Entre las montañas de la salmantina Sierra de Francia, a más de mil metros de altitud, en plena Reserva de la Biosfera, se alza La Alberca . Un entorno natural que además de esa belleza paisajística y el encanto de un pueblo medieval de calles empedradas y balconeras de madera ofrece un microclima «perfecto» para la curación de embutidos. Chorizos, lomos, jamones.. . como Fermín Martín y su esposa, Victoriana Gómez , comenzaron a hacer allá por 1956 de la mano de un pequeño negocio que no sólo ha pervivido con el tiempo, sino que ha crecido y cruzado fronteras. No en vano, con una mezcla de valentía y osadía se convirtieron en 2005 en la primera empresa española en exportar jamón ibérico a Estados Unidos, abriendo el camino al resto del sector cárnico. Veinte años van a cumplirse de aquella inolvidable efemérides que ese 31 de agosto «marcó un antes y un después para nuestra empresa y para toda la industria cárnica española», presume dos decenios después Santiago Martín, presidente y consejero delegado de Fermín, hijo de los fundadores y ahora al frente -junto a su hermana, Francisca- de una firma en la que ya ha entrado la tercera generación familiar y que es todo un nombre propio en el ibérico y que ha sabido lo que es bregar en este tiempo con «numerosos obstáculos».Aún así, la evolución «siempre ha sido positiva», apunta, recordando que ya entonces consiguieron abrir un «mercado que parecía inaccesible» y en el que durante cinco años fueron los «únicos» españoles presentes. Ahora, reconoce, la situación arancelaria que se impone en Estados Unidos con la vuelta al poder de Donald Trump y su política de ‘peajes’ para los productos que lleguen de fuera «supone un nuevo desafío» para la compañía, que tienen en el mercado internacional el principal sustento del negocio. No en vano, más de dos tercios de los 14,5 millones de euros de facturación el pasado ejercicio (76 por ciento) procedieron de la exportación. Y ahí, el mercado estadounidense es clave, pues supone el 66 por ciento del total del negocio de Fermín. Es líder en el segmento del ibérico, siendo el Jamón Bellota cien por ciento ibérico el producto estrella, pues es el que más facturación suma, «consolidando la apuesta de la compañía por la máxima calidad», señalan. Ahora, tras los «numerosos obstáculos» afrontados durante décadas , esos aranceles suponen «un nuevo desafío para la empresa», que ya actualmente asume un diez por ciento de lo que debe pagar por cada contenedor cargado con sus ibéricos que posicionar en el mercado estadounidense. «Para mitigar este impacto, hemos optado por repercutir un 50 por ciento en nuestros precios, pero el otro 50 lo absorbemos desde nuestros propios márgenes», explica Santiago Martín, quien subraya que «a pesar de todo, seguimos firmemente comprometidos con ese mercado».A 30 paísesUna plaza en la que para adentrarse apostaron desde sus inicios por un equipo comercial propio que, apunta Santiago Martín, «nos dio la agilidad y cercanía necesarias para consolidar relaciones a largo plazo con nuestros clientes estadounidense». Clave para «el éxito», según resalta el presidente y consejero delegado de la firma, la creación de Fusa, sus propia filial importadora en Estados Unidos.Pero el ibérico de Fermín no sólo cruza el Atlántico llevando todo el sabor de la tradición de La Alberca. Antes que en el país norteamericano ya habían abierto el ‘precinto’ del mercado japonés, donde llegaron 1999. En 2006 se comenzaron a adentrar en Canadá; en 2009, en China -donde son referente- y Singapur, en México hablar de ibéricos es hablar del sello de origen albercano…Noticia Relacionada estandar Si Del jamón Cinco Jotas a Osborne, Borges o Codorníu: las empresas españolas expuestas a los aranceles Raúl Masa Las tasas comerciales que ha impuesto EE.UU. a la Unión Europea afecta a todas las empresas, aunque las agroalimentarias sufren másDe ese pequeño negocio familiar levantado por Fermín y Victoriana, han pasado a dos plantas de producción en La Alberca y en la también salmantina Tamames en las que «controlamos todo el proceso de producción», además de una explotación de cerco ibérico en Morasverdes y una plantilla que roza el centenar e trabajadores, procedentes «en su mayoría» del entorno, lo que «reafirma la apuesta» de la compañía «por el territorio y la sostenibilidad del entorno rural», señalan desde la firma de ibéricos, que sigue apostando por crecer tanto en los mercados internacionales como el nacional. Cuentan con autorización para exportar a la mayoría de países -más de una treinta- que requieren autorización específica y poseen los principales sellos y certificados del sector. Y después de más de medio siglo de dedicación a la elaboración y exportación de la tradición en cada bocado, tienen nuevos proyectos en marcha, como la adquisición de una planta exclusiva para la producción de jamones , «que permitirá dar respuesta al crecimiento de la demanda internacional» desde La Alberca, según avanzando en el acto con motivo de esos 20 años exportando a Estados Unidos, al que asistieron, entre otros, el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, quien valoró ese liderazgo por la expansión internacional. O el chef José Andrés, reconocido embajador de la gastronomía española en los fogones estadounidenses. Entre