En 1993 Miguel Indurain era imbatible. Sus exhibiciones contra el crono y su capacidad para subir los puertos más duros del Tour de Francia agarrado a su manillar lo hacían un ser sobrenatural. Pero lo que entonces era algo insólito, ahora se ha quedado obsoleto. Así lo aseguran los datos. Tras las 17 primeras etapas de aquel Tour, el mayor mito del ciclismo español había rodado a una media de 37,1o km/h. Treinta años después, esa cifra ha crecido en casi seis kilómetros por hora, hasta los 44 km/h. En términos de rendimiento deportivo, es un abismo.
Esta edición está rompiendo registros de velocidad media por la forma de competir del esloveno
En 1993 Miguel Indurain era imbatible. Sus exhibiciones contra el crono y su capacidad para subir los puertos más duros del Tour de Francia agarrado a su manillar lo hacían un ser sobrenatural. Pero lo que entonces era algo insólito, ahora se ha quedado obsoleto. Así lo aseguran los datos. Tras las 17 primeras etapas de aquel Tour, el mayor mito del ciclismo español había rodado a una media de 37,14 km/h. Treinta años después, esa cifra ha crecido en casi seis kilómetros por hora, hasta los 42,95km/h. En términos de rendimiento deportivo, es un abismo.
En este Tour no se corre, se vuela. La mayor parte de directores de equipo no se cansan de repetir esa frase. Y tienen razón. Nunca antes se había rodado tan rápido durante tanto tiempo. Se trata de un récord absoluto, que supera incluso las medias ya elevadas de ediciones recientes. La comparación con la última década es igual de elocuente. En 2016, la velocidad era de 39,72 km/h. En 2021, subió a 41,54. En 2022 se alcanzó por primera vez la barrera de los 42. Y en 2025 se ha pulverizado cualquier límite previo.
Nunca había vivido lo que está pasando, la velocidad a la que se está rodando, la exigencia de cada día, no hay ningún momento de tranquilidad”
Gorka GerrikagoitiaDirector de Cofidis
Hace unos días tembló el récord del Hautacam, que conserva Bjarne Riis, pero tres días después el del Mont Ventoux sí hincó la rodilla. No solo ante Jonas Vingegaard, el más rápido, sino también frente a Tadej Pogacar, Primoz Roglic y Florian Lipowitz. Avances tecnológicos, entrenamiento por potencia, nutrición personalizada, recuperación optimizada, materiales ultraligeros, estrategias más agresivas, carreteras mejor asfaltadas, muchas son las razones. Pero hay un factor que marca la diferencia: Tadej Pogacar.
El ciclista esloveno no solo lidera la general con autoridad. Está redefiniendo la forma de competir. Su influencia no se mide solo en victorias, sino en cómo obliga a correr a los demás. Su sola presencia acelera la carrera. Sus ataques inesperados, su constancia en la alta montaña, su dominio en la contrarreloj…
Antiguamente los ciclistas tenían que tener experiencia para aprender, ahora cambiamos la palabra experiencia por información”
Joxean Fernández MatxinDirector del UAE
“Antiguamente los ciclistas tenían que tener experiencia para aprender, ahora cambiamos la palabra experiencia por información”, explica a este medio Joxean Fernández Matxin, director del UAE. “Todos tienen esa información para saber cuáles son los vatios que tienen sus rivales, el tiempo que ganan y al tener más información no tienen que pasar por la experiencia. Por eso son todos más prematuros en cuanto a rendimiento que antes”, explica.
Cada vez que Pogacar acelera, el pelotón entero se ve obligado a reaccionar. Aunque no gane la etapa, su agresividad constante dinamita cualquier intento de control. Corre como si cada kilómetro contara. Y a su lado, el UAE Emirates ha armado un equipo que responde con precisión quirúrgica. “Esa superioridad que están demostrando ellos y el inconformismo del pelotón sabiendo que si llegas al último puerto es imposible ganarle, hace que se corra de una manera diferente y que intentemos llegar con ventaja, porque sino vemos que es un corredor casi imbatible”, explica Gorka Gerrikagoitia, director del Cofidis. “Se está rodando más rápido que nunca en las primeras horas de carrera hasta que se hacen las fugas. Se está viendo que esta nueva generación está un punto por encima. Hablamos del material y la nutrición, pero las diferencias son grandísimas entre los mejores ciclistas del mundo y el resto”, sentencia.
El Tour es lo máximo, todo el mundo quiere ganar y estar delante”
José Joaquín RojasDirector deportivo del Movistar
Y añade que “nunca había vivido lo que está pasando, la velocidad a la que se está rodando, la exigencia de cada día, no hay ningún momento de tranquilidad. Creo que las reglas no escritas que había se están rompiendo en este Tour. No hay el respeto que había antes”, critica Gorka Gerrikagoitia, director del Cofidis.
Para José Joaquín Rojas, director deportivo del MoviStar, también influye las pocas etapas de alta montaña. “El Tour es lo máximo, todo el mundo quiere ganar y estar delante. Se vende tanto todo que hay que aprovechar al máximo cada etapa. Para equipos como nosotros cada vez hay menos oportunidades, por eso la pelea es mayor”.
Este Tour ha borrado los días de transición. Ya no existen las etapas de descanso activo. Cualquier jornada puede romperse. Cualquier perfil se vuelve decisivo. La exigencia se ha instalado como norma. Y la media de velocidad no es solo un dato técnico: es el reflejo de una transformación profunda. Y en el centro de todo está un corredor que sonríe mientras cambia la historia. Tadej Pogacar no solo está ganando un Tour: está redefiniendo cómo se gana.
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