El Gobierno de Escocia, a cargo del SNP, ha presentado un nuevo documento, titulado A fresh start with independence (Un nuevo comienzo con la independencia) en el que propone reiniciar la cadena hacia la independencia culminada en 2014 con el referéndum, en el que ganó el No. En un mensaje a la población, el primer ministro escocés, John Swinney, argumenta que, mientras “Westminster no funciona para Escocia”, el país “prospera cuando toma sus propias decisiones”.
El documento valora que el Brexit ha cambiado las circunstancias del voto de 2014 y resuelve el problema de la moneda con la creación de la libra escocesa
El Gobierno de Escocia, a cargo del SNP, ha presentado un nuevo documento, titulado A fresh start with independence (Un nuevo comienzo con la independencia) en el que propone reiniciar la cadena hacia la independencia culminada en 2014 con el referéndum, en el que ganó el No. En un mensaje a la población, el primer ministro escocés, John Swinney, argumenta que, mientras “Westminster no funciona para Escocia”, el país “prospera cuando toma sus propias decisiones”.
En un discurso similar al que defendía hace doce años, Alex Salmond, Swinney achaca al “mal rendimiento económico del Reino Unido” los problemas del país. Un país, Escocia, que necesita “mejorar las oportunidades disponibles para su gente”, “construir una economía más fuerte e inclusiva” o aprovechar al máximo los inmensos recursos naturales” de que dispone. Este análisis ha llevado al gobierno escocés a plantear como “un nuevo comienzo” la búsqueda de la independencia que Swinney considera urgente, necesaria y posible.
El apoyo a la independencia, según el YouGov, estaba en el 42% en julio de 2025, con un 31% en contra y un 26% de indecisos
La propuesta llega en un momento en el que el SNP, pese a sus dudas, roza la mayoría absoluta según algunas encuestas para unas elecciones que se celebrarán el próximo 7 de mayo. Aunque el SNP se quedaría en un 35% de voto, según BallotBox y Survation, el rédito en escaños le llevaría a tener 59 asientos en Holyrood (EllectionPolling) o 62 (BallotBox). La aplicación de la fórmula d’Hont y la división del voto a los partidos tradicionales por el crecimiento, también en Escocia, de la ultraderecha de Reform UK —llega al 17% y 19 escaños según EllectionPolling— favorecen al partido de Swinney.
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El apoyo a la independencia, según el Tracker de YouGov, estaba en el 42% en julio de este año, con un 31% de encuestados en contra y, en consecuencia, un 26% de indecisos. Una lectura desde el SNP podría concluir que el partido tiene margen de crecimiento desde el 35% de voto que auguran las encuestas hasta el 42% de los defensores de la independencia, toda vez que los de Swinney son la única opción plenamente independentista.
Swinney cree que “Westminster no funciona”, y que Escocia “prospera cuando toma sus propias decisiones”
Por eso, el nuevo documento publicado por el SNP resuelve las dudas que inclinaron a los escoceses hacia el no en 2014. Respecto a la moneda, resuelve la dicotomía entre la libra esterlina y el euro por una tercera vía: la creación de una libra escocesa que se implementaría”tras mantener el uso de la libra esterlina por un tiempo” no determinado. El “nuevo comienzo” también explicita que no habrá controles de pasaporte en las fronteras terrestres con Inglaterra, Gales o Irlanda y promete que el gobierno favorecerá las condiciones para que Reino Unido —o lo que quede de él— siga siendo el principal cliente de los productos del país.
Lo único que el documento no resuelve es la pregunta crucial: si se celebraría un referéndum y cuándo. El “nuevo comienzo” no pone fronteras temporales, pero sí prevé un referéndum acordado. “El Gobierno escocés considera que, en las circunstancias en que el pueblo de Escocia haya tomado una decisión clara de celebrar un referéndum, tanto el Gobierno escocés como el Gobierno del Reino Unido deben reconocer y respetar esa decisión, iniciando negociaciones intergubernamentales destinadas a ofrecer una vía constitucional y legal para cumplir el mandato del pueblo”, argumenta, apelando al espíritu del acuerdo de 2012 con David Cameron. Y, tal vez, a la posible debilidad de Starmer.
Problema diplomático
En un resumen en preguntas y respuestas, el “nuevo comienzo” de la independencia escocesa plantea una pregunta que afecta directamente a España. “¿Sería vetada la solicitud de Escocia por otros países, por ejemplo, España?”, plantea. La respuesta que da el documento es la siguiente: “El Gobierno español nunca ha dicho que vetaría la adhesión de Escocia. El punto crucial es que la independencia debe lograrse mediante un proceso acordado y constitucional”.
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