Se trata, más bien, de una declaración de intenciones. Pero a Pedro Sánchez le da oxígeno para encarar el ultimátum de Junts . El acuerdo alcanzado entre España y Alemania para «abrir un diálogo» con el objetivo de encontrar «una respuesta» a la solicitud de hacer oficiales el catalán, el euskera y el gallego también en Europa es un gesto. El canciller Friedrich Merz asume, al menos en parte, la reivindicación del Gobierno español en un momento límite para el socialista, cuando parece jugarse la viabilidad de la legislatura. Y al mismo tiempo es un golpe para Alberto Núñez Feijóo, que precisamente tiene en Merz a uno de sus principales aliados, sino el más importante.A la espera de ver si esa declaración conjunta se traduce realmente en un avance, la realidad es que la noticia impactó de lleno en la dirección nacional conservadora y en los eurodiputados más implicados en este asunto, que llevan trabajando meses para frenar las aspiraciones de Sánchez. La sorpresa fue mayúscula en Bruselas y en Madrid.Entre otras cosas, porque Feijóo estuvo precisamente este jueves en la capital europea, donde se reunió con los principales líderes del PPE antes de que comenzara el Consejo con todos los primeros ministros. Un encuentro habitual que mantiene la familia popular, pero que también permite testar todo lo que está en el ambiente europeo. Varias fuentes consultadas insisten en que durante la visita de Feijóo a Bruselas «no se habló nada» que tuviera que ver con la oficialidad del catalán, ni tampoco existía «un runrún» que hiciera pensar en algo similar. Noticia Relacionada estandar Si Sánchez rescata el debate del catalán en la UE con el apoyo de Alemania tras el ultimátum de Junts Ainhoa Martínez Firman una declaración conjunta para abrir un diálogo sobre el texto que se presentará en la próxima reunión del Consejo de Asuntos GeneralesFuentes de Génova minimizan lo pactado entre los dos países, asegurando que, tras consultar directamente a miembros de la CDU (el partido de Merz) «en ningún caso su posicionamiento ha cambiado» , dejando entrever que en la votación Alemania continuaría oponiéndose. Según el PP, se trata del «diálogo» habitual entre dos Estados que, en ocasiones, conlleva cerrar acuerdos como este.Sin embargo, se trata de un paso que da oxígeno a Sánchez en un momento de máxima debilidad para el presidente y que deja en mal lugar a Feijóo, teniendo en cuenta que Merz es su gran aliado, y se ha apoyado en él en otros momentos para, precisamente, frenar esta iniciativa. El líder del PP también se vio con el canciller alemán cuando hace unas semanas se reunió con Sánchez en La Moncloa. El PP se mira mucho en el espejo de la CDU alemana y la interlocución es constante. De hecho, Dolors Montserrat es la secretaria general del PP europeo, que está presidido por otro alemán, Manfred Weber. Fuentes europeas no esconden que el acuerdo, por muy superficial que sea, «juega una mala pasada» a Feijóo en un momento clave. «Han primado otros intereses y Feijóo, al final, lidera la oposición y Sánchez es el presidente», se resignan algunos dirigentes consultados, reconociendo que el poder en algunos momentos «manda» y responde a otros intereses que son difíciles de frenar.Los populares, eso sí, siguen pensando que cuando realmente la oficialidad llegue a votación en el próximo Consejo de Asuntos Generales de noviembre, los países se opondrán. Como publicó ABC , en este debate Feijóo siempre ha tenido otro aliado clave: Italia , con su ministro de Asuntos Exteriores, Antonio Tajani , dando respaldo directo al PP. La primera ministra Giorgia Meloni, más cercana a Vox, también es consciente de la sensibilidad del tema para la derecha española.En la dirección nacional también hay fuentes que están convencidas de que es «un nuevo engaño» de Sánchez a Carles Puigdemont, al que «le ha vendido un acuerdo que no es tal».El acuerdo firmado«Este es un Gobierno que quiere y aspira a cumplir con los compromisos pactados». Moncloa consiguió este viernes acelerar para tratar de demostrar su voluntad de avanzar en las promesas adquiridas y pendientes con Junts, en pleno proceso de reflexión del partido de Puigdemont para decidir si sostiene o no más a Sánchez.La oficialidad del catalán, gallego y euskera fue una de las contrapartidas que