La del Corpus Christi es la procesión de Toledo, la piedra angular de la Semana Grande y su razón de ser. Una procesión popular en sus primeros tramos que gana en solemnidad a medida que avanza y se acerca la custodia de Enrique de Arfe. Es popular porque es la procesión del pueblo, de los barrios representados en sus cofradías y de un sentimiento toledanista que trasciende la muralla, y solemne por cuanto representa en la historia de la ciudad con un protocolo ancestral y hermético.El cabildo de la Catedral no deja nada al azar y esa es una de las claves de una procesión redonda que transcurre sin prisa, pero sin pausa, aunque este año la custodia se quedase rezagada en la calle Comercio, con un pequeño corte en la plaza de Zocodover entre las órdenes religiosas y el grueso del tramo eucarístico que abre la Cofradía de la Santa Caridad, que ostenta el privilegio de procesionar entre capas, entre los sacerdotes diocesanos revestidos con los textiles del siglo XVIII del taller de Miguel Gregorio Molero.Presenciar la procesión del Corpus Christi permite disfrutar del gran patrimonio que atesora la Seo Metropolitana , desde el ajuar litúrgico, hasta los tapices, todo ello piezas de museo que se exponen en las calles y las plazas de un Casco Histórico en el que proliferan los taburetes y las sillas plegables de bazar. La costumbre vecinal de sacar las sillas de enea y atarlas con una pita a la reja de una ventana ha dado paso a un catálogo de sillas de plástico de dudoso gusto que habría que revisar.Abanicos y paraguasEn cuanto a las sillas, las de pago aún se podían adquirir con la procesión ya empezada en puntos como la plaza de Zocodover, donde hubo asientos vacíos durante toda la mañana . Aunque este no sea el indicador certero para medir la cantidad de público, sí es cierto que el día festivo y fin del curso escolar, han motivado que muchas familias hayan emprendido viajes o marchado a los pueblos.Entre el público, abanicos y paraguas, también gafas de sol, para llevar mejor la espera , y es que si se quiere vivir la procesión en las primeras filas el mejor consejo es madrugar, y esto muchos ya lo saben. Ese kit de supervivencia frente a las altas temperaturas se ha visto reforzado por 10.000 botellas de agua repartidas por el Ayuntamiento, algunas frías, otras del tiempo, pero ante todo necesarias para no deshidratarse.Un gesto que el personal ha agradecido, al igual que la disposición de la concejala de Cultura, Ana Pérez, de profesión médico , que ha tenido que intervenir hasta en dos ocasiones para socorrer a un joven de un golpe de calor y a otra señora en circunstancias similares, que finalmente fue trasladada al hospital.La hora de la custodiaLa custodia hacía su aparición en la Puerta Llana de la Dives Toletana a las 11:53 horas, casi dos horas después del inicio de la celebración eucarística. Este Corpus ha estado cerca de dos horas y media en las calles de la ciudad.Cuando pasaban 12 minutos de las dos de la tarde regresaba por la calle Cardenal Cisneros, y justo a las 14:24 horas sonaba el himno nacional y las salvas, dando por concluida la procesión ya por las naves del templo primado mientras sonaban las campanillas del carillón del coro y los órganos del Emperador y de Berdalonga, este último, parte del legado del cardenal Lorenzana a la Seo a finales del siglo XVIII.Los balcones de la Delegación del Gobierno, huérfanos del espíritu internacional y mediático de otros Corpus, han dejado una estampa desangelada difícil de encajar en el recuerdo de los toledanos, quienes han echado en falta los reposteros y el bullicio que sí han tenido otros balcones de Zocodover, como los del Instituto de la Mujer de Castilla-La Mancha desde los que siguieron la procesión afines al Gobierno de Emiliano García-Page.Noticia Relacionada estandar No Aplausos y vivas a España en Toledo durante el desfile militar del Corpus J. Guayerbas Más de 300 cadetes han puesto el broche al jueves de Corpus en ToledoLas lluvias de pétalos y los vivas al paso de Jesús sacramentado, los aplausos a las voluntarias y voluntarios de la Hospitalidad de la Virgen de Lourdes y a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, han sido la tónica general