La Universidad Pontificia de Salamanca (UPSA) ha presentado recientemente las nuevas instalaciones acondicionadas en el edificio Germán Sánchez Ruipérez para albergar las titulaciones de Fisioterapia y Nutrición Humana y Dietética. En su puesta en marcha ha invertido más de siete millones de euros, cifra que se divide entre su adquisición en 2023, por un importe de 3,5 millones de euros, y la «reforma» y «renovación integral» que la siguieron. El lugar cuenta con «laboratorios, gimnasios y todo tipo de medios de última generación». «Así, conseguiremos que estos grados sean punteros en toda España», explicaba el rector de la UPSA, Santiago García-Jalón de la Lama, en la presentación de las obras. La remodelación ha incluido la creación de cinco laboratorios específicos de nutrición y uno de anatomía. A los que se suma una sala y varias consultas para tratamientos de fisioterapia, nueve aulas, despachos, espacios comunes y una capilla. En cuanto a los instalaciones docentes, se han digitalizado mediante pizarras interactivas, conexiones de alta velocidad y equipamiento audiovisual «de última generación». También se han adecuado los lugares de uso común a las nuevas necesidades de los profesores. Se ha trabajado con una «adaptación plena a criterios de accesibilidad universal» en mente, lo que ha conllevado la construcción de vestuarios y aseos accesibles, y la de una entrada al edificio desde la calle Peña Primera. El arquitecto de la Universidad, José Arribas Mínguez, destacó este enfoque en la renovación de infraestructuras como una de las áreas clave de la transformación, que garantiza que todos -estudiantes, profesores y personal- puedan disfrutar de un «entorno inclusivo, seguro y moderno».El cambio de los ascensores ha garantizado el acceso a todas las plantas, que ahora cuentan con un «mejor aislamiento térmico y acústico». Además de mobiliario moderno e instalaciones eléctricas y de datos, fontanería y climatización renovadas. El cuidado del medioambiente ha sido encauzado gracias a la incorporación de «medidas de eficiencia energética y reducción de la huella ecológica», apuntaron desde la universidad salmantina. Tras la reforma efectuada, la superficie construida de la edificación es de 2.620 metros cuadrados, distribuida en 7 plantas, del sótano a la sexta.Realizados ya los preparativos, la Universidad Pontificia se abre a un crecimiento brillante. En el curso 2025-2026, el edificio acoge 202 alumnos: 156 correspondientes a los tres primeros cursos del grado en Fisioterapia, y 46 entre primero y segundo del grado en Nutrición Humana y Dietética. Si bien, la idea es llegar a unos 360 estudiantes cuando se implanten todos los cursos de ambas titulaciones.El equipamientoEn un futuro, la enseñanza en Fisioterapia dispondrá de un servicio clínico de carácter asistencial, que permitirá a los alumnos realizar prácticas tutorizadas. En cuanto a su apertura al público, la decana de la Facultad de Ciencias de la Salud, María Paz Quevedo, anunció que habrá que esperar, al menos, un año hasta que tanto estudiantes como profesores se asienten en las nuevas instalaciones. Entre los espacios más destacados en la actualidad del citado grado está la sala de tratamiento, que cuenta con herramientas de «última generación», como un ecógrafo y el equipo Phenix, concebido como una «solución» para los especialistas en pelviperineología, es decir, en los problemas relacionados con el suelo pélvico. Incluye, además, el laboratorio de anatomía y sus modelos de vanguardia, «abiertos a estudiantes de otras titulaciones de la Facultad de Ciencias de la Salud».Noticia Relacionada estandar Si La Universidad de la Experiencia bate «récord» de alumnos Miriam Antolín Mañueco compromete una subida del 30 por ciento en la financiación para el próximo cursoEn cuanto a las instalaciones para Nutrición y Dietética, dispone de cinco laboratorios de bioquímica, microbiología y bromatología, uno polivalente y otro exclusivo de nutrición. Están equipados con microscopios, autoclave para la esterilización del material; equipo de PCR, muy utilizado en la investigación para amplificar el ADN de muestras humanas, así como una cocina muy completa y equipada con una gran cantidad de menaje.Las obras realizadas forman parte del Plan de Actualización y Modernización de Espacios y Equipamientos de la UPSA, una «iniciativa estratégica» que busca reforzar la proyección nacional e internacional de la institución. En este caso, el protagonista ha sido un edificio reputado. Construido en 1985, según el proyecto del arquitecto Pablo Andrés Bravo, en su vida pasada se le conoció como sede de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez, que recibía su nombre del reconocido editor homónimo. La