Suma y sigue en el culebrón de los vehículos militares ‘estrella’ del Gobierno de Pedro Sánchez, los blindados 8×8 Dragón, adjudicados a Tess Defence , liderado desde hace apenas cuatro meses por Indra, acompañada en el consorcio por Santa Barbara Sistemas, Escribano Mechanical & Engineering y Sapa Placencia. Según ha podido saber ABC de fuentes próximas a Defensa y del ámbito militar, los responsables de probar y validar estos vehículos de combate entregados hasta ahora, no están dispuestos «a poner su firma mientras no estén solucionadas todas las incidencias que han surgido en los últimos tiempos, respecto a los requisitos incluidos y exigidos en el contrato del programa«. Las fuentes aseguran a este periódico que el último fallo detectado ocurrió el pasado jueves, durante unas pruebas que se realizaban en las instalaciones del INTA –Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial, dependiente del Ministerio de Defensa– en Madrid, como parte de la comprobación del funcionamiento del 8×8 y en presencia de expertos militares y de empresas.Añaden las fuentes que dichas pruebas tuvieron que paralizarse temporalmente por un fallo grave en la transmisión del vehículo –parte de la que se encarga la empresa vasca Sapa Placencia– que quedó «literalmente muerto, sin poder funcionar». El fallo en el funcionamiento de la transmisión y el grupo motopropulsor fue tal «que se decidió retrasar las pruebas hasta nueva fecha y obligó a trasladar el vehículo, de la versión de combate de infantería (IFV), de nuevo a la fábrica para su reparación».Noticia Relacionada estandar No Defensa se reserva «acciones oportunas» contra Indra por los retrasos de los vehículos 8×8 Dragon El contrato se suscribió el 25 de agosto de 2020 y, desde entonces, acumula demoras significativasUn hecho que reafirma la decisión tomada en el seno del departamento dirigido por la ministra Margarita Robles y que algunas fuentes comparan con lo que ya sucediera a finales del año pasado, que acabó con la salida del jefe del Programa 8×8, dentro de la Dirección General de Armamento y Material del Ministerio de Defensa, el coronel Vicente Infante, encargado hasta entonces de monitorizar la fabricación de los Vehículos de Combate sobre Ruedas (VCR) que deben sustituir a los Blindados Medios sobre Ruedas (BMR) en el Ejército de Tierra.El motivo de la salida –no se especificó si fue cese o despido voluntario–, según recuerdan las mismas fuentes, fue que el coronel Infante se había negado a firmar la recepción del primer lote de los VCR que Tess Defence tenía que entregar en 2024 –un paquete que se había reducido a 11 unidades de las 92 previstas para dicho año, y que quedó finalmente en cero– pero no por la escasez de vehículos recepcionados sino porque estos no cumplían las especificaciones que el propio Ministerio había establecido cuando encargó su fabricación a Tess Defence.Los problemas técnicos apuntados entonces afectaban a distintos aspectos del 8×8: fallos en el grupo motopropulsor, defectos en la polea bidireccional y el portón trasero por el que acceden los militares, dificultades con la torreta de tiro, o los más de mil kilos de sobrepeso del vehículo que le impedía subir por las rampas de los aviones Airbus AM-400. Las fuentes apuntaron a ABC que a día de hoy existen aún fallos similares a los de entonces que hacen que los responsables de auditar los vehículos no quieran validarlos con su firma, relacionados –dicen– con el motor propulsor (de Sapa), con la Torreta (EM&E) o con el sistema de combate si bien parece que las barcazas (de Santa Bárbara) están para obtener el visto bueno sin «incidencias». Puestos en contacto con las empresas ninguna quiso hacer comentarios oficiales. En el caso de Santa Bárbara cabe recordar que, en agosto pasado, anunciaron que habían finalizado la fabricación de 127 barcazas del VCR 8×8 Dragón y desgranaron los datos: 70 ya incorporaban todos los sistemas bajo su responsabilidad, y de ellas, 53 tenían ya la integración completa de todos los sistemas de los socios del consorcio. Un total de 40 estaban en la planta de Alcalá de Guadaíra (Sevilla), pasando los test finales de aceptación.Encuentro Robles-IndraSe da la circunstancia de que apenas dos días antes de