Lo que en principio se presentaba como una sesión más de pleno en el Parlamento gallego, con preguntas al presidente de la Xunta sobre asuntos como la vivienda o el uso de gallego, tornó en una batalla campal entre Alfonso Rueda y los líderes de la oposición, José Ramón Gómez Besteiro y Ana Pontón, a propósito de la denuncia por presunta agresión sexual al exconselleiro do Mar , Alfonso Villares. La expectación era palpable, al tratarse de la primera intervención del presidente gallego en el Hórreo tras la dimisión de Villares, y la oposición llegó con ganas de debatir.El pistoletazo de salida lo dio el secretario xeral del PSdeG, Gómez Besteiro, que comenzó su intervención atendiendo al orden del día: el problema de acceso a la vivienda. Sin embargo, en cuestión de minutos, salió a relucir el tema capital. «Tuvo usted en su gobierno, durante seis meses, a un conselleiro denunciado por agresión sexual y lo ocultó, lo ocultó señor Rueda», arremetió el socialista, acusándole de mantener un «silencio sepulcral». «¿ Qué piensa de que el nombre de la denunciante se supiese minutos después de confirmarse la dimisión [de Villares]?», añadió Besteiro, una idea que fue deslizando, hasta acusar directamente a la Xunta de filtrar interesadamente el nombre de Paloma Lago.Noticias relacionadas estandar No El informe toxicológico de Paloma Lago no encuentra sustancias que avalen la supuesta sumisión química José Luis Jiménez estandar No Paloma Lago asegura que fue «drogada» durante la agresión sexual denunciada, pero el informe toxicológico no encuentra pruebas A.B. BuendíaAlfonso Rueda le tomó la palabra, primero, ironizando sobre si las acusaciones de silencio no iban dirigido al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, -que hasta este miércoles, llevaba 43 días sin comparecer en el Congreso- para, posteriormente, devolverle el recado. «Es bueno recordar a una persona que se llamaba José Ramón Gómez Besteiro y en 2015 estuvo cinco meses imputado por cuatro o cinco delitos. Y siguió tranquilamente y después le cayeron seis o siete más», aseveró Rueda, que citó algunos como el delito de «cohecho, prevaricación, tráfico de influencias, fraude de las administraciones públicas», entre otras -desestimadas en su día por la Justicia-. « Respeten la separación de poderes , respeten la presunción de inocencia y, en el fondo, respétense a sí mismos. Y después, ahora, en la réplica, si le interesa, hablamos de vivienda, aunque ya veo que no le interesa absolutamente nada», afirmó el presidente de la Xunta. No volvió a mencionarse la vivienda, pero el líder de lo socialistas gallegos sí que insistió en la «ocultación» de la denuncia a Villares, defendiéndose también al asegurar que no ostentaba ningún cargo público cuando fue investigado por los delitos ya citados -a pesar de que era el secretario xeral de los socialistas gallegos, el máximo responsable del PSdeG, y terminó dimitiendo-. «Su silencio hace pensar que tiene información problemática y que no la cuenta», contraatacó Besteiro, que recordó aquel abrazo entre el presidente de la Xunta y Villares durante la toma de posesión de la sucesora del exconselleiro«.«Para entenderlo bien, entonces, ¿secretario general del Partido Socialista no es un cargo público ? Es presidente de un club pequeñito, eso sí que lo puedo entender», replicó Rueda, tachando de «hipocresía» las palabras de Besteiro y apelando a los «socialistas de bien, que hay muchos», advirtió el presidente gallego, para que no asuman la retórica del líder del PSdeG.Acusaciones de «violencia institucional»A la disputa se unió también la portavoz nacional del BNG, Ana Pontón, que irrumpió con fuerza. «¿A quién aplauden las señorías del Partido Popular? Aplauden a un presidente que encubrió durante meses a un presunto agresor sexual », empezó la líder nacionalista, afeando que Villares utilizase coche oficial y cobrase un salario público, o que la Xunta sirviese para «proclamar su inocencia», permitiéndole salir «por la puerta grande». Y, «de facto», continuó Pontón, «cuestionando la veracidad de la víctima», al más «puro estilo negacioncita de la extrema derecha. Y, ¿sabe como se llama eso, señor Rueda? Violencia institucional, revictimización de una mujer», aseveró la líder del BNG. Una intervención en la que insistió en preguntar al presidente gallego si considera que pude seguir al frente de la Xunta tras este acto de «indignidad» .Por su parte, Rueda volvió a tirar de hemeroteca. En este caso, para afear que desde el BNG no se alzase la voz ante los escándalos que siguen publicándose prácticamente a diario sobre la trama Koldo y sus derivadas, como la contratación a dedo de personas cercanas al exministro José Luis Ábalos en empresas públicas dependientes de su deparatamento. «Lo que le digo siempre, tan brava aquí, tan masa allí, y cada vez son más ciertas las dos cosas», replicó Rueda.