A lo largo de 2024, el ex secretario de Benedicto XVI se reconcilió con el Papa Francisco después de años de malentendidos y de una tensa relación que no escondieron. Ya en 2020 Francisco lo suspendió de su cargo como prefecto de la Casa Pontificia y tras el fallecimiento de Benedicto, lo envió de regreso a Alemania sin un encargo pastoral. El acercamiento comenzó en el primer aniversario del fallecimiento del Papa emérito. Lo explica el mismo Georg Gänswein en una entrevista publicada por «CNA Deutsch» la versión en alemán de la agencia «Catholic News Agency», especializada en información sobre los Papas y la Iglesia católica. Gänswein, de 68 años, fue desde 2005 secretario privado primero del cardenal Joseph Ratzinger y luego de Benedicto XVI. Lo acompañó y lo atendió a lo largo de todo el Pontificado, hasta 2013, y también hasta su fallecimiento el 31 de diciembre de 2022. Meses antes de renunciar, Benedicto lo nombró prefecto de la Casa Pontificia, pero el Papa Francisco optó por prescindir de él a partir de enero de 2020 a causa de algunos malentendidos y diferencias. En 2023, tras la publicación de algunas críticas a Francisco en su libro de memorias sobre el Papa emérito, el Papa le pidió que regresara a su diócesis original, Friburgo, en Alemania, sin confiarle ningún cargo concreto. Un año más tarde, en junio de 2024, le nombró nuncio en los países Bálticos. Respondiendo a preguntas del periodista Rudolf Gehrig, Gänswein reconoce que hubo «ciertas dificultades, ciertas tensiones» entre él y el Papa Francisco, pero asegura que no es correcto considerarlas como una «ruptura». «No todo fue como la prensa lo explicó», apunta y explica que «no fue que nos separáramos en desacuerdo».Noticia Relacionada Tres altos cargos, vacantes estandar Si León XIV no tiene prisa por formar su equipo de gobierno Javier Martínez-Brocal El Papa define sus prioridades antes de hacer nombramientos relevantes, a pesar de que hay tres altos cargos vacantes y siete prefectos han superado la edad de jubilaciónGänswein asegura que el proceso de reconciliación tuvo lugar en tres fases. El primero fue la audiencia que el Papa mantuvo con él y con el grupo de mujeres que atendía el servicio doméstico de Benedicto XVI en enero de 2024, unos días después de la misa en el primer aniversario del fallecimiento del Papa emérito. Lo recuerda como un «momento de distensión» y considera que el hecho de ser nombrado nuncio «es sin duda fruto de ello».La segunda fase fue en varios momentos antes de junio de 2024, y culminó cuando recibió oficialmente el nombramiento de nuncio y la misión en la nunciatura en los Países Bálticos. La tercera fue en noviembre de 2024, cuando mantuvo su primera audiencia oficial ya como representante pontificio, que asegura que fue «muy cordial». Lo define una «triple secuencia» que contribuyó a devolverle «la paz interior». Además, aprovechando el reciente encuentro del Papa León XIV con los nuncios de todo el mundo, visitó la tumba del Papa Francisco para rezar por él. «Eso completó la reconciliación», confirma.Parece que también en el Vaticano las tensiones y diferencias son inevitables, pero que como en todos lados, el tiempo, el diálogo y la paciencia ayudan a resolverlas. Precisamente durante la visita a Roma en noviembre de 2024, Gänswein celebró una misa en las grutas vaticanas, cerca del a tumba de Benedicto, junto al otro secretario del cardenal Ratzinger, Josef Clemens, con quien había tenido algunas diferencias. Fue otro borrón y cuenta nueva, que protagonizó con discreción y que no pasó desapercibido en la Ciudad Eterna. A lo largo de 2024, el ex secretario de Benedicto XVI se reconcilió con el Papa Francisco después de años de malentendidos y de una tensa relación que no escondieron. Ya en 2020 Francisco lo suspendió de su cargo como prefecto de la Casa Pontificia y tras el fallecimiento de Benedicto, lo envió de regreso a Alemania sin un encargo pastoral. El acercamiento comenzó en el primer aniversario del fallecimiento del Papa emérito. Lo explica el mismo Georg Gänswein en una entrevista publicada por «CNA Deutsch» la versión en alemán de la agencia «Catholic News Agency», especializada en información sobre los Papas y la Iglesia católica. Gänswein, de 68 años, fue desde 2005 secretario privado primero del cardenal Joseph Ratzinger y luego de Benedicto XVI. Lo acompañó y lo atendió a lo largo de todo el Pontificado, hasta 2013, y también hasta su fallecimiento el 31 de diciembre de 2022. Meses antes de renunciar, Benedicto lo nombró prefecto de la Casa Pontificia, pero el Papa Francisco optó por prescindir de él a partir de enero de 2020 a causa de algunos malentendidos y diferencias. En 2023, tras la publicación de algunas críticas a Francisco en su libro de memorias sobre el Papa emérito, el Papa le pidió que regresara a su diócesis original, Friburgo, en Alemania, sin confiarle ningún cargo concreto. Un año más tarde, en junio de 2024, le nombró nuncio en los países Bálticos. Respondiendo a preguntas del periodista Rudolf Gehrig, Gänswein reconoce que hubo «ciertas dificultades, ciertas tensiones» entre él y el Papa Francisco, pero asegura que no es correcto considerarlas como una «ruptura». «No todo fue como la prensa lo explicó», apunta y explica que «no fue que nos separáramos en desacuerdo».Noticia Relacionada