No se suele tener conciencia del potencial turístico que puede acarrear un yacimiento arqueológico. Ocurre en casi todos los municipios de España«. Quien habla es el arqueólogo Jaime Gutiérrez , que en pocas semanas estará trabajando en el yacimiento de Salda nia , en la provincia de Palencia . Es un pensamiento compartido en el mundo arqueológico. Seguir encontrando vestigios remotos que ayuden a hilar la historia del pasado y a poner en valor estos enclaves es el objetivo de las campañas que se suceden verano tras verano en distintos puntos de Castilla y León. La temporada estival es un periodo crucial para el trabajo de campo. Permite la recuperación de restos materiales que a lo largo del año serán analizados en laboratorios de universidades e institutos científicos de toda España.Atapuerca , el yacimiento burgalés de referencia internacional que el pasado 25 de julio daba por concluidas sus excavaciones, es el más conocido, pero no el único. La Junta, a través de las distintas comisiones territoriales de Patrimonio, ha dado luz verde a medio centenar de intervenciones arqueológicas para este verano. Segovia, con doce proyectos, y Burgos y Palencia, con diez cada una, son las provincias que acogen el mayor número de estudios, sondeos y excavaciones. Le siguen Ávila, con siete; Soria, con cuatro; León y Valladolid, con tres, y Zamora, con uno, según datos facilitados por la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte.En la primera, uno de los trabajos ‘in situ’ recién concluido ha tenido por escenario el Abrigo de San Lázaro, muy próximo a la ciudad del Acueducto. Después de un 2024 en blanco, haber podido retomar la labor en el propio enclave ha sido «lo más importante» para David Álvarez, doctor en Prehistoria de la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Es uno de los expertos que está al frente de una excavación que en 2022 dio con el «extraordinario hallazgo» de un canto rodado en el que aparecía pintado en ocre un punto que ha resultado ser la huella dactilar más antigua que se conoce del mundo. Hace un par de meses que se desveló y ahora este vestigio se encuentra expuesto en el Museo de Segovia. Ampliar la superficie de excavación «para intentar comprender el contexto» en el que apareció este canto y seguir documentando «los momentos finales» de los neandertales en el Valle del Eresma es el principal objetivo de este proyecto. En la campaña recién concluida se han empleado 18 alumnos de la UCM, la Universidad de Zaragoza y la Uned. Durante la misma se han encontrado utensilios típicos de ese periodo «en muy buen estado de conservación», así como «restos de fauna de gran tamaño». Evitar el vandalismoEl profesor de la Complutense ve «difícil» dar de nuevo con algo tan «excepcional» debido a las limitadas «capacidades simbólicas» que tenían los neandertales –el arte rupestre es del Paleolítico Superior–. Aún así. cree que este hallazgo puede ayudar a que los vecinos del entorno sean conscientes del «valor patrimonial» del yacimiento y evitar situaciones como la que se encontraron al llegar este verano, con el lugar vandalizado y lleno de basura. «Tanto la Junta como el Ayuntamiento se han comprometido a poner las medidas necesarias para que esto no vuelva a ocurrir, pero mientras no se cierre es difícil», sostiene, satisfecho también porque el consistorio segoviano ha manifestado su intención de seguir apoyando la investigación el próximo año.El Cerro Tormejón de Armuña , la Villa Romana de Santa Lucía en Aguilafuente o el Dolmen de Santa Inés en Bernardos son otros de los enclaves de la provincia segoviana en los que se emplearán los arqueólogos. En Valladolid, acaban de terminar los trabajos de campo en Pintia. La ciudad que acogió población vaccea, romana y visigoda entre el siglo V a. C. y el VII de nuestra Era es uno de los enclaves que suma más años de excavaciones en la provincia. A su frente se encuentra Carlos Sanz Mínguez, que detalla que este verano los trabajos se han centrado en dos puntos. Uno de ellos es el que llaman ‘la ciudad de las Quintanas’, cuya estratigrafía de cuatro metros registra ya 1.200 años de historia. En ella, se están «documentando ya los niveles fundacionales», lo que les traslada ya al siglo IV a. C.. El objetivo que se han propuesto es musealizar esta zona de cara a 2026, cuando se cumplirá el 25 aniversario del Centro de Estudios Vacceos. Aprovechando la efemérides quieren presentar tres