Estados Unidos continúa bombardeando supuestas narcolanchas, pero esta vez ha ampliado el radio de acción al océano Pacífico. El secretario del Departamento de Guerra, Pete Hegseth, anunció este miércoles el hundimiento de la octava embarcación, con al menos dos muertos, si bien esta vez la acción militar no se produjo en el Caribe como en las otras siete ocasiones previas.
Pete Hegseht da a conocer la noticia del ataque, en aguas internacionales fuera de Colombia, comparando a los tripulantes con los terroristas de Alqaeda que cometieron los atentados del 11-S del 2001
Estados Unidos continúa bombardeando supuestas narcolanchas, pero esta vez ha ampliado el radio de acción al océano Pacífico. El secretario del Departamento de Guerra, Pete Hegseth, anunció este miércoles el hundimiento de la octava embarcación, con al menos dos muertos, si bien esta vez la acción militar no se produjo en el Caribe como en las otras siete ocasiones previas.
El ataque se produjo la noche del martes en aguas internacionales fuera de la costa de Colombia y ya son 34 el total de muertos en esas misiones presuntamente lanzadas contra narcotraficantes, si bien la administración de Donald Trump no ha presentado ni una sola prueba de quienes eran esas personas ni como habían llegado a la conclusión de que eran traficantes.
Trump aprobó una orden por la que esos tripulantes son combatientes a los que se les ha declarado la guerra y, por tanto, carecen de los derechos legales de cualquier ciudadano imputado por un delito. En este caso ni siquiera han sido imputados.
En un breve vídeo publicado por Hegseth en las redes sociales, un pequeño bote medio cargado con paquetes marrones navega por esas aguas. A los pocos segundos de esa grabación, el bote explota y se queda flotando, entre llamas.
“Nuestra inteligencia supo que ese barco estaba implicado en el tráfico ilícito de narcóticos e iba por una ruta conocida del narcotráfico cargando drogas”, sostuvo Hegseth.
Dando un paso inusual comparado a otras ocasiones, el secretario de Guerra afirmó que esos presuntos narcotraficantes son como los terroristas que cometieron los atentados del 11-S del 2001. “Así como Alqaeda abrió una guerra en nuestro territorio, estos carteles de la droga libran una guerra en nuestra frontera y contra nuestra gente, recalcó. “No habrá refugio ni perdón, solo justicia”, prometió.
Hasta ahora, los ataques básicamente se habían centrado en embarcaciones que supuestamente procedían de Venezuela, en lo que también se observa como un intento de desestabilizar el régimen chavista del presidente Nicolás Maduro. Trump incluso prometió realizar operaciones en tierra de ese país y dio la orden a la CIA de realizar misiones encubiertas dentro de ese país.
Sin embargo, la amenaza también recae de forma directa contra Colombia, después de que el pasado sábado el presidente Gustavo Petro acusó a su homólogo estadounidense de haber matado a inocentes como un pescador colombiano.
Trump replicó airado con la orden de retirar fondos estadounidenses para Colombia y con la amenaza de imponer aranceles punitivos no concretados hasta la fecha.
La legalidad de estas acciones, que según Trump forman parte de un conflicto armado, es cuestionada en el Congreso de Estados Unidos y no solo por legisladores demócratas.
En un ataque de hace unos días hubo dos supervivientes. Uno de ellos fue extraditado a Ecuador. Las autoridades de este país dejaron a ese hombre en libertad al no hallar prueba alguna de que hubiera cometido un crimen en su país.
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