Los combates entre las milicias drusas y las fuerzas del nuevo Gobierno sirio se reanudaron tras dos semanas de alto el fuego en las afueras de la ciudad de Sueida, en el sur del país. Al menos cuatro personas fallecieron en el intercambio de disparos, tres miembros del ejército y un combatiente druso, “en enfrentamientos que estallaron con facciones locales en el eje de Tal Hadid”, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
Al menos cuatro muertos en Sueida, donde el pasado mes murieron 1.400 personas
Los combates entre las milicias drusas y las fuerzas del nuevo Gobierno sirio se reanudaron tras dos semanas de alto el fuego en las afueras de la ciudad de Sueida, en el sur del país. Al menos cuatro personas fallecieron en el intercambio de disparos, tres miembros del ejército y un combatiente druso, “en enfrentamientos que estallaron con facciones locales en el eje de Tal Hadid”, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
La organización, con una extensa red de informadores en Siria, también informó de que se reanudaron combates alrededor de la ciudad de Zaala “tras disparos de cohetes y armas pesadas desde zonas controladas por las fuerzas gubernamentales”. Se escucharon explosiones y ráfagas de disparos en varios barrios de Sueida, según la misma fuente.

Omar Sanadiki
La agencia oficial siria SANA acusó a grupos drusos fieles al influyente líder espiritual Hikmat al Hijri de haber violado la tregua tras el asalto a Tal Hadid, un punto estratégico de acceso a la provincia. Las fuerzas gubernamentales recuperaron el control del enclave poco después.
Se trata del primer incidente de seguridad que ocurre en la región desde el estallido de violencia del mes pasado, que dejó 1.400 muertos, un gran número de ellos civiles. La minoría drusa se opone al control militar del nuevo Gobierno sirio, integrado en su mayoría por componentes de la Organización Para la Liberación del Levante (HTS, en sus siglas en árabe), que derrocaron en diciembre al régimen de Bashar el Asad.
Las minorías étnicas y confesionales de Siria temen por su seguridad desde la llegada de los islamistas al poder. En marzo tuvo lugar otro ataque sangriento en la costa contra a la comunidad alauí, a la que pertenecía el anterior dictador, y se contabilizaron más de 1.700 muertos. Cristianos y chiíes también han expresado su miedo a represalias por parte de la mayoría suní del país.
Israel lanza una operación militar contra el tráfico de armas en territorio sirio, cerca del Golán
Por su parte, Israel, que cuenta con población drusa dentro de sus fronteras –en los altos del Golán ocupados–, prometió proteger a la minoría religiosa y lanzó una gran oleada de ataques contra puntos militares en Siria, incluyendo la sede del Ministerio de Defensa en Damasco. El estallido ocurrió poco después de que ambos países comenzaran a negociar la normalización de relaciones, unas conversaciones que tras la crisis en Sueida se han detenido.
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El ejército israelí declaró ayer haber llevado a cabo incursiones terrestres en el sur de Siria, cerca del Golán. Durante la noche, las tropas “completaron una misión que incluyó el interrogatorio in situ de varios sospechosos implicados en el tráfico de armas en la región de Hader, en el sur de Siria”, indicaron las autoridades en un comunicado.
Desde el alto el fuego, la carretera principal que conecta la región drusa con Damasco está cortada y grupos armados aliados a las autoridades controlan sus alrededores e impiden el tránsito, según el OSDH. Como muchos residentes, esta ONG acusa a las autoridades de imponer un bloqueo a la provincia “para doblegar a sus habitantes”, algo que las autoridades desmienten.
Cientos de vecinos se manifestaron el viernes en Sueida para pedir la retirada de las tropas gubernamentales, con pancartas que reclamaban “el fin del bloqueo” o “la apertura de un corredor humanitario con la vecina Jordania”. El régimen sirio acusa a los grupos drusos de obstruir el acceso a la región. “Estamos en una situación crítica”, asegura a La Vanguardia Ziad, vecino de Sueida. “Llevamos 18 días sin agua, electricidad, combustible y pan”, explica, y acusa al Gobierno y al presidente Ahmed el Sharaa de “terrorismo” contra su propio pueblo.
La ONU ha podido enviar algunos convoyes de ayuda a la provincia, pero una fuente del Ministerio del Interior declaró el domingo a la televisión estatal siria que el corredor humanitario estaba cerrado temporalmente “hasta que la zona sea asegurada, después de que grupos fuera de la ley violaran el alto el fuego”.
“Llevamos 18 días sin agua, luz, combustible y pan”, explica Ziad, vecino que denuncia el bloqueo del enclave
Sin embargo, Damasco asegura que mantiene su compromiso con la estabilidad de Siria y que no existen distinciones entre comunidades religiosas. Hace unos días celebró la primera reunión del comité de investigación de las masacres cometidas el pasado mes en el sur y el Gobierno ha prometido ejercer la justicia contra aquellos soldados que hayan vulnerado los de derechos humanos.
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