El Cabezo María, un antiguo cono volcánico situado en el municipio de Antas en el levante almeriense, acaba de revelarse como uno de los enclaves más sorprendentes de la arqueología reciente en Andalucía. Las excavaciones realizadas entre el 5 y el 16 de mayo por el laboratorio MEMOLab, vinculado a la Universidad de Granada y dirigidas por el arqueólogo Julio Román, han confirmado que en esta zona habitó entre los siglos V y VIII una comunidad monástica de raíces orientales, posiblemente conectada con el ejército bizantino y con amplias redes comerciales a lo largo del Mediterráneo.Estos trabajos, impulsados por el Ayuntamiento de Antas, han ofrecido resultados tan reveladores que el propio Román no ha dudado en señalar que «lo que hemos encontrado nos ha sorprendido notablemente e intuimos que nos seguirá asombrando». Entre los hallazgos más llamativos se encuentra una iglesia excavada en la roca, de tres naves y grandes dimensiones, lo que ya de por sí constituye un hito para la arqueología de la zona. Pero además, los vestigios que la rodean, como habitaciones, espacios comunes y otros restos arquitectónicos , evocan la estructura típica de un monasterio cristiano oriental, semejante a los que pueden encontrarse en las formaciones rocosas de Capadocia en Turquía.Aunque se intuía la singularidad del yacimiento, las pruebas encontradas en esta primera campaña han superado las expectativas. Tras un mes de análisis de laboratorio en la Universidad de Granada , y otro de reflexión e interpretación de los datos, el equipo ha presentado sus conclusiones en una en el marco del I Congreso Internacional de Jóvenes Investigadores en Prehistoria y Arqueología, que se ha celebrado en la localidad antusa. Los presentes también han podido contemplar las diferentes piezas que se han recuperado durante la excavación. La importancia de los hallazgos no es solo arqueológica, sino también histórica y religiosa. Según las conclusiones preliminares, esta comunidad monástica bizantina habría estado formada por miembros de una élite vinculada al ejército oriental del Imperio romano tardío . La presencia de cerámicas importadas del norte de África y del Mediterráneo oriental, lucernas con el carnero pascual grabado e incluso una moneda del siglo IV, apuntan a una intensa conexión con las rutas comerciales marítimas del Mare Nostrum. Todo ello sugiere que el Cabezo María fue un enclave espiritual y logístico con vocación evangelizadora, anterior incluso al cisma de Oriente y Occidente que marcaría siglos más tarde la separación entre las iglesias cristianas.«La dimensión de la iglesia y la organización del asentamiento sugieren un auténtico foco de fe cristiana oriental , pretendiendo quizás expandir sus prácticas y ritos a todo el Levante peninsular», asegura Julio Román. En ese sentido, este enclave pudo haber actuado como un «faro religioso» para la región, ofreciendo un modelo alternativo al cristianismo latino que dominaba en otras zonas de Hispania.Una de las piezas cerámicas halladas durante las excavaciones en Antas ABCLa ausencia de estructuras defensivas refuerza esta idea. Lejos de tratarse de un asentamiento militar, el complejo parece haber estado más centrado en el culto, la vida espiritual y la conexión con otras comunidades del Mediterráneo oriental. La propia localización del yacimiento, en la ladera de un cerro volcánico con difícil acceso, refuerza el carácter recoleto y místico del lugar, al tiempo que sugiere una estrategia de protección natural basada en la orografía de esta montaña.El alcalde de Antas, Pedro Ridao, se ha mostrado muy satisfecho con el desarrollo de esta campaña. «Al fin estamos viendo resultados palpables al trabajo emprendido hace seis años para conocer el pasado y recuperar el patrimonio de nuestro pueblo », ha afirmado, al tiempo que ha agradecido el trabajo de los arqueólogos Julio Román, José María Martín Civantos y el antuso Antonio Rubio. Ridao ya ha confirmado que la campaña tendrá continuidad en 2026 y años sucesivos, con el objetivo de profundizar en los hallazgos y abrir nuevas líneas de investigación.La singularidad del yacimiento ha llamado la atención de la comunidad científica y del público general. Hasta ahora, no existían certezas documentadas sobre la presencia cristiana bizantina en esta zona de Almería, y las fuentes eran escasas y parciales. Con estas excavaciones, el Cabezo María se perfila como uno de los primeros asentamientos cristianos conocidos en la provincia, lo que obliga a replantear algunos de los relatos más extendidos sobre la cristianización del sureste peninsular. El