nuevos puntos visitables incorporando la zona del asedio, los sistemas defensivos y la propia ciudad: «Creo que así se va a entender mejor su magnitud».Noticia Relacionada reportaje Si Yacimientos: una ventana al pasado que genera riqueza Henar Díaz Cultura apuesta para estos enclaves arqueológicos por un modelo de gestión que aúne estudio, conservación y explotación con el fin de concienciar de su valor y convertirlos en «fuente de ingresos»El otro punto en el que ha intervenido el equipo de arqueólogos ha sacado a la luz el muro romano de asedio a Pintia. «Las fuentes clásicas nos hablan de que lo primero que hizo Escipión, antes de cercar y destruir Numancia en el año 133, fueron campañas de castigo contra las ciudades vacceas que proveían de cereales y alimentos», explica. El bastión emergido es una estructura realizada a base de piedra y mortero blanco «de 20-25 metros de largo por cuatro de ancho, del que se ha conservado metro y medio desde la base». «Es muy monumental. Ahora nos está empezando a dar la cara», describe el profesor, y detalla que una vez que los romanos abandonan este paramento de asedio «los vacceos lo que hacen es intentar tirarlo abajo» y rellenarlo con escombros de la propia ciudad incendiada por si acaso volvían a ser atacados. Junto a Pintia, otros dos enclaves de Valladolid cuentan con el visto bueno de Patrimonio para su intervención. Trabajos en diferentes excavaciones de La Comunidad ABCOtros tres hay también en León. Recién finalizada está la campaña en el Castro de los Judíos , espacio medieval junto a la capital clave para estudiar la comunidad hebrea del Reino de León. Impulsada por la Universidad leonesa y bajo la dirección de los profesores Raquel Martínez Peñín y Carlos Fernández Rodríguez, los trabajos tienen como fin seguir investigando cómo se produjo «la desocupación» de la zona. Claudia Robles, una de las estudiantes que ha participado y que está realizando su tesis sobre el asentamiento, explica que lo que tratan de ver es si hubo «una sacralización o cristianización» , ya que «han aparecido restos, por ejemplo, de cerdo, incompatible con un asentamiento hebreo». También fracciones de vieiras, «que están muy asociadas al Camino de Santiago», lo que hace pensar que «hubo una presencia cristiana una vez que los judíos lo abandonaron».Con azadas, picos y palas en la mano todavía están en el yacimiento de El Castrico , en el municipio de Rabanales (Zamora). El arqueólogo Francisco Javier González de la Fuente es uno de los tres codirectores de esta iniciativa impulsada por Zamora ProtoHistorica, una asociación que busca el conocimiento, la protección y difusión del patrimonio arqueológico de la provincia. Tras ocho años de trabajos, «nos hemos convertido en parte de lo que ocurre en verano en el pueblo, igual que las fiestas», comenta con humor. Este 2025 han adelantado un poco la campaña. Comenzaron el 21 de julio y concluirán el próximo 9 de agosto. Junto a los técnicos, quince voluntarios y algún joven del pueblo que ha crecido viendo excavar el enclave.Los trabajos, financiados por la Junta a través de los fondos Interreg, se centran en dos lugares. Uno es el entorno de la Iglesia de la Encarnación, donde se han propuesto «documentar lo mejor posible la necrópolis, seguramente medieval». Creen que pudo estar localizado junto a una antigua iglesia románica previa a la actual, que data del siglo XVI y en cuyas paredes ha quedado empotrado «algún resto estilístico» de la anterior, apunta el arqueólogo. El otro enclave en el que trabajan es en ‘El Castrico’, un yacimiento del que han encontrado indicios de que estuvo habitado desde la Segunda Edad de Hierro hasta la época romana. Lo hallado años atrás les remitía a la época del Alto Imperio, pero «en 2024 aparecieron un par de monedas de la época de Constantino», lo que amplía su ocupación el yacimiento a la época Bajo Imperio. Detalla el arqueólogo que durante la campaña están «abiertos a visitas de cualquier tipo», y que antes de finalizar tienen por costumbre organizar una jornada de puertas abiertas para explicar los trabajos realizados. Este año será el 8 de agosto. Opina que es una forma de explicar a los vecinos el valor del enclave: «No era un yacimiento conocido y se pensaba que estaba muy arrasado (…) Nos encontramos muchas zanjas rellenadas del expolio». En la provincia de Palencia , esta misma semana comenzarán los trabajos en el Alto de la Morterona, en