Después de las exitosas ediciones de Madrid, en 1986, y especialmente las de Barcelona en 2003 y 2013, la Real Federación Española de Natación (RFEN) cuenta con el respaldo de World Aquatics para que en el 2031 los Mundiales regresen al territorio español. Había tres federaciones que se postularon para organizar los siguientes campeonatos después de los que se celebren en Budapest en el 2027. Pekín organizará los del 2029. Tiene el Cubo de Agua como gran instalación y es una garantía por todo lo que lleva acumulado y sus estrechas relaciones con la federación internacional. España y Australia deberían repartirse los siguientes.
La RFEN ya se ha reunido de manera interna con estas comunidades y tiene el sí de World Aquatics, pero queda lo difícil: la luz verde del Gobierno para obtener la financiación
Después de las exitosas ediciones de Madrid, en 1986, y especialmente las de Barcelona en 2003 y 2013, la Real Federación Española de Natación (RFEN) cuenta con el respaldo de World Aquatics para que en el 2031 los Mundiales regresen al territorio español. Había tres federaciones que se postularon para organizar los siguientes campeonatos después de los que se celebren en Budapest en el 2027. Pekín organizará los del 2029. Tiene el Cubo de Agua como gran instalación y es una garantía por todo lo que lleva acumulado y sus estrechas relaciones con la federación internacional. España y Australia deberían repartirse los siguientes.
World Aquatics le comunicó a la federación del país oceánico la conveniencia de organizarlo en el 2033, justo después de los Juegos Olímpicos de Brisbane un año antes. Por lo que la edición para el de España es la del 2031. Hay poco margen para que el puzle se complete porque el presidente de la RFEN, Fernando Carpena, tiene que comunicar la decisión en septiembre. Ya le ha dicho al organismo que no esperará más y que si no sale adelante España renunciará.
Los dos principales retos son de financiación y en concepto de legado. Organizar unos Mundiales cuesta entre 100 y 120 millones de euros cogiendo como ejemplo las últimas ediciones celebradas en Fukuoka, Doha y Singapur, aunque hay letra pequeña. “Los de Barcelona 2013 los hicimos por 48, pero era otro contexto”, advierte el presidente, que además cuenta con la logística y el respaldo de la federación internacional y sus patrocinadores. Para dar ese primer paso es necesario que las instituciones garanticen la financiación como hicieron, por ejemplo, con la Ryder Cup, aunque fue un proceso farragoso y de años de negociaciones. No será un proyecto de una ciudad sino de Estado.
El legado es otra de las cuestiones pendientes. El presidente, como ya comentó en más de una ocasión, quiere que en España se construya una instalación apropiada para acoger grandes campeonatos, también los Nacionales. Los requisitos son un centro acuático con una capacidad mínima de 2.500 espectadores y todos los acondicionamientos que se necesitan: piscina de calentamiento, de competición y torre de saltos.
El inacabado Centro Acuático de Madrid, que se quedó a medias en el intento fallido de la capital española de albergar unos Juegos, está en vías de convertirse en un pabellón para acoger conciertos.
Barcelona, cuna de los deportes de agua, no tiene una instalación de referencia. En los últimos Mundiales se tuvo que adecuar el Palau Sant Jordi y la piscina Bernat Picornell se ha quedado obsoleta: en los Europeos de waterpolo del 2018 necesitó una actualización.
Lo ideal serían dos ciudades como sede; Madrid, Sevilla, Valencia y Barcelona ya se han posicionado
La RFEN ya se ha reunido con cuatro comunidades autónomas que estarían interesadas en albergar el campeonato en un formato multisede. Lo ideal serían dos ciudades. Las que se posicionaron y escucharon a la RFEN fueron Madrid, Sevilla, Barcelona y Valencia. “Ya le hemos transmitido al CSD el interés de estas ciudades y su compromiso a involucrarse en este proyecto de Estado”, aseguró el presidente.
No obstante, Barcelona por el momento no mostró su interés, quedó en stand by. Las otras tres ciudades son ahora mismo las que sí han expresado su deseo de formar parte.
Una buena fórmula sería repartirlo entre dos ciudades más próximas, teniendo en cuenta que los Mundiales abarcan alrededor de tres semanas (más después los másters) y cuentan con hasta seis disciplinas.
Los deportes acuáticos han finalizado sextos en el medallero de estos Mundiales de Singapur. España marca tendencia en natación artística y en waterpolo, con décadas de éxitos notorios y atravesando ahora uno de los mejores momentos de su historia. Las aguas abiertas han contado con un repunte en categoría femenina, mientras que los saltos y la natación han realizado un campeonato más discreto. Como ocurrió en Barcelona 2013, unos Mundiales pueden ser un acicate para la evolución de estos dos últimos deportes.
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