Universidad Pontificia de Salamanca (UPSA) ha presentado recientemente las nuevas instalaciones acondicionadas en el edificio Germán Sánchez Ruipérez para albergar las titulaciones de Fisioterapia y Nutrición Humana y Dietética. En su puesta en marcha ha invertido más de siete millones de euros, cifra que se divide entre su adquisición en 2023, por un importe de 3,5 millones de euros, y la «reforma» y «renovación integral» que la siguieron. El lugar cuenta con «laboratorios, gimnasios y todo tipo de medios de última generación». «Así, conseguiremos que estos grados sean punteros en toda España», explicaba el rector de la UPSA, Santiago García-Jalón de la Lama, en la presentación de las obras. La remodelación ha incluido la creación de cinco laboratorios específicos de nutrición y uno de anatomía. A los que se suma una sala y varias consultas para tratamientos de fisioterapia, nueve aulas, despachos, espacios comunes y una capilla. En cuanto a los instalaciones docentes, se han digitalizado mediante pizarras interactivas, conexiones de alta velocidad y equipamiento audiovisual «de última generación». También se han adecuado los lugares de uso común a las nuevas necesidades de los profesores. Se ha trabajado con una «adaptación plena a criterios de accesibilidad universal» en mente, lo que ha conllevado la construcción de vestuarios y aseos accesibles, y la de una entrada al edificio desde la calle Peña Primera. El arquitecto de la Universidad, José Arribas Mínguez, destacó este enfoque en la renovación de infraestructuras como una de las áreas clave de la transformación, que garantiza que todos -estudiantes, profesores y personal- puedan disfrutar de un «entorno inclusivo, seguro y moderno».El cambio de los ascensores ha garantizado el acceso a todas las plantas, que ahora cuentan con un «mejor aislamiento térmico y acústico». Además de mobiliario moderno e instalaciones eléctricas y de datos, fontanería y climatización renovadas. El cuidado del medioambiente ha sido encauzado gracias a la incorporación de «medidas de eficiencia energética y reducción de la huella ecológica», apuntaron desde la universidad salmantina. Tras la reforma efectuada, la superficie construida de la edificación es de 2.620 metros cuadrados, distribuida en 7 plantas, del sótano a la sexta.Realizados ya los preparativos, la Universidad Pontificia se abre a un crecimiento brillante. En el curso 2025-2026, el edificio acoge 202 alumnos: 156 correspondientes a los tres primeros cursos del grado en Fisioterapia, y 46 entre primero y segundo del grado en Nutrición Humana y Dietética. Si bien, la idea es llegar a unos 360 estudiantes cuando se implanten todos los cursos de ambas titulaciones.El equipamientoEn un futuro, la enseñanza en Fisioterapia dispondrá de un servicio clínico de carácter asistencial, que permitirá a los alumnos realizar prácticas tutorizadas. En cuanto a su apertura al público, la decana de la Facultad de Ciencias de la Salud, María Paz Quevedo, anunció que habrá que esperar, al menos, un año hasta que tanto estudiantes como profesores se asienten en las nuevas instalaciones. Entre los espacios más destacados en la actualidad del citado grado está la sala de tratamiento, que cuenta con herramientas de «última generación», como un ecógrafo y el equipo Phenix, concebido como una «solución» para los especialistas en pelviperineología, es decir, en los problemas relacionados con el suelo pélvico. Incluye, además, el laboratorio de anatomía y sus modelos de vanguardia, «abiertos a estudiantes de otras titulaciones de la Facultad de Ciencias de la Salud».Noticia Relacionada estandar Si La Universidad de la Experiencia bate «récord» de alumnos Miriam Antolín Mañueco compromete una subida del 30 por ciento en la financiación para el próximo cursoEn cuanto a las instalaciones para Nutrición y Dietética, dispone de cinco laboratorios de bioquímica, microbiología y bromatología, uno polivalente y otro exclusivo de nutrición. Están equipados con microscopios, autoclave para la esterilización del material; equipo de PCR, muy utilizado en la investigación para amplificar el ADN de muestras humanas, así como una cocina muy completa y equipada con una gran cantidad de menaje.Las obras realizadas forman parte del Plan de Actualización y Modernización de Espacios y Equipamientos de la UPSA, una «iniciativa estratégica» que busca reforzar la proyección nacional e internacional de la institución. En este caso, el protagonista ha sido un edificio reputado. Construido en 1985, según el proyecto del arquitecto Pablo Andrés Bravo, en su vida pasada se le conoció como sede de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez, que recibía su nombre del reconocido editor homónimo.