las pruebas en el INTA, Robles acudió a la sede de Indra a interesarse por el devenir de lo establecido en cuanto a los plazos de entrega en el contrato de los 8×8 Dragón, dado que el presidente de la compañía, Ángel Escribano, es en la actualidad quien ocupa la presidencia rotatoria al frente de Tess Defence. Allí, la ministra trasladó su preocupación por los «sucesivos retrasos» del programa de vehículos para el Ejército de Tierra, según informó el propio Ministerio en un comunicado. Y ante el continuo incumplimiento de los plazos incluidos en el contrato Defensa señalaba entonces que «se reserva las acciones oportunas», añadían.En la reunión, acompañando a la ministra estuvieron la secretaria de Estado, Amparo Valcarce, y el jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra, Amador Enseñat, mientras que por parte de Indra estuvieron Escribano y su consejero delegado, José Vicente de los Mozos. Fuentes conocedoras del encuentro –oficialmente desde Indra declinaron hacer comentarios– apuntaron a ABC que los directivos de la compañía de Defensa y Tecnología explicaron que desde que Escribano está liderando el proyecto en la presidencia de Tess Defence –sustituyendo a Ibón Aperribay, en representación de Sapa Placencia– se ha acelerado el programa, con el objetivo de poder recuperar los retrasos acumulados que se dieron en 2024, cuando no se pudo entregar ninguno. Recordaron desde Indra a la ministra que si bien 2025 encara sus últimos meses, Defensa ya ha recibido, oficialmente, 11 unidades del nuevo 8×8. Tess Defence entregó cuatro vehículos de la versión de zapadores a principios de abril y un mes después, la Dirección General de Armamento y Material (DGAM) del Ministerio de Defensa recibió otros siete vehículos.En julio pasado, Escribano anunciaba que el consorcio tenía otras 22 unidades listas para ser validadas por el Ministerio de Defensa, y que durante 2025 planeaban entregar en total entre 60 y 80 unidades. «Indra compartió la preocupación de la ministra –añaden las fuentes–, de hecho sus ejecutivos reconocieron que existe un retraso importante en la ejecución del programa, pero le explicaron que en el corto tiempo que llevan al frente del proyecto se ha mejorado sustancialmente la calidad, la seguridad y la eficacia del producto, para lo que han dedicado recursos propios y han aprobado nuevos protocolos de actuación; solo necesitan algo más de tiempo para que todo fluya y vaya a mejor».Para ello, afirman las fuentes, Indra asumió con el liderazgo la integración general de los vehículos, que ensamblará en el taller que compró a Duro Felguera en Gijón, El Tallerón. Hasta ahora, los trabajos de montaje se realizaban en la planta que General Dynamics opera en la localidad asturiana de Trubia. Además, para esa transición, Indra pagará a la matriz de la filial española Santa Bárbara Sistemas hasta 13 millones de euros, por formar a su personal. Suma y sigue en el culebrón de los vehículos militares ‘estrella’ del Gobierno de Pedro Sánchez, los blindados 8×8 Dragón, adjudicados a Tess Defence , liderado desde hace apenas cuatro meses por Indra, acompañada en el consorcio por Santa Barbara Sistemas, Escribano Mechanical & Engineering y Sapa Placencia. Según ha podido saber ABC de fuentes próximas a Defensa y del ámbito militar, los responsables de probar y validar estos vehículos de combate entregados hasta ahora, no están dispuestos «a poner su firma mientras no estén solucionadas todas las incidencias que han surgido en los últimos tiempos, respecto a los requisitos incluidos y exigidos en el contrato del programa«. Las fuentes aseguran a este periódico que el último fallo detectado ocurrió el pasado jueves, durante unas pruebas que se realizaban en las instalaciones del INTA –Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial, dependiente del Ministerio de Defensa– en Madrid, como parte de la comprobación del funcionamiento del 8×8 y en presencia de expertos militares y de empresas.Añaden las fuentes que dichas pruebas tuvieron que paralizarse temporalmente por un fallo grave en la transmisión del vehículo –parte de la que se encarga la empresa vasca Sapa Placencia– que quedó «literalmente muerto, sin poder funcionar». El fallo en el funcionamiento