el yacimiento de Saldania, junto a la actual localidad de Saldaña. Del 7 al 13 de agosto excavarán tres zonas distintas del poblado y «continuaremos con el georadar, con el que llevamos ya dos años», detalla el arqueólogo Jaime Gutiérrez. Su propósito es «comprobar si los resultados que hemos visto en las imágenes concuerdan con la realidad».Se refiere a parte de la trama urbana de la urbe vacceo-romana que salió a la luz con la prospección. En ella pudieron vislumbrar la planta de varios edificios , entre ellos unas termas públicas. Este yacimiento, uno de los más extensos de la provincia –son casi 60 hectáreas de las que han prospectado cerca de 10– se localiza a pocos kilómetros de la villa romana de La Olmeda, algo que los expertos ven como una oportunidad para relacionar la vida urbana y el desarrollo de villas tardías en el medio rural a partir del siglo III d. C.Junto a Jaime Gutiérrez , en el proyecto trabajan el arqueólogo Carlos Cáceres y Jesús García, investigador del Instituto de Arqueología de Mérida, así como «otras cinco personas» que participarán en la excavación. «¡Ojalá consigamos tener unos restos estructurales que en un futuro puedan ponerse en valor!», desea el experto, aunque apunta que «cualquier resultado es ilusionante» y ayudaría a que los habitantes del entorno se den cuenta de su potencial «y si ven piteros, lo denuncien». «Sigue yendo gente con detectores de metales. Por desgracia el año pasado encontramos hoyos de furtivos», lamenta. No se suele tener conciencia del potencial turístico que puede acarrear un yacimiento arqueológico. Ocurre en casi todos los municipios de España«. Quien habla es el arqueólogo Jaime Gutiérrez , que en pocas semanas estará trabajando en el yacimiento de Salda nia , en la provincia de Palencia . Es un pensamiento compartido en el mundo arqueológico. Seguir encontrando vestigios remotos que ayuden a hilar la historia del pasado y a poner en valor estos enclaves es el objetivo de las campañas que se suceden verano tras verano en distintos puntos de Castilla y León. La temporada estival es un periodo crucial para el trabajo de campo. Permite la recuperación de restos materiales que a lo largo del año serán analizados en laboratorios de universidades e institutos científicos de toda España.Atapuerca , el yacimiento burgalés de referencia internacional que el pasado 25 de julio daba por concluidas sus excavaciones, es el más conocido, pero no el único. La Junta, a través de las distintas comisiones territoriales de Patrimonio, ha dado luz verde a medio centenar de intervenciones arqueológicas para este verano. Segovia, con doce proyectos, y Burgos y Palencia, con diez cada una, son las provincias que acogen el mayor número de estudios, sondeos y excavaciones. Le siguen Ávila, con siete; Soria, con cuatro; León y Valladolid, con tres, y Zamora, con uno, según datos facilitados por la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte.En la primera, uno de los trabajos ‘in situ’ recién concluido ha tenido por escenario el Abrigo de San Lázaro, muy próximo a la ciudad del Acueducto. Después de un 2024 en blanco, haber podido retomar la labor en el propio enclave ha sido «lo más importante» para David Álvarez, doctor en Prehistoria de la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Es uno de los expertos que está al frente de una excavación que en 2022 dio con el «extraordinario hallazgo» de un canto rodado en el que aparecía pintado en ocre un punto que ha resultado ser la huella dactilar más antigua que se conoce del mundo. Hace un par de meses que se desveló y ahora este vestigio se encuentra expuesto en el Museo de Segovia. Ampliar la superficie de excavación «para intentar comprender el contexto» en el que apareció este canto y seguir documentando «los momentos finales» de los neandertales en el Valle del Eresma es el principal objetivo de este proyecto. En la campaña recién concluida se han empleado 18 alumnos de la UCM, la Universidad de Zaragoza y la Uned. Durante la misma se han encontrado utensilios típicos de ese periodo «en muy buen estado de conservación», así como «restos de fauna de gran tamaño». Evitar el vandalismoEl profesor de la Complutense ve «difícil» dar de nuevo con algo tan «excepcional» debido a las limitadas «capacidades simbólicas» que tenían los neandertales –el arte rupestre es del Paleolítico Superior–. Aún así. cree que este hallazgo puede ayudar a que los