las montañas de la salmantina Sierra de Francia, a más de mil metros de altitud, en plena Reserva de la Biosfera, se alza La Alberca . Un entorno natural que además de esa belleza paisajística y el encanto de un pueblo medieval de calles empedradas y balconeras de madera ofrece un microclima «perfecto» para la curación de embutidos. Chorizos, lomos, jamones.. . como Fermín Martín y su esposa, Victoriana Gómez , comenzaron a hacer allá por 1956 de la mano de un pequeño negocio que no sólo ha pervivido con el tiempo, sino que ha crecido y cruzado fronteras. No en vano, con una mezcla de valentía y osadía se convirtieron en 2005 en la primera empresa española en exportar jamón ibérico a Estados Unidos, abriendo el camino al resto del sector cárnico. Veinte años van a cumplirse de aquella inolvidable efemérides que ese 31 de agosto «marcó un antes y un después para nuestra empresa y para toda la industria cárnica española», presume dos decenios después Santiago Martín, presidente y consejero delegado de Fermín, hijo de los fundadores y ahora al frente -junto a su hermana, Francisca- de una firma en la que ya ha entrado la tercera generación familiar y que es todo un nombre propio en el ibérico y que ha sabido lo que es bregar en este tiempo con «numerosos obstáculos».Aún así, la evolución «siempre ha sido positiva», apunta, recordando que ya entonces consiguieron abrir un «mercado que parecía inaccesible» y en el que durante cinco años fueron los «únicos» españoles presentes. Ahora, reconoce, la situación arancelaria que se impone en Estados Unidos con la vuelta al poder de Donald Trump y su política de ‘peajes’ para los productos que lleguen de fuera «supone un nuevo desafío» para la compañía, que tienen en el mercado internacional el principal sustento del negocio. No en vano, más de dos tercios de los 14,5 millones de euros de facturación el pasado ejercicio (76 por ciento) procedieron de la exportación. Y ahí, el mercado estadounidense es clave, pues supone el 66 por ciento del total del negocio de Fermín. Es líder en el segmento del ibérico, siendo el Jamón Bellota cien por ciento ibérico el producto estrella, pues es el que más facturación suma, «consolidando la apuesta de la compañía por la máxima calidad», señalan. Ahora, tras los «numerosos obstáculos» afrontados durante décadas , esos aranceles suponen «un nuevo desafío para la empresa», que ya actualmente asume un diez por ciento de lo que debe pagar por cada contenedor cargado con sus ibéricos que posicionar en el mercado estadounidense. «Para mitigar este impacto, hemos optado por repercutir un 50 por ciento en nuestros precios, pero el otro 50 lo absorbemos desde nuestros propios márgenes», explica Santiago Martín, quien subraya que «a pesar de todo, seguimos firmemente comprometidos con ese mercado».A 30 paísesUna plaza en la que para adentrarse apostaron desde sus inicios por un equipo comercial propio que, apunta Santiago Martín, «nos dio la agilidad y cercanía necesarias para consolidar relaciones a largo plazo con nuestros clientes estadounidense». Clave para «el éxito», según resalta el presidente y consejero delegado de la firma, la creación de Fusa, sus propia filial importadora en Estados Unidos.Pero el ibérico de Fermín no sólo cruza el Atlántico llevando todo el sabor de la tradición de La Alberca. Antes que en el país norteamericano ya habían abierto el ‘precinto’ del mercado japonés, donde llegaron 1999. En 2006 se comenzaron a adentrar en Canadá; en 2009, en China -donde son referente- y Singapur, en México hablar de ibéricos es hablar del sello de origen albercano…Noticia Relacionada estandar Si Del jamón Cinco Jotas a Osborne, Borges o Codorníu: las empresas españolas expuestas a los aranceles Raúl Masa Las tasas comerciales que ha impuesto EE.UU. a la Unión Europea afecta a todas las empresas, aunque las agroalimentarias sufren másDe ese pequeño negocio familiar levantado por Fermín y Victoriana, han pasado a dos plantas de producción en La Alberca y en la también salmantina Tamames en las que «controlamos todo el proceso de producción», además de una explotación de cerco ibérico en Morasverdes y una plantilla que roza el centenar e trabajadores, procedentes «en su mayoría» del entorno, lo que «reafirma la apuesta» de la compañía «por el territorio y la sostenibilidad del entorno rural», señalan desde la firma de ibéricos, que sigue apostando por crecer tanto en los mercados internacionales como el nacional. Cuentan con autorización para exportar a la mayoría de países -más de una treinta- que requieren autorización específica y poseen los principales sellos y certificados del sector. Y después de más de medio siglo de dedicación a la elaboración y exportación de la tradición en cada bocado, tienen nuevos proyectos en marcha, como la adquisición de una planta exclusiva para la producción de jamones , «que permitirá dar respuesta al crecimiento de la demanda internacional» desde La Alberca, según avanzando en el acto con motivo de esos 20 años exportando a Estados Unidos, al que asistieron, entre otros, el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, quien valoró ese liderazgo por la expansión internacional. O el chef José Andrés, reconocido embajador de la gastronomía española en los fogones estadounidenses.
