«Caiga quien caiga» , así de contundente se mostró el pasado miércoles la presidenta de la Comunidad Foral de Navarra, María Chivite, ante los medios de comunicación cuando anunció que llevaría a cabo una criba en sus filas si persisten las dudas sobre la ‘limpieza’ en su partido. Dicho y hecho. Horas más tarde el vicesecretario del Partido Socialista de Navarra (PSN), portavoz parlamentario y su mano derecha, Ramón Alzórriz, presentaba su dimisión después de comunicarle a Chivite que había pedido a una empresa vinculada con la trama Cerdán, la constructora Servinabar, un puesto de trabajo para su mujer, que finalmente obtuvo en 2021 y ocupó hasta 2024. «Dije caiga quien caiga, y estoy cumpliendo», declaró eeste jueves en una rueda de prensa que convocó de urgencia a las 9.15 de la mañana en el Parlamento de Navarra.Visiblemente molesta y en solitario, Chivite trató de zafarse de los comunicadores que insistían en si iba a tomar más medidas o asumir responsabilidades por la ya apodada «rama navarra» del conocido ‘caso Koldo’ que ha destapado el mismo informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil que se cobró el cargo y el escaño del número tres del Partido Socialista Santos Cerdán presuntamente por cobrar mordidas en adjudicaciones de obra pública. Chivite, por lo pronto, no va a dimitir. Lo dijo ella mismas el pasado miércoles y lo repitió este jueves: «La presidenta Chivite no ha adjudicado obras. Los altos cargos jamás intervienen». La presidenta navarra sacando una página del ‘Manual de resistencia’ del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y, tras secarse las lágrimas, amaga con aguantar a cualquier coste. En un calco de la estrategia marcada por Moncloa tras conocerse, a raíz del informe de la UCO, la implicación de Santos Cerdán, Chivite se mostró en un principio desolada. Literalmente, compareció entre lágrimas el jueves de la semana pasada para referirse al que fuera su «compañero y amigo». «No se corresponde con la persona con la que he compartido mi carrera», afirmó entonces.Noticia Relacionada Presuntas comisiones ilegales estandar No El Gobierno de Navarra se personará en el Tribunal Supremo como acusación en el ‘caso Koldo’ GERARDBONO La presidenta María Chivite dice sentirse «traicionada» por Santos Cerdán y afirma que no conocía la «información» que le vincula con el presunto cobro de comisionesNada que ver con la postura adoptada este miércoles, cuando anunció que había ordenado a su Ejecutivo personarse como acusación en el ‘caso Koldo’ que instruye el Tribunal Supremo para «salvaguardar los intereses de la Comunidad Foral» ante un presunto daño patrimonial. «Me vieron desolada, hoy el sentimiento es otro. De profunda indignación», afirmó. Acababa de conocerse, tras el registro de la casa de Antxon Alonso, propietario y fundador de Servinabar, la participación de Santos Cerdán en esta mercantil investigada por la Guardia Civil. «Que alguien pertenezca a una empresa no quiere decir que el Gobierno haya hecho adjudicaciones ilegales», se defendía.Su círculo, implicadoChivite asumía la pérdida de quien fuera su valedor en la federación socialista, pero la sangría continuaba horas después con la salida de Ramón Alzórriz, su número dos. Esta se produjo en la tarde del miércoles, tras confesarle éste y según explicó él mismo, que su pareja trabajaba en Servinabar. Según planteó en rueda de prensa, fue el propio Alzórriz quien solicitó el puesto al propio Alonso, cuya pareja acabaría ocupando entre 2021 y 2024. Tras hacerse pública la «pérdida de confianza» en el que fuera su vicesecretario, este jueves Chivite volvió a comparecer ante los medios para apuntalar su estrategia de defensa. Negar la presencia de delitos en la adjudicación de los contratos, al mismo tiempo que anuncia una acción de limpieza en el partido. Calificó como un «error» que Alzórriz le