vecinos del entorno sean conscientes del «valor patrimonial» del yacimiento y evitar situaciones como la que se encontraron al llegar este verano, con el lugar vandalizado y lleno de basura. «Tanto la Junta como el Ayuntamiento se han comprometido a poner las medidas necesarias para que esto no vuelva a ocurrir, pero mientras no se cierre es difícil», sostiene, satisfecho también porque el consistorio segoviano ha manifestado su intención de seguir apoyando la investigación el próximo año.El Cerro Tormejón de Armuña , la Villa Romana de Santa Lucía en Aguilafuente o el Dolmen de Santa Inés en Bernardos son otros de los enclaves de la provincia segoviana en los que se emplearán los arqueólogos. En Valladolid, acaban de terminar los trabajos de campo en Pintia. La ciudad que acogió población vaccea, romana y visigoda entre el siglo V a. C. y el VII de nuestra Era es uno de los enclaves que suma más años de excavaciones en la provincia. A su frente se encuentra Carlos Sanz Mínguez, que detalla que este verano los trabajos se han centrado en dos puntos. Uno de ellos es el que llaman ‘la ciudad de las Quintanas’, cuya estratigrafía de cuatro metros registra ya 1.200 años de historia. En ella, se están «documentando ya los niveles fundacionales», lo que les traslada ya al siglo IV a. C.. El objetivo que se han propuesto es musealizar esta zona de cara a 2026, cuando se cumplirá el 25 aniversario del Centro de Estudios Vacceos. Aprovechando la efemérides quieren presentar tres nuevos puntos visitables incorporando la zona del asedio, los sistemas defensivos y la propia ciudad: «Creo que así se va a entender mejor su magnitud».Noticia Relacionada reportaje Si Yacimientos: una ventana al pasado que genera riqueza Henar Díaz Cultura apuesta para estos enclaves arqueológicos por un modelo de gestión que aúne estudio, conservación y explotación con el fin de concienciar de su valor y convertirlos en «fuente de ingresos»El otro punto en el que ha intervenido el equipo de arqueólogos ha sacado a la luz el muro romano de asedio a Pintia. «Las fuentes clásicas nos hablan de que lo primero que hizo Escipión, antes de cercar y destruir Numancia en el año 133, fueron campañas de castigo contra las ciudades vacceas que proveían de cereales y alimentos», explica. El bastión emergido es una estructura realizada a base de piedra y mortero blanco «de 20-25 metros de largo por cuatro de ancho, del que se ha conservado metro y medio desde la base». «Es muy monumental. Ahora nos está empezando a dar la cara», describe el profesor, y detalla que una vez que los romanos abandonan este paramento de asedio «los vacceos lo que hacen es intentar tirarlo abajo» y rellenarlo con escombros de la propia ciudad incendiada por si acaso volvían a ser atacados. Junto a Pintia, otros dos enclaves de Valladolid cuentan con el visto bueno de Patrimonio para su intervención. Trabajos en diferentes excavaciones de La Comunidad ABCOtros tres hay también en León. Recién finalizada está la campaña en el Castro de los Judíos , espacio medieval junto a la capital clave para estudiar la comunidad hebrea del Reino de León. Impulsada por la Universidad leonesa y bajo la dirección de los profesores Raquel Martínez Peñín y Carlos Fernández Rodríguez, los trabajos tienen como fin seguir investigando cómo se produjo «la desocupación» de la zona. Claudia Robles, una de las estudiantes que ha participado y que está realizando su tesis sobre el asentamiento, explica que lo que tratan de ver es si hubo «una sacralización o cristianización» , ya que «han aparecido restos, por ejemplo, de cerdo, incompatible con un asentamiento hebreo». También fracciones de vieiras, «que están muy asociadas al Camino de Santiago», lo que hace pensar que «hubo una presencia cristiana una vez que los judíos lo abandonaron».Con azadas, picos y palas en la mano todavía están en el yacimiento de El Castrico , en el municipio de Rabanales (Zamora). El arqueólogo Francisco Javier González de la Fuente es uno de los tres codirectores de esta iniciativa impulsada por Zamora ProtoHistorica, una asociación que busca el conocimiento, la protección y difusión del patrimonio arqueológico de la provincia. Tras ocho años de trabajos, «nos hemos convertido en parte de lo que ocurre en verano en el pueblo, igual que las fiestas», comenta con humor. Este 2025 han adelantado un poco la campaña. Comenzaron el 21 de julio y concluirán el próximo 9 de agosto. Junto