La rebelión de Alcalá de Henares y Pozuelo de Alarcón contra la gestión de la inmigración irregular que está ejerciendo el Gobierno de Sánchez continúa. Las alcaldesas, ambas del Partido Popular, redoblan su pulso y enviarán al Ejecutivo las decisiones tomadas en los plenos de sus ayuntamientos por amplia mayoría para que tome nota y rectifique su intención de mantener y ampliar el centro de inmigrantes en Alcalá de Henares, por un lado, y frene la previsible llegada de 400 menores extranjeros no acompañados (menas) a Pozuelo de Alarcón, por otro. Al mismo tiempo, el PP advierte de que la izquierda «ha fracasado» en su intento de convertir sus municipios en «un Torre Pacheco».La tensión por la gestión de la inmigración irregular se disparó la semana pasada en Alcalá de Henares y Pozuelo de Alarcón, pero fue un encontronazo más institucional que callejero. Este fin de semana se convocó una protesta en Alcalá encabezada por algún grupo extremista contra los inmigrantes que resultó ser un fracaso absoluto. La manifestación, de decenas de personas, no tuvo ninguna repercusión entre los vecinos del municipio.A pesar del foco que la izquierda quiso poner en la protesta de este fin de semana en Alcalá contra los inmigrantes, la realidad fue tozuda: «Había más policías y periodistas que ultras. Casi todos importados, de Alcalá no había casi nadie», comentan a ABC fuentes municipales. En la calle, apenas 150 personas con soflamas que no tuvieron ninguna incidencia en la vida de la ciudad. Noticia Relacionada estandar Si La rebelión de las alcaldesas de Alcalá y Pozuelo contra el Gobierno por la gestión de la inmigración agita el verano en Madrid Mariano Calleja En el PP de Alcalá criticaron el «fracaso estrepitoso» del PSOE y Más Madrid, que «intentaron instrumentalizar la manifestación políticamente para convertirla en un remedo de Torre Pacheco artificial que les sirviera para tapar su traición a los vecinos de Alcalá, su respaldo a la continuidad del centro de inmigrantes y su silencio cómplice ante la desleal gestión del gobierno de Pedro Sánchez».Desde Más Madrid, denunciaron que dos concejales de Vox, «miembros del equipo de gobierno municipal», habían participado en la manifestación junto a grupos fascistas. «Esta ciudad no respalda el odio ni el racismo de Vox y sus socios ultras», aseguró su portavoz local. Tanto Más Madrid como el PSOE acusaron al PP de ser cómplice con «su silencio».En el plano institucional la pelea continúa y esta semana habrá un nuevo capítulo en esa ‘rebelión’ de las alcaldesas del PP contra los planes del Gobierno de Sánchez. En concreto, la alcaldesa de Alcalá de Henares, Judith Piquet, tiene previsto enviar una carta personal a Pedro Sánchez para exigirle el cierre inmediato del centro de acogida y derivación de inmigrantes, habilitado por el Gobierno en su municipio de manera «temporal» hace 20 meses.Carta a SánchezPiquet informará al presidente del Gobierno del acuerdo que tomó el Pleno del Ayuntamiento por mayoría absoluta el martes pasado. Ahí, con los votos del PP y Vox, que gobiernan en coalición en Alcalá de Henares, se instó al Gobierno de España «a iniciar, de forma inmediata, el cierre del Centro de Acogida, Emergencia y Derivación en Alcalá de Henares, cesando su actividad y garantizando una reubicación digna y legalmente adecuada de las personas actualmente acogidas». También se exigió al Ejecutivo un informe detallado sobre el número total de personas acogidas desde la apertura del centro, así como una compensación económica a Alcalá por el «sobrecoste social, económico y de seguridad» que ha supuesto para el municipio la apertura de ese centro. La Junta de Seguridad Local, que presidieron la alcaldesa de Alcalá y el delegado del Gobierno la semana pasada, derivó en un choque de máxima tensión, cuando el representante del Ejecutivo de Sánchez, Francisco Martín, que había sido reprobado por el Pleno del Ayuntamiento, no solo rechazó la petición de cierre del centro, sino que anunció su ampliación. En Pozuelo de Alarcón, el ayuntamiento encabezado por Paloma Tejero, que gobierna con mayoría absoluta, también trasladará al Gobierno de Sánchez la decisión del pleno municipal de reclamarle que desista «de su intención de trasladar a 400 menores no acompañados» al Centro de Recepción, Atención y Derivación, que se habilitó «como un recurso temporal de emergencia para atender a refugiados ucranianos en situación de extrema necesidad». En la misma comunicación al Ejecutivo, se manifestará el «rechazo de la Corporación municipal a la política impulsada por el Gobierno de España de forma unilateral y que fomenta unos flujos migratorios irregulares y descontrolados.