durante los 2,4 kilómetros de recorrido.Acertada y para nota ha estado la decoración floral de la carroza sobre la que procesiona la obra cumbre de la orfebrería internacional: la custodia de Arfe. Peonías, rosas, anthurium, espigas, sarmientos y una amplia variedad de verdes y hojas tintadas con destellos dorados que han acompañado al Santísimo engrandeciendo, aún más si cabe, este conjunto patrimonial único perfumado con un incienso diferente al habitual, con olor a rosas.En el Corpus también tiene cabida la vanguardia. Uno de los balcones de la calle Sillería ha llamado especialmente la atención por la obra pictórica que su inquilino ha colgado a modo de balconera. Su nombre es Javier Alcolea, un joven artista plástico que ha compartido con todo aquel que ha buscado más allá de lo que alcanza una simple mirada, un mural con su interpretación plástica de la custodia. Además, en su Instagram ha publicado un video con el proceso de creación de la obra, en el que asegura que Toledo «en el Corpus, resplandece» . La del Corpus Christi es la procesión de Toledo, la piedra angular de la Semana Grande y su razón de ser. Una procesión popular en sus primeros tramos que gana en solemnidad a medida que avanza y se acerca la custodia de Enrique de Arfe. Es popular porque es la procesión del pueblo, de los barrios representados en sus cofradías y de un sentimiento toledanista que trasciende la muralla, y solemne por cuanto representa en la historia de la ciudad con un protocolo ancestral y hermético.El cabildo de la Catedral no deja nada al azar y esa es una de las claves de una procesión redonda que transcurre sin prisa, pero sin pausa, aunque este año la custodia se quedase rezagada en la calle Comercio, con un pequeño corte en la plaza de Zocodover entre las órdenes religiosas y el grueso del tramo eucarístico que abre la Cofradía de la Santa Caridad, que ostenta el privilegio de procesionar entre capas, entre los sacerdotes diocesanos revestidos con los textiles del siglo XVIII del taller de Miguel Gregorio Molero.Presenciar la procesión del Corpus Christi permite disfrutar del gran patrimonio que atesora la Seo Metropolitana , desde el ajuar litúrgico, hasta los tapices, todo ello piezas de museo que se exponen en las calles y las plazas de un Casco Histórico en el que proliferan los taburetes y las sillas plegables de bazar. La costumbre vecinal de sacar las sillas de enea y atarlas con una pita a la reja de una ventana ha dado paso a un catálogo de sillas de plástico de dudoso gusto que habría que revisar.Abanicos y paraguasEn cuanto a las sillas, las de pago aún se podían adquirir con la procesión ya empezada en puntos como la plaza de Zocodover, donde hubo asientos vacíos durante toda la mañana . Aunque este no sea el indicador certero para medir la cantidad de público, sí es cierto que el día festivo y fin del curso escolar, han motivado que muchas familias hayan emprendido viajes o marchado a los pueblos.Entre el público, abanicos y paraguas, también gafas de sol, para llevar mejor la espera , y es que si se quiere vivir la procesión en las primeras filas el mejor consejo es madrugar, y esto muchos ya lo saben. Ese kit de supervivencia frente a las altas temperaturas se ha visto reforzado por 10.000 botellas de agua repartidas por el Ayuntamiento, algunas frías, otras del tiempo, pero ante todo necesarias para no deshidratarse.Un gesto que el personal ha agradecido, al igual que la disposición de la concejala de Cultura, Ana Pérez, de profesión médico , que ha tenido que intervenir hasta en dos ocasiones para socorrer a un joven de un golpe de calor y a otra señora en circunstancias similares, que finalmente fue trasladada al hospital.La hora de la custodiaLa custodia hacía su aparición en la Puerta Llana de la Dives Toletana a las 11:53 horas, casi dos horas después del inicio de la celebración eucarística. Este Corpus ha estado cerca de dos horas y media en las calles de la ciudad.Cuando pasaban 12 minutos de las dos de la tarde regresaba por la calle Cardenal Cisneros, y justo a las 14:24 horas sonaba el himno nacional y las salvas, dando por concluida la procesión ya por las naves del templo primado mientras sonaban las