Junts impuso a cambio de permitir que, en agosto de 2023, Francina Armengol fuera elegida presidenta del Congreso, otorgando así al Gobierno la mayoría en la Mesa de la Cámara baja, un poder clave en el desarrollo de una legislatura en minoría. En Moncloa presentan el gesto como la prueba de que «el Gobierno no ha dejado de mostrar su determinación para avanzar hacia la oficialidad del catalán, el euskera y el gallego». «El de hoy es un paso importante para hacerlo posible», dicen, defendiendo que «la incorporación de estas lenguas constituye una parte esencial de la identidad nacional plurilingüe de España». Lo rubricado se traduce en el inicio de «conversaciones bilaterales a partir de las cuales España presentará un texto para debate y decisión de los 27 Estados Miembros». Un nuevo intento, tras los previos fracasados, que habían hecho que el Ejecutivo español aparcase la cuestión en las últimas ocasiones. Este diálogo bilateral «comenzará a la mayor brevedad a cargo de nuestros respectivos Ministerios de Asuntos Exteriores», se comprometen.Declaración anómalaPara sorpresa de la diplomacia alemana , el Gobierno español ya planteó la cuestión del catalán en la última reunión bilateral de Sánchez y Merz, el pasado 20 de septiembre. El canciller alemán ironizó entonces sobre una petición de carácter tan superficial, en un contexto en el que mantiene reiteradas reuniones con jefes de Estado en la que se tratan asuntos de mucho mayor calado, como el rearme, la crisis comercial o el estancamiento de la industria, y aludió que bastaría la inteligencia artificial para resolverlos. «Creo que de aquí a medio plazo podría haber una buena solución por medio de la inteligencia artificial, porque gracias a la IA ya no necesitaremos intérpretes, vamos a poder entender y hablar en todos los idiomas de UE», sugirió, mirando a la solución tecnológica, aunque dejó la puerta abierta a una negociación al respecto, al añadir que «he entendido bien el interés del Gobierno español y del presidente del Gobierno con respecto a los desafíos lingüísticos: que son idiomas muy distintos, no se entienden todos entre sí. Cómo resolverlo, eso lo tendremos que ver».La declaración conjunta que parece surgida de aquella reunión aparece colgada este viernes, efectivamente, en una página web del Gobierno alemán, pero sin membrete, sin fecha y sin que aparezca citado departamento alguno del Gobierno como responsable del documento, un grado de informalidad del todo inusual en Berlín. La declaración tampoco ha sido comunicada debidamente a la prensa, como ocurre con todas las declaraciones del Gobierno, que son cumplidamente distribuidas por correo electrónico a través del departamento Presse- und Informatiónsamt der Bundesregierun-Chef vom Dienst, lo que convierte esta declaración en una anomalía reseñable. Se trata, más bien, de una declaración de intenciones. Pero a Pedro Sánchez le da oxígeno para encarar el ultimátum de Junts . El acuerdo alcanzado entre España y Alemania para «abrir un diálogo» con el objetivo de encontrar «una respuesta» a la solicitud de hacer oficiales el catalán, el euskera y el gallego también en Europa es un gesto. El canciller Friedrich Merz asume, al menos en parte, la reivindicación del Gobierno español en un momento límite para el socialista, cuando parece jugarse la viabilidad de la legislatura. Y al mismo tiempo es un golpe para Alberto Núñez Feijóo, que precisamente tiene en Merz a uno de sus principales aliados, sino el más importante.A la espera de ver si esa declaración conjunta se traduce realmente en un avance, la realidad es que la noticia impactó de lleno en la dirección nacional conservadora y en los eurodiputados más implicados en este asunto, que llevan trabajando meses para frenar las aspiraciones de Sánchez. La sorpresa fue mayúscula en Bruselas y en Madrid.Entre otras cosas, porque Feijóo estuvo precisamente este jueves en la capital europea, donde se reunió con los principales líderes del PPE antes de que comenzara el Consejo con todos los primeros ministros. Un encuentro habitual que mantiene la familia popular, pero que también permite testar todo lo que está en el ambiente europeo. Varias fuentes consultadas insisten en que durante la visita de Feijóo a Bruselas «no se habló nada» que tuviera que