La Promesa ha vuelto un día más a la pequeña pantalla con un episodio de lo más emocionante. En la última entrega de la serie de La 1 de Televisión Española, Catalina y Adriano dejan a todos boquiabiertos con la inesperada decisión sobre el título nobiliario ofrecido por el duque de Carvajal y Cifuentes, una resolución que revela tanto su carácter como su visión del futuro.
La serie estrella de TVE regresa a la pequeña pantalla con un capítulo cargado de emociones
La Promesa ha vuelto un día más a la pequeña pantalla con un episodio de lo más emocionante. En la última entrega de la serie de La 1 de Televisión Española, Catalina y Adriano dejan a todos boquiabiertos con la inesperada decisión sobre el título nobiliario ofrecido por el duque de Carvajal y Cifuentes, una resolución que revela tanto su carácter como su visión del futuro.
Mientras tanto, Samuel, alejado ya de su labor sacerdotal y volcado en ayudar en las tareas cotidianas de palacio, informa a Leocadia de que ha localizado a Petra y le solicita que considere readmitirla en La Promesa.
Manuel y Toño deciden pasar la noche en el hangar tras una serie de inquietantes acontecimientos, y durante la madrugada son testigos de una misteriosa figura moviéndose entre sombras. Rómulo, convencido de que su tiempo en La Promesa ha llegado a su fin, le comunica a Alonso su decisión de marcharse.
En otro frente, Leocadia visita a una desmejorada Ángela, pero lejos de mostrar compasión, reafirma su dura postura. Influenciada por Lorenzo, quien insinúa métodos más eficaces para controlar a la joven, Leocadia comienza a maquinar nuevos planes.
Avance del capítulo 621
En el próximo capítulo de La Promesa, Rómulo abre su corazón a Emilia y le confiesa que el marqués le ha ofrecido una casa para quedarse en La Promesa, un gesto que él ha rechazado sin titubeos. La razón detrás de su decisión no es otra que su anhelo de comenzar una nueva vida junto al mar con la enfermera, lejos de las intrigas del palacio.
Mientras tanto, Leocadia consiente el regreso de Ángela tras su delicado estado de salud, aunque impone unas condiciones estrictas que la joven difícilmente aceptará sin conflicto. La tensión crece en la zona de servicio con el regreso inesperado de Petra, que vuelve decidida a recuperar su puesto como ama de llaves con una actitud desafiante.
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Lisandro y Leocadia avanzan con los preparativos de una fiesta destinada a celebrar el nuevo título nobiliario, aunque la noticia no genera entusiasmo en todos. Adriano, lejos de sentirse honrado, expresa su incomodidad ante la atención pública que la celebración atraerá.
Sin embargo, la verdadera conmoción llega cuando se descubre que el duque de Carril, padre de Vera, es también el misterioso propietario de la joyería Llop, implicada en varios acontecimientos turbios.
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