a los técnicos, quince voluntarios y algún joven del pueblo que ha crecido viendo excavar el enclave.Los trabajos, financiados por la Junta a través de los fondos Interreg, se centran en dos lugares. Uno es el entorno de la Iglesia de la Encarnación, donde se han propuesto «documentar lo mejor posible la necrópolis, seguramente medieval». Creen que pudo estar localizado junto a una antigua iglesia románica previa a la actual, que data del siglo XVI y en cuyas paredes ha quedado empotrado «algún resto estilístico» de la anterior, apunta el arqueólogo. El otro enclave en el que trabajan es en ‘El Castrico’, un yacimiento del que han encontrado indicios de que estuvo habitado desde la Segunda Edad de Hierro hasta la época romana. Lo hallado años atrás les remitía a la época del Alto Imperio, pero «en 2024 aparecieron un par de monedas de la época de Constantino», lo que amplía su ocupación el yacimiento a la época Bajo Imperio. Detalla el arqueólogo que durante la campaña están «abiertos a visitas de cualquier tipo», y que antes de finalizar tienen por costumbre organizar una jornada de puertas abiertas para explicar los trabajos realizados. Este año será el 8 de agosto. Opina que es una forma de explicar a los vecinos el valor del enclave: «No era un yacimiento conocido y se pensaba que estaba muy arrasado (…) Nos encontramos muchas zanjas rellenadas del expolio». En la provincia de Palencia , esta misma semana comenzarán los trabajos en el Alto de la Morterona, en el yacimiento de Saldania, junto a la actual localidad de Saldaña. Del 7 al 13 de agosto excavarán tres zonas distintas del poblado y «continuaremos con el georadar, con el que llevamos ya dos años», detalla el arqueólogo Jaime Gutiérrez. Su propósito es «comprobar si los resultados que hemos visto en las imágenes concuerdan con la realidad».Se refiere a parte de la trama urbana de la urbe vacceo-romana que salió a la luz con la prospección. En ella pudieron vislumbrar la planta de varios edificios , entre ellos unas termas públicas. Este yacimiento, uno de los más extensos de la provincia –son casi 60 hectáreas de las que han prospectado cerca de 10– se localiza a pocos kilómetros de la villa romana de La Olmeda, algo que los expertos ven como una oportunidad para relacionar la vida urbana y el desarrollo de villas tardías en el medio rural a partir del siglo III d. C.Junto a Jaime Gutiérrez , en el proyecto trabajan el arqueólogo Carlos Cáceres y Jesús García, investigador del Instituto de Arqueología de Mérida, así como «otras cinco personas» que participarán en la excavación. «¡Ojalá consigamos tener unos restos estructurales que en un futuro puedan ponerse en valor!», desea el experto, aunque apunta que «cualquier resultado es ilusionante» y ayudaría a que los habitantes del entorno se den cuenta de su potencial «y si ven piteros, lo denuncien». «Sigue yendo gente con detectores de metales. Por desgracia el año pasado encontramos hoyos de furtivos», lamenta.
No se suele tener conciencia del potencial turístico que puede acarrear un yacimiento arqueológico. Ocurre en casi todos los municipios de España«. Quien habla es el arqueólogo Jaime Gutiérrez, que en pocas semanas estará trabajando en el yacimiento de Saldania, en la … provincia de Palencia. Es un pensamiento compartido en el mundo arqueológico. Seguir encontrando vestigios remotos que ayuden a hilar la historia del pasado y a poner en valor estos enclaves es el objetivo de las campañas que se suceden verano tras verano en distintos puntos de Castilla y León. La temporada estival es un periodo crucial para el trabajo de campo. Permite la recuperación de restos materiales que a lo largo del año serán analizados en laboratorios de universidades e institutos científicos de toda España.
Atapuerca, el yacimiento burgalés de referencia internacional que el pasado 25 de julio daba por concluidas sus excavaciones, es el más conocido, pero no el único. La Junta, a través de las distintas comisiones territoriales de Patrimonio, ha dado luz verde a medio centenar de intervenciones arqueológicas para este verano. Segovia, con doce proyectos, y Burgos y Palencia, con diez cada una, son las provincias que acogen el mayor número de estudios, sondeos y excavaciones. Le siguen Ávila, con siete; Soria, con cuatro; León y Valladolid, con tres, y Zamora, con uno, según datos facilitados por la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte.