«Queremos garantía de que se va a descartar Pozuelo ahora y en el futuro», como lugar de llegada de los 400 menas, advirtió ayer la alcaldesa en ‘esRadio’. «Los vecinos están preocupados. Somos una de las ciudades más seguras de Madrid y vamos a hacer lo posible para que siga siendo así». La rebelión de Alcalá de Henares y Pozuelo de Alarcón contra la gestión de la inmigración irregular que está ejerciendo el Gobierno de Sánchez continúa. Las alcaldesas, ambas del Partido Popular, redoblan su pulso y enviarán al Ejecutivo las decisiones tomadas en los plenos de sus ayuntamientos por amplia mayoría para que tome nota y rectifique su intención de mantener y ampliar el centro de inmigrantes en Alcalá de Henares, por un lado, y frene la previsible llegada de 400 menores extranjeros no acompañados (menas) a Pozuelo de Alarcón, por otro. Al mismo tiempo, el PP advierte de que la izquierda «ha fracasado» en su intento de convertir sus municipios en «un Torre Pacheco».La tensión por la gestión de la inmigración irregular se disparó la semana pasada en Alcalá de Henares y Pozuelo de Alarcón, pero fue un encontronazo más institucional que callejero. Este fin de semana se convocó una protesta en Alcalá encabezada por algún grupo extremista contra los inmigrantes que resultó ser un fracaso absoluto. La manifestación, de decenas de personas, no tuvo ninguna repercusión entre los vecinos del municipio.A pesar del foco que la izquierda quiso poner en la protesta de este fin de semana en Alcalá contra los inmigrantes, la realidad fue tozuda: «Había más policías y periodistas que ultras. Casi todos importados, de Alcalá no había casi nadie», comentan a ABC fuentes municipales. En la calle, apenas 150 personas con soflamas que no tuvieron ninguna incidencia en la vida de la ciudad. Noticia Relacionada estandar Si La rebelión de las alcaldesas de Alcalá y Pozuelo contra el Gobierno por la gestión de la inmigración agita el verano en Madrid Mariano Calleja En el PP de Alcalá criticaron el «fracaso estrepitoso» del PSOE y Más Madrid, que «intentaron instrumentalizar la manifestación políticamente para convertirla en un remedo de Torre Pacheco artificial que les sirviera para tapar su traición a los vecinos de Alcalá, su respaldo a la continuidad del centro de inmigrantes y su silencio cómplice ante la desleal gestión del gobierno de Pedro Sánchez».Desde Más Madrid, denunciaron que dos concejales de Vox, «miembros del equipo de gobierno municipal», habían participado en la manifestación junto a grupos fascistas. «Esta ciudad no respalda el odio ni el racismo de Vox y sus socios ultras», aseguró su portavoz local. Tanto Más Madrid como el PSOE acusaron al PP de ser cómplice con «su silencio».En el plano institucional la pelea continúa y esta semana habrá un nuevo capítulo en esa ‘rebelión’ de las alcaldesas del PP contra los planes del Gobierno de Sánchez. En concreto, la alcaldesa de Alcalá de Henares, Judith Piquet, tiene previsto enviar una carta personal a Pedro Sánchez para exigirle el cierre inmediato del centro de acogida y derivación de inmigrantes, habilitado por el Gobierno en su municipio de manera «temporal» hace 20 meses.Carta a SánchezPiquet informará al presidente del Gobierno del acuerdo que tomó el Pleno del Ayuntamiento por mayoría absoluta el martes pasado. Ahí, con los votos del PP y Vox, que gobiernan en coalición en Alcalá de Henares, se instó al Gobierno de España «a iniciar, de forma inmediata, el cierre del Centro de Acogida, Emergencia y Derivación en Alcalá de Henares, cesando su actividad y garantizando una reubicación digna y legalmente adecuada de las personas actualmente acogidas». También se exigió al Ejecutivo un informe detallado sobre el número total de personas acogidas desde la apertura del centro, así como una compensación económica a Alcalá por el «sobrecoste social, económico y de seguridad» que ha supuesto para el municipio la apertura de ese centro. La Junta de Seguridad Local, que presidieron la alcaldesa de Alcalá y el delegado del Gobierno la semana pasada, derivó en un choque de máxima tensión, cuando el representante del Ejecutivo de Sánchez, Francisco Martín, que había sido reprobado por el Pleno del Ayuntamiento, no solo rechazó la petición de cierre del centro, sino que anunció su ampliación. En Pozuelo de Alarcón, el ayuntamiento encabezado por Paloma Tejero, que gobierna con mayoría absoluta, también trasladará al Gobierno de Sánchez la decisión del pleno municipal de reclamarle que desista «de su intención de trasladar a 400 menores no acompañados» al Centro de Recepción, Atención y Derivación, que se habilitó «como un recurso temporal de emergencia para atender a refugiados ucranianos en situación de extrema necesidad». En la misma comunicación al Ejecutivo, se manifestará el «rechazo de la Corporación municipal a la política impulsada por el Gobierno de España de forma unilateral y que fomenta unos flujos migratorios irregulares y descontrolados.«Queremos garantía de que se va a descartar Pozuelo ahora y en el futuro», como lugar de llegada de los 400 menas, advirtió ayer la alcaldesa en ‘esRadio’. «Los vecinos están preocupados. Somos una de las ciudades más seguras de Madrid y vamos a hacer lo posible para que siga siendo así».
