El triste final de Marta es la historia de lo que podía ser y fue, pero con un detalle todavía más aterrador: el último asesinato machista en la región de Madrid fue cometido en la misma habitación donde se encontraba su bebé, por suerte ileso, en el momento que una niña de 12 años se encontró la dantesca imagen. Para entonces, el agresor, español de 30 años y con el que la víctima mantuvo una relación sentimental, había huido de la escena del crimen para refugiarse en su casa, en Torrejón de Ardoz , donde fue engrilletado horas después por la Policía Nacional.Fue a eso de las 15 horas del lunes, cuando los vecinos del número 3 de la calle del Astillero (en el distrito de Villaverde) dieron la voz de alarma. Allí, en un tercer piso del modesto edificio, el cuerpo de Marta yacía sin vida junto al bebé de 15 meses, como ayer relataban los testigos. La finada, española de apenas 21 años, llevaba alrededor de un mes y medio realquilada en una habitación del citado domicilio. «La dueña (una mujer marroquí con tres hijos pequeños) subió un anunció a TikTok», recordaba una vecina, sin entender el por qué del trágico suceso.Aunque pocos se atrevían a hablar, todos en el vecindario tenían claro el cambio de cara que había experimentado la comunidad en los últimos años. El portal abierto hasta altas horas de la madrugada, un trasiego inusual de desconocidos y algún que otro piso conflictivo copaban casi todas las conversaciones. Uno de los señalados era, precisamente, el tercero de marras, en cuya puerta se podían apreciar las marcas de los golpes y una cerradura colocada sobre el agujero de una anterior reventada.Noticia Relacionada estandar No Investigan como posible caso de violencia de género la agresión a una mujer en Usera Amina Ould La víctima, que presentaba dos heridas en el cuello, fue estabilizada y trasladada en estado grave al hospital«Hay un par de casas que dan muchos problemas, lo hemos denunciado muchas veces en las reuniones de la comunidad, pero todo sigue igual», advertía otra residente, sin revelar más detalles por temor a posibles represalias. Para explicar la llegada de Marta, desconocida a ojos de la gran mayoría del inmueble, los cuestionados apuntaban a la enésima discusión entre la propietaria de la casa y su marido, un hombre de carácter agresivo al que todos señalaban como el foco principal de los problemas.Hacía dos meses que no le veían, lo que más allá de devolver en cierto modo la tranquilidad al bloque había desembocado en el alquiler de la habitación. Dentro, a tenor de la acumulación desproporcionada de enseres en la terraza, no parecía el mejor hogar para Marta y su bebé, más si cabe, cuando ayer este diario pudo comprobar que la vivienda permanecía enganchada a la luz. «La Policía viene mucho», incidían los afectados.Tras el macabro hallazgo, los sanitarios del Summa 112 desplazados no pudieron hacer más que confirmar el fallecimiento de la joven, cuyo cadáver presentaba varias cuchilladas en la zona del pecho. Hasta el lugar también acudieron el Grupo V de Homicidios, al frente de las averiguaciones, y la Sección de Delitos Violentos (DEVI) de la Policía Científica, encargados de la inspección ocular. Los agentes buscaron sin éxito el arma homicida tanto en el interior de la casa como en sus inmediaciones.La Policía Nacional traslada al detenido, la madrugada del martes; en las imágenes inferiores, el enganche ilegal de luz y la maltrecha cerradura del piso DE SAN BERNARDOLas pesquisas permitieron identificar rápidamente al autor, un varón sobre el que pesaban varias denuncias por malos tratos presentadas por la propia víctima, circunstancia por la que estaba incluida en el sistema VioGén, aunque con «riesgo bajo». A ello se añadía una orden de alejamiento, la cual había sido quebrantada por su agresor en diversas ocasiones. Sin ir más lejos, el día del traslado de Marta a la casa de la calle del Astillero, cuando la propietaria vio al presunto asesino ayudar a su nueva inquilina con la mudanza.