«La mejor forma de proteger a la Justicia, de proteger a las víctimas, también a las personas que denuncian y quieren justicia, es hacer que funciona de verdad», continuó el titular de la Xunta, tachando a los nacionalista de «utilización partidista descarada» de las víctimas de violencia de machista . Pero Pontón no cedió e insistió en la «vegüenza intolerable» del abrazo a Villares, acusando también al entorno del exconselleiro de filtrar el nombre de la denunciante, Paloma Lago.«Esta es la señora Pontón, ministra, fiscal, jueza y lo que haga falta», arremetió Rueda, que respondió también a las acusaciones sobre su participación en la Conferencia de Presidentes de la semana pasada y el uso de gallego, del que afirmó sentirse «orgulloso». «Lo dije el otro día en Barcelona, a mí, para hablar con otro español, un pinganillo nunca me va a hacer falta . ¿Sabe por qué, señora Pontón? Porque tenemos una lengua común, porque tenemos lógica y porque tenemos educación. Así somos los gallegos. Ustedes no lo entienden y por eso pierden gente», concluyó el presidente gallego. Lo que en principio se presentaba como una sesión más de pleno en el Parlamento gallego, con preguntas al presidente de la Xunta sobre asuntos como la vivienda o el uso de gallego, tornó en una batalla campal entre Alfonso Rueda y los líderes de la oposición, José Ramón Gómez Besteiro y Ana Pontón, a propósito de la denuncia por presunta agresión sexual al exconselleiro do Mar , Alfonso Villares. La expectación era palpable, al tratarse de la primera intervención del presidente gallego en el Hórreo tras la dimisión de Villares, y la oposición llegó con ganas de debatir.El pistoletazo de salida lo dio el secretario xeral del PSdeG, Gómez Besteiro, que comenzó su intervención atendiendo al orden del día: el problema de acceso a la vivienda. Sin embargo, en cuestión de minutos, salió a relucir el tema capital. «Tuvo usted en su gobierno, durante seis meses, a un conselleiro denunciado por agresión sexual y lo ocultó, lo ocultó señor Rueda», arremetió el socialista, acusándole de mantener un «silencio sepulcral». «¿ Qué piensa de que el nombre de la denunciante se supiese minutos después de confirmarse la dimisión [de Villares]?», añadió Besteiro, una idea que fue deslizando, hasta acusar directamente a la Xunta de filtrar interesadamente el nombre de Paloma Lago.Noticias relacionadas estandar No El informe toxicológico de Paloma Lago no encuentra sustancias que avalen la supuesta sumisión química José Luis Jiménez estandar No Paloma Lago asegura que fue «drogada» durante la agresión sexual denunciada, pero el informe toxicológico no encuentra pruebas A.B. BuendíaAlfonso Rueda le tomó la palabra, primero, ironizando sobre si las acusaciones de silencio no iban dirigido al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, -que hasta este miércoles, llevaba 43 días sin comparecer en el Congreso- para, posteriormente, devolverle el recado. «Es bueno recordar a una persona que se llamaba José Ramón Gómez Besteiro y en 2015 estuvo cinco meses imputado por cuatro o cinco delitos. Y siguió tranquilamente y después le cayeron seis o siete más», aseveró Rueda, que citó algunos como el delito de «cohecho, prevaricación, tráfico de influencias, fraude de las administraciones públicas», entre otras -desestimadas en su día por la Justicia-. « Respeten la separación de poderes , respeten la presunción de inocencia y, en el fondo, respétense a sí mismos. Y después, ahora, en la réplica, si le interesa, hablamos de vivienda, aunque ya veo que no le interesa absolutamente nada», afirmó el presidente de la Xunta. No volvió a mencionarse la vivienda, pero el líder de lo socialistas gallegos sí que insistió en la «ocultación» de la denuncia a Villares, defendiéndose también al asegurar que no ostentaba ningún cargo público cuando fue investigado por los delitos ya citados -a pesar de que era el secretario xeral de los socialistas gallegos, el máximo responsable del PSdeG, y terminó dimitiendo-. «Su silencio hace pensar que tiene información problemática y que no la cuenta», contraatacó Besteiro, que recordó aquel abrazo entre el presidente de la Xunta y Villares durante la toma de posesión de la sucesora del exconselleiro«.