Bruselas no va a ser un obstáculo para la reunión que quieren mantener pronto el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el presidente ruso, Vladímir Putin, en Budapest. Es decir, en Hungría, uno de los países que conforman el bloque comunitario, que han aprobado 18 paquetes de sanciones —y negocia el 19º— contra Rusia y que están reforzando sus sistemas de defensa por la alarma que genera la amenaza rusa.
La Comisión Europea deja en manos de los países comunitarios la decisión de abrir su espacio aéreo a los aviones rusos
Bruselas no va a ser un obstáculo para la reunión que quieren mantener pronto el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el presidente ruso, Vladímir Putin, en Budapest. Es decir, en Hungría, uno de los países que conforman el bloque comunitario, que han aprobado 18 paquetes de sanciones —y negocia el 19º— contra Rusia y que están reforzando sus sistemas de defensa por la alarma que genera la amenaza rusa.
“Vivimos en el mundo real”, ha sostenido el portavoz comunitario Olof Gill. “Las reuniones no siempre se celebran en el orden o formato exactos que nos gustaría, pero si, independientemente de cómo se desarrollen, nos acercan a una paz justa y duradera para Ucrania, entonces debemos acogerlas con satisfacción”, ha justificado, diciendo que es la postura de la presidenta Ursula von der Leyen.
El Ejecutivo comunitario señala que no existen prohibiciones de entrada a Putin y Lavrov
Es decir, si esta reunión sirve para allanar el camino hacia un alto el fuego en Ucrania, para el Ejecutivo comunitario no hay ningún problema con que se celebre. Ni siquiera que Putin y su ministro de Exteriores pisen suelo europeo: la portavoz de Exteriores, Anitta Hipper, ha señalado este viernes que no existe una prohibición expresa para entrar en la UE sobre el presidente ruso y Serguéi Lavrov. “La reunión no ha sido confirmada y no comentaremos escenarios hipotéticos, pero no existen prohibiciones de entrada”, ha indicado Hipper.
Desde anoche la pregunta que sobrevuela en Bruselas es si Putin podría ser detenido en el caso de pisar suelo europeo. El mandatario ruso ha limitado mucho sus viajes al extranjero desde que, hace dos años, la Corte Penal Internacional (CPI), con sede en La Haya, emitiera una orden de arresto contra él como presunto responsable de la deportación ilegal de niños ucranianos trasladados por la fuerza de las zonas ocupadas de Ucrania a Rusia. Putin está evitando los países que han ratificado el Estatuto de Roma (el tratado de este tribunal) para no correr riesgos.
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La Corte ha recordado este viernes a Hungría que debería arrestar al dirigente ruso si aterriza en su país. Sin embargo, Hungría comenzó en marzo el proceso de retirarse de la CPI pese a ser un miembro fundador, porque, como Trump, considera que este tribunal está políticamente sesgado. El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, ya recibió con todos los honores al primer ministro israelí, Beniamin Netanyahu, desafiando la orden de detención emitida contra él por la CPI por su presunta responsabilidad en crímenes de guerra cometidos en la franja de Gaza.
Preguntada por qué puede suceder en el caso de que Putin sobrevuele otros países comunitarios que sí respetan la CPI —también podría alcanzar Hungría desde los Balcanes—, Hipper ha sostenido que la decisión de abrir el espacio aéreo a aviones rusos corresponde a cada Estado miembro.
La reunión, de producirse la semana que viene, encontraría a los líderes comunitarios reunidos en Bruselas con el fin de resolver los problemas técnicos que rodean la idea de utilizar los activos congelados rusos para dar un préstamo de 140.000 millones a Ucrania; negociando los últimos escollos para que bendigan el 19º paquete de sanciones —un conjunto de medidas diseñadas, entre otras cosas, para tratar de impedir que la economía rusa siga beneficiándose de la venta de energías fósiles—; o discutiendo la última propuesta comunitaria para diseñar un muro de drones frente a Rusia de cara al 2027.
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