de la transmisión y el grupo motopropulsor fue tal «que se decidió retrasar las pruebas hasta nueva fecha y obligó a trasladar el vehículo, de la versión de combate de infantería (IFV), de nuevo a la fábrica para su reparación».Noticia Relacionada estandar No Defensa se reserva «acciones oportunas» contra Indra por los retrasos de los vehículos 8×8 Dragon El contrato se suscribió el 25 de agosto de 2020 y, desde entonces, acumula demoras significativasUn hecho que reafirma la decisión tomada en el seno del departamento dirigido por la ministra Margarita Robles y que algunas fuentes comparan con lo que ya sucediera a finales del año pasado, que acabó con la salida del jefe del Programa 8×8, dentro de la Dirección General de Armamento y Material del Ministerio de Defensa, el coronel Vicente Infante, encargado hasta entonces de monitorizar la fabricación de los Vehículos de Combate sobre Ruedas (VCR) que deben sustituir a los Blindados Medios sobre Ruedas (BMR) en el Ejército de Tierra.El motivo de la salida –no se especificó si fue cese o despido voluntario–, según recuerdan las mismas fuentes, fue que el coronel Infante se había negado a firmar la recepción del primer lote de los VCR que Tess Defence tenía que entregar en 2024 –un paquete que se había reducido a 11 unidades de las 92 previstas para dicho año, y que quedó finalmente en cero– pero no por la escasez de vehículos recepcionados sino porque estos no cumplían las especificaciones que el propio Ministerio había establecido cuando encargó su fabricación a Tess Defence.Los problemas técnicos apuntados entonces afectaban a distintos aspectos del 8×8: fallos en el grupo motopropulsor, defectos en la polea bidireccional y el portón trasero por el que acceden los militares, dificultades con la torreta de tiro, o los más de mil kilos de sobrepeso del vehículo que le impedía subir por las rampas de los aviones Airbus AM-400. Las fuentes apuntaron a ABC que a día de hoy existen aún fallos similares a los de entonces que hacen que los responsables de auditar los vehículos no quieran validarlos con su firma, relacionados –dicen– con el motor propulsor (de Sapa), con la Torreta (EM&E) o con el sistema de combate si bien parece que las barcazas (de Santa Bárbara) están para obtener el visto bueno sin «incidencias». Puestos en contacto con las empresas ninguna quiso hacer comentarios oficiales. En el caso de Santa Bárbara cabe recordar que, en agosto pasado, anunciaron que habían finalizado la fabricación de 127 barcazas del VCR 8×8 Dragón y desgranaron los datos: 70 ya incorporaban todos los sistemas bajo su responsabilidad, y de ellas, 53 tenían ya la integración completa de todos los sistemas de los socios del consorcio. Un total de 40 estaban en la planta de Alcalá de Guadaíra (Sevilla), pasando los test finales de aceptación.Encuentro Robles-IndraSe da la circunstancia de que apenas dos días antes de las pruebas en el INTA, Robles acudió a la sede de Indra a interesarse por el devenir de lo establecido en cuanto a los plazos de entrega en el contrato de los 8×8 Dragón, dado que el presidente de la compañía, Ángel Escribano, es en la actualidad quien ocupa la presidencia rotatoria al frente de Tess Defence. Allí, la ministra trasladó su preocupación por los «sucesivos retrasos» del programa de vehículos para el Ejército de Tierra, según informó el propio Ministerio en un comunicado. Y ante el continuo incumplimiento de los plazos incluidos en el contrato Defensa señalaba entonces que «se reserva las acciones oportunas», añadían.En la reunión, acompañando a la ministra estuvieron la secretaria de Estado, Amparo Valcarce, y el jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra, Amador Enseñat, mientras que por parte de Indra estuvieron Escribano y su consejero delegado, José Vicente de los Mozos. Fuentes conocedoras del encuentro –oficialmente desde Indra declinaron hacer comentarios– apuntaron a ABC que los directivos de la compañía de Defensa y Tecnología explicaron que desde que Escribano está liderando el proyecto en la presidencia de Tess Defence –sustituyendo a Ibón Aperribay, en representación de Sapa Placencia– se ha acelerado el programa, con el objetivo de poder recuperar los retrasos acumulados