La Universidad Pontificia de Salamanca (UPSA) ha presentado recientemente las nuevas instalaciones acondicionadas en el edificio Germán Sánchez Ruipérez para albergar las titulaciones de Fisioterapia y Nutrición Humana y Dietética. En su puesta en marcha ha invertido más de siete millones de euros, cifra que … se divide entre su adquisición en 2023, por un importe de 3,5 millones de euros, y la «reforma» y «renovación integral» que la siguieron. El lugar cuenta con «laboratorios, gimnasios y todo tipo de medios de última generación». «Así, conseguiremos que estos grados sean punteros en toda España», explicaba el rector de la UPSA, Santiago García-Jalón de la Lama, en la presentación de las obras. La remodelación ha incluido la creación de cinco laboratorios específicos de nutrición y uno de anatomía. A los que se suma una sala y varias consultas para tratamientos de fisioterapia, nueve aulas, despachos, espacios comunes y una capilla.
En cuanto a los instalaciones docentes, se han digitalizado mediante pizarras interactivas, conexiones de alta velocidad y equipamiento audiovisual «de última generación». También se han adecuado los lugares de uso común a las nuevas necesidades de los profesores. Se ha trabajado con una «adaptación plena a criterios de accesibilidad universal» en mente, lo que ha conllevado la construcción de vestuarios y aseos accesibles, y la de una entrada al edificio desde la calle Peña Primera. El arquitecto de la Universidad, José Arribas Mínguez, destacó este enfoque en la renovación de infraestructuras como una de las áreas clave de la transformación, que garantiza que todos -estudiantes, profesores y personal- puedan disfrutar de un «entorno inclusivo, seguro y moderno».
El cambio de los ascensores ha garantizado el acceso a todas las plantas, que ahora cuentan con un «mejor aislamiento térmico y acústico». Además de mobiliario moderno e instalaciones eléctricas y de datos, fontanería y climatización renovadas. El cuidado del medioambiente ha sido encauzado gracias a la incorporación de «medidas de eficiencia energética y reducción de la huella ecológica», apuntaron desde la universidad salmantina. Tras la reforma efectuada, la superficie construida de la edificación es de 2.620 metros cuadrados, distribuida en 7 plantas, del sótano a la sexta.
Realizados ya los preparativos, la Universidad Pontificia se abre a un crecimiento brillante. En el curso 2025-2026, el edificio acoge 202 alumnos: 156 correspondientes a los tres primeros cursos del grado en Fisioterapia, y 46 entre primero y segundo del grado en Nutrición Humana y Dietética. Si bien, la idea es llegar a unos 360 estudiantes cuando se implanten todos los cursos de ambas titulaciones.
El equipamiento
En un futuro, la enseñanza en Fisioterapia dispondrá de un servicio clínico de carácter asistencial, que permitirá a los alumnos realizar prácticas tutorizadas. En cuanto a su apertura al público, la decana de la Facultad de Ciencias de la Salud, María Paz Quevedo, anunció que habrá que esperar, al menos, un año hasta que tanto estudiantes como profesores se asienten en las nuevas instalaciones.
Entre los espacios más destacados en la actualidad del citado grado está la sala de tratamiento, que cuenta con herramientas de «última generación», como un ecógrafo y el equipo Phenix, concebido como una «solución» para los especialistas en pelviperineología, es decir, en los problemas relacionados con el suelo pélvico. Incluye, además, el laboratorio de anatomía y sus modelos de vanguardia, «abiertos a estudiantes de otras titulaciones de la Facultad de Ciencias de la Salud».
En cuanto a las instalaciones para Nutrición y Dietética, dispone de cinco laboratorios de bioquímica, microbiología y bromatología, uno polivalente y otro exclusivo de nutrición. Están equipados con microscopios, autoclave para la esterilización del material; equipo de PCR, muy utilizado en la investigación para amplificar el ADN de muestras humanas, así como una cocina muy completa y equipada con una gran cantidad de menaje.
Las obras realizadas forman parte del Plan de Actualización y Modernización de Espacios y Equipamientos de la UPSA, una «iniciativa estratégica» que busca reforzar la proyección nacional e internacional de la institución. En este caso, el protagonista ha sido un edificio reputado. Construido en 1985, según el proyecto del arquitecto Pablo Andrés Bravo, en su vida pasada se le conoció como sede de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez, que recibía su nombre del reconocido editor homónimo.
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