupan estas familias forman parte del parque regional del curso medio del río Guadarrama y ocupan también el Dominio Público Hidráulico del río, lo que incrementa sobremanera el riesgo de inundación. Por último, atraviesa la zona el Cordel Real del Guadarrama y el Abrevadero del Barranco de la Vega, dos vías pecuarias. Todas esas figuras de protección hacen que el suelo esté clasificado como no urbanizable de especial protección. Una prohibición, a la postre, incumplida durante décadas.
El anunciado pero eterno desmantelamiento de Las Sabinas, el poblado chabolista levantado a orillas del río Guadarrama hace más de medio siglo, ha comenzado a cobrarse las primeras infraviviendas en la parte baja del asentamiento. Así lo ha avanzado este martes el ayuntamiento de Arroyomolinos, … cuyos terrenos se extienden hacia el sur desde el puente del Aguijón, por donde pasa la carretera A-5. El flanco norte, en cambio, pertenece al término municipal de Móstoles. Ambas localidades firmaron sendos convenios con la Comunidad de Madrid para el realojo de sus habitantes, un proceso que a día de hoy continúa llevándose a cabo.
Mientras tanto, el Gobierno de Arroyomolinos derribará esta semana un total de 31 chabolas ya deshabitadas, dentro de un plan integral para devolver la riqueza natural a este enclave del parque regional del curso medio del río Guadarrama. Desde el consistorio explican a ABC que esta actuación, realizada mediante un contrato menor, supone la primera fase del citado plan. «En el futuro sacaremos una licitación que nos permita completar las demoliciones y al mismo tiempo adecuar paisajísticamente la zona», aclaran.
Respecto a los derribos, los responsables municipales diferencian dos tipos de construcciones: las que atesoran materiales convencionales, carentes de riesgo; y aquellas que contienen amianto, para las cuales se han establecido medidas de seguridad específicas. Y en relación al futuro entorno, el objetivo del ayuntamiento es realizar un plan urbanístico que impida el levantamiento de cualquier infravivienda en todo el área, de tal forma que sea declarada inhabitable.
Recuerdan, además, la dificultad de acceso de los servicios de emergencia por el camino de la Ribera de San Pedro, impracticable cada vez que llueve. Por ejemplo, en julio del año pasado una torre de luz en mal estado provocó un incendio y los camiones de Bomberos no tuvieron la capacidad de entrar en condiciones normales. También este último mes de marzo, las fuertes tormentas acaecidas en la región madrileña provocaron la crecida del Guadarrama y el consecuente desalojo de casi medio centenar de personas en dos días alternos.
El punto de partida para poner fin a Las Sabinas arrancó hace ya doce años, cuando la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de Móstoles firmaron un primer convenio para proceder al realojo de los moradores empadronados en este municipio antes de 2008, por el que 54 familias salieron tras una inversión inicial de 12 millones de euros. El resto de inquilinos, sin embargo, no tuvieron posibilidad de reubicación.
Una década después, en marzo de 2023, la Agencia de Vivienda Social (AVS) del Gobierno regional y los dos ayuntamientos afectados firmaron nuevos convenios para proceder al realojo de otras 68 familias asentadas en Móstoles y 90 en Arroyomolinos. Estos acuerdos afectan a los habitantes empadronados con anterioridad al 31 de diciembre de 2018. Tras ello, comenzaron los estudios sociales familiares y las labores de trabajo social con los habitantes del poblado, a fin de dotarles de la formación precisa para facilitar su adaptación a la vida en el nuevo tipo de viviendas.
Los suelos que ocupan estas familias forman parte del parque regional del curso medio del río Guadarrama y ocupan también el Dominio Público Hidráulico del río, lo que incrementa sobremanera el riesgo de inundación. Por último, atraviesa la zona el Cordel Real del Guadarrama y el Abrevadero del Barranco de la Vega, dos vías pecuarias. Todas esas figuras de protección hacen que el suelo esté clasificado como no urbanizable de especial protección. Una prohibición, a la postre, incumplida durante décadas.
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