ver con la oficialidad del catalán, ni tampoco existía «un runrún» que hiciera pensar en algo similar. Noticia Relacionada estandar Si Sánchez rescata el debate del catalán en la UE con el apoyo de Alemania tras el ultimátum de Junts Ainhoa Martínez Firman una declaración conjunta para abrir un diálogo sobre el texto que se presentará en la próxima reunión del Consejo de Asuntos GeneralesFuentes de Génova minimizan lo pactado entre los dos países, asegurando que, tras consultar directamente a miembros de la CDU (el partido de Merz) «en ningún caso su posicionamiento ha cambiado» , dejando entrever que en la votación Alemania continuaría oponiéndose. Según el PP, se trata del «diálogo» habitual entre dos Estados que, en ocasiones, conlleva cerrar acuerdos como este.Sin embargo, se trata de un paso que da oxígeno a Sánchez en un momento de máxima debilidad para el presidente y que deja en mal lugar a Feijóo, teniendo en cuenta que Merz es su gran aliado, y se ha apoyado en él en otros momentos para, precisamente, frenar esta iniciativa. El líder del PP también se vio con el canciller alemán cuando hace unas semanas se reunió con Sánchez en La Moncloa. El PP se mira mucho en el espejo de la CDU alemana y la interlocución es constante. De hecho, Dolors Montserrat es la secretaria general del PP europeo, que está presidido por otro alemán, Manfred Weber. Fuentes europeas no esconden que el acuerdo, por muy superficial que sea, «juega una mala pasada» a Feijóo en un momento clave. «Han primado otros intereses y Feijóo, al final, lidera la oposición y Sánchez es el presidente», se resignan algunos dirigentes consultados, reconociendo que el poder en algunos momentos «manda» y responde a otros intereses que son difíciles de frenar.Los populares, eso sí, siguen pensando que cuando realmente la oficialidad llegue a votación en el próximo Consejo de Asuntos Generales de noviembre, los países se opondrán. Como publicó ABC , en este debate Feijóo siempre ha tenido otro aliado clave: Italia , con su ministro de Asuntos Exteriores, Antonio Tajani , dando respaldo directo al PP. La primera ministra Giorgia Meloni, más cercana a Vox, también es consciente de la sensibilidad del tema para la derecha española.En la dirección nacional también hay fuentes que están convencidas de que es «un nuevo engaño» de Sánchez a Carles Puigdemont, al que «le ha vendido un acuerdo que no es tal».El acuerdo firmado«Este es un Gobierno que quiere y aspira a cumplir con los compromisos pactados». Moncloa consiguió este viernes acelerar para tratar de demostrar su voluntad de avanzar en las promesas adquiridas y pendientes con Junts, en pleno proceso de reflexión del partido de Puigdemont para decidir si sostiene o no más a Sánchez.La oficialidad del catalán, gallego y euskera fue una de las contrapartidas que Junts impuso a cambio de permitir que, en agosto de 2023, Francina Armengol fuera elegida presidenta del Congreso, otorgando así al Gobierno la mayoría en la Mesa de la Cámara baja, un poder clave en el desarrollo de una legislatura en minoría. En Moncloa presentan el gesto como la prueba de que «el Gobierno no ha dejado de mostrar su determinación para avanzar hacia la oficialidad del catalán, el euskera y el gallego». «El de hoy es un paso importante para hacerlo posible», dicen, defendiendo que «la incorporación de estas lenguas constituye una parte esencial de la identidad nacional plurilingüe de España». Lo rubricado se traduce en el inicio de «conversaciones bilaterales a partir de las cuales España presentará un texto para debate y decisión de los 27 Estados Miembros». Un nuevo intento, tras los previos fracasados, que habían hecho que el Ejecutivo español aparcase la cuestión en las últimas ocasiones. Este diálogo bilateral «comenzará a la mayor brevedad a cargo de nuestros respectivos Ministerios de Asuntos Exteriores», se comprometen.Declaración anómalaPara sorpresa de la diplomacia alemana , el Gobierno español ya planteó la cuestión del catalán en la última reunión bilateral de Sánchez y Merz, el pasado 20 de septiembre. El canciller alemán ironizó entonces sobre una petición de carácter tan superficial, en un contexto en el que mantiene reiteradas reuniones con jefes de Estado en la que se tratan asuntos de mucho mayor calado, como