La ministra de Universidades, Diana Morant, ha admitido hoy en la televisión pública que las condiciones que impone el nuevo decreto que aprobó ayer el Consejo de Ministros pueden dificultar la supervivencia de algunos campus privados. «Tengo que reconocer que las públicas las cumplen todas. Las privadas hay algunas que van a tener más dificultades , pero también hay unos tiempos de flexibilidad», aseguró la ministra en una entrevista con TVE. Esto supone un cambio importante en el discurso, puesto que, hasta ahora, Morant, refrendada por Pilar Alegría, había mantenido que la norma no iba de «públicas contra privadas» sino de «buenas contra malas». Se infiere que si todas las públicas «cumplen con los nuevos criterios de calidad», las ‘malas’ son única y exclusivamente algunas privadas. Noticia Relacionada Universidades estandar Si ¿Por qué la universidad privada no para de crecer? Beatriz L. EchazarretaCon la aprobación del nuevo real decreto el Gobierno quiere, según promociona la ministra, «que se garantice a quien se está sacando un título universitario, que ese título viene de una institución llamada universidad porque hace lo que tiene que hacer, formación, investigación y transferencia del conocimiento».«Si no haces eso, pues te llamas otra cosa , te llamas academia o lo que quieras , pero no universidad. Esto es lo que nosotros tenemos que garantizar, que la calidad del sistema universitario de todas las universidades esté garantizada», dijo en antena. Para ella, el debate está «en que la proliferación de las universidades privadas ha coincidido con la asfixia a las universidades públicas». Las familias «sacan un crédito» para que los hijos puedan estudiar en la universidad, por lo que, a su juicio, «se está quebrando el ascensor social» . ¿Nadie elige la privada libre y voluntariamente? De las palabras de Diana Morant se puede extraer que las familias pagan las matrículas de la privada no de forma libre y voluntaria, sino porque no logran acceder a la pública debido a las elevadas notas de corte. «De manera que los chiquillos y las chiquillas se presentan a una plaza de Medicina, por ejemplo, la nota de corte es un 13, que es una barbaridad. Y toda la gente que se queda fuera, que también son excelentes estudiantes, su única salida es irse a la privada», precisó. La empleabilidad Sin embargo, según datos del propio Ministerio de Universidades, los alumnos que han estudiado en la privada logran encontrar empleo más rápido que los de la pública , reduciéndose la diferencia a medida que pasan los años. Nada más graduarse, un 61,3% de la promoción del 2018-2019 que salieron de la privada se afilió a la Seguridad Social, frente a un 53,6% que lo hizo habiendo estudiado en la pública. A los dos años, la distribución de inserción laboral privada-pública es de 69,3% frente a 63,7% hasta que, a los cuatro años, los alumnos de la pública se terminan colocando más que los de la privada: 78,2% frente a 76,4%. La ministra de Universidades, Diana Morant, ha admitido hoy en la televisión pública que las condiciones que impone el nuevo decreto que aprobó ayer el Consejo de Ministros pueden dificultar la supervivencia de algunos campus privados. «Tengo que reconocer que las públicas las cumplen todas. Las privadas hay algunas que van a tener más dificultades , pero también hay unos tiempos de flexibilidad», aseguró la ministra en una entrevista con TVE. Esto supone un cambio importante en el discurso, puesto que, hasta ahora, Morant, refrendada por Pilar Alegría, había mantenido que la norma no iba de «públicas contra privadas» sino de «buenas contra malas». Se infiere que si todas las públicas «cumplen con los nuevos criterios de calidad», las ‘malas’ son única y exclusivamente algunas privadas. Noticia Relacionada Universidades estandar Si ¿Por qué la universidad privada no para de crecer? Beatriz L. EchazarretaCon la aprobación del nuevo real decreto el Gobierno quiere, según promociona la ministra, «que se garantice a quien se está sacando un título universitario, que ese título viene de una institución llamada universidad porque hace lo que tiene que hacer, formación, investigación y transferencia del conocimiento».