Uno de los aforismos de Mao que más gustan a Xi Jinping es el que reza que “el partido debe mandar sobre el fusil, nunca el fusil sobre el partido”. El presidente chino lo puso en práctica hace una década, para consolidar su autoridad, y lo ha vuelto a hacer esta semana de sesión plenaria del Comité Central. Desde el viernes pasado se conocía la caída en desgracia del número dos del ejército, He Weidong, junto a otros ocho generales, “por graves violaciones disciplinarias” y presuntos delitos de corrupción “de una extraordinaria cuantía”.
El plenario del Comité Central prioriza el aumento del consumo doméstico en su próximo plan quinquenal
Uno de los aforismos de Mao que más gustan a Xi Jinping es el que reza que “el partido debe mandar sobre el fusil, nunca el fusil sobre el partido”. El presidente chino lo puso en práctica hace una década, para consolidar su autoridad, y lo ha vuelto a hacer esta semana de sesión plenaria del Comité Central. Desde el viernes pasado se conocía la caída en desgracia del número dos del ejército, He Weidong, junto a otros ocho generales, “por graves violaciones disciplinarias” y presuntos delitos de corrupción “de una extraordinaria cuantía”.
Este jueves se ha anunciado que su sustituto es, precisamente, el general que dirigía la Comisión Central de Inspección Disciplinaria, Zhang Shengmin, que pasa a ser vicepresidente de la Comisión Militar Central, junto al veterano Zhang Youxia.
Por encima de ambos, en cualquier caso, se encuentra el presidente Xi Jinping, no solo de forma teórica, como su predecesor Hu Jintao, sino de forma práctica, como lo estaban Jiang Zemin, Deng Xiaoping y, por descontado, Mao Zedong.
La remoción en la cúpula militar, sin que le tiemble la mano a Xi, abunda en su lema de que la lucha anticorrupción “lo mismo vale para los tigres que para las moscas”. Algo que el chino de la calle aplaude, aunque no sea del todo exacto. Las condenas a muerte -casi siempre conmutadas en cadena perpetua- parecen reservadas a civiles (empresarios, funcionarios y hasta ministros), nunca a militares.
En cualquier caso, los últimos cuatro días del plenario anual han servido para poner en claro las líneas maestras del próximo plan quinquenal (2026-2030). En gran medida, de continuidad con los dos anteriores, con un gran énfasis en la autosuficiencia tecnológica. Aaunque en esta ocasión, se ponga demás el acento en aumentar el nivel de vida de la población y su capacidad de consumo.
Cabe decir que el crecimiento del PIB de China se ha moderado y seguramente no alcanzaría el objetivo anual del 5% sin grandes estímulos públicos. Pero aun así multiplica varias veces las previsiones para EE.UU., la UE o el Reino Unido, y no digamos de Japón o Corea del Sur. Es decir, muchos de sus principales mercados de exportación, en horas bajas.
El objetivo último sigue siendo convertirse “en un país socialista moderno” en 2049, centenario de la República Popular de China. La meta volante es 2035, cuando esperan haberse convertido en un país “moderadamente próspero”, sin las actuales disparidades.
A finales de siglo, Deng Xiaoping decía que enriquecerse era maravilloso y que no pasaba nada “si unos lo hacían antes que otros”. Sin embargo, Xi Jinping heredó un nivel de desigualdad que amenazaba con deslegitimar al Partido Comunista. Extender la red de protección social, casi inexistente hace quince años y hoy todavía exigua, es otra de las prioridades del decimoquinto plan quinquenal.
El cónclave del Comité Central, al que habrían asistido 168 de sus 205 miembros permanentes, se celebró durante cuatro días, a puerta cerrada. En su conclusión, este jueves, se ha difundido una lista de 14 miembros expulsados del Comité Central “por graves violaciones de la disciplina y la ley”. El presidente Xi Jinping -que empezó su mandato el mismo año en que Nicolas Sarkozy terminó el suyo en Francia- está donde está, en parte, por su fama de incorruptible, que acompañó su ascenso.
Por la duración de su presidencia -que supera los dos mandatos de sus predecesores inmediatos- Xi también se ha visto en la rara obligación de suspender a muchos generales que habían ascendido con su aprobación. En no pocos casos, gracias a la confianza forjada durante su etapa previa como gobernador Fujian, frente al estrecho de Taiwán.
El golpe de mano de Xi y los otros seis miembros del Comité Permanente del Politburó (entre ellos el primer ministro Li Qiang) no deja lugar a dudas sobre dónde reside el poder en China. Asimismo, a partir de este viernes, el gobierno de Pekín manda a su principal negociador comercial, He Lifeng (uno de los 24 miembros del Politburó) a Kuala Lumpur, a entrevistarse con el secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, al margen de la cumbre de ASEAN (sudeste asiático). e
La forma en que se desarrolle la cita en Malasia podría decidir la suerte del encuentro de la semana que viene, no cerrado, entre Donald Trump y Xi Jinping. Ambos participarán, en Corea del Sur, en la cumbre Asia-Pacífico (APEC). Pero al propio Trump se le espera antes, entre este sábado y domingo, en la citada reunión de ASEAN.
Con quien seguro que no se encontrará es con el primer ministro Narendra Modi, que hoy ha dicho que intervendrá finalmente por videoconferencia. Los últimos movimientos en Europa y Estados Unidos, apretando las tuercas para que tanto las empresad de China como India dejen de adquirir petróleo ruso o de lo contrario se enfrenten a sanciones, podrían haber precipitado la decisión.
No en vano, los diálogoso de Kuala Lumpur se verán zarandeados por varios acontecimientos relacionados de las dos últimas semanas. Por un lado, el gobierno holandés, bajo presunta presión estadounidense, intervino el fabricante de chips Nexperia, desde 2019 propiedad de la multinacional china Wingtech. Para Pekín era la gota que colmaba el vaso. La respuesta casi inmediata fue vetar la exportación de los chips que la propia Nexperia fabrica en China.
Volkswagen dice que afectará a su producción de coches como el Golf, en Wolfsburg, desde la semana que viente. Está por ver cuándo y de qué modo podrían verse afectadas otras marcas del grupo.
En el colmo de las paradojas, desde la China comunista se protesta “contra la erosión del espíritu contractual y de los principios de mercado”. Ven detrás nuevas formas de proteccionismo. Y advierten, en un editorial de hoy del diario Global News: “Los hechos demuestran que bailar ciegamente al ritmo de la manipulación geopolítica, sacrificando la cooperación pragmática con China, dejará a Europa presa del perjuicio económico por su pasividad estratégica”.
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