el rearme, la crisis comercial o el estancamiento de la industria, y aludió que bastaría la inteligencia artificial para resolverlos. «Creo que de aquí a medio plazo podría haber una buena solución por medio de la inteligencia artificial, porque gracias a la IA ya no necesitaremos intérpretes, vamos a poder entender y hablar en todos los idiomas de UE», sugirió, mirando a la solución tecnológica, aunque dejó la puerta abierta a una negociación al respecto, al añadir que «he entendido bien el interés del Gobierno español y del presidente del Gobierno con respecto a los desafíos lingüísticos: que son idiomas muy distintos, no se entienden todos entre sí. Cómo resolverlo, eso lo tendremos que ver».La declaración conjunta que parece surgida de aquella reunión aparece colgada este viernes, efectivamente, en una página web del Gobierno alemán, pero sin membrete, sin fecha y sin que aparezca citado departamento alguno del Gobierno como responsable del documento, un grado de informalidad del todo inusual en Berlín. La declaración tampoco ha sido comunicada debidamente a la prensa, como ocurre con todas las declaraciones del Gobierno, que son cumplidamente distribuidas por correo electrónico a través del departamento Presse- und Informatiónsamt der Bundesregierun-Chef vom Dienst, lo que convierte esta declaración en una anomalía reseñable.
Se trata, más bien, de una declaración de intenciones. Pero a Pedro Sánchez le da oxígeno para encarar el ultimátum de Junts. El acuerdo alcanzado entre España y Alemania para «abrir un diálogo» con el objetivo de encontrar «una respuesta» a la solicitud … de hacer oficiales el catalán, el euskera y el gallego también en Europa es un gesto. El canciller Friedrich Merz asume, al menos en parte, la reivindicación del Gobierno español en un momento límite para el socialista, cuando parece jugarse la viabilidad de la legislatura. Y al mismo tiempo es un golpe para Alberto Núñez Feijóo, que precisamente tiene en Merz a uno de sus principales aliados, sino el más importante.
A la espera de ver si esa declaración conjunta se traduce realmente en un avance, la realidad es que la noticia impactó de lleno en la dirección nacional conservadora y en los eurodiputados más implicados en este asunto, que llevan trabajando meses para frenar las aspiraciones de Sánchez. La sorpresa fue mayúscula en Bruselas y en Madrid.
Entre otras cosas, porque Feijóo estuvo precisamente este jueves en la capital europea, donde se reunió con los principales líderes del PPE antes de que comenzara el Consejo con todos los primeros ministros. Un encuentro habitual que mantiene la familia popular, pero que también permite testar todo lo que está en el ambiente europeo. Varias fuentes consultadas insisten en que durante la visita de Feijóo a Bruselas «no se habló nada» que tuviera que ver con la oficialidad del catalán, ni tampoco existía «un runrún» que hiciera pensar en algo similar.
Fuentes de Génova minimizan lo pactado entre los dos países, asegurando que, tras consultar directamente a miembros de la CDU (el partido de Merz) «en ningún caso su posicionamiento ha cambiado», dejando entrever que en la votación Alemania continuaría oponiéndose. Según el PP, se trata del «diálogo» habitual entre dos Estados que, en ocasiones, conlleva cerrar acuerdos como este.
Sin embargo, se trata de un paso que da oxígeno a Sánchez en un momento de máxima debilidad para el presidente y que deja en mal lugar a Feijóo, teniendo en cuenta que Merz es su gran aliado, y se ha apoyado en él en otros momentos para, precisamente, frenar esta iniciativa. El líder del PP también se vio con el canciller alemán cuando hace unas semanas se reunió con Sánchez en La Moncloa. El PP se mira mucho en el espejo de la CDU alemana y la interlocución es constante.
De hecho, Dolors Montserrat es la secretaria general del PP europeo, que está presidido por otro alemán, Manfred Weber. Fuentes europeas no esconden que el acuerdo, por muy superficial que sea, «juega una mala pasada» a Feijóo en un momento clave. «Han primado otros intereses y Feijóo, al final, lidera la oposición y Sánchez es el presidente», se resignan algunos dirigentes consultados, reconociendo que el poder en algunos momentos «manda» y responde a otros intereses que son difíciles de frenar.
