La entidad que preside Carlos Torres sufre la mayor caída en cuota entre particulares de todo el sector, hasta el 16,5%. Santander le pisa los talones al mejorar sus cifras, mientras ING se distancia de Sabadell Leer La entidad que preside Carlos Torres sufre la mayor caída en cuota entre particulares de todo el sector, hasta el 16,5%. Santander le pisa los talones al mejorar sus cifras, mientras ING se distancia de Sabadell Leer
Diecisiete meses de OPA son muchos y el cansancio de una operación de esta magnitud se ha hecho sentir en la clientela de ambas entidades. BBVA, en mayor medida, y Banco de Sabadell han perdido cuota de mercado durante el casi año y medio que se prolonga ya la oferta hostil lanzada por la entidad que preside Carlos Torres en mayo de 2024 y lo han hecho en el segmento que más duele, entre los clientes de mayor vinculación. BBVA ha visto caer su cuota de mercado como banco principal hasta el 16,5% en 2025 -frente al 17,5% del año pasado-, en la que es la mayor caída de todo el sector bancario nacional, según datos elaborados por Grupo Inmark, empresa de estudios de mercado independiente que trabaja para los principales bancos del país. En el caso de Banco Sabadell la pérdida es residual, ya que su cuota entre particulares pasa del 5,9% al 5,8% durante el tiempo que ha durado la OPA, pero se aleja de ING que toma distancia por encima.
«Ha sido un proceso demasiado largo y de tantas idas y venidas que las entidades hubieran hecho un mejor uso de sus energías en otras direcciones», comentaba hace solo una semana el gobernador del Banco de España, José Luis Escrivá, en el XVI Encuentro Financiero organizado por Expansión y KPMG. Y los datos le dan la razón. La pérdida de cuota de mercado lleva a BBVA a volver a niveles de 2023, con tasas del 16,5% para quienes tienen en BBVA su banco de referencia (con domiciliación de nómina, pago de recibos o transferencias) en plena ofensiva jurídica, financiera y dialéctica por hacerse con Sabadell, que se ha dilatado enormemente en el tiempo debido al intervencionismo del Gobierno, que impuso condiciones excepcionales a la fusión, como la imposibilidad de que, llegado el caso, desaparezca la independencia y la ‘marca Sabadell’ en un periodo de tres años como mínimo.
Esta circunstancia ha sido aprovechada por la competencia para rascar parte de esa cuota de mercado. Se han lanzado, de hecho, campañas publicitarias específicas para captar a su clientela. «Como hay bancos que están que si se fusionan o no se fusionan, hemos pensado darte 500 euros y ya te fusionas tú con nosotros», decía la campaña de Abanca, que parece haber dado sus frutos.
Las cifras recogidas por Grupo Inmark revelan que Banco Santander es uno de los grandes beneficiados, junto a ING, la mencionada Abanca, Bankinter, Imagin [de CaixaBank]y, en última instancia, Revolut, estos dos últimos entre el público más joven. La entidad que preside Ana Botín ha logrado convertirse en el banco principal para el 15,8% de los españoles que tienen cuenta bancaria, 0,5 puntos porcentuales más que antes de que arrancara la OPA. Suficiente para seguir reduciendo la distancia con BBVA otro año más y situarse a 0,7 puntos de un posible sorpasso por clientes en España. Fuentes del sector consultadas por EL MUNDO creen que la caída en cuota de BBVA los dos últimos años responde a «una tendencia» que contrasta con los ejercicios anteriores de mayor crecimiento y que justifican «bien por haber puesto el foco sobre la OPA como también por un posible agotamiento de su plan de atracción en el segmento de particulares» donde han emergido muchos competidores, sobre todo, en el terreno online, como neobancos u otros actores que también lanzaron campañas agresivas para captar clientes a través de una cuenta por Internet.
ING consiguió en el año 2023 adelantar a Sabadell en cuota de mercado entre particulares como entidad de referencia. Pues bien, esa carrera continúa. La entidad naranja aumentó, de nuevo, su presencia entre particulares hasta el 6,7% (0,3 puntos por encima de 2024), y expande así su distancia frente a Sabadell, que se queda en el 5,8%, una décima menos que antes de que arrancara la OPA, según datos de la consultora.
Grupos como el gallego Abanca se colocan ya por encima del 3% en cuota de mercado como banco principal gracias a su crecimiento entre particulares; Bankinter sube al 2,2% (desde el 2,1% previo) y es especialmente relevante el crecimiento de Imagin que crece del 0,9% al 1,5%; que contrasta con la pérdida del 0,5% de CaixaBank, la primera entidad española, con una cuota del 27,4% como banco de referencia y que llega a rozar el 38% en términos de penetración total, que es el porcentaje de personas que tienen a CaixaBank entre uno de sus bancos, aunque no sea el principal, y que permanece inamovible un año más.
Es una semana de calma tensa. Faltan cuatro días para conocer cuál es el resultado de la OPA, que desvelará la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) el próximo viernes al mercado. Hasta entonces todas las opciones siguen abiertas teniendo en cuenta las cifras contradictorias ofrecidas por ambas entidades sobre qué inversores institucionales estaban dispuestos a suscribir la operación.
El accionista de Sabadell sabrá este viernes cuál es su futuro, al menos a corto plazo. Si la OPA, como así defiende BBVA, supera el umbral de aceptación del 50%, se daría por finalizado un periplo de casi año y medio con la constatación de la fusión, en el tiempo y forma que fijó el consejo de ministros. La entidad que preside Carlos Torres calcula que desde 2027 la operación generará unas sinergias operativas de 175 millones de euros y que en 2029 se alcanzará ya la totalidad de ahorros previstos, con 835 millones de euros, a lo que suma otros 65 millones en costes financieros. Sabadell, por su parte, cree que esta hoja de ruta no es realista y retrasa la consecución de estas sinergias a tres años efectivos después de la fusión que, siguiendo con lo impuesto por el Gobierno, no se podrá producir hasta 2029; es decir, de cara a 2032.
La opción a la que el mercado da más probabilidades es que el respaldo a la OPA quede entre el 30% y el 50% de los derechos de voto. Esto obligará a BBVA a elegir entre renunciar al mínimo de aceptación y lanzar una segunda oferta en metálico a un precio acordado con CNMV; o a retirarse si ese precio es superior, según lo que ha deslizado en sus declaraciones Carlos Torres los últimos días. Esa hipotética segunda OPA se lanzaría en el plazo de un mes, y el regulador anunciará el viernes el criterio a seguir para fijar lo que se conoce como ‘precio equitativo’. Y todavía existe una tercera posibilidad y es que la OPA fracase al no recabar ni siquiera un 30% de apoyos.
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