Al menos 25 civiles murieron y 63 resultaron heridos ayer en una iglesia cristiana de Damasco, en Siria, después de que un terrorista detonara un chaleco explosivo. Según el Ministerio del Interior sirio, el atacante era miembro del grupo yihadista Estado Islámico (EI).
Es el primer ataque de este tipo en el país desde la caída del expresidente Bashar al Assad
Al menos 25 civiles murieron y 63 resultaron heridos ayer en una iglesia cristiana de Damasco, en Siria, después de que un terrorista detonara un chaleco explosivo. Según el Ministerio del Interior sirio, el atacante era miembro del grupo yihadista Estado Islámico (EI).
El ataque tuvo lugar en el templo ortodoxo de Mar Elías, en el barrio de Duelia. Este es el primer atentado de este tipo en la capital siria desde que las fuerzas dirigidas por islamistas derrocaron al ex presidente Bashar Al Assad el pasado 8 de diciembre. “[Estos] actos terroristas no detendrán los esfuerzos del Estado sirio por lograr la paz civil”, afirmó ayer el ministro del Interior, Anas Khattab, quien recientemente había declarado que el grupo EI había optado por “ataques precisos contra objetivos estratégicos” y anunció que se habían frustrado los intentos del grupo yihadista suní de atentar contra las comunidades cristiana y musulmana chií.
En mayo, EI reivindicó su primer atentado contra las nuevas fuerzas gubernamentales sirias. Estas afirmaron entonces haber detenido a miembros de una célula terrorista cerca de Damasco, acusados de preparar atentados, mientras que otra operación en Alepo, en el norte, se saldó con la muerte de un agente de seguridad y tres miembros de la organización yihadista.
Una “indignación” compartida
El enviado de Naciones Unidas para Siria, Geir Pedersen, expresó su “indignación” y pidió a las autoridades que lleven a cabo una investigación exhaustiva del incidente. El enviado de Estados Unidos para Siria, Tom Barrack, también condenó el atentado como “un acto de cobardía”. Un acto que no tiene cabida “en la nueva sociedad de tolerancia e inclusión que los sirios están construyendo”, prosiguió.
La diplomacia turca, próxima a las nuevas autoridades sirias, denunció un “pérfido atentado” destinado a “sembrar el caos”. Para el Ministerio sirio de Asuntos Exteriores, “este acto criminal dirigido contra fieles cristianos es un intento desesperado de socavar la convivencia nacional y desestabilizar el país”. Por su parte, el Patriarcado ortodoxo de Damasco instó a las nuevas autoridades islamistas a “asumir toda la responsabilidad” del atentado.
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