En la primera, uno de los trabajos ‘in situ’ recién concluido ha tenido por escenario el Abrigo de San Lázaro, muy próximo a la ciudad del Acueducto. Después de un 2024 en blanco, haber podido retomar la labor en el propio enclave ha sido «lo más importante» para David Álvarez, doctor en Prehistoria de la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Es uno de los expertos que está al frente de una excavación que en 2022 dio con el «extraordinario hallazgo» de un canto rodado en el que aparecía pintado en ocre un punto que ha resultado ser la huella dactilar más antigua que se conoce del mundo. Hace un par de meses que se desveló y ahora este vestigio se encuentra expuesto en el Museo de Segovia. Ampliar la superficie de excavación «para intentar comprender el contexto» en el que apareció este canto y seguir documentando «los momentos finales» de los neandertales en el Valle del Eresma es el principal objetivo de este proyecto. En la campaña recién concluida se han empleado 18 alumnos de la UCM, la Universidad de Zaragoza y la Uned. Durante la misma se han encontrado utensilios típicos de ese periodo «en muy buen estado de conservación», así como «restos de fauna de gran tamaño».
Evitar el vandalismo
El profesor de la Complutense ve «difícil» dar de nuevo con algo tan «excepcional» debido a las limitadas «capacidades simbólicas» que tenían los neandertales –el arte rupestre es del Paleolítico Superior–. Aún así. cree que este hallazgo puede ayudar a que los vecinos del entorno sean conscientes del «valor patrimonial» del yacimiento y evitar situaciones como la que se encontraron al llegar este verano, con el lugar vandalizado y lleno de basura. «Tanto la Junta como el Ayuntamiento se han comprometido a poner las medidas necesarias para que esto no vuelva a ocurrir, pero mientras no se cierre es difícil», sostiene, satisfecho también porque el consistorio segoviano ha manifestado su intención de seguir apoyando la investigación el próximo año.
El Cerro Tormejón de Armuña, la Villa Romana de Santa Lucía en Aguilafuente o el Dolmen de Santa Inés en Bernardos son otros de los enclaves de la provincia segoviana en los que se emplearán los arqueólogos. En Valladolid, acaban de terminar los trabajos de campo en Pintia. La ciudad que acogió población vaccea, romana y visigoda entre el siglo V a. C. y el VII de nuestra Era es uno de los enclaves que suma más años de excavaciones en la provincia. A su frente se encuentra Carlos Sanz Mínguez, que detalla que este verano los trabajos se han centrado en dos puntos. Uno de ellos es el que llaman ‘la ciudad de las Quintanas’, cuya estratigrafía de cuatro metros registra ya 1.200 años de historia. En ella, se están «documentando ya los niveles fundacionales», lo que les traslada ya al siglo IV a. C.. El objetivo que se han propuesto es musealizar esta zona de cara a 2026, cuando se cumplirá el 25 aniversario del Centro de Estudios Vacceos. Aprovechando la efemérides quieren presentar tres nuevos puntos visitables incorporando la zona del asedio, los sistemas defensivos y la propia ciudad: «Creo que así se va a entender mejor su magnitud».
El otro punto en el que ha intervenido el equipo de arqueólogos ha sacado a la luz el muro romano de asedio a Pintia. «Las fuentes clásicas nos hablan de que lo primero que hizo Escipión, antes de cercar y destruir Numancia en el año 133, fueron campañas de castigo contra las ciudades vacceas que proveían de cereales y alimentos», explica. El bastión emergido es una estructura realizada a base de piedra y mortero blanco «de 20-25 metros de largo por cuatro de ancho, del que se ha conservado metro y medio desde la base». «Es muy monumental. Ahora nos está empezando a dar la cara», describe el profesor, y detalla que una vez que los romanos abandonan este paramento de asedio «los vacceos lo que hacen es intentar tirarlo abajo» y rellenarlo con escombros de la propia ciudad incendiada por si acaso volvían a ser atacados. Junto a Pintia, otros dos enclaves de Valladolid cuentan con el visto bueno de Patrimonio para su intervención.



