‘La gobernanza de China’ es de obligado estudio en escuelas y universidades. Recoge muchos discursos, apuntes históricos y detalles edulcorados de quien quizás es el hombre más poderoso del mundo Leer ‘La gobernanza de China’ es de obligado estudio en escuelas y universidades. Recoge muchos discursos, apuntes históricos y detalles edulcorados de quien quizás es el hombre más poderoso del mundo Leer
Nada más poner un pie en una librería de Shanghai que se promociona como «la primera especializada en literatura feminista», sorprende encontrarse una estantería dominada por libros que llevan la firma del presidente de China, Xi Jinping. En las primeras filas destacan sus famosos cuatro volúmenes (La gobernanza de China) que se han traducido en 37 idiomas y distribuido por 170 países. Se trata de tochos con más de 500 páginas que recogen muchos discursos, apuntes históricos y edulcorados detalles bibliográficos de quien es probablemente el hombre más poderoso del mundo, en cuanto a autoridad política concentrada en una sola persona se refiere.
«Sí, lo sabemos, muy feministas no son estas obras. Básicamente, se destacan los logros de un hombre y de su círculo íntimo de colaboradores, todos también hombres», reconoce una de las administradoras de la librería. «Hace unos meses, después de organizar varios coloquios de escritoras locales muy reivindicativas, vinieron varios funcionarios a revisar los libros que vendíamos. Dijeron que podíamos tener problemas porque alentábamos a romper reglas sociales establecidas e insinuaron que algunas obras no habían pasado por la supervisión de la Administración General de Prensa y Publicaciones (el organismo censor que dictamina qué libros son apropiados para que los ciudadanos chinos puedan acceder abiertamente a ellos). Como los funcionarios dijeron que regresarían para otra revisión, colocamos en la entrada toda la colección de libros de Xi Jinping», explica.
Los canales propagandísticos de China aseguran que los «best sellers» del presidente Xi, que son de obligado estudio tanto en escuelas y como en universidades, han sido devorados por ilustres personajes internacionales como Mark Zuckerberg y Elon Musk, quienes querían profundizar en los éxitos de la superpotencia asiática estudiando detenidamente la forma marxista-leninista de ver el mundo del mandamás chino.
En los volúmenes, que en España serían lo equivalente al Manual de resistencia de Pedro Sánchez, pero con una lectura aún más espesa y dominada por el neolenguaje del que suelen tirar los mandatarios chinos para explicar cosas sencillas con frases ininteligibles, también hay muchas imágenes de la trayectoria de Xi y algunos apuntes más personales.
Como cuando se explica que, durante la Revolución Cultural, este hijo de un héroe revolucionario purgado por Mao Zedong estuvo durante siete años durmiendo en una cama hecha con ladrillos y arcilla dentro de una cueva en Liangjiahe, una pequeña aldea en las montañas de la provincia de Shaanxi, al norte de China. Y que, en 1974, cuando Xi comenzó su carrera política, fue elegido secretario del Partido Comunista en aquella aldea, donde dirigió la construcción de pozos para que los aldeanos tuvieran acceso a agua corriente y una gran presa que transformaría una vasta área montañosa de tierra árida en campos productivos. Hoy, en los restaurantes de Liangjiahe, una de las cunas del turismo patriótico, se ofrece un plato de repollo en escabeche que lleva el nombre del presidente.
Hace unos días, los manuales de gobernanza de Xi se presentaron en Astaná, capital de Kazajistán, en un acto apadrinado por la ministra de Cultura de ese país. En Kuala Lumpur, capital de Malasia, también hubo recientemente otra presentación de las obras. Y en la feria del libro de este año en Túnez, había un puesto dedicado a los escritos del líder chino.
En junio, en Madrid, la Fundación Cátedra China, un think tank muy cercano a Pekín que se dedica a promover en España las relaciones con el gigante asiático, organizó un simposio para presentar la versión en español de otra obra que recoge los discursos de Xi sobre el respeto y la protección a los derechos humanos. En el acto estuvo presente Yao Jing, embajador de China en España, junto con varios académicos españoles. «Este libro ofrece a los lectores una lente clara y racional a través de la cual comprender las prácticas de derechos humanos en China, yendo más allá de nociones preconcebidas», señalaba Marta Montoro, la promotora del evento.
La obra literaria de Xi también abarca una colección en la que se explican las políticas del líder supremo para sacar de la pobreza extrema a millones de personas, su campaña anticorrupción que se ha llevado por delante a más de un millón y medio de funcionarios de todos los niveles o su ambicioso proyecto de la nueva Ruta de la Seda, el vasto programa global de financiación de infraestructuras extendido por más de 150 países.
Para salir de la engrasada máquina de propaganda del partido, también se pueden encontrar (aunque no en China, debido a que están censurados) otros libros de autores chinos y extranjeros que trazan un perfil más crítico del presidente de China. Kevin Rudd, ex primer ministro de Australia, publicó este año Sobre Xi Jinping: Cómo el nacionalismo marxista de Xi está moldeando a China y al mundo.
Rudd señala en su obra que, desde las primeras décadas de la República Popular China con Mao Zedong, nadie había concentrado tanto poder en China como el actual presidente. Xi, además de secretario general del Partido Comunista (PCCh), un gigante monstruo político que la semana pasada anunció que había superado la cifra de 100 millones de miembros, también dirige la comisión militar que supervisa y comanda un ejército con más de un millón y medio de efectivos.
Rudd recuerda que, tras eliminar los límites del mandato presidencial, Xi rompió en 2022 una norma no oficial respecto a que los líderes se tenían que jubilar a los 68 años. Rodeado de un equipo de leales, el culto extremo a su figura se ha consolidado con una ideología, el socialismo con características chinas, recogida en sus obras. Su sobriedad nunca deja espacio a la improvisación: lleva más de una década sin dar entrevistas, no participa en ruedas de prensa ni tiene gabinete de comunicación.
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