ocultase, supuestamente, el vínculo de su familiar con Servinabar, y anunció que este mismo viernes se barajará su sustituto en la dirección del PSN. Pasos que buscan capear el temporal, pero que en la oposición ven del todo insuficientes y desde donde exigen la dimisión de la presidenta navarra. «Ya no hay más excusas […]. Está rodeada de mentira y de corrupción», denunciaba la presidenta de UPN, Cristina Ibarrola tras conocerse la salida de Alzórriz. Son, al menos, seis las adjudicaciones bajo sospecha hechas por el Gobierno navarro, aunque la mayoría previas a la llegada de Chivite en 2019. Estas contratas, que recaían en Servinabar, pasaron por las manos de el Ejecutivo liderado por Uxue Barkos, de Geroa Bai. «No sospeché», dijo este jueves durante una entrevista en Onda Cero, donde sí reconoció que tenía conocimiento de la participación de la organización que es objeto de investigación, pero sin constar evidencias de irregularidades: «Son concesiones que se llevan a cabo con toda limpieza y normalidad». En lo que afecta a Chivite, la oposición le acecha por las obras en el desdoblamiento del túnel de Belate, que sí se adjudicó estando ella al frente del Ejecutivo en enero del año pasado, pero que no figura en el último informe de la Guardia Civil que implica a Santos Cerdán en la trama. Sí existe una denuncia sobre la misma en manos de la Guardia Civil, interpuesta por UPN en septiembre de 2024. Más allá de que acaben desarrollándose más investigaciones que afecten a la misma, los indicios por los que se cuestiona a la presidenta Navarra son diversos. Dicha adjudicación se gestionó desde la Consejería de Cohesión Territorial, al frente de la cual está su tío, Óscar Chivite, desde agosto de 2023. Esta recayó, entre denuncias por irregularidades en el proceso, en la Unión Temporal de Empresas (UTE) conformada por Acciona y Servinabar, sobre la que la UCO sí pone en el foco por las actividades anteriormente mencionadas.Reuniones con AlonsoAdemás, tal y como ya publicó ABC, la propia Chivite, que trata de desmarcarse del asunto, mantuvo al menos cuatro reuniones con Antxon Alonso durante su etapa en el Ejecutivo. Cuestionada el miércoles sobre si esta conexión habría sido posible gracias a Santos Cerdán, dijo no acordarse de si había hablado en alguna ocasión con él sobre Servinabar. Antes, en sede parlamentaria, preguntada por José Javier Esparza (UPN), tampoco respondió en claro sobre el vínculo. En su discurso en los últimos días, tanto en el caso de dicha empresa como en el asunto de Alzórriz, ha negado conocer la información. «Caiga quien caiga» , así de contundente se mostró el pasado miércoles la presidenta de la Comunidad Foral de Navarra, María Chivite, ante los medios de comunicación cuando anunció que llevaría a cabo una criba en sus filas si persisten las dudas sobre la ‘limpieza’ en su partido. Dicho y hecho. Horas más tarde el vicesecretario del Partido Socialista de Navarra (PSN), portavoz parlamentario y su mano derecha, Ramón Alzórriz, presentaba su dimisión después de comunicarle a Chivite que había pedido a una empresa vinculada con la trama Cerdán, la constructora Servinabar, un puesto de trabajo para su mujer, que finalmente obtuvo en 2021 y ocupó hasta 2024. «Dije caiga quien caiga, y estoy cumpliendo», declaró eeste jueves en una rueda de prensa que convocó de urgencia a las 9.15 de la mañana en el Parlamento de Navarra.Visiblemente molesta y en solitario, Chivite trató de zafarse de los comunicadores que insistían en si iba a tomar más medidas o asumir responsabilidades por la ya apodada «rama navarra» del conocido ‘caso Koldo’ que ha destapado el mismo informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil que se cobró el cargo y el escaño del número tres del Partido Socialista Santos Cerdán presuntamente por cobrar mordidas en adjudicaciones de obra pública. Chivite, por lo pronto, no va