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Otros tres hay también en León. Recién finalizada está la campaña en el Castro de los Judíos, espacio medieval junto a la capital clave para estudiar la comunidad hebrea del Reino de León. Impulsada por la Universidad leonesa y bajo la dirección de los profesores Raquel Martínez Peñín y Carlos Fernández Rodríguez, los trabajos tienen como fin seguir investigando cómo se produjo «la desocupación» de la zona. Claudia Robles, una de las estudiantes que ha participado y que está realizando su tesis sobre el asentamiento, explica que lo que tratan de ver es si hubo «una sacralización o cristianización» , ya que «han aparecido restos, por ejemplo, de cerdo, incompatible con un asentamiento hebreo». También fracciones de vieiras, «que están muy asociadas al Camino de Santiago», lo que hace pensar que «hubo una presencia cristiana una vez que los judíos lo abandonaron».
Con azadas, picos y palas en la mano todavía están en el yacimiento de El Castrico, en el municipio de Rabanales (Zamora). El arqueólogo Francisco Javier González de la Fuente es uno de los tres codirectores de esta iniciativa impulsada por Zamora ProtoHistorica, una asociación que busca el conocimiento, la protección y difusión del patrimonio arqueológico de la provincia. Tras ocho años de trabajos, «nos hemos convertido en parte de lo que ocurre en verano en el pueblo, igual que las fiestas», comenta con humor. Este 2025 han adelantado un poco la campaña. Comenzaron el 21 de julio y concluirán el próximo 9 de agosto. Junto a los técnicos, quince voluntarios y algún joven del pueblo que ha crecido viendo excavar el enclave.
Los trabajos, financiados por la Junta a través de los fondos Interreg, se centran en dos lugares. Uno es el entorno de la Iglesia de la Encarnación, donde se han propuesto «documentar lo mejor posible la necrópolis, seguramente medieval». Creen que pudo estar localizado junto a una antigua iglesia románica previa a la actual, que data del siglo XVI y en cuyas paredes ha quedado empotrado «algún resto estilístico» de la anterior, apunta el arqueólogo. El otro enclave en el que trabajan es en ‘El Castrico’, un yacimiento del que han encontrado indicios de que estuvo habitado desde la Segunda Edad de Hierro hasta la época romana. Lo hallado años atrás les remitía a la época del Alto Imperio, pero «en 2024 aparecieron un par de monedas de la época de Constantino», lo que amplía su ocupación el yacimiento a la época Bajo Imperio. Detalla el arqueólogo que durante la campaña están «abiertos a visitas de cualquier tipo», y que antes de finalizar tienen por costumbre organizar una jornada de puertas abiertas para explicar los trabajos realizados. Este año será el 8 de agosto. Opina que es una forma de explicar a los vecinos el valor del enclave: «No era un yacimiento conocido y se pensaba que estaba muy arrasado (…) Nos encontramos muchas zanjas rellenadas del expolio».
En la provincia de Palencia, esta misma semana comenzarán los trabajos en el Alto de la Morterona, en el yacimiento de Saldania, junto a la actual localidad de Saldaña. Del 7 al 13 de agosto excavarán tres zonas distintas del poblado y «continuaremos con el georadar, con el que llevamos ya dos años», detalla el arqueólogo Jaime Gutiérrez. Su propósito es «comprobar si los resultados que hemos visto en las imágenes concuerdan con la realidad».
Se refiere a parte de la trama urbana de la urbe vacceo-romana que salió a la luz con la prospección. En ella pudieron vislumbrar la planta de varios edificios , entre ellos unas termas públicas. Este yacimiento, uno de los más extensos de la provincia –son casi 60 hectáreas de las que han prospectado cerca de 10– se localiza a pocos kilómetros de la villa romana de La Olmeda, algo que los expertos ven como una oportunidad para relacionar la vida urbana y el desarrollo de villas tardías en el medio rural a partir del siglo III d. C.
Junto a Jaime Gutiérrez, en el proyecto trabajan el arqueólogo Carlos Cáceres y Jesús García, investigador del Instituto de Arqueología de Mérida, así como «otras cinco personas» que participarán en la excavación. «¡Ojalá consigamos tener unos restos estructurales que en un futuro puedan ponerse en valor!», desea el experto, aunque apunta que «cualquier resultado es ilusionante» y ayudaría a que los habitantes del entorno se den cuenta de su potencial «y si ven piteros, lo denuncien». «Sigue yendo gente con detectores de metales. Por desgracia el año pasado encontramos hoyos de furtivos», lamenta.
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