«Ella apenas salía, al principio dejaba el carrito en el portal para no tener que subirlo por las escalera, pero acabaron pidiéndole que lo quitara», remarcaban los vecinos, convencidos de que la siguiente visita de su expareja fue ya para matarla. De madrugada, los agentes localizaron al sospechoso en un piso de Torrejón de Ardoz (al igual que Marta, también residía en una habitación alquilada), de donde salió arrestado gracias a la intervención de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR).Segundo crimen machistaEl delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Martín, condenó «rotundamente» lo que «a todas luces parece un nuevo asesinato machista». Se trata del segundo de esta tipología registrado en lo que va de año en Madrid. En junio, un español de 63 años apuñaló hasta la muerte a su pareja, cubana de 62, en el domicilio que ambos compartían en Getafe . Los hechos tuvieron lugar a primera hora de la mañana, después de que los gritos alertasen a todo el inmueble de la calle del Maestro Turina, 7. La agresión comenzó en el patio interior, a la vista de varios vecinos, y continuó dentro de la vivienda, donde la mujer recibió al menos tres puñaladas. El responsable, que se había autolesionado provocándose varias heridas en el cuello y el abdomen, tuvo que ser operado en el Hospital 12 de Octubre. Según los familiares de la fallecida, estaba medicado por depresión y había intentado suicidarse hasta en tres ocasiones. El triste final de Marta es la historia de lo que podía ser y fue, pero con un detalle todavía más aterrador: el último asesinato machista en la región de Madrid fue cometido en la misma habitación donde se encontraba su bebé, por suerte ileso, en el momento que una niña de 12 años se encontró la dantesca imagen. Para entonces, el agresor, español de 30 años y con el que la víctima mantuvo una relación sentimental, había huido de la escena del crimen para refugiarse en su casa, en Torrejón de Ardoz , donde fue engrilletado horas después por la Policía Nacional.Fue a eso de las 15 horas del lunes, cuando los vecinos del número 3 de la calle del Astillero (en el distrito de Villaverde) dieron la voz de alarma. Allí, en un tercer piso del modesto edificio, el cuerpo de Marta yacía sin vida junto al bebé de 15 meses, como ayer relataban los testigos. La finada, española de apenas 21 años, llevaba alrededor de un mes y medio realquilada en una habitación del citado domicilio. «La dueña (una mujer marroquí con tres hijos pequeños) subió un anunció a TikTok», recordaba una vecina, sin entender el por qué del trágico suceso.Aunque pocos se atrevían a hablar, todos en el vecindario tenían claro el cambio de cara que había experimentado la comunidad en los últimos años. El portal abierto hasta altas horas de la madrugada, un trasiego inusual de desconocidos y algún que otro piso conflictivo copaban casi todas las conversaciones. Uno de los señalados era, precisamente, el tercero de marras, en cuya puerta se podían apreciar las marcas de los golpes y una cerradura colocada sobre el agujero de una anterior reventada.Noticia Relacionada estandar No Investigan como posible caso de violencia de género la agresión a una mujer en Usera Amina Ould La víctima, que presentaba dos heridas en el cuello, fue estabilizada y trasladada en estado grave al hospital«Hay un par de casas que dan muchos problemas, lo hemos denunciado muchas veces en las reuniones de la comunidad, pero todo sigue igual», advertía otra residente, sin revelar más detalles por temor a posibles represalias. Para explicar la llegada de Marta, desconocida a ojos de la gran mayoría del inmueble, los cuestionados apuntaban a la enésima discusión entre la propietaria de la casa y su marido, un hombre de carácter agresivo al que todos señalaban como el foco principal de los problemas.Hacía dos meses que no le veían, lo que más allá de devolver en cierto modo la tranquilidad al bloque había desembocado en el alquiler de la habitación. Dentro, a tenor de la acumulación desproporcionada de