Tres altos cargos, vacantes estandar Si León XIV no tiene prisa por formar su equipo de gobierno Javier Martínez-Brocal El Papa define sus prioridades antes de hacer nombramientos relevantes, a pesar de que hay tres altos cargos vacantes y siete prefectos han superado la edad de jubilaciónGänswein asegura que el proceso de reconciliación tuvo lugar en tres fases. El primero fue la audiencia que el Papa mantuvo con él y con el grupo de mujeres que atendía el servicio doméstico de Benedicto XVI en enero de 2024, unos días después de la misa en el primer aniversario del fallecimiento del Papa emérito. Lo recuerda como un «momento de distensión» y considera que el hecho de ser nombrado nuncio «es sin duda fruto de ello».La segunda fase fue en varios momentos antes de junio de 2024, y culminó cuando recibió oficialmente el nombramiento de nuncio y la misión en la nunciatura en los Países Bálticos. La tercera fue en noviembre de 2024, cuando mantuvo su primera audiencia oficial ya como representante pontificio, que asegura que fue «muy cordial». Lo define una «triple secuencia» que contribuyó a devolverle «la paz interior». Además, aprovechando el reciente encuentro del Papa León XIV con los nuncios de todo el mundo, visitó la tumba del Papa Francisco para rezar por él. «Eso completó la reconciliación», confirma.Parece que también en el Vaticano las tensiones y diferencias son inevitables, pero que como en todos lados, el tiempo, el diálogo y la paciencia ayudan a resolverlas. Precisamente durante la visita a Roma en noviembre de 2024, Gänswein celebró una misa en las grutas vaticanas, cerca del a tumba de Benedicto, junto al otro secretario del cardenal Ratzinger, Josef Clemens, con quien había tenido algunas diferencias. Fue otro borrón y cuenta nueva, que protagonizó con discreción y que no pasó desapercibido en la Ciudad Eterna.
El ex secretario de Benedicto XVI mantuvo una tensa relación con el pontífice, pero las aguas se calmaron en sus últimos meses
A lo largo de 2024, el ex secretario de Benedicto XVI se reconcilió con el Papa Francisco después de años de malentendidos y de una tensa relación que no escondieron. Ya en 2020 Francisco lo suspendió de su cargo como prefecto de la Casa Pontificia y tras el fallecimiento de Benedicto, lo envió de regreso a Alemania sin un encargo pastoral. El acercamiento comenzó en el primer aniversario del fallecimiento del Papa emérito.
Lo explica el mismo Georg Gänswein en una entrevista publicada por «CNA Deutsch» la versión en alemán de la agencia «Catholic News Agency», especializada en información sobre los Papas y la Iglesia católica.
Gänswein, de 68 años, fue desde 2005 secretario privado primero del cardenal Joseph Ratzinger y luego de Benedicto XVI. Lo acompañó y lo atendió a lo largo de todo el Pontificado, hasta 2013, y también hasta su fallecimiento el 31 de diciembre de 2022. Meses antes de renunciar, Benedicto lo nombró prefecto de la Casa Pontificia, pero el Papa Francisco optó por prescindir de él a partir de enero de 2020 a causa de algunos malentendidos y diferencias.
En 2023, tras la publicación de algunas críticas a Francisco en su libro de memorias sobre el Papa emérito, el Papa le pidió que regresara a su diócesis original, Friburgo, en Alemania, sin confiarle ningún cargo concreto. Un año más tarde, en junio de 2024, le nombró nuncio en los países Bálticos.
Respondiendo a preguntas del periodista Rudolf Gehrig, Gänswein reconoce que hubo «ciertas dificultades, ciertas tensiones» entre él y el Papa Francisco, pero asegura que no es correcto considerarlas como una «ruptura». «No todo fue como la prensa lo explicó», apunta y explica que «no fue que nos separáramos en desacuerdo».
Gänswein asegura que el proceso de reconciliación tuvo lugar en tres fases. El primero fue la audiencia que el Papa mantuvo con él y con el grupo de mujeres que atendía el servicio doméstico de Benedicto XVI en enero de 2024, unos días después de la misa en el primer aniversario del fallecimiento del Papa emérito. Lo recuerda como un «momento de distensión» y considera que el hecho de ser nombrado nuncio «es sin duda fruto de ello».
La segunda fase fue en varios momentos antes de junio de 2024, y culminó cuando recibió oficialmente el nombramiento de nuncio y la misión en la nunciatura en los Países Bálticos. La tercera fue en noviembre de 2024, cuando mantuvo su primera audiencia oficial ya como representante pontificio, que asegura que fue «muy cordial».
Lo define una «triple secuencia» que contribuyó a devolverle «la paz interior». Además, aprovechando el reciente encuentro del Papa León XIV con los nuncios de todo el mundo, visitó la tumba del Papa Francisco para rezar por él. «Eso completó la reconciliación», confirma.
Parece que también en el Vaticano las tensiones y diferencias son inevitables, pero que como en todos lados, el tiempo, el diálogo y la paciencia ayudan a resolverlas. Precisamente durante la visita a Roma en noviembre de 2024, Gänswein celebró una misa en las grutas vaticanas, cerca del a tumba de Benedicto, junto al otro secretario del cardenal Ratzinger, Josef Clemens, con quien había tenido algunas diferencias. Fue otro borrón y cuenta nueva, que protagonizó con discreción y que no pasó desapercibido en la Ciudad Eterna.
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