Los populares, eso sí, siguen pensando que cuando realmente la oficialidad llegue a votación en el próximo Consejo de Asuntos Generales de noviembre, los países se opondrán. Como publicó ABC, en este debate Feijóo siempre ha tenido otro aliado clave: Italia, con su ministro de Asuntos Exteriores, Antonio Tajani, dando respaldo directo al PP. La primera ministra Giorgia Meloni, más cercana a Vox, también es consciente de la sensibilidad del tema para la derecha española.
En la dirección nacional también hay fuentes que están convencidas de que es «un nuevo engaño» de Sánchez a Carles Puigdemont, al que «le ha vendido un acuerdo que no es tal».
El acuerdo firmado
«Este es un Gobierno que quiere y aspira a cumplir con los compromisos pactados». Moncloa consiguió este viernes acelerar para tratar de demostrar su voluntad de avanzar en las promesas adquiridas y pendientes con Junts, en pleno proceso de reflexión del partido de Puigdemont para decidir si sostiene o no más a Sánchez.
La oficialidad del catalán, gallego y euskera fue una de las contrapartidas que Junts impuso a cambio de permitir que, en agosto de 2023, Francina Armengol fuera elegida presidenta del Congreso, otorgando así al Gobierno la mayoría en la Mesa de la Cámara baja, un poder clave en el desarrollo de una legislatura en minoría.
En Moncloa presentan el gesto como la prueba de que «el Gobierno no ha dejado de mostrar su determinación para avanzar hacia la oficialidad del catalán, el euskera y el gallego». «El de hoy es un paso importante para hacerlo posible», dicen, defendiendo que «la incorporación de estas lenguas constituye una parte esencial de la identidad nacional plurilingüe de España».
Lo rubricado se traduce en el inicio de «conversaciones bilaterales a partir de las cuales España presentará un texto para debate y decisión de los 27 Estados Miembros». Un nuevo intento, tras los previos fracasados, que habían hecho que el Ejecutivo español aparcase la cuestión en las últimas ocasiones. Este diálogo bilateral «comenzará a la mayor brevedad a cargo de nuestros respectivos Ministerios de Asuntos Exteriores», se comprometen.
Declaración anómala
Para sorpresa de la diplomacia alemana, el Gobierno español ya planteó la cuestión del catalán en la última reunión bilateral de Sánchez y Merz, el pasado 20 de septiembre. El canciller alemán ironizó entonces sobre una petición de carácter tan superficial, en un contexto en el que mantiene reiteradas reuniones con jefes de Estado en la que se tratan asuntos de mucho mayor calado, como el rearme, la crisis comercial o el estancamiento de la industria, y aludió que bastaría la inteligencia artificial para resolverlos. «Creo que de aquí a medio plazo podría haber una buena solución por medio de la inteligencia artificial, porque gracias a la IA ya no necesitaremos intérpretes, vamos a poder entender y hablar en todos los idiomas de UE», sugirió, mirando a la solución tecnológica, aunque dejó la puerta abierta a una negociación al respecto, al añadir que «he entendido bien el interés del Gobierno español y del presidente del Gobierno con respecto a los desafíos lingüísticos: que son idiomas muy distintos, no se entienden todos entre sí. Cómo resolverlo, eso lo tendremos que ver».
La declaración conjunta que parece surgida de aquella reunión aparece colgada este viernes, efectivamente, en una página web del Gobierno alemán, pero sin membrete, sin fecha y sin que aparezca citado departamento alguno del Gobierno como responsable del documento, un grado de informalidad del todo inusual en Berlín. La declaración tampoco ha sido comunicada debidamente a la prensa, como ocurre con todas las declaraciones del Gobierno, que son cumplidamente distribuidas por correo electrónico a través del departamento Presse- und Informatiónsamt der Bundesregierun-Chef vom Dienst, lo que convierte esta declaración en una anomalía reseñable.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Volver a intentar
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Sigue navegando
Artículo solo para suscriptores
RSS de noticias de espana