enseres en la terraza, no parecía el mejor hogar para Marta y su bebé, más si cabe, cuando ayer este diario pudo comprobar que la vivienda permanecía enganchada a la luz. «La Policía viene mucho», incidían los afectados.Tras el macabro hallazgo, los sanitarios del Summa 112 desplazados no pudieron hacer más que confirmar el fallecimiento de la joven, cuyo cadáver presentaba varias cuchilladas en la zona del pecho. Hasta el lugar también acudieron el Grupo V de Homicidios, al frente de las averiguaciones, y la Sección de Delitos Violentos (DEVI) de la Policía Científica, encargados de la inspección ocular. Los agentes buscaron sin éxito el arma homicida tanto en el interior de la casa como en sus inmediaciones.La Policía Nacional traslada al detenido, la madrugada del martes; en las imágenes inferiores, el enganche ilegal de luz y la maltrecha cerradura del piso DE SAN BERNARDOLas pesquisas permitieron identificar rápidamente al autor, un varón sobre el que pesaban varias denuncias por malos tratos presentadas por la propia víctima, circunstancia por la que estaba incluida en el sistema VioGén, aunque con «riesgo bajo». A ello se añadía una orden de alejamiento, la cual había sido quebrantada por su agresor en diversas ocasiones. Sin ir más lejos, el día del traslado de Marta a la casa de la calle del Astillero, cuando la propietaria vio al presunto asesino ayudar a su nueva inquilina con la mudanza.«Ella apenas salía, al principio dejaba el carrito en el portal para no tener que subirlo por las escalera, pero acabaron pidiéndole que lo quitara», remarcaban los vecinos, convencidos de que la siguiente visita de su expareja fue ya para matarla. De madrugada, los agentes localizaron al sospechoso en un piso de Torrejón de Ardoz (al igual que Marta, también residía en una habitación alquilada), de donde salió arrestado gracias a la intervención de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR).Segundo crimen machistaEl delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Martín, condenó «rotundamente» lo que «a todas luces parece un nuevo asesinato machista». Se trata del segundo de esta tipología registrado en lo que va de año en Madrid. En junio, un español de 63 años apuñaló hasta la muerte a su pareja, cubana de 62, en el domicilio que ambos compartían en Getafe . Los hechos tuvieron lugar a primera hora de la mañana, después de que los gritos alertasen a todo el inmueble de la calle del Maestro Turina, 7. La agresión comenzó en el patio interior, a la vista de varios vecinos, y continuó dentro de la vivienda, donde la mujer recibió al menos tres puñaladas. El responsable, que se había autolesionado provocándose varias heridas en el cuello y el abdomen, tuvo que ser operado en el Hospital 12 de Octubre. Según los familiares de la fallecida, estaba medicado por depresión y había intentado suicidarse hasta en tres ocasiones.
El triste final de Marta es la historia de lo que podía ser y fue, pero con un detalle todavía más aterrador: el último asesinato machista en la región de Madrid fue cometido en la misma habitación donde se encontraba su bebé, por suerte ileso, … en el momento que una niña de 12 años se encontró la dantesca imagen. Para entonces, el agresor, español de 30 años y con el que la víctima mantuvo una relación sentimental, había huido de la escena del crimen para refugiarse en su casa, en Torrejón de Ardoz, donde fue engrilletado horas después por la Policía Nacional.
Fue a eso de las 15 horas del lunes, cuando los vecinos del número 3 de la calle del Astillero (en el distrito de Villaverde) dieron la voz de alarma. Allí, en un tercer piso del modesto edificio, el cuerpo de Marta yacía sin vida junto al bebé de 15 meses, como ayer relataban los testigos. La finada, española de apenas 21 años, llevaba alrededor de un mes y medio realquilada en una habitación del citado domicilio. «La dueña (una mujer marroquí con tres hijos pequeños) subió un anunció a TikTok», recordaba una vecina, sin entender el por qué del trágico suceso.