que se dieron en 2024, cuando no se pudo entregar ninguno. Recordaron desde Indra a la ministra que si bien 2025 encara sus últimos meses, Defensa ya ha recibido, oficialmente, 11 unidades del nuevo 8×8. Tess Defence entregó cuatro vehículos de la versión de zapadores a principios de abril y un mes después, la Dirección General de Armamento y Material (DGAM) del Ministerio de Defensa recibió otros siete vehículos.En julio pasado, Escribano anunciaba que el consorcio tenía otras 22 unidades listas para ser validadas por el Ministerio de Defensa, y que durante 2025 planeaban entregar en total entre 60 y 80 unidades. «Indra compartió la preocupación de la ministra –añaden las fuentes–, de hecho sus ejecutivos reconocieron que existe un retraso importante en la ejecución del programa, pero le explicaron que en el corto tiempo que llevan al frente del proyecto se ha mejorado sustancialmente la calidad, la seguridad y la eficacia del producto, para lo que han dedicado recursos propios y han aprobado nuevos protocolos de actuación; solo necesitan algo más de tiempo para que todo fluya y vaya a mejor».Para ello, afirman las fuentes, Indra asumió con el liderazgo la integración general de los vehículos, que ensamblará en el taller que compró a Duro Felguera en Gijón, El Tallerón. Hasta ahora, los trabajos de montaje se realizaban en la planta que General Dynamics opera en la localidad asturiana de Trubia. Además, para esa transición, Indra pagará a la matriz de la filial española Santa Bárbara Sistemas hasta 13 millones de euros, por formar a su personal.
Suma y sigue en el culebrón de los vehículos militares ‘estrella’ del Gobierno de Pedro Sánchez, los blindados 8×8 Dragón, adjudicados a Tess Defence, liderado desde hace apenas cuatro meses por Indra, acompañada en el consorcio por Santa Barbara Sistemas, Escribano Mechanical & Engineering y … Sapa Placencia. Según ha podido saber ABC de fuentes próximas a Defensa y del ámbito militar, los responsables de probar y validar estos vehículos de combate entregados hasta ahora, no están dispuestos «a poner su firma mientras no estén solucionadas todas las incidencias que han surgido en los últimos tiempos, respecto a los requisitos incluidos y exigidos en el contrato del programa«.
Las fuentes aseguran a este periódico que el último fallo detectado ocurrió el pasado jueves, durante unas pruebas que se realizaban en las instalaciones del INTA –Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial, dependiente del Ministerio de Defensa– en Madrid, como parte de la comprobación del funcionamiento del 8×8 y en presencia de expertos militares y de empresas.
Añaden las fuentes que dichas pruebas tuvieron que paralizarse temporalmente por un fallo grave en la transmisión del vehículo –parte de la que se encarga la empresa vasca Sapa Placencia– que quedó «literalmente muerto, sin poder funcionar». El fallo en el funcionamiento de la transmisión y el grupo motopropulsor fue tal «que se decidió retrasar las pruebas hasta nueva fecha y obligó a trasladar el vehículo, de la versión de combate de infantería (IFV), de nuevo a la fábrica para su reparación».
Un hecho que reafirma la decisión tomada en el seno del departamento dirigido por la ministra Margarita Robles y que algunas fuentes comparan con lo que ya sucediera a finales del año pasado, que acabó con la salida del jefe del Programa 8×8, dentro de la Dirección General de Armamento y Material del Ministerio de Defensa, el coronel Vicente Infante, encargado hasta entonces de monitorizar la fabricación de los Vehículos de Combate sobre Ruedas (VCR) que deben sustituir a los Blindados Medios sobre Ruedas (BMR) en el Ejército de Tierra.
El motivo de la salida –no se especificó si fue cese o despido voluntario–, según recuerdan las mismas fuentes, fue que el coronel Infante se había negado a firmar la recepción del primer lote de los VCR que Tess Defence tenía que entregar en 2024 –un paquete que se había reducido a 11 unidades de las 92 previstas para dicho año, y que quedó finalmente en cero– pero no por la escasez de vehículos recepcionados sino porque estos no cumplían las especificaciones que el propio Ministerio había establecido cuando encargó su fabricación a Tess Defence.