«Para entenderlo bien, entonces, ¿secretario general del Partido Socialista no es un cargo público ? Es presidente de un club pequeñito, eso sí que lo puedo entender», replicó Rueda, tachando de «hipocresía» las palabras de Besteiro y apelando a los «socialistas de bien, que hay muchos», advirtió el presidente gallego, para que no asuman la retórica del líder del PSdeG.Acusaciones de «violencia institucional»A la disputa se unió también la portavoz nacional del BNG, Ana Pontón, que irrumpió con fuerza. «¿A quién aplauden las señorías del Partido Popular? Aplauden a un presidente que encubrió durante meses a un presunto agresor sexual », empezó la líder nacionalista, afeando que Villares utilizase coche oficial y cobrase un salario público, o que la Xunta sirviese para «proclamar su inocencia», permitiéndole salir «por la puerta grande». Y, «de facto», continuó Pontón, «cuestionando la veracidad de la víctima», al más «puro estilo negacioncita de la extrema derecha. Y, ¿sabe como se llama eso, señor Rueda? Violencia institucional, revictimización de una mujer», aseveró la líder del BNG. Una intervención en la que insistió en preguntar al presidente gallego si considera que pude seguir al frente de la Xunta tras este acto de «indignidad» .Por su parte, Rueda volvió a tirar de hemeroteca. En este caso, para afear que desde el BNG no se alzase la voz ante los escándalos que siguen publicándose prácticamente a diario sobre la trama Koldo y sus derivadas, como la contratación a dedo de personas cercanas al exministro José Luis Ábalos en empresas públicas dependientes de su deparatamento. «Lo que le digo siempre, tan brava aquí, tan masa allí, y cada vez son más ciertas las dos cosas», replicó Rueda.«La mejor forma de proteger a la Justicia, de proteger a las víctimas, también a las personas que denuncian y quieren justicia, es hacer que funciona de verdad», continuó el titular de la Xunta, tachando a los nacionalista de «utilización partidista descarada» de las víctimas de violencia de machista . Pero Pontón no cedió e insistió en la «vegüenza intolerable» del abrazo a Villares, acusando también al entorno del exconselleiro de filtrar el nombre de la denunciante, Paloma Lago.«Esta es la señora Pontón, ministra, fiscal, jueza y lo que haga falta», arremetió Rueda, que respondió también a las acusaciones sobre su participación en la Conferencia de Presidentes de la semana pasada y el uso de gallego, del que afirmó sentirse «orgulloso». «Lo dije el otro día en Barcelona, a mí, para hablar con otro español, un pinganillo nunca me va a hacer falta . ¿Sabe por qué, señora Pontón? Porque tenemos una lengua común, porque tenemos lógica y porque tenemos educación. Así somos los gallegos. Ustedes no lo entienden y por eso pierden gente», concluyó el presidente gallego.
Lo que en principio se presentaba como una sesión más de pleno en el Parlamento gallego, con preguntas al presidente de la Xunta sobre asuntos como la vivienda o el uso de gallego, tornó en una batalla campal entre Alfonso Rueda y los líderes de … la oposición, José Ramón Gómez Besteiro y Ana Pontón, a propósito de la denuncia por presunta agresión sexual al exconselleiro do Mar, Alfonso Villares. La expectación era palpable, al tratarse de la primera intervención del presidente gallego en el Hórreo tras la dimisión de Villares, y la oposición llegó con ganas de debatir.
El pistoletazo de salida lo dio el secretario xeral del PSdeG, Gómez Besteiro, que comenzó su intervención atendiendo al orden del día: el problema de acceso a la vivienda. Sin embargo, en cuestión de minutos, salió a relucir el tema capital. «Tuvo usted en su gobierno, durante seis meses, a un conselleiro denunciado por agresión sexual y lo ocultó, lo ocultó señor Rueda», arremetió el socialista, acusándole de mantener un «silencio sepulcral». «¿Qué piensa de que el nombre de la denunciante se supiese minutos después de confirmarse la dimisión [de Villares]?», añadió Besteiro, una idea que fue deslizando, hasta acusar directamente a la Xunta de filtrar interesadamente el nombre de Paloma Lago.
