En las vallas electrónicas del TQL Stadium de Cincinnati se podía leer “Mundial de Clubs 2025 de la FIFA”, pero en el césped las sensaciones eran de amistoso, de gira veraniega por Estados Unidos. El resultado del partido lo confirmó después. En su debut en el torneo, el Bayern Múnich goleó al modesto Auckland City en un encuentro sin historia, sabedores todos los espectadores que la goleada bávara era cuestión de tiempo (10-0).
El equipo bávaro debuta en el torneo con una cómoda goleada ante un Auckland City con muchos jugadores amateurs
En las vallas electrónicas del TQL Stadium de Cincinnati se podía leer “Mundial de Clubs 2025 de la FIFA”, pero en el césped las sensaciones eran de amistoso, de gira veraniega por Estados Unidos. El resultado del partido lo confirmó después. En su debut en el torneo, el Bayern Múnich goleó al modesto Auckland City en un encuentro sin historia, sabedores todos los espectadores que la goleada bávara era cuestión de tiempo (10-0).
El gigante alemán se midió a un conjunto semiprofesional, con muchos jugadores amateurs que compaginan el fútbol con otra profesión. No es casualidad que el combinado kiwi ocupe la posición 5.074 en la lista elaborada por Opta de los mejores equipos del mundo.
Un barbero, un empleado de ferretería, un agente inmobiliario y un profesor de escuela, entre otros, integran parte del equipo neozelandés, que participa en el neonato campeonato gracias a los 13 entorchados que acumula de la Champions de Oceanía, incluidas las cuatro últimas ediciones. También juega para los navy blues el español Gerard Garriga, exjugador del Atlétic Alpicat, de la Segunda Catalana, que se marchó a las antípodas para aprender inglés.
Con este contexto, era de esperar que el pitido inicial diera paso a un monólogo del Bayern ante un rival aculado, con todos sus jugadores en el área, que se limitó a defender a la espera de su fatal destino. Tocaban y tocaban los germanos a medio gas, sin mucha intensidad, en largas posesiones que acostumbraron a terminar en centros. Por momentos, la escena parecía de patio de colegio, un barullo en el área oceánica donde unos buscaban despejar el balón y otros rematarlo a puerta.

Jeff Dean / Ap-LaPresse
Tardó cinco minutos el equipo de Kompany en abrir el marcador, también el primer gol del torneo. Sacó el córner Kimmich al segundo palo, cabeceó al corazón del área Tah, en su primer partido oficial con el Bayern, y Coman cabeceó a la red. El Auckland demostró que defender los balones por alto tampoco es una de sus virtudes, con únicamente la acumulación de futbolistas como estrategia. Volvió a sufrir esa laguna en otro centro que bajó cómodamente con la testa Coman para que Boey fusilara al portero para hacer el segundo tanto.
En el equipo oceánico, el 5.074 del mundo en una lista de Opta, juegan jugadores que además de futbolistas son barberos, agentes inmobiliarios o maestros
El tercer tanto teutón llegó en una buena combinación que inició Olise, con un buen regate y un centro atrás, y finalizó el propio jugador francés al remachar un remate falllido de Kane, de los más flojos el inglés en el Bayern. Quiso el inocente Auckland salir con el balón jugado todo el partido y solo le sirvió para que un robo de balón facilitara a Coman marcar su doblete, esta vez con un tiro cruzado tras un buen regate sobre Den Heijer. Cuatro goles en poco más de 20 minutos.
Antes del descanso, Olise volvió a activarse con un centro que remató a placer al fondo de las mallas Thomas Müller, que se despedirá del Bayern tras el torneo. El extremo aún tuvo tiempo de firmar en la primera parte el mejor gol del partido con una jugada al estilo de Lamine Yamal, iniciada con un eslalom por la derecha y finalizada con un chut sutil con rosca a la escuadra.
Tras la reanudación, el único rival del Bayern ya era solo la relajación, pero los alemanes siguieron aumentando la renta sin necesidad de exprimirse demasiado. Fue entonce cuando se unió a la fiesta Jamal Musiala en su vuelta al equipo tras lesionarse en abril. La joven estrella se erigió en apenas media hora, ingresado en el minuto 60, en el máximo goleador del torneo con tres goles: el primero fue un golazo desde fuera del área, el segundo de penalti y el tercero un regalo del portero Conor Tracey. Pese a la goleada, el meta realizó ocho paradas, algunas de mérito.
El principal logro del equipo oceánico fue un tiro a puerta, un chut tímido en el minuto 80 de Kilkolly. Fue antes de que Müller marcara en el minuto 89 el décimo tanto, una cifra sonrojante para una competición que se llama Mundial de Clubs.
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