Marc Márquez una vez más fue superior al resto en MotoGP, instaurándose como el señor de los sábados. El piloto de Cervera logró en el GP de Italia su octavo triunfo en nueve Sprint, esta vez con una remontada soberbia desde la séptima posición, tras una pésima salida por un problema con el dispositivo de arranque, el launch control.
Tras lograr su ‘pole’ número 100, el 93 se impuso en la carrera corta de Mugello con autoridad después de una pésima salida en la que se retrasó al séptimo puesto
Marc Márquez una vez más fue superior al resto en MotoGP, instaurándose como el señor de los sábados. El piloto de Cervera logró en el GP de Italia su octavo triunfo en nueve Sprint, esta vez con una remontada soberbia desde la séptima posición, tras una pésima salida por un problema con el dispositivo de arranque.
Pese al contratiempo, pese a correr en un circuito adverso de derechas como Mugello, fue una nueva exhibición del 93, que asestó otro golpe moral a su vecino y rival por el título, Pecco Bagnaia, en su feudo de la Toscana, donde esperaba resucitar. Golpe moral por partida doble, ya que Àlex también revolcó al italiano enviándolo al tercer puesto.
Se repitió el mismo podio, Marc-Àlex-Bagnaia, por quinta vez en las nueve Sprint disputadas. “Me siento decepcionado. Quería ofrecer un mejor resultado a esta afición. Esta temporada no me sale lo que sé hacer”, se lamentaba Bagnaia, que se descuelga ya a 98 puntos del líder Marc Márquez.
La salida
Marc Márquez arrancó fatal, Bagnaia se puso primero, con Àlex detrás, y el 93 se obligó a otra remontada heroica
Marc Márquez en la pole y Pecco Bagnaia a su lado en su circuito de casa presagiaba un duelo de altura en Mugello. El catalán, dispuesto a dar un golpe moral a su vecino y rival, y el italiano, queriendo aprovechar el factor cancha para consolidar el despegue que ya dejó entrever en la carrera de Aragón después de encontrar la solución técnica de un milagroso cambio de disco de freno.
La salida deparó sorpresa: Marc desaprovechó la pole al salir fatal, por un problema con el dispositivo de altura en el manillar, se retrasó muchísimo y bajó al séptimo puesto. Bagnaia se benefició del regalo y se puso primero, seguido de Àlex.
“No sé lo que ha ocurrido exactamente en la salida, puse y quité el dispositivo de salida”, comentó tras la carrera Marc, que se puso pronto en modo remontada. Pasó del 7.º al 4.º puesto en una curva, luego tercero al superar a Quartararo, y se lanzó a por los dos escapados.
El momentazo de la carrera llegó en la segunda vuelta. Àlex Márquez, descarado, se puso en paralelo con Bagnaia y le pegó el hachazo sin ruborizarse lo más mínimo. El 73 tomó el liderato de la carrera, a la vez que Marc, que estaba muy cerca, olió la sangre del italiano y se coló para ponerse segundo, a la estela de su hermano.
El hachazo de Marc
Solo dos vueltas duró el duelo de los Márquez; en el cuarto giro, Marc dejó atrás a Àlex y se largó a por el octavo triunfo en nueve sábados
La fuga de los Márquez estaba en marcha, como de costumbre este año. Bagnaia se descolgaba a 7 décimas de los dos. El triunfo sería una cuestión familiar, una vez más. Y una vez más, sería el mayor de los hermanos quien tomase la iniciativa. En la cuarta vuelta (de las 11), Marc superó a Àlex en San Donato, con facilidad, con un interior limpio. El menor no respondió, era perder el tiempo y malgastar energías. No lo pillaría.
En las siguientes vueltas Marc consolidó la distancia en 5-6 décimas sobre su hermano, suficiente. Bagnaia se descolgaba un poco más, a 1,3s de Àlex, y Viñales, cuarto, se acercaba amenazadoramente al italiano, a solo 2 décimas a falta de dos giros.
El ampurdanés no pudo sacar del podio al italiano, que minimizó el golpe de autoridad de los dos Márquez con el tercer puesto.
”El objetivo era no perder demasiados puntos. Espero que la afición haya disfrutado de este espectáculo por que ha sido muy chula la remontada”, comentaba el vencedor Marc Márquez.
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