«Si no haces eso, pues te llamas otra cosa , te llamas academia o lo que quieras , pero no universidad. Esto es lo que nosotros tenemos que garantizar, que la calidad del sistema universitario de todas las universidades esté garantizada», dijo en antena. Para ella, el debate está «en que la proliferación de las universidades privadas ha coincidido con la asfixia a las universidades públicas». Las familias «sacan un crédito» para que los hijos puedan estudiar en la universidad, por lo que, a su juicio, «se está quebrando el ascensor social» . ¿Nadie elige la privada libre y voluntariamente? De las palabras de Diana Morant se puede extraer que las familias pagan las matrículas de la privada no de forma libre y voluntaria, sino porque no logran acceder a la pública debido a las elevadas notas de corte. «De manera que los chiquillos y las chiquillas se presentan a una plaza de Medicina, por ejemplo, la nota de corte es un 13, que es una barbaridad. Y toda la gente que se queda fuera, que también son excelentes estudiantes, su única salida es irse a la privada», precisó. La empleabilidad Sin embargo, según datos del propio Ministerio de Universidades, los alumnos que han estudiado en la privada logran encontrar empleo más rápido que los de la pública , reduciéndose la diferencia a medida que pasan los años. Nada más graduarse, un 61,3% de la promoción del 2018-2019 que salieron de la privada se afilió a la Seguridad Social, frente a un 53,6% que lo hizo habiendo estudiado en la pública. A los dos años, la distribución de inserción laboral privada-pública es de 69,3% frente a 63,7% hasta que, a los cuatro años, los alumnos de la pública se terminan colocando más que los de la privada: 78,2% frente a 76,4%.
La ministra de Universidades, Diana Morant, ha reconocido hoy en la televisión pública que el nuevo decreto que aprobó ayer el Consejo de Ministros puede dificultar la supervivencia de algunos campus privados. «Tengo que reconocer que las públicas las cumplen todas. Las privadas … hay algunas que van a tener más dificultades, pero también hay unos tiempos de flexibilidad», aseguró la ministra en una entrevista con TVE.
Esto supone un cambio importante en el discurso, puesto que, hasta ahora, Morant, refrendada por Pilar Alegría, había mantenido que la norma no iba de «públicas contra privadas» sino de «buenas contra malas». Se asume que si todas las públicas «cumplen con los nuevos criterios de calidad», las ‘malas’ son única y exclusivamente algunas privadas.
Con la aprobación del nuevo real decreto el Gobierno quiere, según ha precisado la ministra, «que se garantice a quien se está sacando un título universitario, que ese título viene de una institución llamada universidad porque hace lo que tiene que hacer, formación, investigación y transferencia del conocimiento».
«Si no haces eso, pues te llamas otra cosa, te llamas academia o lo que quieras, pero no universidad. Esto es lo que nosotros tenemos que garantizar, que la calidad del sistema universitario de todas las universidades esté garantizada», dijo en antena.
Para la ministra, el debate está «en que la proliferación de las universidades privadas ha coincidido con la asfixia a las universidades públicas». Las familias «sacan un crédito» para que los hijos puedan estudiar en la universidad, por lo que, a su juicio, «se está quebrando el ascensor social». De las palabras de Diana Morant se puede extraer que, según ella, las familias pagan las matrículas de la privada no de forma libre y voluntaria, sino porque no logran acceder a la pública debido a las elevadas notas de corte. «De manera que los chiquillos y las chiquillas se presentan a una plaza de Medicina, por ejemplo, la nota de corte es un 13, que es una barbaridad. Y toda la gente que se queda fuera, que también son excelentes estudiantes, su única salida es irse a la privada», precisó.
La empleabilidad
Sin embargo, según datos del propio Ministerio de Universidades, los alumnos que han estudiado en la privada logran encontrar empleo más rápido que los de la pública, reduciéndose la diferencia a medida que pasan los años. Nada más graduarse, un 61,3% de la promoción del 2018-2019 que salieron de la privada se afilió a la Seguridad Social, frente a un 53,6% que lo hizo habiendo estudiado en la pública. A los dos años, la distribución de inserción laboral privada-pública es de 69,3% frente a 63,7% hasta que, a los cuatro años, los alumnos de la pública se terminan colocando más que los de la privada: 78,2% frente a 76,4%.
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