Cabezo María, un antiguo cono volcánico situado en el municipio de Antas en el levante almeriense, acaba de revelarse como uno de los enclaves más sorprendentes de la arqueología reciente en Andalucía. Las excavaciones realizadas entre el 5 y el 16 de mayo por el laboratorio MEMOLab, vinculado a la Universidad de Granada y dirigidas por el arqueólogo Julio Román, han confirmado que en esta zona habitó entre los siglos V y VIII una comunidad monástica de raíces orientales, posiblemente conectada con el ejército bizantino y con amplias redes comerciales a lo largo del Mediterráneo.Estos trabajos, impulsados por el Ayuntamiento de Antas, han ofrecido resultados tan reveladores que el propio Román no ha dudado en señalar que «lo que hemos encontrado nos ha sorprendido notablemente e intuimos que nos seguirá asombrando». Entre los hallazgos más llamativos se encuentra una iglesia excavada en la roca, de tres naves y grandes dimensiones, lo que ya de por sí constituye un hito para la arqueología de la zona. Pero además, los vestigios que la rodean, como habitaciones, espacios comunes y otros restos arquitectónicos , evocan la estructura típica de un monasterio cristiano oriental, semejante a los que pueden encontrarse en las formaciones rocosas de Capadocia en Turquía.Aunque se intuía la singularidad del yacimiento, las pruebas encontradas en esta primera campaña han superado las expectativas. Tras un mes de análisis de laboratorio en la Universidad de Granada , y otro de reflexión e interpretación de los datos, el equipo ha presentado sus conclusiones en una en el marco del I Congreso Internacional de Jóvenes Investigadores en Prehistoria y Arqueología, que se ha celebrado en la localidad antusa. Los presentes también han podido contemplar las diferentes piezas que se han recuperado durante la excavación. La importancia de los hallazgos no es solo arqueológica, sino también histórica y religiosa. Según las conclusiones preliminares, esta comunidad monástica bizantina habría estado formada por miembros de una élite vinculada al ejército oriental del Imperio romano tardío . La presencia de cerámicas importadas del norte de África y del Mediterráneo oriental, lucernas con el carnero pascual grabado e incluso una moneda del siglo IV, apuntan a una intensa conexión con las rutas comerciales marítimas del Mare Nostrum. Todo ello sugiere que el Cabezo María fue un enclave espiritual y logístico con vocación evangelizadora, anterior incluso al cisma de Oriente y Occidente que marcaría siglos más tarde la separación entre las iglesias cristianas.«La dimensión de la iglesia y la organización del asentamiento sugieren un auténtico foco de fe cristiana oriental , pretendiendo quizás expandir sus prácticas y ritos a todo el Levante peninsular», asegura Julio Román. En ese sentido, este enclave pudo haber actuado como un «faro religioso» para la región, ofreciendo un modelo alternativo al cristianismo latino que dominaba en otras zonas de Hispania.Una de las piezas cerámicas halladas durante las excavaciones en Antas ABCLa ausencia de estructuras defensivas refuerza esta idea. Lejos de tratarse de un asentamiento militar, el complejo parece haber estado más centrado en el culto, la vida espiritual y la conexión con otras comunidades del Mediterráneo oriental. La propia localización del yacimiento, en la ladera de un cerro volcánico con difícil acceso, refuerza el carácter recoleto y místico del lugar, al tiempo que sugiere una estrategia de protección natural basada en la orografía de esta montaña.El alcalde de Antas, Pedro Ridao, se ha mostrado muy satisfecho con el desarrollo de esta campaña. «Al fin estamos viendo resultados palpables al trabajo emprendido hace seis años para conocer el pasado y recuperar el patrimonio de nuestro pueblo », ha afirmado, al tiempo que ha agradecido el trabajo de los arqueólogos Julio Román, José María Martín Civantos y el antuso Antonio Rubio. Ridao ya ha confirmado que la campaña tendrá continuidad en 2026 y años sucesivos, con el objetivo de profundizar en los hallazgos y abrir nuevas líneas de investigación.La singularidad del yacimiento ha llamado la atención de la comunidad científica y del público general. Hasta ahora, no existían certezas documentadas sobre la presencia cristiana bizantina en esta zona de Almería, y las fuentes eran escasas y parciales. Con estas excavaciones, el Cabezo María se perfila como uno de los primeros asentamientos cristianos conocidos en la provincia, lo que obliga a replantear algunos de los relatos más extendidos sobre la cristianización del sureste peninsular.