La rebelión de Alcalá de Henares y Pozuelo de Alarcón contra la gestión de la inmigración irregular que está ejerciendo el Gobierno de Sánchez continúa. Las alcaldesas, ambas del Partido Popular, redoblan su pulso y enviarán al Ejecutivo las decisiones tomadas en los plenos … de sus ayuntamientos por amplia mayoría para que tome nota y rectifique su intención de mantener y ampliar el centro de inmigrantes en Alcalá de Henares, por un lado, y frene la previsible llegada de 400 menores extranjeros no acompañados (menas) a Pozuelo de Alarcón, por otro. Al mismo tiempo, el PP advierte de que la izquierda «ha fracasado» en su intento de convertir sus municipios en «un Torre Pacheco».
La tensión por la gestión de la inmigración irregular se disparó la semana pasada en Alcalá de Henares y Pozuelo de Alarcón, pero fue un encontronazo más institucional que callejero. Este fin de semana se convocó una protesta en Alcalá encabezada por algún grupo extremista contra los inmigrantes que resultó ser un fracaso absoluto. La manifestación, de decenas de personas, no tuvo ninguna repercusión entre los vecinos del municipio.
A pesar del foco que la izquierda quiso poner en la protesta de este fin de semana en Alcalá contra los inmigrantes, la realidad fue tozuda: «Había más policías y periodistas que ultras. Casi todos importados, de Alcalá no había casi nadie», comentan a ABC fuentes municipales. En la calle, apenas 150 personas con soflamas que no tuvieron ninguna incidencia en la vida de la ciudad.
En el PP de Alcalá criticaron el «fracaso estrepitoso» del PSOE y Más Madrid, que «intentaron instrumentalizar la manifestación políticamente para convertirla en un remedo de Torre Pacheco artificial que les sirviera para tapar su traición a los vecinos de Alcalá, su respaldo a la continuidad del centro de inmigrantes y su silencio cómplice ante la desleal gestión del gobierno de Pedro Sánchez».
Desde Más Madrid, denunciaron que dos concejales de Vox, «miembros del equipo de gobierno municipal», habían participado en la manifestación junto a grupos fascistas. «Esta ciudad no respalda el odio ni el racismo de Vox y sus socios ultras», aseguró su portavoz local. Tanto Más Madrid como el PSOE acusaron al PP de ser cómplice con «su silencio».
En el plano institucional la pelea continúa y esta semana habrá un nuevo capítulo en esa ‘rebelión’ de las alcaldesas del PP contra los planes del Gobierno de Sánchez. En concreto, la alcaldesa de Alcalá de Henares, Judith Piquet, tiene previsto enviar una carta personal a Pedro Sánchez para exigirle el cierre inmediato del centro de acogida y derivación de inmigrantes, habilitado por el Gobierno en su municipio de manera «temporal» hace 20 meses.
Carta a Sánchez
Piquet informará al presidente del Gobierno del acuerdo que tomó el Pleno del Ayuntamiento por mayoría absoluta el martes pasado. Ahí, con los votos del PP y Vox, que gobiernan en coalición en Alcalá de Henares, se instó al Gobierno de España «a iniciar, de forma inmediata, el cierre del Centro de Acogida, Emergencia y Derivación en Alcalá de Henares, cesando su actividad y garantizando una reubicación digna y legalmente adecuada de las personas actualmente acogidas». También se exigió al Ejecutivo un informe detallado sobre el número total de personas acogidas desde la apertura del centro, así como una compensación económica a Alcalá por el «sobrecoste social, económico y de seguridad» que ha supuesto para el municipio la apertura de ese centro.
La Junta de Seguridad Local, que presidieron la alcaldesa de Alcalá y el delegado del Gobierno la semana pasada, derivó en un choque de máxima tensión, cuando el representante del Ejecutivo de Sánchez, Francisco Martín, que había sido reprobado por el Pleno del Ayuntamiento, no solo rechazó la petición de cierre del centro, sino que anunció su ampliación.
En Pozuelo de Alarcón, el ayuntamiento encabezado por Paloma Tejero, que gobierna con mayoría absoluta, también trasladará al Gobierno de Sánchez la decisión del pleno municipal de reclamarle que desista «de su intención de trasladar a 400 menores no acompañados» al Centro de Recepción, Atención y Derivación, que se habilitó «como un recurso temporal de emergencia para atender a refugiados ucranianos en situación de extrema necesidad». En la misma comunicación al Ejecutivo, se manifestará el «rechazo de la Corporación municipal a la política impulsada por el Gobierno de España de forma unilateral y que fomenta unos flujos migratorios irregulares y descontrolados.
«Queremos garantía de que se va a descartar Pozuelo ahora y en el futuro», como lugar de llegada de los 400 menas, advirtió ayer la alcaldesa en ‘esRadio’. «Los vecinos están preocupados. Somos una de las ciudades más seguras de Madrid y vamos a hacer lo posible para que siga siendo así».
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