Alfonso Rueda le tomó la palabra, primero, ironizando sobre si las acusaciones de silencio no iban dirigido al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, -que hasta este miércoles, llevaba 43 días sin comparecer en el Congreso- para, posteriormente, devolverle el recado. «Es bueno recordar a una persona que se llamaba José Ramón Gómez Besteiro y en 2015 estuvo cinco meses imputado por cuatro o cinco delitos. Y siguió tranquilamente y después le cayeron seis o siete más», aseveró Rueda, que citó algunos como el delito de «cohecho, prevaricación, tráfico de influencias, fraude de las administraciones públicas», entre otras -desestimadas en su día por la Justicia-.
«Respeten la separación de poderes, respeten la presunción de inocencia y, en el fondo, respétense a sí mismos. Y después, ahora, en la réplica, si le interesa, hablamos de vivienda, aunque ya veo que no le interesa absolutamente nada», afirmó el presidente de la Xunta. No volvió a mencionarse la vivienda, pero el líder de lo socialistas gallegos sí que insistió en la «ocultación» de la denuncia a Villares, defendiéndose también al asegurar que no ostentaba ningún cargo público cuando fue investigado por los delitos ya citados -a pesar de que era el secretario xeral de los socialistas gallegos, el máximo responsable del PSdeG, y terminó dimitiendo-. «Su silencio hace pensar que tiene información problemática y que no la cuenta», contraatacó Besteiro, que recordó aquel abrazo entre el presidente de la Xunta y Villares durante la toma de posesión de la sucesora del exconselleiro«.
«Para entenderlo bien, entonces, ¿secretario general del Partido Socialista no es un cargo público? Es presidente de un club pequeñito, eso sí que lo puedo entender», replicó Rueda, tachando de «hipocresía» las palabras de Besteiro y apelando a los «socialistas de bien, que hay muchos», advirtió el presidente gallego, para que no asuman la retórica del líder del PSdeG.
Acusaciones de «violencia institucional»
A la disputa se unió también la portavoz nacional del BNG, Ana Pontón, que irrumpió con fuerza. «¿A quién aplauden las señorías del Partido Popular? Aplauden a un presidente que encubrió durante meses a un presunto agresor sexual», empezó la líder nacionalista, afeando que Villares utilizase coche oficial y cobrase un salario público, o que la Xunta sirviese para «proclamar su inocencia», permitiéndole salir «por la puerta grande». Y, «de facto», continuó Pontón, «cuestionando la veracidad de la víctima», al más «puro estilo negacioncita de la extrema derecha. Y, ¿sabe como se llama eso, señor Rueda? Violencia institucional, revictimización de una mujer», aseveró la líder del BNG. Una intervención en la que insistió en preguntar al presidente gallego si considera que pude seguir al frente de la Xunta tras este acto de «indignidad».
Por su parte, Rueda volvió a tirar de hemeroteca. En este caso, para afear que desde el BNG no se alzase la voz ante los escándalos que siguen publicándose prácticamente a diario sobre la trama Koldo y sus derivadas, como la contratación a dedo de personas cercanas al exministro José Luis Ábalos en empresas públicas dependientes de su deparatamento. «Lo que le digo siempre, tan brava aquí, tan masa allí, y cada vez son más ciertas las dos cosas», replicó Rueda.
«La mejor forma de proteger a la Justicia, de proteger a las víctimas, también a las personas que denuncian y quieren justicia, es hacer que funciona de verdad», continuó el titular de la Xunta, tachando a los nacionalista de «utilización partidista descarada» de las víctimas de violencia de machista. Pero Pontón no cedió e insistió en la «vegüenza intolerable» del abrazo a Villares, acusando también al entorno del exconselleiro de filtrar el nombre de la denunciante, Paloma Lago.
«Esta es la señora Pontón, ministra, fiscal, jueza y lo que haga falta», arremetió Rueda, que respondió también a las acusaciones sobre su participación en la Conferencia de Presidentes de la semana pasada y el uso de gallego, del que afirmó sentirse «orgulloso». «Lo dije el otro día en Barcelona, a mí, para hablar con otro español, un pinganillo nunca me va a hacer falta. ¿Sabe por qué, señora Pontón? Porque tenemos una lengua común, porque tenemos lógica y porque tenemos educación. Así somos los gallegos. Ustedes no lo entienden y por eso pierden gente», concluyó el presidente gallego.
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