El Papa León está intentado abiertamente detener la escalada bélica en Oriente Medio y en Europa, y este miércoles ha avisado durante la audiencia general que el uso de armamentos cada vez más sofisticados puede conducir «a una barbarie muy superior a la de los tiempos pasados». Lo ha hecho citando simbólicamente las mismas palabras con las que Pío XII intentó detener la II Guerra Mundial. «El corazón de la Iglesia está desgarrado por los gritos que se elevan desde los lugares en guerra, en particular desde Ucrania, Irán, Israel y Gaza», ha comenzado el Papa una vez terminada su catequesis de este miércoles. «¡No debemos acostumbrarnos a la guerra!» , ha suplicado durante un llamamiento específico para detener las hostilidades. «Hay que rechazar como una tentación el encanto de las armas poderosas y sofisticadas. Lo cierto es que, como la guerra actual emplea armas científicas de todo tipo, su crueldad intrínseca amenaza con llevar a los combatientes a una barbarie muy superior a la de los tiempos pasados», ha avisado. Noticia Relacionada estandar Si El Papa anuncia que en unas semanas se irá de vacaciones a Castel Gandolfo Javier Martínez-Brocal Francisco había convertido ese lugar en un museo, pues prefería quedarse en Roma durante los meses de descansoLa referencia puede considerarse tanto una invitación a Irán a detener su programa nuclear, como una solicitud a EE.UU. para que no ponga a disposición de Israel armamento pesado para destruir las instalaciones subterráneas del régimen de Teherán. «Por tanto, en nombre de la dignidad humana y del derecho internacional, repito a los responsables lo que solía decir el Papa Francisco : ‘¡La guerra es siempre una derrota!’ Y con Pío XII digo también: ‘¡Nada se pierde con la paz, todo puede perderse con la guerra!’». Son las mismas palabras con las que ese pontífice intentó sin éxito detener la II Guerra Mundial. Precisamente este martes, el cardenal Pietro Parolin aseguró en referencia al ataque de Israel a Irán la Santa Sede «espera y trabaja en primera línea por el desarme nuclear». «Hemos propuesto y, de hecho, ya se ha concluido, este acuerdo sobre la inmoralidad de poseer armas nucleares, no sólo de usarlas», añadió. «Obviamente, el desarme nuclear debe realizarse también de forma pacífica, a través del diálogo y de las negociaciones. Y eso es lo que pedimos en este momento», aclaró al margen de un congreso celebrado en Roma.«Situaciones en las que nos sentimos atascados»Por otro lado, el Papa León ha tenidos en la plaza de San Pedro ante miles de peregrinos una nueva catequesis del ciclo sobre la esperanza que inició su predecesor, el Papa Francisco. En esta ocasión ha solicitado a los católicos que se pregunten sobre cómo afrontan las «situaciones en las que nos sentimos «atascados» y encerrados en callejones sin salida». «A veces sentimos que es inútil seguir esperando; nos resignamos y dejamos de luchar. Lo que nos paraliza, muchas veces, es la decepción. Nos sentimos desanimados y corremos el riesgo de caer en la pereza y la inactividad. Cuando uno lleva muchos años atascado, puede incluso perder la voluntad de curarse. A veces preferimos quedarnos decepcionados, obligando a otros a que cuiden de nosotros. A veces esa decepción es una excusa para no tomar decisiones sobre qué hacer con nuestra vida». Evocando la conversación de Jesús con un paralítico en Jerusalén recogida por los evangeliosha dicho que éste le ayudó pues le invitó a «dar voz al deseo de curarse» y a «descubrir que su vida está también en sus propias manos». «Así, el pasado ya no lo bloquea y su presente se transforma porque ahora camina junto al mismo Dios que vino a su encuentro», concluyó. El Papa León está intentado abiertamente detener la escalada bélica en Oriente Medio y en Europa, y este miércoles ha avisado durante la audiencia general que el uso de armamentos cada vez más sofisticados puede conducir «a una barbarie muy superior a la de los tiempos pasados». Lo ha hecho citando simbólicamente las mismas palabras con las que Pío XII intentó detener la II Guerra Mundial. «El corazón de la Iglesia está desgarrado por los gritos que se elevan desde los lugares en guerra, en particular desde Ucrania, Irán, Israel y Gaza», ha comenzado el Papa una vez terminada su catequesis de este miércoles. «¡No debemos acostumbrarnos a la guerra!» , ha suplicado durante un llamamiento específico para detener las hostilidades. «Hay que rechazar como una tentación el encanto de las armas poderosas y sofisticadas. Lo cierto es que, como la guerra actual emplea armas científicas de todo tipo, su crueldad intrínseca amenaza con llevar a los combatientes a una barbarie muy superior a la de los tiempos pasados», ha avisado. Noticia Relacionada estandar Si El Papa anuncia que en unas semanas se irá de vacaciones a Castel Gandolfo Javier Martínez-Brocal Francisco había convertido ese lugar en un museo, pues prefería quedarse en Roma durante los meses de descansoLa referencia puede considerarse tanto una invitación a Irán a detener su programa nuclear, como una solicitud a EE.UU. para que no ponga a disposición de Israel armamento pesado para destruir las instalaciones subterráneas del régimen de Teherán. «Por tanto, en nombre de la dignidad humana y del derecho internacional, repito a los responsables lo que solía decir el Papa Francisco : ‘¡La guerra es siempre una derrota!’ Y con Pío XII digo también: ‘¡Nada se pierde con la paz, todo puede perderse con la guerra!’». Son las mismas palabras con las que ese pontífice intentó sin éxito detener la II Guerra Mundial. Precisamente este martes, el cardenal Pietro Parolin aseguró en referencia al ataque de Israel a Irán la Santa Sede «espera y trabaja en primera línea por el desarme nuclear». «Hemos propuesto y, de hecho, ya se ha concluido, este acuerdo sobre la inmoralidad de poseer armas nucleares, no sólo de usarlas», añadió. «Obviamente, el desarme nuclear debe realizarse también de forma pacífica, a través del diálogo y de las negociaciones. Y eso es lo que pedimos en este momento», aclaró al margen de un congreso celebrado en Roma.«Situaciones en las que nos sentimos atascados»Por otro lado, el Papa León ha tenidos en la plaza de San Pedro ante miles de peregrinos una nueva catequesis del ciclo sobre la esperanza que inició su predecesor, el Papa Francisco. En esta ocasión ha solicitado a los católicos que se pregunten sobre cómo afrontan las «situaciones en las que nos sentimos «atascados» y encerrados en callejones sin salida». «A veces sentimos que es inútil seguir esperando; nos resignamos y dejamos de luchar. Lo que nos paraliza, muchas veces, es la decepción. Nos sentimos desanimados y corremos el riesgo de caer en la pereza y la inactividad. Cuando uno lleva muchos años atascado, puede incluso perder la voluntad de curarse. A veces preferimos quedarnos decepcionados, obligando a otros a que cuiden de nosotros. A veces esa decepción es una excusa para no tomar decisiones sobre qué hacer con nuestra vida». Evocando la conversación de Jesús con un paralítico en Jerusalén recogida por los evangeliosha dicho que éste le ayudó pues le invitó a «dar voz al deseo de curarse» y a «descubrir que su vida está también en sus propias manos». «Así, el pasado ya no lo bloquea y su presente se transforma porque ahora camina junto al mismo Dios que vino a su encuentro», concluyó.
El Papa León está intentado abiertamente detener la escalada bélica en Oriente Medio y en Europa, y este miércoles ha avisado durante la audiencia general que el uso de armamentos cada vez más sofisticados puede conducir «a una barbarie muy superior a la de los … tiempos pasados». Lo ha hecho citando simbólicamente las mismas palabras con las que Pío XII intentó detener la II Guerra Mundial.
«El corazón de la Iglesia está desgarrado por los gritos que se elevan desde los lugares en guerra, en particular desde Ucrania, Irán, Israel y Gaza», ha comenzado el Papa una vez terminada su catequesis de este miércoles. «¡No debemos acostumbrarnos a la guerra!», ha suplicado durante un llamamiento específico para detener las hostilidades.
«Hay que rechazar como una tentación el encanto de las armas poderosas y sofisticadas. Lo cierto es que, como la guerra actual emplea armas científicas de todo tipo, su crueldad intrínseca amenaza con llevar a los combatientes a una barbarie muy superior a la de los tiempos pasados», ha avisado.
La referencia puede considerarse tanto una invitación a Irán a detener su programa nuclear, como una solicitud a EE.UU. para que no ponga a disposición de Israel armamento pesado para destruir las instalaciones subterráneas del régimen de Teherán.
«Por tanto, en nombre de la dignidad humana y del derecho internacional, repito a los responsables lo que solía decir el Papa Francisco: ‘¡La guerra es siempre una derrota!’ Y con Pío XII digo también: ‘¡Nada se pierde con la paz, todo puede perderse con la guerra!’». Son las mismas palabras con las que ese pontífice intentó sin éxito detener la II Guerra Mundial.
Precisamente este martes, el cardenal Pietro Parolin aseguró en referencia al ataque de Israel a Irán la Santa Sede «espera y trabaja en primera línea por el desarme nuclear». «Hemos propuesto y, de hecho, ya se ha concluido, este acuerdo sobre la inmoralidad de poseer armas nucleares, no sólo de usarlas», añadió. «Obviamente, el desarme nuclear debe realizarse también de forma pacífica, a través del diálogo y de las negociaciones. Y eso es lo que pedimos en este momento», aclaró al margen de un congreso celebrado en Roma.
«Situaciones en las que nos sentimos atascados»
Por otro lado, el Papa León ha tenidos en la plaza de San Pedro ante miles de peregrinos una nueva catequesis del ciclo sobre la esperanza que inició su predecesor, el Papa Francisco. En esta ocasión ha solicitado a los católicos que se pregunten sobre cómo afrontan las «situaciones en las que nos sentimos «atascados» y encerrados en callejones sin salida».
«A veces sentimos que es inútil seguir esperando; nos resignamos y dejamos de luchar. Lo que nos paraliza, muchas veces, es la decepción. Nos sentimos desanimados y corremos el riesgo de caer en la pereza y la inactividad. Cuando uno lleva muchos años atascado, puede incluso perder la voluntad de curarse. A veces preferimos quedarnos decepcionados, obligando a otros a que cuiden de nosotros. A veces esa decepción es una excusa para no tomar decisiones sobre qué hacer con nuestra vida».
Evocando la conversación de Jesús con un paralítico en Jerusalén recogida por los evangeliosha dicho que éste le ayudó pues le invitó a «dar voz al deseo de curarse» y a «descubrir que su vida está también en sus propias manos». «Así, el pasado ya no lo bloquea y su presente se transforma porque ahora camina junto al mismo Dios que vino a su encuentro», concluyó.
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