Los problemas técnicos apuntados entonces afectaban a distintos aspectos del 8×8: fallos en el grupo motopropulsor, defectos en la polea bidireccional y el portón trasero por el que acceden los militares, dificultades con la torreta de tiro, o los más de mil kilos de sobrepeso del vehículo que le impedía subir por las rampas de los aviones Airbus AM-400.
Las fuentes apuntaron a ABC que a día de hoy existen aún fallos similares a los de entonces que hacen que los responsables de auditar los vehículos no quieran validarlos con su firma, relacionados –dicen– con el motor propulsor (de Sapa), con la Torreta (EM&E) o con el sistema de combate si bien parece que las barcazas (de Santa Bárbara) están para obtener el visto bueno sin «incidencias».
Puestos en contacto con las empresas ninguna quiso hacer comentarios oficiales. En el caso de Santa Bárbara cabe recordar que, en agosto pasado, anunciaron que habían finalizado la fabricación de 127 barcazas del VCR 8×8 Dragón y desgranaron los datos: 70 ya incorporaban todos los sistemas bajo su responsabilidad, y de ellas, 53 tenían ya la integración completa de todos los sistemas de los socios del consorcio. Un total de 40 estaban en la planta de Alcalá de Guadaíra (Sevilla), pasando los test finales de aceptación.
Encuentro Robles-Indra
Se da la circunstancia de que apenas dos días antes de las pruebas en el INTA, Robles acudió a la sede de Indra a interesarse por el devenir de lo establecido en cuanto a los plazos de entrega en el contrato de los 8×8 Dragón, dado que el presidente de la compañía, Ángel Escribano, es en la actualidad quien ocupa la presidencia rotatoria al frente de Tess Defence. Allí, la ministra trasladó su preocupación por los «sucesivos retrasos» del programa de vehículos para el Ejército de Tierra, según informó el propio Ministerio en un comunicado. Y ante el continuo incumplimiento de los plazos incluidos en el contrato Defensa señalaba entonces que «se reserva las acciones oportunas», añadían.
En la reunión, acompañando a la ministra estuvieron la secretaria de Estado, Amparo Valcarce, y el jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra, Amador Enseñat, mientras que por parte de Indra estuvieron Escribano y su consejero delegado, José Vicente de los Mozos. Fuentes conocedoras del encuentro –oficialmente desde Indra declinaron hacer comentarios– apuntaron a ABC que los directivos de la compañía de Defensa y Tecnología explicaron que desde que Escribano está liderando el proyecto en la presidencia de Tess Defence –sustituyendo a Ibón Aperribay, en representación de Sapa Placencia– se ha acelerado el programa, con el objetivo de poder recuperar los retrasos acumulados que se dieron en 2024, cuando no se pudo entregar ninguno.
Recordaron desde Indra a la ministra que si bien 2025 encara sus últimos meses, Defensa ya ha recibido, oficialmente, 11 unidades del nuevo 8×8. Tess Defence entregó cuatro vehículos de la versión de zapadores a principios de abril y un mes después, la Dirección General de Armamento y Material (DGAM) del Ministerio de Defensa recibió otros siete vehículos.
En julio pasado, Escribano anunciaba que el consorcio tenía otras 22 unidades listas para ser validadas por el Ministerio de Defensa, y que durante 2025 planeaban entregar en total entre 60 y 80 unidades. «Indra compartió la preocupación de la ministra –añaden las fuentes–, de hecho sus ejecutivos reconocieron que existe un retraso importante en la ejecución del programa, pero le explicaron que en el corto tiempo que llevan al frente del proyecto se ha mejorado sustancialmente la calidad, la seguridad y la eficacia del producto, para lo que han dedicado recursos propios y han aprobado nuevos protocolos de actuación; solo necesitan algo más de tiempo para que todo fluya y vaya a mejor».
Para ello, afirman las fuentes, Indra asumió con el liderazgo la integración general de los vehículos, que ensamblará en el taller que compró a Duro Felguera en Gijón, El Tallerón. Hasta ahora, los trabajos de montaje se realizaban en la planta que General Dynamics opera en la localidad asturiana de Trubia. Además, para esa transición, Indra pagará a la matriz de la filial española Santa Bárbara Sistemas hasta 13 millones de euros, por formar a su personal.
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