Después de veintisiete temporadas, South Park todavía da que hablar. Quizá, en realidad, nunca había despertado tanta expectación. Con un presidente incendiario, reaccionario y de tics autoritarios como Donald Trump en la Casa Blanca, la extremada incorrección política de Trey Parker y Matt Stone se interpreta como una forma de resistencia. ¿Y cuándo volverá la comedia animada? El miércoles 6 de agosto en Estados Unidos y el viernes 8 de agosto en España, donde Comedy Central emite el episodio a las 22.05h.
Después del rechazo que el anterior episodio provocó en la Casa Blanca (y con máximos de audiencia), la expectación es máxima alrededor de la veterana comedia de animación
Después de veintisiete temporadas, South Park todavía da que hablar. Quizá, en realidad, nunca había despertado tanta expectación. Con un presidente incendiario, reaccionario y de tics autoritarios como Donald Trump en la Casa Blanca, la extremada incorrección política de Trey Parker y Matt Stone se interpreta como una forma de resistencia. ¿Y cuándo volverá la comedia animada? El miércoles 6 de agosto en Estados Unidos y el viernes 8 de agosto en España, donde Comedy Central emite el episodio a las 22.05h.
La gracia del asunto es que, si bien nada indica que Trump vaya a ser el protagonista de la presente temporada, sí parece que será una constante. En el clip promocional, el presidente continúa su idilio con Satanás: se puede ver cómo durante una cena oficial intenta tocarle la pierna por delante de la mesa. South Park, por lo tanto, no habrá emitido ningún episodio esta semana: se desconoce el motivo pero posiblemente la ausencia ayudará a convertir el siguiente episodio en un fenómeno televisivo.
Al fin y al cabo, el estreno de la temporada fue todo un éxito de audiencia. En la emisión en lineal en el Comedy Central estadounidense, consiguió un 9,2% de share entre el público de 18 a 49 años, el mejor dato desde octubre de 1999, y fue el contenido más visto de toda la televisión de cable. Y, al sumar los espectadores de la televisión tradicional y del streaming, se calcula que 5,9 millones de americanos vieron el episodio titulado Sermon on the Mount durante los tres primeros días. Hablamos de un fenómeno.
Recordemos de qué iba el episodio. Cartman perdió las ganas de vivir al descubrir que Trump había quitado la financiación a la radio pública NPR. Él, que escuchaba los programas más progresistas como si fueran programas de humor, lamentaba que la desaparición de lo woke significaba que no tendría con quién meterse. Aparte, Jesucristo se presentaba en la escuela víctima de un chantaje de Trump, lo que indignaba a los habitantes no cristianos. De paso, apareció un presidente con el rostro inequívoco de Trump metiéndose en la cama con Satanás.

“Nadie se mete conmigo y se sale con la suya”, decía en la Casa Blanca al ver que el pintor de sus retratos oficiales le pintaba con un pene pequeño, siendo fiel a la fotografía que le había facilitado. Entonces, al meterse en la cama con Satanás, el mismísimo diablo bromeaba sobre su miembro. Y, al finalizar el episodio, un Trump hecho con inteligencia artificial cruzaba el desierto, se desnudaba y acababa revelando un pene diminuto y parlanchín.
El episodio era una constante consecución de bromas al límite en un país donde los grandes estudios obedecen de forma sutil el ideario de Trump para ganarse su favor. Stone y Parker atacaban la masculinidad frágil del presidente al bromear sobre el tamaño de sus genitales. Denunciaban cómo el gobierno intentaba liquidar los medios de comunicación públicos. Contaban cómo el mandato republicano vulnera la libertad religiosa de los ciudadanos. Mencionaban los documentos de Jeffrey Epstein.
Incluso atacaban a Paramount, el conglomerado que financia South Park, por cancelar el programa de Stephen Colbert como forma de satisfacer a Trump y por haber claudicado en una demanda sin fundamento contra el programa 60 Minutes. Todo esto lo hicieron tras firmar un acuerdo de 1.500 millones de dólares por el que producirían 50 episodios en los próximos 5 años, garantizando la continuidad de South Park hasta 2025 y que Paramount+ pueda incluir las 27 temporadas en su catálogo.
Como no podía ser de otra forma, la Casa Blanca reaccionó al episodio argumentando que “la hipocresía de la Izquierda no conoce fin: durante años han ido a por South Park por lo que consideraban contenido ofensa pero ahora alaban la serie”. También dijo que “la serie no ha sido relevante desde hace 20 años y pende de un hilo con ideas sin inspiración en un intento desesperado para llamar la atención”.
“La serie no ha sido relevante desde hace 20 años y pende de un hilo con ideas sin inspiración en un intento desesperado para llamar la atención”
Sin embargo, piensen lo que piensen desde el edificio de Washington, lo que está claro es que South Park es relevante. Tienen a Trump en el punto de mira. Y, a diferencia de los directivos de los estudios, ellos no tienen problemas en meterse con todos y contra todos.
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