a dimitir. Lo dijo ella mismas el pasado miércoles y lo repitió este jueves: «La presidenta Chivite no ha adjudicado obras. Los altos cargos jamás intervienen». La presidenta navarra sacando una página del ‘Manual de resistencia’ del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y, tras secarse las lágrimas, amaga con aguantar a cualquier coste. En un calco de la estrategia marcada por Moncloa tras conocerse, a raíz del informe de la UCO, la implicación de Santos Cerdán, Chivite se mostró en un principio desolada. Literalmente, compareció entre lágrimas el jueves de la semana pasada para referirse al que fuera su «compañero y amigo». «No se corresponde con la persona con la que he compartido mi carrera», afirmó entonces.Noticia Relacionada Presuntas comisiones ilegales estandar No El Gobierno de Navarra se personará en el Tribunal Supremo como acusación en el ‘caso Koldo’ GERARDBONO La presidenta María Chivite dice sentirse «traicionada» por Santos Cerdán y afirma que no conocía la «información» que le vincula con el presunto cobro de comisionesNada que ver con la postura adoptada este miércoles, cuando anunció que había ordenado a su Ejecutivo personarse como acusación en el ‘caso Koldo’ que instruye el Tribunal Supremo para «salvaguardar los intereses de la Comunidad Foral» ante un presunto daño patrimonial. «Me vieron desolada, hoy el sentimiento es otro. De profunda indignación», afirmó. Acababa de conocerse, tras el registro de la casa de Antxon Alonso, propietario y fundador de Servinabar, la participación de Santos Cerdán en esta mercantil investigada por la Guardia Civil. «Que alguien pertenezca a una empresa no quiere decir que el Gobierno haya hecho adjudicaciones ilegales», se defendía.Su círculo, implicadoChivite asumía la pérdida de quien fuera su valedor en la federación socialista, pero la sangría continuaba horas después con la salida de Ramón Alzórriz, su número dos. Esta se produjo en la tarde del miércoles, tras confesarle éste y según explicó él mismo, que su pareja trabajaba en Servinabar. Según planteó en rueda de prensa, fue el propio Alzórriz quien solicitó el puesto al propio Alonso, cuya pareja acabaría ocupando entre 2021 y 2024. Tras hacerse pública la «pérdida de confianza» en el que fuera su vicesecretario, este jueves Chivite volvió a comparecer ante los medios para apuntalar su estrategia de defensa. Negar la presencia de delitos en la adjudicación de los contratos, al mismo tiempo que anuncia una acción de limpieza en el partido. Calificó como un «error» que Alzórriz le ocultase, supuestamente, el vínculo de su familiar con Servinabar, y anunció que este mismo viernes se barajará su sustituto en la dirección del PSN. Pasos que buscan capear el temporal, pero que en la oposición ven del todo insuficientes y desde donde exigen la dimisión de la presidenta navarra. «Ya no hay más excusas […]. Está rodeada de mentira y de corrupción», denunciaba la presidenta de UPN, Cristina Ibarrola tras conocerse la salida de Alzórriz. Son, al menos, seis las adjudicaciones bajo sospecha hechas por el Gobierno navarro, aunque la mayoría previas a la llegada de Chivite en 2019. Estas contratas, que recaían en Servinabar, pasaron por las manos de el Ejecutivo liderado por Uxue Barkos, de Geroa Bai. «No sospeché», dijo este jueves durante una entrevista en Onda Cero, donde sí reconoció que tenía conocimiento de la participación de la organización que es objeto de investigación, pero sin constar evidencias de irregularidades: «Son concesiones que se llevan a cabo con toda limpieza y normalidad». En lo que afecta a Chivite, la oposición le acecha por las obras en el desdoblamiento del túnel de Belate, que sí se adjudicó estando ella al frente del Ejecutivo en enero del año pasado, pero que no figura en el último informe de la Guardia Civil que implica a Santos Cerdán en la trama. Sí existe una