El servicio de entrega rápida de bebidas de esta compañía ha ganado fama entre turistas y famosos como Paris Hilton, Leonardo DiCaprio o Bizarrap Leer El servicio de entrega rápida de bebidas de esta compañía ha ganado fama entre turistas y famosos como Paris Hilton, Leonardo DiCaprio o Bizarrap Leer
Todo comenzó en una fiesta. Corría el año 2014 y Gerard Martínez (Barcelona, 1988) estaba en una casa de Ibiza con unos amigos cuando se quedaron sin bebidas. Por entonces trabajaba en banca y auditoría y su mente atisbó una idea de negocio: crear una empresa que llevara las botellas al instante. Así fue cómo junto a su hermano se aventuró a montar Drink Home, un servicio de delivery de bebidas. «Nuestra promesa es que llegamos en 20 minutos a cualquier punto de la isla las 24 horas del día. Cuando surge la necesidad al cliente nos puede llamar, porque los 365 días, hay respuesta», comparte Gerard que arrancó con una inversión de 15.000 euros «para un pequeño almacén, dos motos y hacer una web sencilla». En su primer año solo recibió trece pedidos y este 2025 prevé cerrar con unos 1.800 encargos. Al término de 2024, la compañía alcanzó una facturación de 350.000 euros y para este año esperan que supere el medio millón.
La evolución ha sido bastante orgánica, asegura Carmen Romero (Barcelona, 1992), que se incorporó a la empresa unos años después. «Pero fue a raíz del Covid cuando notamos un aumento muy grande de pedidos y hemos seguido creciendo a día de hoy», apunta quien es pareja de Martínez. «También el público ha ido creciendo con nosotros. Cuando empecé, yo tenía 25 años y los clientes eran de mi edad, ahora nuestro público son personas de entre 30 y 40 años que no quieren salir tanto de noche y disfrutar más de día, en sus villas o en sus barcos», añade.
Asegura el empresario que las redes sociales y el boca oreja han sido su gran aliado para dar a conocer la marca. En poco más de diez años suman medio millón de seguidores y entre sus clientes se encuentran nombres como Paris Hilton, Leonardo DiCaprio, Bizarrap, Arón Piper, Robin Schulz, jeques árabes y a, través de un futbolista del Everton, una lista de jugadores de Reino Unido confían en sus servicios. «Al futbolista Jordan Pickford le alquilamos una villa. Como le querían cobrar 100.000 euros cuando su precio era de 30.000, ganamos su confianza. Gracias a esa operación, él ha pasado su teléfono a toda la selección inglesa», desvela el empresario de la compañía que además de llevar bebidas a cualquier punto de la isla también facilita el alquiler de yates, mansiones y jets privados a sus clientes, un 85% internacionales.
En su portfolio ofrecen referencias como vodka Grey Goose, champán Ruinart Blanc de Blancs o vinos Robiza, una marca premium de caldos ecológicos y artesanales fundada por la pareja. Contar con su servicio de delivery de bebidas parte de un importe mínimo de 150 euros en alcohol y aunque el tique medio de sus clientes ronda entre los 450 y los 900 euros, afirman que pueden alcanzar cifras de cuatro o cinco dígitos, como comparte Martínez. «Por ejemplo, este año recibimos una petición para una fiesta en una villa. Los clientes querían algo que prácticamente no tuviera nadie en Europa y escogieron un tequila Casa Dragones, edición limitada con diseño especial del artista Gabriel Orozco que cuesta 5.500 euros y del que solo hay 300 unidades en el mundo». Romero añade: «Tequila, vino y champán son las bebidas que más triunfan». Formada en dirección hotelera, antes de sumarse a la empresa ibicenca, Carmen trabajó en aviación privada y en el Hotel Bulgari de Dubái «donde aprendí a trabajar con clientes excepcionales y demandantes, como Cristiano Ronaldo o la familia real árabe». Actualmente, la responsable de experiencia de cliente y directora creativa de la firma, compagina su trabajo en Drink Home con la auditoría de hoteles boutique.
La inmediatez en la entrega y la discreción forman parte del éxito de la enseña. «Mi trabajo consiste en ir, ver y callar«, dice Gerard, que cuenta con un equipo de seis jeeps con los que acceder a cualquier punto de la isla en 20 minutos y satisfacer los pedidos. Por supuesto, no faltan los caprichos. «El encargo más complicado nos vino del club Beso Beach en Formentera: a las 9 de la mañana nos pidió 250 botellas de Dom Pérignon para una fiesta que había cerrado con un cliente a las 16 horas. Y gracias a nuestros contactos entre Madrid y Valencia y alquilando un ferry, lo conseguimos», cuenta orgulloso el empresario que no descarta replicar su modelo de negocio en otros exclusivos enclaves del mapa. «Siempre se dice que lo que triunfa en Ibiza, puede ser un éxito en todo el mundo», comparte. Solo el tiempo dirá si salen de su querida Isla Blanca.
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