No eran muchos y la junta se salió con la suya en cuanto a las votaciones pero ni la fórmula telemática pudo evitar voces contestatarias y críticas. El socio aún tiene inquietudes y así lo verbalizaron desde la sala algunos senadores veteranos y desde sus domicilios otros barcelonistas.
El regreso al estadio y la distribución de las entradas focalizan buena parte de los reproches a la directiva
No eran muchos y la junta se salió con la suya en cuanto a las votaciones pero ni la fórmula telemática pudo evitar voces contestatarias y críticas. El socio aún tiene inquietudes y así lo verbalizaron desde la sala algunos senadores veteranos y desde sus domicilios otros barcelonistas.
Sobre la mesa los asuntos más espinosos, el traslado al Spotify Camp Nou, con una evidente subida de los precios de los abonos, la distribución y localización de la entradas, algunas empresas que no se terminan de ver transparentes como Bridgeburg, el contrato con la República Democrática del Congo y comisiones millonarias como las del intermediario Darren Dein, que se embolsó 50 millones con el acuerdo entre el club y Nike.
“El dinero del Congo está manchado de sangre”, espetó un socio que estuvo once minutos criticando a la junta
“Lo que nos están explicando es incomprensible”, le espetó un socio veterano al tesorero Ferran Olivé. “¿Por qué no podemos decidir sobre la subida de abonos de un 30%?”, preguntó otro. “¿En qué partida está la comisión de Darren Dein?”, inquirió un tercero. Como era de prever lo que más preocupa a los aficionados es el Espai Barça, los precios y distribución de los asientos y las consecuencias económicas del retraso en el regreso por culpa de la demora de las obras.
“No hay una subida de los abonos del 30% porque no hay que mirarlo con respecto al último año en Montjuïc sino con respecto a los últimos precios del Camp Nou del 2023. En relación a esto se ha aplicado la subida del IPC y algunos reajustes”, se defendió la vicepresidenta institucional, Elena Fort. La realidad es que los abonos han subido entre un 10% y un 34%. Ante nuevas subidas futuras añadió: “Tendremos que hacer una reflexión sobre los precios cuando tengamos el mejor estadio del mundo y hagamos una reordenación de las zonas”. Tampoco especificó la fecha de regreso al estadio pero sí que el club aspira a un Camp Nou con 62.518 espectadores a final de año. Hay socios que intuyen que estos precios de los abonos han de servir para paliar el hecho de que se hayan tenido que jugar partidos en un estadio tan pequeño como el Johan Cruyff. El tesorero Ferran Olivé salió al paso diciendo que el aumento de ingresos por jugar en Montjuïc con 50.000 espectadores compensan las pérdidas de taquillaje del Johan “porque la previsión al principio era jugar en el Camp Nou con 27.000”.
“No es verdad que hayamos subido los abonos un 30%”, se defendió Elena Fort
La junta siempre pudo contar en todo momento con el apoyo del senador y expresidente Joan Gaspart, favorable a la gestión de Laporta en sus distintas intervenciones, como por ejemplo comprender el hecho de que el club apueste por jugar en Miami. “Nosotros no tenemos petróleo”, dijo Gaspart. “No somos entusiastas de ir a Miami pero en cuanto a ingresos atípicos hemos de estar en todas. Estados Unidos es un mercado que nos interesa”, le respondió Laporta. En el marco de esta respuesta a Gaspart, al que otro socio llamó “palmero”, el presidente blaugrana afirmó que la UEFA quería dejar al Barça “sin jugar en la actual Champions” por incumplir el ‘fair play’ financiero.
En base a criterios económicos el presidente Laporta defendió a capa y espada el contrato con el Congo. “Pasó todos los controles del compliance. Es muy buen contrato a nivel económico y basado en el desarrollo de la cultura del Barça en el Congo. El Barça y África tienen relaciones con distintos proyectos en muchos países desde hace más de 15 años. Es una propuesta que nos interesa económicamente y entendemos que no vulnera los valores del Barça. Todo lo que sea ayudar a los ciudadanos de un país entendemos que puede ser positivo”.
Con mayor énfasis si cabe respondió el presidente a un socio que criticó de arriba abajo la gestión del club durante once minutos y que censuró la intervención de Xavier Sala i Martín de la temporada pasada. “Lo escondieron y encerraron para que diera opiniones a su favor”, dijo el aficionado, que tildó de “dinero manchado de sangre el procedente del Congo”. “No escondimos a nadie. Usted ha estado tres minutos más que él exponiendo su opinión. Pero le puede decir que nosotros estamos actuando con una transparencia sin precedentes”, contestó el presidente blaugrana. Tomó la vez Elena Fort para remachar: “Pido que cesen las insinuaciones sobre actuaciones incorrectas en la adjudicación de las obras a Limak”.
Hubo espacio incluso para la política. Un aficionado canario afeó al club que hubiera puesto un mensaje en las redes diciendo “Visca Catalunya” en el día de la Hispanidad y acusó a la junta de hacer política. “Nosotros no hacemos política. Tenemos un respeto absoluto por España, por los españoles y ya ni le digo por los culés españoles. Por decir Visca Catalunya no estamos ofendiendo a España”, contestó Laporta.
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