denuncia sobre la misma en manos de la Guardia Civil, interpuesta por UPN en septiembre de 2024. Más allá de que acaben desarrollándose más investigaciones que afecten a la misma, los indicios por los que se cuestiona a la presidenta Navarra son diversos. Dicha adjudicación se gestionó desde la Consejería de Cohesión Territorial, al frente de la cual está su tío, Óscar Chivite, desde agosto de 2023. Esta recayó, entre denuncias por irregularidades en el proceso, en la Unión Temporal de Empresas (UTE) conformada por Acciona y Servinabar, sobre la que la UCO sí pone en el foco por las actividades anteriormente mencionadas.Reuniones con AlonsoAdemás, tal y como ya publicó ABC, la propia Chivite, que trata de desmarcarse del asunto, mantuvo al menos cuatro reuniones con Antxon Alonso durante su etapa en el Ejecutivo. Cuestionada el miércoles sobre si esta conexión habría sido posible gracias a Santos Cerdán, dijo no acordarse de si había hablado en alguna ocasión con él sobre Servinabar. Antes, en sede parlamentaria, preguntada por José Javier Esparza (UPN), tampoco respondió en claro sobre el vínculo. En su discurso en los últimos días, tanto en el caso de dicha empresa como en el asunto de Alzórriz, ha negado conocer la información.
La presidenta de Navarra insiste que desconocía la vinculación entre su vicesecretario y la empresa que sirvió para el cobro de mordidas de obra pública
La presidenta de la Comunidad Foral de Navarra, María Chivite, descarta dimitir tras la renuncia de su número dos, el hasta este miércoles vicesecretario del PSN y portavoz parlamentario, Ramón Alzórriz. Chivite sostiene que su hombre de confianza ha cometido un «error», que no un delito, y que no hay ninguna información ni auditoría que apunte a un caso de corrupción dentro de la administración que preside.
Ese «error», en palabras de la presidenta regional, fue no comunicar que su mujer trabajaba en Servinabar, una de las empresas que sirvió para el cobro de mordidas de obra pública según el informe de la Unidad Central Operativa, la UCO, de la Guardia Civil, de la que Santos Cerdán poseía el 45% de la participación.
Después de que trascendiera en los medios de comunicación el informe de la UCO que detalla cómo operaba la trama que supuestamente capitaneaba Cerdán, este miércoles Alzórriz comunicó a Chivite que su esposa trabajó para Servinabar entre los años 2021 y 2024 y esta le pidió que renunciara, «a los cargos de confianza», ha puntualizado Chivite, «porque lo que ha habido ha sido una pérdida de confianza». Alzórriz no ha entregado su acta de diputado y continúa en la cámara foral. La presidenta navarra sostiene que no fue conocedora de esa vinculación hasta este miércoles.
Esta empresa, Servinabar, consiguió en 2024 que se le adjudicara el desdoblamiento del túnel de Belate (Navarra) por 76 millones de euros, a través de una unión temporal de empresas (UTE) en la que también estaban Acciona y Construcciones Osés, toda vez que solo contaba con diez empleados y poca experiencia en el sector de la construcción.
«Estoy empeñada en defender la honorabilidad de mi partido», ha defendido Chivite que ha tratado de sortear con tono defensivo las preguntas de los informadores a los que ha convocado de urgencia a una rueda de prensa improvisada este jueves a las 9.15 de la mañana. La presidenta descarta rotundamente dimitir porque «no hay indicios de delito». Lo que sí ha prometido es continuar con una labor de «limpieza» interna «caiga quien caiga», como ha sucedido.
Preguntada directamente si van a dirimir más responsabilidades a cuenta de la rama navarra de la trama Cerdán, la presidenta insiste en que este viernes habrá una reunión de la ejecutiva del PSN para tratar este asunto y elegir a la persona que ha de sustituir a Alzórriz como nuevo portavoz en el parlamento navarro.
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