Suaviter in modo, fortiter in re . Suave en las formas, fuerte en el fondo. Obrad con firmeza con maneras suaves. Este es uno de los consejos que Claudio Acquaviva d’Aragona dictó a la Compañía de Jesús. Acquaviva fue el cuarto Superior General de la orden fundada por Ignacio de Loyola, la dirigió durante 34 años (1581-1615), la moldeó, la reorganizó y la convirtió en potencia.
Suaviter in modo, fortiter in re . Suave en las formas, fuerte en el fondo. Obrad con firmeza con maneras suaves. Este es uno de los consejos que Claudio Acquaviva d’Aragona dictó a la Compañía de Jesús. Acquaviva fue el cuarto Superior General de la orden fundada por Ignacio de Loyola, la dirigió durante 34 años (1581-1615), la moldeó, la reorganizó y la convirtió en potencia.Seguir leyendo…
Suaviter in modo, fortiter in re . Suave en las formas, fuerte en el fondo. Obrad con firmeza con maneras suaves. Este es uno de los consejos que Claudio Acquaviva d’Aragona dictó a la Compañía de Jesús. Acquaviva fue el cuarto Superior General de la orden fundada por Ignacio de Loyola, la dirigió durante 34 años (1581-1615), la moldeó, la reorganizó y la convirtió en potencia.
Su consejo a los jesuitas es un legado del Renacimiento al acervo común occidental. Hasta ahora. Hasta ahora, puesto que en el alba de la inteligencia artificial, la nueva norma es ser brutal en las formas e implacable en el fondo.
León XIV conserva el legado de Francisco, pero no es Francisco II
El papa León XIV no es jesuita, proviene de la orden de los agustinos, más metafísicos, más platónicos, pero es suaviter in modo. Suaviter y moderadamente mediaticus.
Robert Francis Prevost se ha estrenado sin estridencia en un mundo cada vez más atroz. Quizás pueda ser este el titular de sus primeros cien días de Pontificado, hito que se cumplirá el próximo 16 de agosto y que no tiene un significado especial, puesto que los tiempos de la Iglesia católica no son los del orbe político, donde los primeros cien días ya no significan nada para quienes se estrenan en la trituradora de carne.

VATICAN MEDIA / EFE
Traditionibus in modo, fortiter in re . Tradicional en las formas, fuerte en el fondo. Ahí nos acercamos un poco más al personaje. León XIV está enviando señales de conciliación a los sectores más conservadores de la Iglesia, a la vez que mantiene con energía los principales postulados de Francisco. Hay continuidad sin repetición.
El papa estadounidense forjado en Perú ha recuperado las tradicionales vacaciones en Castel Gandolfo, pero antes de partir hacia el lago Albano lanzó un duro mensaje contra el rearme, al concluir la última asamblea general de la OTAN, la asamblea del 5%. “La gente es cada vez menos ignorante de la cantidad de dinero que va a los bolsillos de los mercaderes de la muerte, dinero con el que se podrían construir hospitales y escuelas; ¡y, en cambio, se destruyen los que ya existen!”. Torpedo a la industria de armamento, nueva estrella polar de la bolsa.
León XIV volverá a dormir en los aposentos del Palacio Apostólico. Adiós a la hostería de Santa Marta que dibujaba a Francisco como un papa extramuros (Santa Marta en realidad se halla dentro del recinto vaticano). Regresa el palacio y aparece una mayor concreción del Vaticano sobre la guerra de Ucrania. Prevost pone el acento en la reclamación de una “paz justa”, esto es: no sacrificar a los ucranianos. Preside la procesión de Corpus en Roma llevando la custodia bajo palio, pura tradición, y a la vez reza por la conversión de los negacionistas del cambio climático. Mira a la sociedad digital y pide no confundir el lenguaje con el encantamiento, la comunicación con la puesta en escena y el rito con el espectáculo. Suave en el modo, tradicional en algunas costumbres, tajante en el fondo.
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