El Cabezo María, un antiguo cono volcánico situado en el municipio de Antas en el levante almeriense, acaba de revelarse como uno de los enclaves más sorprendentes de la arqueología reciente en Andalucía. Las excavaciones realizadas entre el 5 y el 16 de mayo por … el laboratorio MEMOLab, vinculado a la Universidad de Granada y dirigidas por el arqueólogo Julio Román, han confirmado que en esta zona habitó entre los siglos V y VIII una comunidad monástica de raíces orientales, posiblemente conectada con el ejército bizantino y con amplias redes comerciales a lo largo del Mediterráneo.
Estos trabajos, impulsados por el Ayuntamiento de Antas, han ofrecido resultados tan reveladores que el propio Román no ha dudado en señalar que «lo que hemos encontrado nos ha sorprendido notablemente e intuimos que nos seguirá asombrando». Entre los hallazgos más llamativos se encuentra una iglesia excavada en la roca, de tres naves y grandes dimensiones, lo que ya de por sí constituye un hito para la arqueología de la zona. Pero además, los vestigios que la rodean, como habitaciones, espacios comunes y otros restos arquitectónicos, evocan la estructura típica de un monasterio cristiano oriental, semejante a los que pueden encontrarse en las formaciones rocosas de Capadocia en Turquía.
Aunque se intuía la singularidad del yacimiento, las pruebas encontradas en esta primera campaña han superado las expectativas. Tras un mes de análisis de laboratorio en la Universidad de Granada, y otro de reflexión e interpretación de los datos, el equipo ha presentado sus conclusiones en una en el marco del I Congreso Internacional de Jóvenes Investigadores en Prehistoria y Arqueología, que se ha celebrado en la localidad antusa. Los presentes también han podido contemplar las diferentes piezas que se han recuperado durante la excavación.
La importancia de los hallazgos no es solo arqueológica, sino también histórica y religiosa. Según las conclusiones preliminares, esta comunidad monástica bizantina habría estado formada por miembros de una élite vinculada al ejército oriental del Imperio romano tardío. La presencia de cerámicas importadas del norte de África y del Mediterráneo oriental, lucernas con el carnero pascual grabado e incluso una moneda del siglo IV, apuntan a una intensa conexión con las rutas comerciales marítimas del Mare Nostrum. Todo ello sugiere que el Cabezo María fue un enclave espiritual y logístico con vocación evangelizadora, anterior incluso al cisma de Oriente y Occidente que marcaría siglos más tarde la separación entre las iglesias cristianas.
«La dimensión de la iglesia y la organización del asentamiento sugieren un auténtico foco de fe cristiana oriental, pretendiendo quizás expandir sus prácticas y ritos a todo el Levante peninsular», asegura Julio Román. En ese sentido, este enclave pudo haber actuado como un «faro religioso» para la región, ofreciendo un modelo alternativo al cristianismo latino que dominaba en otras zonas de Hispania.
ABC
La ausencia de estructuras defensivas refuerza esta idea. Lejos de tratarse de un asentamiento militar, el complejo parece haber estado más centrado en el culto, la vida espiritual y la conexión con otras comunidades del Mediterráneo oriental. La propia localización del yacimiento, en la ladera de un cerro volcánico con difícil acceso, refuerza el carácter recoleto y místico del lugar, al tiempo que sugiere una estrategia de protección natural basada en la orografía de esta montaña.
El alcalde de Antas, Pedro Ridao, se ha mostrado muy satisfecho con el desarrollo de esta campaña. «Al fin estamos viendo resultados palpables al trabajo emprendido hace seis años para conocer el pasado y recuperar el patrimonio de nuestro pueblo», ha afirmado, al tiempo que ha agradecido el trabajo de los arqueólogos Julio Román, José María Martín Civantos y el antuso Antonio Rubio. Ridao ya ha confirmado que la campaña tendrá continuidad en 2026 y años sucesivos, con el objetivo de profundizar en los hallazgos y abrir nuevas líneas de investigación.
La singularidad del yacimiento ha llamado la atención de la comunidad científica y del público general. Hasta ahora, no existían certezas documentadas sobre la presencia cristiana bizantina en esta zona de Almería, y las fuentes eran escasas y parciales. Con estas excavaciones, el Cabezo María se perfila como uno de los primeros asentamientos cristianos conocidos en la provincia, lo que obliga a replantear algunos de los relatos más extendidos sobre la cristianización del sureste peninsular.
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