campanillas del carillón del coro y los órganos del Emperador y de Berdalonga, este último, parte del legado del cardenal Lorenzana a la Seo a finales del siglo XVIII.Los balcones de la Delegación del Gobierno, huérfanos del espíritu internacional y mediático de otros Corpus, han dejado una estampa desangelada difícil de encajar en el recuerdo de los toledanos, quienes han echado en falta los reposteros y el bullicio que sí han tenido otros balcones de Zocodover, como los del Instituto de la Mujer de Castilla-La Mancha desde los que siguieron la procesión afines al Gobierno de Emiliano García-Page.Noticia Relacionada estandar No Aplausos y vivas a España en Toledo durante el desfile militar del Corpus J. Guayerbas Más de 300 cadetes han puesto el broche al jueves de Corpus en ToledoLas lluvias de pétalos y los vivas al paso de Jesús sacramentado, los aplausos a las voluntarias y voluntarios de la Hospitalidad de la Virgen de Lourdes y a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, han sido la tónica general durante los 2,4 kilómetros de recorrido.Acertada y para nota ha estado la decoración floral de la carroza sobre la que procesiona la obra cumbre de la orfebrería internacional: la custodia de Arfe. Peonías, rosas, anthurium, espigas, sarmientos y una amplia variedad de verdes y hojas tintadas con destellos dorados que han acompañado al Santísimo engrandeciendo, aún más si cabe, este conjunto patrimonial único perfumado con un incienso diferente al habitual, con olor a rosas.En el Corpus también tiene cabida la vanguardia. Uno de los balcones de la calle Sillería ha llamado especialmente la atención por la obra pictórica que su inquilino ha colgado a modo de balconera. Su nombre es Javier Alcolea, un joven artista plástico que ha compartido con todo aquel que ha buscado más allá de lo que alcanza una simple mirada, un mural con su interpretación plástica de la custodia. Además, en su Instagram ha publicado un video con el proceso de creación de la obra, en el que asegura que Toledo «en el Corpus, resplandece» .
CORPUS
La ciudad se echa a las calles para disfrutar del museo de arte sacro que supone la celebración del Corpus Christi con una procesión centenaria y grandiosa
La del Corpus Christi es la procesión de Toledo, la piedra angular de la Semana Grande y su razón de ser. Una procesión popular en sus primeros tramos que gana en solemnidad a medida que avanza y se acerca la custodia de Enrique de Arfe. Es popular porque es la procesión del pueblo, de los barrios representados en sus cofradías y de un sentimiento toledanista que trasciende la muralla, y solemne por cuanto representa en la historia de la ciudad con un protocolo ancestral y hermético.
El cabildo de la Catedral no deja nada al azar y esa es una de las claves de una procesión redonda que transcurre sin prisa, pero sin pausa, aunque este año la custodia se quedase rezagada en la calle Comercio, con un pequeño corte en la plaza de Zocodover entre las órdenes religiosas y el grueso del tramo eucarístico que abre la Cofradía de la Santa Caridad, que ostenta el privilegio de procesionar entre capas, entre los sacerdotes diocesanos revestidos con los textiles del siglo XVIII del taller de Miguel Gregorio Molero.
Presenciar la procesión del Corpus Christi permite disfrutar del gran patrimonio que atesora la Seo Metropolitana, desde el ajuar litúrgico, hasta los tapices, todo ello piezas de museo que se exponen en las calles y las plazas de un Casco Histórico en el que proliferan los taburetes y las sillas plegables de bazar. La costumbre vecinal de sacar las sillas de enea y atarlas con una pita a la reja de una ventana ha dado paso a un catálogo de sillas de plástico de dudoso gusto que habría que revisar.
En cuanto a las sillas, las de pago aún se podían adquirir con la procesión ya empezada en puntos como la plaza de Zocodover, donde hubo asientos vacíos durante toda la mañana. Aunque este no sea el indicador certero para medir la cantidad de público, sí es cierto que el día festivo y fin del curso escolar, han motivado que muchas familias hayan emprendido viajes o marchado a los pueblos.
(Habrá ampliación)
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