Entre las montañas de la salmantina Sierra de Francia, a más de mil metros de altitud, en plena Reserva de la Biosfera, se alza La Alberca. Un entorno natural que además de esa belleza paisajística y el encanto de un pueblo medieval de calles empedradas y balconeras de madera ofrece un microclima «perfecto» para la curación de embutidos. Chorizos, lomos, jamones... como Fermín Martín y su esposa, Victoriana Gómez, comenzaron a hacer allá por 1956 de la mano de un pequeño negocio que no sólo ha pervivido con el tiempo, sino que ha crecido y cruzado fronteras. No en vano, con una mezcla de valentía y osadía se convirtieron en 2005 en la primera empresa española en exportar jamón ibérico a Estados Unidos, abriendo el camino al resto del sector cárnico. Veinte años van a cumplirse de aquella inolvidable efemérides que ese 31 de agosto «marcó un antes y un después para nuestra empresa y para toda la industria cárnica española», presume dos decenios después Santiago Martín, presidente y consejero delegado de Fermín, hijo de los fundadores y ahora al frente -junto a su hermana, Francisca- de una firma en la que ya ha entrado la tercera generación familiar y que es todo un nombre propio en el ibérico y que ha sabido lo que es bregar en este tiempo con «numerosos obstáculos».
Aún así, la evolución «siempre ha sido positiva», apunta, recordando que ya entonces consiguieron abrir un «mercado que parecía inaccesible» y en el que durante cinco años fueron los «únicos» españoles presentes. Ahora, reconoce, la situación arancelaria que se impone en Estados Unidos con la vuelta al poder de Donald Trump y su política de ‘peajes’ para los productos que lleguen de fuera «supone un nuevo desafío» para la compañía, que tienen en el mercado internacional el principal sustento del negocio. No en vano, más de dos tercios de los 14,5 millones de euros de facturación el pasado ejercicio (76 por ciento) procedieron de la exportación.
Y ahí, el mercado estadounidense es clave, pues supone el 66 por ciento del total del negocio de Fermín. Es líder en el segmento del ibérico, siendo el Jamón Bellota cien por ciento ibérico el producto estrella, pues es el que más facturación suma, «consolidando la apuesta de la compañía por la máxima calidad», señalan.
Ahora, tras los «numerosos obstáculos» afrontados durante décadas, esos aranceles suponen «un nuevo desafío para la empresa», que ya actualmente asume un diez por ciento de lo que debe pagar por cada contenedor cargado con sus ibéricos que posicionar en el mercado estadounidense. «Para mitigar este impacto, hemos optado por repercutir un 50 por ciento en nuestros precios, pero el otro 50 lo absorbemos desde nuestros propios márgenes», explica Santiago Martín, quien subraya que «a pesar de todo, seguimos firmemente comprometidos con ese mercado».
A 30 países
Una plaza en la que para adentrarse apostaron desde sus inicios por un equipo comercial propio que, apunta Santiago Martín, «nos dio la agilidad y cercanía necesarias para consolidar relaciones a largo plazo con nuestros clientes estadounidense». Clave para «el éxito», según resalta el presidente y consejero delegado de la firma, la creación de Fusa, sus propia filial importadora en Estados Unidos.
Pero el ibérico de Fermín no sólo cruza el Atlántico llevando todo el sabor de la tradición de La Alberca. Antes que en el país norteamericano ya habían abierto el ‘precinto’ del mercado japonés, donde llegaron 1999. En 2006 se comenzaron a adentrar en Canadá; en 2009, en China -donde son referente- y Singapur, en México hablar de ibéricos es hablar del sello de origen albercano…
De ese pequeño negocio familiar levantado por Fermín y Victoriana, han pasado a dos plantas de producción en La Alberca y en la también salmantina Tamames en las que «controlamos todo el proceso de producción», además de una explotación de cerco ibérico en Morasverdes y una plantilla que roza el centenar e trabajadores, procedentes «en su mayoría» del entorno, lo que «reafirma la apuesta» de la compañía «por el territorio y la sostenibilidad del entorno rural», señalan desde la firma de ibéricos, que sigue apostando por crecer tanto en los mercados internacionales como el nacional.
Cuentan con autorización para exportar a la mayoría de países -más de una treinta- que requieren autorización específica y poseen los principales sellos y certificados del sector. Y después de más de medio siglo de dedicación a la elaboración y exportación de la tradición en cada bocado, tienen nuevos proyectos en marcha, como la adquisición de una planta exclusiva para la producción de jamones , «que permitirá dar respuesta al crecimiento de la demanda internacional» desde La Alberca, según avanzando en el acto con motivo de esos 20 años exportando a Estados Unidos, al que asistieron, entre otros, el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, quien valoró ese liderazgo por la expansión internacional. O el chef José Andrés, reconocido embajador de la gastronomía española en los fogones estadounidenses.
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