El aterrizaje accidentado de un avión de carga ha dejado dos muertos esta madrugada en Hong Kong. Tras tomar tierra, el Boeing 747 procedente de Dubái, arrendado por Emirates a la empresa turca AirACT, se ha desviado de la pista asignada por motivos desconocidos, embistiendo a un vehículo de seguridad que patrullaba el perímetro del aeropuerto, detrás de la valla. La colisión ha mandado al fondo del mar al coche y a sus dos ocupantes, que han perecido ahogados. El avión, por su parte, se ha partido en dos y una de las dos mitades también ha terminado flotando en las aguas de Hong Kong, mientras que la otra ha quedado parcialmente varada en la orilla.
El avión mandó al fondo del mar a un coche patrulla, se partió en dos y quedó flotando
El aterrizaje accidentado de un avión de carga ha dejado dos muertos esta madrugada en Hong Kong. Tras tomar tierra, el Boeing 747 procedente de Dubái, arrendado por Emirates a la empresa turca AirACT, se ha desviado de la pista asignada por motivos desconocidos, embistiendo a un vehículo de seguridad que patrullaba el perímetro del aeropuerto, detrás de la valla. La colisión ha mandado al fondo del mar al coche y a sus dos ocupantes, que han perecido ahogados. El avión, por su parte, se ha partido en dos y una de las dos mitades también ha terminado flotando en las aguas de Hong Kong, mientras que la otra ha quedado parcialmente varada en la orilla.
El incidente, cuando todavía era de noche, ha movilizado a más de doscientas personas, entre bomberos y personal sanitario. Un equipo de buzos ha dado con el coche a cinco metros de la orilla y a siete metros de profundidad al cabo de cuarenta minutos, pero ya era tarde. Uno de los hombres ha sido declarado muerto allí mismo y el otro a su llegada al hospital. Llevaban siete y doce años trabajando en el nuevo aeropuerto de Hong Kong, que sustituyó al de Kai Tak en 1998.
Hong Kong se mantiene como primer aeropuerto de mercancías del mundo
El accidente ha llevado a cerrar una de las tres pistas del aeropuerto y a cancelar una docenas de vuelos de carga, mientras que los vuelos de pasajeros operan con normalidad, con retrasos de como máximo quince o treinta minutos.
Se desconocen todavía las causas de la catástrofe, ya que según las autoridades las condiciones meteorológicas eran suficientemente buenas. También lo es la longitud de la pista, en un aeropuerto que se construyó sobre una isla artificial, producto de rellenar el hueco entre dos islas naturales.

Leung Man Hei / Bloomberg
Nada que ver con el vuelo de la taiwanesa China Airlines, que en 1993 también terminó con un Boeing 747 -en su caso de pasajeros- en las aguas de Hong Kong. En aquella ocasión había el atenuante de un tifón y la escasa longitud de pista del antiguo aeropuerto, propenso a los accidentes. En aquel caso, con un balance de 23 heridos. La peor catástrofe se produjo un año después, en 1994, cuando murieron 352 personas en la colisión de un avión de la japonesa ANA -que aterrizaba- con otro de Air China que se preparaba para despegar.
El aeropuerto internacional de Hong Kong registra el mayor tráfico de mercancías del mundo, cercano a los 5 millones de toneladas anuales. También es uno de los más importantes de Asia para las aerolíneas regulares, con 53 millones de pasajaros en 2024 (dos millones menos que el Aeroport de Barcelona).
El avión afectado es un Boeing 747-400 -también conocido como 744- con 32 años de antigüedad, que fue reconvertido en avión de carga. Se da la circunstancia de que no transportaba mercancía alguna en el momento de su aterrizaje. Las cuatro personas de tripulación que viajaban a bordo esperaron en la mitad flotante del avión a que llegaran los equipos de rescate, pudiendo utilizar el dispositivo de evacuación. Fueron llevadas al hospital para su examen, aparentemente sin heridas de consideración.

Chan Long Hei / Ap-LaPresse
La salida de pista se produjo cerca de las cuatro de la madrugada, todavía de noche. Sgún consta, el piloto no mandó ninguna señal de alarma ni respondió luego a las llamadas d ela torre de control. Dadas las buenas condiciones meteorológicas y de la pista, no se descarta un fallo humano, ni tampoco mecánico.
El aeropuerto internacional de Hong Kong estrenó su tercera pista, presentada como imprescindible para mantener la competitividad, en noviembre pasado, con un coste de 15.600 millones de euros al cambio.
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