Aunque pocos se atrevían a hablar, todos en el vecindario tenían claro el cambio de cara que había experimentado la comunidad en los últimos años. El portal abierto hasta altas horas de la madrugada, un trasiego inusual de desconocidos y algún que otro piso conflictivo copaban casi todas las conversaciones. Uno de los señalados era, precisamente, el tercero de marras, en cuya puerta se podían apreciar las marcas de los golpes y una cerradura colocada sobre el agujero de una anterior reventada.
«Hay un par de casas que dan muchos problemas, lo hemos denunciado muchas veces en las reuniones de la comunidad, pero todo sigue igual», advertía otra residente, sin revelar más detalles por temor a posibles represalias. Para explicar la llegada de Marta, desconocida a ojos de la gran mayoría del inmueble, los cuestionados apuntaban a la enésima discusión entre la propietaria de la casa y su marido, un hombre de carácter agresivo al que todos señalaban como el foco principal de los problemas.
Hacía dos meses que no le veían, lo que más allá de devolver en cierto modo la tranquilidad al bloque había desembocado en el alquiler de la habitación. Dentro, a tenor de la acumulación desproporcionada de enseres en la terraza, no parecía el mejor hogar para Marta y su bebé, más si cabe, cuando ayer este diario pudo comprobar que la vivienda permanecía enganchada a la luz. «La Policía viene mucho», incidían los afectados.
Tras el macabro hallazgo, los sanitarios del Summa 112 desplazados no pudieron hacer más que confirmar el fallecimiento de la joven, cuyo cadáver presentaba varias cuchilladas en la zona del pecho. Hasta el lugar también acudieron el Grupo V de Homicidios, al frente de las averiguaciones, y la Sección de Delitos Violentos (DEVI) de la Policía Científica, encargados de la inspección ocular. Los agentes buscaron sin éxito el arma homicida tanto en el interior de la casa como en sus inmediaciones.



DE SAN BERNARDO
Las pesquisas permitieron identificar rápidamente al autor, un varón sobre el que pesaban varias denuncias por malos tratos presentadas por la propia víctima, circunstancia por la que estaba incluida en el sistema VioGén, aunque con «riesgo bajo». A ello se añadía una orden de alejamiento, la cual había sido quebrantada por su agresor en diversas ocasiones. Sin ir más lejos, el día del traslado de Marta a la casa de la calle del Astillero, cuando la propietaria vio al presunto asesino ayudar a su nueva inquilina con la mudanza.
«Ella apenas salía, al principio dejaba el carrito en el portal para no tener que subirlo por las escalera, pero acabaron pidiéndole que lo quitara», remarcaban los vecinos, convencidos de que la siguiente visita de su expareja fue ya para matarla. De madrugada, los agentes localizaron al sospechoso en un piso de Torrejón de Ardoz (al igual que Marta, también residía en una habitación alquilada), de donde salió arrestado gracias a la intervención de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR).
Segundo crimen machista
El delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Martín, condenó «rotundamente» lo que «a todas luces parece un nuevo asesinato machista». Se trata del segundo de esta tipología registrado en lo que va de año en Madrid. En junio, un español de 63 años apuñaló hasta la muerte a su pareja, cubana de 62, en el domicilio que ambos compartían en Getafe. Los hechos tuvieron lugar a primera hora de la mañana, después de que los gritos alertasen a todo el inmueble de la calle del Maestro Turina, 7.
La agresión comenzó en el patio interior, a la vista de varios vecinos, y continuó dentro de la vivienda, donde la mujer recibió al menos tres puñaladas. El responsable, que se había autolesionado provocándose varias heridas en el cuello y el abdomen, tuvo que ser operado en el Hospital 12 de Octubre. Según los familiares de la fallecida, estaba medicado por depresión y había intentado suicidarse hasta en tres ocasiones.
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