Los Pahlevi no parecen sufrir estrecheces económicas, a pesar de casi medio siglo en el exilio. Al menos eso se deduce de las imágenes de la reciente fiesta familiar en París. El pasado 6 de junio, justo una semana antes de que Israel desencadenara la operación Rising Lion, una de las nietas del último sha de Irán, Iman, celebraba su boda en un lujoso restaurante. El novio, Bradley Sherman, es un estadounidense de confesión judía.
El heredero, Reza Pahlevi, cuya hija se ha casado con gran lujo en París, se ofrece para la transición democrática iraní
Los Pahlevi no parecen sufrir estrecheces económicas, a pesar de casi medio siglo en el exilio. Al menos eso se deduce de las imágenes de la reciente fiesta familiar en París. El pasado 6 de junio, justo una semana antes de que Israel desencadenara la operación Rising Lion, una de las nietas del último sha de Irán, Iman, celebraba su boda en un lujoso restaurante. El novio, Bradley Sherman, es un estadounidense de confesión judía.
El heredero al trono persa y padre de la recién casada, Reza Pahlevi, de 64 años y afincado cerca de Washington, pasó en pocos días de la pajarita a la corbata, de las sonrisas ante la prensa del corazón a los mensajes graves, en tono de estadista, en cadenas de noticias y la red X. Ayer Pahlevi dirigió una breve alocución de tres minutos al pueblo iraní en la que afirmó que “la República Islámica se está desmoronando” y “Jamenei se ha escondido bajo tierra como una rata asustada”. A su juicio, la caída del régimen instaurado en 1979 es “irreversible” y “lo que hace falta ahora es la insurrección en todo el país”.
Lee tambiénEusebio Val

La boda de rito persa de Iman Pahlevi con un estadounidense judío fue justo una semana antes del ataque israelí
El hijo del sha que fue derrocado por los ayatolás no dijo claramente que aspire a la restauración de la monarquía. Sus palabras fueron ambiguas. Sí aseguró que él y sus partidarios tienen “un plan” para un periodo transitorio de cien días “hacia un gobierno democrático”. “Irán no caerá en la guerra civil o la inestabilidad”, pronosticó, optimista, e hizo un llamamiento a los militares, la policía y los funcionarios para que dejen de sostener un régimen que se desintegra. Pahlevi agregó que recibe muchos mensajes del interior de Irán que van en la dirección que él desea.
Está por ver qué papel real podría desempeñar Pahlevi si se acaba produciendo un vuelco de la situación. Su padre, durante decenios un protegido de Estados Unidos y Gran Bretaña, fue un monarca autoritario cuya policía secreta, la siniestra Savak, sembraba el terror entre los opositores. El país se modernizó mucho y tuvo unos años de crecimiento económico espectacular, pero la otra cara de la moneda fue una feroz represión y una monarquía que exhibía de modo obsceno su riqueza, como hizo en 1971 en los fastos de Persépolis, ante invitados de todo el mundo, para conmemorar los 2.500 años del imperio persa fundado por Ciro el Grande.

LV
Mohamed Reza Pahlevi no pudo ser salvado por Jimmy Carter, un presidente norteamericano demasiado débil, preocupado por los derechos humanos, que en un mismo año vio cómo, además de Irán, caía el régimen de los Somoza en Nicaragua y la Unión Soviética invadía Afganistán. Tres graves reveses geopolíticos consecutivos.
El semanario francés Point de Vue debía de estar ya en fase de impresión cuando Israel lanzó sus bombardeos sobre Irán, o quizás sus editores no quisieron arruinar una exclusiva periodística presentada como “boda de ensueño en París” y “un cuento de hadas”. Lo cierto es que aparecer en los kioskos junto a portadas de los periódicos con fotos de los efectos de las bombas en Irán e Israel fue chocante.
El enlace civil de Iman Pahlevi tuvo lugar de manera discreta en Nueva York, lugar de residencia de la pareja, hace unas semanas. Pero París albergó la boda festiva, en la tradición persa. Se escogió un restaurante de tres estrellas Michelin en el Bois de Boulogne, Le Pré Catelan, A la fiesta acudió toda la familia, incluida la destronada emperatriz Farah Diba, tercera esposa del sha, a quien se vio en estupenda forma a sus 86 años.
Los novios celebraron ritual persa de sofreh aghd, una mesa en la que se colocan diversos objetos, flores, miel, frutas, hierbas y especias que deben dar suerte a la vida en común del nuevo matrimonio. Se trata de una tradición preislámica con influencia del zoroastrismo. El novio cumplió con el ritual judío de romper un vaso envuelto en un trapo, un símbolo de la fragilidad de la vida y de la necesidad de gozarla cada instante. Al día siguiente la fiesta continuó en el célebre restaurante Maxim’s, uno de los destinos gastronómicos míticos, reservado en su totalidad para la ocasión.
Lee también
La madre de Iman, Yasmina, explicó a Point de Vue, que se eligió París por ser “una de las ciudades más bellas y más románticas del mundo”. Otra razón fue que Farah Diba hizo sus estudios y preparó su matrimonio en la capital francesa. Yasmina recordó asimismo que sus hijas han pasado muchos inviernos y veranos en los Alpes franceses y que aprendieron a esquiar en la estación de Val d’Isère. Iman habla fluidamente la lengua de Molière porque estuvo escolarizada en el liceo francés de Washington.
No todos los iraníes de la diáspora viven como la familia Pahlevi. País tradicional de asilo, Francia alberga una nutrida comunidad de exiliados de todas las tendencias, incluidos intelectuales, artistas, escritores y periodistas. Tiene ascendencia iraní, por ejemplo, Darius Rochebin (suizo de padre iraní), el presentador estrella de la cadena de noticias LCI, especializada en información internacional, que ahora se dedica casi en exclusiva, las 24 horas del día, a seguir la crisis iraní. Son días de mucho nerviosismo para los iraníes trasplantados a Francia, de continuos mensajes cruzados con la familia. Shaïna, dueña de un comercio de comida iraní, explicó a Le Parisien que fue ella quien pudo organizar a distancia la huida de su familia de Teherán, en autobús, a la frontera turca y luego hasta Estambul para que pudieran tomar un avión. Los exiliados viven desgarrados entre el ansia de un cambio político y el miedo a los bombardeos israelíes y a la represión de un régimen acorralado como nunca.
Internacional